sábado, 22 de mayo de 2010

lenguas, palabras y obras


Se pusieron a hablar en lenguas… estas son los diversos testimonios sobre Cristo,
tales como la humildad, la pobreza, la paciencia y la obediencia.
El lenguaje tiene vida cuando hablan las obras. Cesen, por favor, las palabras;
hablen las obras. Estamos llenos de palabras pero vacíos de obras,
y por eso el Señor nos maldice como maldijo la higuera en que no halló
más que hojas y no fruto… Hablemos, pidiéndole humilde y devotamente
que nos infunda su gracia para que quedemos llenos del espíritu de contrición
y nos abrasemos con el fuego de la confesión de la fe; para que,
encendidos e iluminados en el esplendor de los santos, merezcamos
ver a Dios uno y trino. Ayúdenos aquel que es Dios uno y trino,
bendito por los siglos. Y diga todo espíritu: amén, aleluya.
San Antonio de Padua

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