jueves, 29 de junio de 2023

martes, 27 de junio de 2023

LAS ADICCIONES TECNOLÓGICAS

Según Mark D. Griffiths, las adicciones tecnológicas son aquellas que involucran la interacción hombre-máquina, ya sea de forma pasiva (TV) o activa (Internet, móvil y videojuegos, redes sociales, etc.). Este tipo de adicciones está creciendo de manera importante en los últimos años manifestándose en comportamientos, en apariencia inofensivos, pero que pueden distorsionar las relaciones familiares y las relaciones sociales, pero también puede afectar al rendimiento académico y laboral de los adictos.

La tecnología aporta un mundo de estímulos visuales y auditivos que resulta muy atractivo para todos, especialmente para nuestros pequeños. Precisamente por la falta de capacidad cognitiva del niño, que aún no se ha desarrollado totalmente, es especialmente preocupante la adicción a la tecnología en pequeños. Incluso se conocen problemas graves en chicos con tan sólo 8 años. De hecho, llega a transformarse en enfermedad
incluso en adultos, a pesar de que ya hemos desarrollado capacidad cognitiva total para saber que esta situación de exceso no es normal.

Esta dependencia puede ser una adicción al propio dispositivo (teléfono móvil u ordenador), o bien a la tecnología que conlleva su uso (internet y sus diferentes modalidades). El diagnóstico de la adicción a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) parte del mismo principio que las adicciones a substancias: incapacidad de control, dependencia psicológica y efectos graves en diferentes ámbitos para la persona y su ámbito familiar y social. En el campo de la medicina el exceso de uso de la tecnología se diagnostica como “Internet Addiction Disorder” (IAD), considerado un trastorno que se caracteriza por el uso abusivo del Internet por medio de los dispositivos electrónicos tales como: el teléfono móvil, laptops, tabletas, televisores y otros. Unos dispositivos que con un “clic” ponen a la persona en contacto con las redes sociales (WhatsApp, Instagram, TikTok, YouTube, etc.), la adicción a los juegos, videojuegos, o la adicción a las series, pornografía, Trading, etc.

Para identificar a un niño que es adicto a la tecnología debemos ser capaces de localizar una serie de síntomas específicos, tales como: visitar las redes sociales de forma continua, que sea el móvil lo primero que miras al despertarte y lo último al acostarte, no poder dejar de consultar el teléfono cuando vas por la calle, estas comiendo o con otras personas.

Si es así deberán acudir a un profesional especialista en desintoxicación digital o “detox digital” para conseguir abstenerse de usar sus dispositivos digitales. Lo más importante para solucionar este problema es reconocer que lo tiene, lo cual no es sencillo sin una ayuda adecuada. La prohibición no es la forma, pues sólo generará distancia, desconexión, incomprensión, rabia y dolor.

El objetivo final es que el chico reconozca su problema, es la única forma de ayudarle. Una buena opción es tratar de ir introduciendo progresivamente actividades entre padres e hijos o con amigos que se alejen de la tecnología pero que le puedan resultar atractivas. De esta forma conseguiremos poco a poco desviar la atención del pequeño.

También hemos de delimitar horarios y reglas que el joven deberá cumplir. No debemos demonizar el uso de la tecnología, pero tampoco permitir el abuso. Si el niño sufre una adicción a la tecnología, debemos implicar a todos los actores que forman parte de su desarrollo y educación. Hablar con profesores, amigos y familiares para que entre todos se aumenten las competencias cognitivas del pequeño y aprenda a conocer su problema
por sí mismo.

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)


lunes, 26 de junio de 2023

Más evidencias sobre los riesgos de la contracepción hormonal oral

 Un reciente estudio ofrece preocupantes evidencias sobre la relación entre la utilización de determinados tratamientos contraceptivos y la prevalencia de casos de depresión en las mujeres usuarias. Los autores del trabajo afirman que “nuestros hallazgos respaldan que el uso de anticonceptivos orales está causalmente asociado con un mayor riesgo de depresión tanto en adolescentes como en adultos, especialmente poco después de la iniciación del tratamiento. Es importante enfatizar que la mayoría de las mujeres toleran bien los anticonceptivos orales sin experimentar efectos adversos”.



La investigación se desarrolló con una muestra de 264.557 mujeres, de las que el 80,6% fueron usuarias alguna vez de contraceptivos hormonales orales combinados. El tiempo medio de uso  fue de 10 años, y la mediana la edad de inicio y descontinuación del uso fue de 21 y 32 años, respectivamente.

Las mujeres que habían consumido contracepción hormonal oral eran más jóvenes, tenían un nivel socioeconómico más alto, menos frecuencia de antecedentes familiares de depresión y un comienzo en sus relaciones sexuales más temprano, en comparación con las mujeres que nunca habían consumido los contraceptivos.

De la población analizada, un total de 24.750 mujeres recibió un diagnóstico de depresión.

Por otra parte, deben destacarse algunos hallazgos del estudio:

-Durante los primeros 2 años de uso de anticonceptivos orales, las tasas de depresión fueron significativamente mayores (HR = 1,79, IC 95%: 1,63-1,96), en comparación con las mujeres que nunca los habían utilizado.

-En los análisis estratificados por edad, las adolescentes tenían una mayor tasa de depresión (HR = 1,95, 95% IC: 1.64–2.32) 2 años después del inicio.

-Las mujeres adultas también experimentaron un incremento en la tasa de depresión (HR = 1.74, 1.54–1.95).

-Este incremento en el riesgo de sufrir depresión no se produjo solo al comienzo del tratamiento, sino que se prolongó a lo largo de su vida (HR = 1,05, IC 95 %: 1,01–1,09) entre las que alguna vez tomaron contraceptivos en comparación con las que no.

-De las 82.232 mujeres que completaron el seguimiento, más de la mitad, 44,605, informaron haber experimentado al menos uno de los síntomas depresivos centrales.

-Aquellas que comenzaron a usar contracepción hormonal oral a los 20 años o antes mostraron  una tasa un 130 % más alta de síntomas depresivos (HR = 2,30, IC del 95%: 2,11–2,51), en comparación con las no usuarias, mientras que en el grupo de las mujeres adultas esta tasa fue del 92% (HR = 1,92,1.81–2.04).

-El acceso esporádico a estos tratamientos también se asoció con una mayor tasa de síntomas depresivos (HR = 1,27, 95% IC: 1.23–1.30) en comparación con el grupo que nunca los había tomado.

-Por otra parte, en cuanto a la duración de los tratamientos, el uso continuado de los mencionados contraceptivos no fue asociado con una mayor tasa de depresión (HR = 0,94, 95% IC: 0,89–0,99:), aunque tanto las usuarias recientes (2 años desde el cese) como aquellas que cesaron el tratamiento más de dos años atrás tenían un mayor riesgo de depresión (HR = 1.17, IC del 95 %: 1,08–1,27 y 1,07, 1,03–1,11), en comparación con las mujeres no usuarias.

Discusión

El estudio, que incluyó a 264.557 mujeres, muestra con claridad que el uso de anticonceptivos orales está asociado a un mayor riesgo de depresión poco después del inicio.

El aumento del riesgo disminuyó con el uso continuado de anticonceptivos orales, aunque

 el riesgo a lo largo de la vida de las usuarias aumentó significativamente.

Previamente, un estudio danés, ya estableció que existía un incremento en el riesgo de sufrir depresión tras el inicio de los tratamientos contraceptivos orales, que alcanzaba su punto máximo medio año después del inicio y disminuía con el uso continuo.

La relación entre estos tratamientos hormonales y los cuadros depresivos se basa en los cambios hormonales asociados a los tratamientos, que, como hoy sabemos, son fundamentales en la configuración de determinada conectividad cerebral, relacionada, entre otros aspectos, con el estado de ánimo.

En mujeres particularmente sensibles a los cambios en los niveles de hormonas y sus metabolitos, como la alopregnanolona, estas fluctuaciones podrían alterar la regulación GABAérgica del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenales.

Otro estudio previo, que analizó la tendencia suicida, ya mostró un incremento relacionado con la etapa inicial del tratamiento con contraceptivos hormonales orales.

A diferencia de la mayoría de los estudios previos, este nuevo ensayo encontró tasas más altas de depresión en los primeros años después descontinuar los tratamiento, probablemente debido a que los cuadros depresivos asociados no son correctamente diagnosticados hasta después del cese del tratamiento.

La contracepción hormonal iniciada en la etapa adolescente se relaciona con un mayor riesgo de depresión aún tras descontinuar el tratamiento, cosa que no se observó en la población adulta.

Se ha planteado la hipótesis de que el aumento del riesgo de depresión durante la vida de las mujeres que iniciaron el tratamiento en su etapa adolescente, puede deberse a la ya mencionada influencia hormonal sobre la configuración de las estructuras cerebrales, que resulta especialmente trascendente en la etapa adolescente donde la progresión de la maduración cortical -hormono dependiente- es especialmente significativa. (Anderl et al 2022., Ander et al.,2020Cahill, 2018; de Witet al., 2020).

En cuanto a las posibles limitaciones de este estudio debe señalarse que los datos autoinformados de las pacientes pueden presentar sesgos interpretativos. También, la selección de la muestra, una población más saludable en comparación con la población general del Reino Unido, dificulta la generalización de los hallazgos del estudio. Se da también una sobrerrepresentación de las europeas blancas con respecto a otros grupos étnicos. Finalmente, los resultados de este ensayo se basan principalmente en los contraceptivos hormonales orales de segunda generación, que contienen una combinación de estrógeno y progesterona, que todavía utilizan muchas mujeres hoy.

Valoración bioética

En informes previos hemos analizado los efectos secundarios asociados a la contracepción hormonal oral, que son tanto psicológicos como orgánicos, desatancándose, además de la depresión y la tendencia suicida también constatada en el estudio que nos ocupa, otros problemas metabólicos y coagulopatías, como el incremento del riesgo trombótico, bien establecido en el caso de los anovulatorios combinados utilizados en este estudio.

El respeto a la buena praxis médica y a la autonomía de las mujeres que acceden a estos tratamientos exige que se les suministre una información completa y actualizada de los riesgos que contraen con su utilización, en previsión de complicaciones que pueden resultar graves.

Dada la significativa prevalencia de efectos secundarios indeseables asociados al uso de contraceptivos hormonales orales, debe reevaluarse la conveniencia de extremar la vigilancia en su uso, con estricto seguimiento de la prescripción y dispensación, así como la exhaustiva valoración de la predisposición individual de las candidatas padecer determinadas complicaciones.

El inicio temprano de la contracepción hormonal oral, en la etapa adolescente, está asociada con un mayor riesgo de complicaciones futuras, por lo que se muestra imprescindible promover campañas de educación sexual que traten de contrarrestar la actual presión social y desde muchas instituciones para promover las relaciones sexuales precoces y promiscuas.

La generalización de algunas tendencias que promueven la liberalización en el suministro de fármacos contraceptivos hormonales, eliminando la necesidad de prescripción y posterior control farmacoterapéutico, se muestra, a la luz de estos resultados, como una propuesta inadmisible, que pone en riesgo la salud de las usuarias y atenta contra su legítimo derecho tanto de atención sanitaria como de acceso a la información veraz, completa y actualizada relacionada con los tratamientos que se les ofrecen. Constituye un atentado contra su libertad, su salud y su integridad personal.

 Julio Tudela

Observatorio de Bioética, Instituto Ciencias de la Vida, Universidad Católica de Valencia

domingo, 25 de junio de 2023

¿Es el Alzheimer razón para pedir la eutanasia? El Tribunal de Justicia de Valencia considera que no

Recientemente, en la Comunidad Valenciana, se ha desestimado un caso de eutanasia debido a la falta de acreditación de sufrimiento constante e insoportable de la paciente.

Según informa la sentencia judicial del Tribunal Constitucional de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) del 25 de abril de 2023, las hijas de una paciente con alzheimer habían solicitado la eutanasia basándose en un acto de voluntad anticipada en el año 2015, pero la petición fue rechazada por el equipo médico debido a que el informe psicológico que acreditaba el sufrimiento de la paciente no cumplía con los requisitos necesarios según la normativa.

El equipo médico decidió entonces derivar el caso a la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Valencia para su evaluación. Tras un análisis detallado, la Comisión dictaminó que la eutanasia no era ética debido a la falta de acreditación del sufrimiento de la paciente. En concreto, no se acreditó la existencia de “sufrimientos psíquicos o físicos constantes e insoportables, sin posibilidad de alivio, que la persona considera intolerables, causados por la enfermedad grave que padece”, requisito exigido por la Ley Orgánica 3/2021, de regulación de la eutanasia.

Tras la exploración llevada a cabo por el médico acompañado de enfermera en la residencia de la paciente, el informe emitido por el facultativo responsable manifiesta: “Interrogada la paciente: A la pregunta ¿Cómo se encuentra? , contesta bien. A la pregunta ¿tiene dolor? : contesta , no. A la pregunta : ¿sufre por algún motivo? , contesta : no. A la pregunta : ¿Está triste? , contesta No.

“EXPLORACIÓN: se observa a una anciana en silla de ruedas, con aspecto cuidado, signos de equimosis frontal producto de una reciente caída. Por lo demás muestra una facies tranquila, sonriente, no trasmitiendo durante toda la entrevista gestualidad que sugiera dolor u otro tipo de sufrimiento. Con ayuda, la levantamos de la silla de ruedas, y ella comienza a caminar por su cuenta, asiéndose a las barandillas del pasillo. En un momento determinado se gira hacia nosotros y su expresión facial sigue siendo de sosiego.”

El fiscal estimó que no consta «de manera inequívoca y fehaciente el deseo y voluntad» de la paciente a ser sometida al procedimiento de eutanasia activa previsto en la ley y que tampoco consta que la enfermedad «tenga la consideración de grave e incurable» en los términos recogidos en la normativa, que implican que ese estado «origine sufrimientos físicos o psíquicos constantes e insoportables sin posibilidad de alivio».

Esta decisión ha sido criticada por diversos sectores que consideran que la acreditación del sufrimiento no debería ser un requisito indispensable para acceder a la eutanasia. Según estos defensores del derecho a una muerte digna, la petición de la paciente debería haber sido suficiente para llevar a cabo la eutanasia.

Mientras que la petición por parte de las hijas se basa en que la eutanasia es la única solución para aliviar el sufrimiento de su madre, desde la visión personalista de la Bioética, la paciente se encuentra en una situación de vulnerabilidad debida a su enfermedad y, por lo tanto, habría que proteger su dignidad y su derecho a la vida, máxime teniendo en cuenta que ella contesta ante la exploración del médico que se encuentra bien y no tiene dolor. Por tanto, en este caso no existe base legal para otorgar la eutanasia, acto que en todo caso es siempre contrario a la moral. En su lugar, es necesario promover unos cuidados paliativos accesibles y de calidad en nuestro país.

Fuente AQUÍ 

Sandra Martínez Díez

Yuniel Rosales Alcántar

Ricardo Amador García Hernández

Maria Guillamont Almenar

Sara Quiles Ferrer

                        Alumnos Master en Bioética. Universidad Católica de Valencia

jueves, 22 de junio de 2023

Congreso Interuniversitario Nuevas Fronteras en Neuroética

 El Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia, ha organizado el próximo 6 de julio de 2023 de manera presencial y online, el Congreso «Nuevas fronteras en Neuroética» en el que especialistas de diversas universidades debatirán acerca de los  importantes dilemas éticos relacionados con las nuevas posibilidades de intervención sobre el cerebro humano, tanto desde su manipulación como desde su interacción con sistemas informáticos de inteligencia artificial: la Neuroética.

La creciente expansión de la neuroética, que implica nuevas posibilidades de alteración de la conciencia, la mente o los procesos cognitivos, hace urgente un proceso reflexivo sobre sus posibilidades reales y límites exigibles para la adopción de criterios prudentes que garanticen el respeto a la libertad y dignidad humanas. El horizonte transhumanista y posthumanista encuentra en los avances neurocientíficos y sus posibilidades de interacción con el cerebro humano uno de sus pilares de desarrollo, justificando nuestra investigación, a la que contribuye la realización de este congreso.

Esta jornada, a la que se puede asistir de manera gratuita, se dirige a investigadores, docentes, estudiantes y a toda persona con interés en el campo de la Bioética, y, especialmente, en el de la Neuroética.

INSCRIPCIÓN PRESENCIAL AQUÍ

(La asistencia online no requiere inscripción).

Programa jueves 6 de julio:

SESION MATINAL

09:30 Inauguración institucional. D. José Manuel Pagán. Rector Universidad Católica de Valencia.

9:45: Mesa redonda: La neuroética desde una perspectiva médica

  • El modelo médico-clínico de neuroética de Anneliese Alma Pontius. Actualidad de perspectiva. Alberto Carrara. Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma

10:15: Neuroética en el contexto clínico del daño cerebral sobrevenido. José María Domínguez. Universidad de Sevilla

10:45: Coloquio. Moderador: Enrique Burguete. Universidad Católica de Valencia

11:00: Coffee break

11:30: Mesa redonda: La neuroética desde una perspectiva jurídica

  • Integridad mental, vulnerabilidad y neuroprotección. Luca Valera. Universidad de Valladolid
  • ¿Hacia nuevos derechos humanos como respuesta a los desafíos de las neurotecnologías? Roberto Andorno. Universidad de Zúrich

12:30: Coloquio. Moderadora: Pilar María Estellés. Universidad Católica de Valencia

SESIÓN VESPERTINA

16:15: Mesa redonda: Nuevos desafíos de la neuroética

  • Neuroética y transhumanismo. Juan Pedro Núñez. Universidad Pontificia Comillas
  • Neuroaprendizaje moral e inteligencia artificial: sobre la posibilidad de una ética aumentada. Patrici Calvo. Universidad Jaume I de Castellón

17:15: Coloquio. Moderadora: Gloria Casanova. Universidad Católica de Valencia

18:00: Clausura. D. Julio Tudela. Director del Observatorio de Bioética. Universidad Católica de Valencia

Lugar

Sede San Juan y San Vicente
c/ Jorge Juan, 18
46004 Valencia

miércoles, 21 de junio de 2023

La Corte Suprema de Estados Unidos bloquea la prohibición de la píldora abortiva

 La Corte Suprema de EEUU bloqueó el 21 de abril las restricciones establecidas por tribunales inferiores sobre la mifepristona, una píldora abortiva utilizada para realizar abortos químicos, en la última batalla legal entre los defensores del aborto y los defensores de la vida en Estados Unidos.

La acción de la corte significa que, por el momento, el fármaco estará disponible en aquellos estados donde el aborto es legal hasta las 10 semanas de gestación.



El otro fármaco que se utiliza para realizar abortos químicos, el misoprostol, sigue siendo legal.

El 7 de abril, el juez federal de distrito Matthew Kacsmaryk decretó que la FDA había aprobado indebidamente el medicamento hace 23 años y aplicó la prohibición nacional de la mifepristona.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) que certifica la seguridad de los medicamentos, aprobó la administración de la mifepristona con receta médica durante las primeras siete semanas de gestación, que pasaron a ser diez en 2016.

La administración de Biden está tratando de defender el uso de la mifepristona desde que la Corte Suprema anuló en junio de 2022 la decisión Roe v. Wade de 1973. Ésta permitió que la prescripción de la píldora abortiva se pudiera recibir por correo y sin tener que pasar previamente por un médico.

Lucha en los Tribunales

Tras la prohibición del 7 de abril, los jueces concedieron las solicitudes de emergencia del Departamento de Justicia y del fabricante de la píldora, Danco Laboratories, para suspender la orden judicial preliminar emitida por el juez federal de distrito Kacsmaryk en Texas. La orden del juez habría limitado la disponibilidad de mifepristona.

Los jueces Clarence Thomas y Samuel Alito discreparon públicamente de la decisión. Alito afirmó que según la Corte de Apelaciones, la suspensión que se aplicara no eliminaría la mifepristona del mercado, sino que restauraría las circunstancias que existían (y el Gobierno defendió) de 2000 a 2016, bajo tres administraciones distintas.

En un comunicado, Biden declaró que “como resultado de la suspensión de la Corte Suprema, la mifepristona sigue estando disponible y aprobada para un uso seguro y efectivo mientras continuamos esta lucha en los tribunales”.

Erik Baptist, abogado de la Alianza en Defensa de la Libertad que representa a los opositores a la píldora abortista, expresó: «Nuestro caso, que busca poner la salud de las mujeres por encima de la política, continúa en los tribunales inferiores».

El 12 de abril, el tribunal de apelación se negó a bloquear las restricciones ordenadas por Kacsmaryk, pero retiró parcialmente la orden del juez que habría suspendido la aprobación de la mifepristona por parte de la FDA y la habría retirado del mercado, dado que dictaminó que la mifepristona podría continuar usándose en los estados donde el aborto es legal.

La corte de apelaciones trató de aprobar la norma que requiere tres citas en persona para las mujeres a las que se administre el fármaco y prohíbe de la versión genérica.

Las restricciones, si hubieran entrado en vigor, habrían revertido las acciones de la FDA que facilitaban el acceso al aborto. Esas acciones incluyen: en 2021 permitir la distribución por correo de la píldora abortiva y en 2016 aprobar su uso hasta las diez semanas de gestación en lugar de siete semanas, reducir la dosis requerida y reducir el número de visitas médicas presenciales de tres a una.

Valoración bioética

La extensión del aborto, su legalización, facilitación, y consideración como derecho, supone uno de los mayores, si no el mayor, atentados contra la vida humana, en este caso en la persona del nasciturus. La generalización del aborto químico, a base de mifepristona y misoprostol, promueve la proliferación de abortos realizados sin control médico, anónimamente, en el domicilio de la embarazada y sin declaración posterior que permita contabilizarlos en los registros estadísticos.

Previamente hemos informado sobre los riesgos asociados a los fármacos abortivos como la mifepristona o el misoprostol,

 que son utilizados cada vez más como método abortivo frente al aborto quirúrgico. Ningún aborto es seguro, ni para la mujer que aborta ni para el hijo abortado, pues supone una intervención no terapéutica sino maleficente tanto física como psicológicamente para la embarazada, y letal para el no nacido. Estos fármacos presentan efectos secundarios severos en muchos casos, superando las complicaciones asociadas al aborto quirúrgico, también considerables. Así, un estudio del Instituto Charlotte Lozier contra el aborto ha analizado los datos de Medicaid, llegando a la conclusión de que los ingresos en urgencias aumentaron en el caso del aborto químico a un ritmo más rápido que para los procedimientos quirúrgicos. Este aumento se cifra en un 507 %, pasando del 8,5 al 51,7 por 1000 entre 2002 y 2015, frente al caso de los abortos quirúrgicos, que aumentaron un 315 %.

Promover la legalización y la extensión del uso de fármacos cuya función es actuar letalmente sobre el embrión y que promueven serias disfunciones en el cuerpo de la mujer embarazada a la que hace abortar, contradice los principios de la praxis médica y farmacéutica que deben velar por la seguridad y eficacia de los medicamentos, cuya función es, en todo caso aportando más beneficios que riesgos, contribuir al restablecimiento de la salud de los pacientes o reduciendo y controlando síntomas no deseados.

En el caso de los fármacos abortivos no se cumple ninguno de estos principios, que deben acompañar siempre la legalización de los medicamentos. Lo que se persigue, paradójicamente, es exactamente el efecto contrario al que debería tenderse, pues actúan bloqueando la función de la progesterona para impedir la progresión fisiológica del embarazo, y provocando severas hemorragias que conllevarán la expulsión del embrión y su muerte.

Cuando presenciamos que agencias nacionales o internacionales, que deben velar por el uso racional de los medicamentos y velar por su seguridad, promueven y autorizan fármacos cuyo efecto es promover severas alteraciones de los procesos fisiológicos asociados al embarazo para terminar con él y con la vida del nasciturus, vemos sacudirse los cimientos de la práctica médica que vuelve la espalda a los principios que deben sustentarla y acepta acríticamente imposiciones ideológicas que atentan contra la vida y la dignidad de la personas.

Debemos denunciar el silencio de los estamentos médicos y farmacéuticos que asisten indiferentes a la instauración de tratamientos manifiestamente lesivos, cuya función no es en ningún caso promover la salud de los pacientes, sino perturbarla, en el caso de las madres, o terminar con su vida, en el caso de sus hijos.



Julio Tudela y Ester Bosch, Observatorio de Bioética.Instituto Ciencias de la Vida.Universidad Católica de Valencia

martes, 20 de junio de 2023

“El cambio de sexo no es posible”

 Julio Tudela, Director del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia, ha afirmado en una entrevista publicada en YouTube para el canal de La verdad os hará libres, que los fármacos empleados para el bloqueo puberal, que no están autorizados para este uso en casos de disforia de género, sino que lo están para tratar los casos de pubertad precoz, pueden producir graves alteraciones en el desarrollo del cerebro de los adolescentes, tanto a corto como a largo plazo.

«En el proceso madurativo de un adolescente se implica todo su cuerpo, su estructura ósea, su sistema metabólico-endocrino y su sistema nervioso, es decir, su cerebro. Es una fase que está mediada por hormonas. Por tanto, los fármacos que bloquean la pubertad contrarrestan los efectos de estas hormonas y alteran los procesos madurativos en el adolescente».

Efectos secundarios incalculables

Para Tudela, el uso de este tipo de bloqueadores puede conllevar consecuencias muy perjudiciales. «Estos fármacos no están autorizados para este uso, son fármacos que se usan en casos de pubertad precoz. Si se usan en los casos de disforia, se van a utilizar mucho más tiempo, y los efectos secundarios a largo plazo serán incalculables», advierte.

«Los tratamientos que se están utilizando provocan que muchos caracteres físicos vayan a ser modificados, no vamos a dejar que las hormonas de la pubertad hagan


su trabajo. Y es, entonces, cuando aparecen los problemas metabólicos. Si bloqueamos las hormonas que están detrás de estas regulaciones, vamos a tener problemas en el futuro. La propia esterilidad de por vida es uno de ellos, afirma el facultativo.

Sin embargo, Tudela cree que hay una consecuencia más importante. «Hoy sabemos que la conectividad cerebral, la manera en la que se conectan las neuronas de nuestro cerebro, lo que nos afianza en nuestra personalidad, condiciona nuestra percepción del mundo y nos conforma en nuestro ejercicio del libre albedrío… está comandada por hormonas», explica.

«Si cuando se está desarrollando aceleradamente esta reestructuración neuronal de nuestro cerebro, que es en la pubertad, interfiero en el proceso bloqueando la acción de estas hormonas, las consecuencias para el cerebro de estas personas son impredecibles», añade.

Además, el investigador recuerda que en la adolescencia siempre hay dudas en la autopercepción. «Los problemas de percepción son un proceso que requiere maduración, este proceso se termina de completar al final de la adolescencia. Si yo bloqueo el proceso de maduración adolescente, no estoy dando oportunidad a la biología del individuo. Estamos echando leña al fuego».

Empeora la salud mental de estos pacientes

Sobre si son efectivos los tratamientos para bloquear los efectos de la pubertad, Tudela afirma que «la cantidad de depresiones, ansiedades, tendencias al suicidio… son mayores en estos pacientes. Nunca se corrigen las causas que originaron la disforia, sino que permanecen ahí, porque nadie entra a analizarlas», comenta.

El profesor explica que hay datos que dicen que las terapias de resignación quirúrgica empeoran la salud mental de los pacientes. Un estudio de Suecia, de 2007, asegura que un 45% de los jóvenes transexuales entre 16 y 24 años tiene tendencias suicidas, y el 26% han intentado suicidarse.

«Estos estudios se han hecho en Suecia, que es muy tolerante y donde no se da el estigma social. Cuando reducimos el estigma social y las tasas de suicidio se mantienen, ¿a qué se debe?», plantea Tudela.

Precisamente en Suecia, la visión que se tenía de este tipo de tratamientos ha sido rectificada. «En 2019, los suecos cambiaron por completo su posición. El principal hospital en investigación de bloqueadores de la pubertad ha dicho que se acabó. En Finlandia dicen ahora que se priorice las intervenciones psicológicas, como tratamiento de primera línea… mientras que en España se denostan, incluso se prohiben», apunta el profesor.

Pero los casos se suceden. «En Noruega hay una comisión de salud que dice que no hay evidencia científica de seguridad y eficacia en estos tratamientos, y que hay que detenerlos. En Reino Unido, que es un país muy liberal, han dicho que los niños menores de 16 años no pueden dar su consentimiento… un poco diferente de lo que hemos aprobado aquí en España», recuerda el especialista, que cita también a Francia, Australia y Canadá.

Personas que necesitan ayuda

Para Tudela, es muy importante que el médico no olvide nunca cuál es su principal tarea «la persona que sufre esto, es una persona que necesita ayuda, que necesita ser escuchada, acogida, aceptada y acompañada. Los médicos deberían adoptar siempre posturas prudentes, mi intervención no puede causar nunca un daño. Y, estas intervenciones, están siendo maleficentes: hacen daño», asegura.

El profesor comenta que, según datos recogidos por un hospital de referencia en Cataluña, el 80% de los adolescentes que ingresan solicitando la transición de género, sale con el tratamiento hormonal prescrito tras la primera consulta. «Esto no es posible, nos estamos volviendo locos, 
esto nunca se ha permitido en la medicina, ¿por qué ahora sí? Estamos prescribiendo tratamientos agresivos de consecuencias irreversibles de forma imprudente», clama.

«Hay que pedir siempre consejo médico pluridisciplinar, dejarse asesorar por especialistas, investigar las causas previas. Es muy frecuente que entre los jóvenes que   manifiestan la disforia se hayan sufrido abusos en la infancia, o trastornos de déficit de atención o de autismo. Si no se trata todo esto, estamos introduciendo nuevos estresores a personas que ya sufren mucho estrés», añade Tudela.

Otro de los elementos a tener en cuenta por padres y médicos, es el del factor ambiental. «Hoy tenemos una gran presión mimética hacia este tipo de conductas. ¿Por qué tenemos un incremento de un 5.000% de casos en los últimos años? La presión de grupo que procede de redes sociales, gobiernos, entidades educativas, la OMS… quiere normalizar y medicalizar estos procesos de transición», comenta.

«Nos llegan muchos casos de psicólogos en colegios que aconsejan a los adolescentes iniciar el proceso de transición. Esto no se puede hacer, es un error, es la manipulación de un niño, que no puede defenderse. Si a un adolescente le prometes que, si se hace no sé qué, va a dejar de sufrir, el adolescente va a decir que sí», afirma el experto.

Y, aquí es cuando llega la trampa. «Cuando el adolescente dice que sí y empieza el conflicto con las familias, y el bloqueo… se siente muy satisfecho. Es en ese momento cuando se hacen los estudios. Pero, si a estas personas las seguimos en el tiempo, veremos que comenzarán a manifestarse las consecuencias negativas y que su índice de satisfacción decrece», relata.

El cambio de sexo no es posible

El profesor concluye asegurando que la biología es muy clara. «El cambio de sexo no es posible, se puede cambiar el aspecto, la apariencia, el comportamiento… pero hay más 6.500 genes de nuestro genoma ya identificados que se expresan de manera diferente según el sexo. La persona que se opere tendrá siempre esa presión de lo que genéticamente es», apunta, y que tendrá que contrarrestar el resto de su vida.

Tudela invita a no olvidar los intereses que hay detrás de toda esta deriva, desde los ideológicos y económicos, hasta los demográficos. «Hay intereses de manipulación demográfica, todos estos procesos conducen a la esterilidad. Hay presiones de control de la población que están detrás, y esto la OMS (Organización Mundial de la Salud) lo ha dicho sin sonrojo», expresa.