martes, 29 de junio de 2010

ASEDEJÉ... (3)

Cantamos amores, alegrias y penas ¿y dónde queda la verdad insobornable?
¿donde queda la esperanza grande y dilatada que sana del alma las heridas todas?
¿cuál es tu AMOR más cierto, más intenso y fiel, mas grande y probado que ninguno?
MI CANCION, MI AMOR, MI ALEGRÍA, MI ESPERANZA... ¡ES JESUCRISTO!
y -por supuesto- tiene su canción: todo un GLORIA y ALELUYA sostenido...

CINE INFANTIL

Secret of Kells (en ingles)preciosa


Los increibles


Cars

Cars 2


Monstruos S.A.


La bella y la Bestia


Pinocho


Anastasia


La cenicienta


La bella durmiente


Blancanieves y los 7 enanitos


Pocahontas


Aladdin


Mulán


Legendario Robin Hood


Peter Pan


El jorobado de Notre Dame


Un cuento de Navidad


Los teleñecos en navidad


Pesadilla antes de Navidad


La novia cadaver


IGOR


Dumbo


Bambi


Balto


Hermano oso

Hermano oso 2


La dama y el bagabundo


101 dalmatas


Los aristogatos


Dejando a un lado el fondo de lo que es el mensaje del "Conejo de Pascua" por Navidad, en esta pelicula divertida el mensaje primordial es el de dejar a los hijos que hagan su camino en busqueda de su propio bien en lo que quieren ser de mayor sin los totalitarismos de los padres y en la imposición de lo que tienen que ser en el futuro; los Padres debemos de educar en la formación personal de los hijos, en que sean grandes hombres y mujeres del mañana y se realicen en sus ideales de trabajar en lo que les guste con el visto bueno de los padres y por su propia felicidad.
Que os guste la peli.


Horton



Wallie


Astro boy (dibus 3D)


Mi amigo Mac


Las aventuras de Marcelino


Pete´s Dragon


Annie


Mary Poppins


Cadena de favores


Sonrisas y lagrimas: María es una novicia que abandona el convento para convertirse en la institutriz de los hijos de un militar retirado, el capitán von Trapp, viudo y padre de siete traviesos hijos. La casa de los von Trapp funciona como si fuera un cuartel, pero María consigue devolver la alegría a los niños y ganarse su respeto y cariño.


LA NIÑERA Y EL BIG BANG -2006- En esta nueva entrega tras “La niñera mágica”, Nanny McPhee se presenta a la puerta de una joven madre, la Sra. Isabel Green, que intenta llevar la granja mientras su marido está en la guerra. Después de su llegada, Nanny McPhee descubre que los hijos de la Sra. Green libran su propia batalla contra dos primos malcriados recién llegados de la ciudad y que no tienen ninguna intención de irse. Sirviéndose de todo, desde una moto voladora y una estatua viviente, hasta un cerdito trepador de árboles y un bebé elefante que aparece en el lugar más inesperado, la niñera mágica da cinco lecciones a los traviesos e intrépidos niños.


La vuelta al mundo en 80 dias, con Cantinflas


Piratas del Caribe.la maldicion de la Perla Negra


August Rush


La telaraña de Carlota(cine familiar y con valores)



Gigantes hacia la Victoria, rugby y valores


Cars


El Imperio del Sol


Kung-fu Kid


Shane


Papi de guarderia



Spiderman 1, 2 y 3... vaya sesion!

Batman begins 2. El caballero oscuro


TOM RAIDER 2

ASEDEJÉ...


QUE GRANDE LA MUSICA, LAS LUCES, EL SHOW... MARAVILLOSO
QUE RICA ES LA FIESTA, QUE BUENO EL VERANO... GENIAL
QUE BUENO EL PAN, QUE CHULO EL CIRCO... ESTUPENDÍSIMO
QUE LISTA LA TELE (MÍRAME TONTO) QUE PODER DE CONTROL
QUE INVENTOS MAS GUAPOS, QUE SISTEMA DE MANIPULACION
QUE OPIO DEL PUEBLO, QUE MAQUINA DE SUEÑOS, QUE ENGAÑO BURLÓN
QUE CHEVERE ESTÁ TODO, QUE MOLÓN... ASEDEJÉ ME QUEDO YO...



se nos ha dicho tantas veces que somos país de asedejé y pandereta...
las canciones expresan el alma de un pueblo ¿cual es tu canción?

Validacion


domingo, 27 de junio de 2010

El papa Benedicto... responde

Extracto de las conversaciones del Cardenal Joseph Ratzinger con el periodista Peter Seewald sobre el ministerio del Sucesor de Pedro, la infalibilidad pontificia y el desarrollo de la doctrina del primado.


Muchos piensan que la Iglesia es un aparato de poder formidable.

Sí, pero primero hay que comprender que su finalidad es el servicio. El Papa no es el mandatario supremo - desde Gregorio Magno se llama el «siervo de los siervos de Dios» -, sino que debería, yo suelo expresarlo así, ser el garante de la obediencia, de que la Iglesia no haga lo que quiera. Ni siquiera el propio Pontífice puede decir: «La Iglesia soy yo», o «La tradición soy yo», sino al contrario: él está obligado a obedecer, encarna ese compromiso de la Iglesia. Si en la Iglesia surgen las tentaciones de hacer las cosas de una manera diferente, más cómoda, él tiene que preguntar: « ¿Podemos hacerlo?».
Así pues, el Papa no es el órgano capaz de proclamar una Iglesia diferente, sino el dique de contención frente a la arbitrariedad. Mencionaré un ejemplo: desde el Nuevo Testamento sabemos que el sacramento del matrimonio, una vez consumado, es perpetuo, indisoluble. Ahora hay corrientes que afirman que el Papa podría cambiarlo. Y en enero de 2000, él, en un gran discurso a los jueces romanos, explicó que, frente a esa tendencia de modificar la indisolubilidad del matrimonio, sólo podía decir que el Pontífice no puede hacer todo lo que quiere, sino que, por el contrario, debe inculcarnos siempre la obediencia, que en ese sentido tiene que continuar el gesto del lavatorio de pies, si me permite la expresión.

El pontificado es una de las instituciones más fascinantes de la historia. Pero además de grandeza, la historia de los papas contiene también simas dramáticas. Benedicto IX, por ejemplo, tras ser depuesto en dos ocasiones, recuperó la tiara convirtiéndose él solo en el Papa número 145, I47 y 150. Subió por primera vez a la sede de Pedro a los doce años. No obstante, la Iglesia católica se aferra a ese cargo de representante de Cristo en la tierra.

Desde un punto de vista puramente histórico, el papado es, de hecho, un fenómeno muy asombroso. Es la única monarquía, como suele decirse, que se mantiene desde hace más de dos mil años, algo en sí inconcebible.
Yo diría que uno de los misterios que indican algo más grande es sin duda la prolongada existencia del pueblo judío. Por otra parte, también la estabilidad del papado sorprende y plantea una pregunta. Usted ha aducido un ejemplo de los fallos y vulneraciones que tuvo que soportar este cargo, y, ateniéndonos a la probabilidad histórica, en realidad habría debido desaparecer más de una vez. Creo que fue Voltaire quien dijo que había llegado el momento de que al fin desapareciera ese Dalai Lama europeo y la humanidad se librase de él. Pero continuó. Esto nos indica que su supervivencia no se debe a la eficiencia de esas personas -muchas de ellas hicieron lo imposible por destruirlo-, sino que ahí subyace otra fuerza. Precisamente la que se concedió a Pedro. Los poderes del infierno, de la muerte, no vencerán a la Iglesia.

Ya hemos hablado de la denominada infalibilidad. ¿Por qué se instituyó tan tarde este dogma?


Primero es preciso hacer constar que la doctrina sobre el cargo de Pedro, y sobre todo su desempeño práctico, son muy tempranos. Hacia el año 90, cuando el papa Clemente I escribe una carta a la comunidad de Corinto amenazada de escisión, ya se patentiza en ella la responsabilidad de la Iglesia y del obispo de Roma. En el siglo II, la disputa de la fiesta de Pascua evidencia con claridad meridiana que como punto de convergencia de la unidad al Papa le compete una responsabilidad especial. La centralidad de Roma se va conformando poco a poco como norma en la Iglesia, y es reconocida por todos.
Finalmente, en el concilio de Nicea de 325, se habla de los tres primados existentes en la Iglesia: Roma, Alejandría y Antioquía. Roma es la primera, pero las otras dos sedes también están relacionadas con Pedro. Las listas de los participantes en los concilios mencionan siempre en primer lugar a los delegados pontificios. Roma es respetada y denominada prima sedes, “la primera sede”, y el concilio de Nicea potencia dicho sistema.
En la posterior historia conciliar, la especial función del Papa se manifiesta cada vez con mayor claridad. No es que él ejerza un gobierno universal que esté continuamente trabajando como sucede hoy, pero en los momentos críticos se sabía que el obispo de Roma desempeñaba una función muy específica. En la crisis arriana, en la que el arrianismo casi se convierte en artículo de fe, san Atanasio ve en el Papa el necesario punto de orientación, y esto continúa reiteradamente.
En el año 1054 se produce finalmente la ruptura entre Oriente y Occidente. Oriente había reconocido plenamente una especial función de Roma, aunque más reducida de lo que Roma esperaba. Tras la separación se potencia en Roma la idea del primado, sobre todo con el papa Gregorio VII. Esta idea experimenta un nuevo impulso con la aparición de las órdenes mendicantes, las cuales, por así decirlo, están unidas al Papa. Dado que las órdenes no pertenecen a ninguna Iglesia local, en la práctica se nutren de la existencia de un órgano de universalidad. Esto es lo que posibilita el sacerdocio y los movimientos que se extienden por la Iglesia entera, convirtiéndose de ese modo en el requisito previo de la evangelización.
La praxis y la formulación paulatina progresan paso a paso. En el concilio de Florencia, durante el siglo XV, pero también en el de Lyon, del siglo XIII, inician la doctrina del primado. Pero en Trento, como bastante había que hacer con la disputa protestante, no se quiso encima abordar y definir esta cuestión, de forma que quedó ahí hasta que el Concilio Vaticano I de 1870 le dio una versión digamos conceptualmente severa, que para muchos constituyó una sorpresa. Sabemos que una serie de obispos se marcharon para evitar firmar. Pero incluso estos obispos minoritarios reconocieron que la sustancia de la doctrina del primado forma parte de los fondos esenciales de la fe católica y cuyo fundamento se remonta a las promesas de Cristo a Pedro en los evangelios. En este sentido, el dogma en su forma más dura aportó una nueva precisión, pero no introdujo novedad alguna, sino que recopiló y concretó lo que se había formado y gestado a lo largo de la historia.

Pedro apenas pudo adivinar que legaba a sus sucesores una tarea en el fondo imposible: el Papa, en cuanto obispo de Roma, ha de tener presente la situación local; en cuanto jefe de Estado de la Santa Sede, los problemas de los Estados, y en cuanto Santo Padre, los problemas de la Iglesia mundial. Tiene que escribir discursos, encíclicas, sermones, celebrar grandes y pequeñas audiencias. Ahí están las congregaciones, los tribunales de justicia, comisiones, consejos papales, además de las grandes instituciones para la doctrina, la liturgia, la disciplina, la educación. Hay cientos de casas matrices de órdenes, más de cien colegios, etcétera, etcétera.
Aunque el Papa cuenta con el apoyo de un equipo de asesores muy valioso, el Colegio Cardenalicio, integrado por personalidades de culturas, presupuestos ideológicos y experiencias políticas diferentes, de la Secretaría de Estado llegan a diario maletas llenas de papeles, y cada hoja plantea un problema. Obispos de todo el mundo le asedian con demandas más o menos imposibles. Y además tiene que vivir una vida de oración y recogimiento y buscar la inspiración para hacer una aportación muy personal. La Iglesia mundial es cada día mayor, ¿puede seguir siendo el pontificado tal como es?


Bien, la manera en que se gestiona lógicamente puede cambiar. La del siglo VIII es distinta a la del XV, y la del XV diferente a la del XX. Muchas de las cosas que usted acaba de enumerar no deberían ser por fuerza así. Comencemos por el Estado Vaticano: en realidad es una pura construcción auxiliar. El Papa en sí no necesita un Estado, pero sí precisa libertad, una garantía de independencia mundana, no puede estar al servicio de gobierno alguno.
Yo soy de la opinión de que el primado sólo pudo desarrollarse en Roma porque con Constantino el Imperio se había trasladado lejos, a Bizancio. Sólo entonces surgió la libertad necesaria. La idea de que llegó a ser tan eficaz porque aquí estaba la sede del gobierno me parece que es confundir los términos. Durante los tres primeros siglos, llevar una vida cristiana en Roma era la forma más segura de exponerse al martirio. Esto confirió al pontificado un carácter «martirológico». Sólo cuando el Imperio se traslada a Oriente, el vacío de poder propicia en Italia esa forma de independencia eclesiástica que no subordinaba directamente al Papa al poder político. Más tarde surgió de aquí el Estado Pontificio, que trajo consigo muchas e infaustas confusiones y que se perdió finalmente en 1870, gracias a Dios, hemos de decir hoy.
Su lugar lo ocupó la creación de un mini-estado, cuya única función es garantizar al Papa la libertad para ejercer su misión. Podríamos preguntarnos si es posible simplificarlo aún más.
Muchas otras cuestiones que usted ha mencionado son variables. Por ejemplo, no todas las casas matrices deberían estar en Roma. Y el número de encíclicas que desea escribir el Papa, la frecuencia con la que quiere hablar, son cuestiones coyunturales que dependen asimismo del temperamento de cada pontífice. A pesar de todo, subsiste la pregunta de si no sigue siendo todavía excesivo. Los contactos masivos que le impone la unión con la Iglesia mundial; las decisiones que hay que tomar; y al mismo tiempo la necesidad de no perder la propia situación contemplativa, de estar enraizado en la oración: todo esto constituye, de por sí, un gran dilema.



¿Pero no existen hoy corrientes completamente nuevas?


Se investiga hasta qué punto puede remediarse mediante la descentralización. El mismo Papa, en su encíclica sobre el ecumenismo, ha solicitado propuestas sobre sus posibles aplicaciones al pontificado. Aquí existen ya distintas voces. Quinn, el arzobispo jubilado de San Francisco, por ejemplo, ha planteado con mucha fuerza la problemática de la descentralización. Yo, desde luego, considero las visitas ad limina de las conferencias episcopales a Roma algo muy importante para propiciar el contacto, el encuentro. Son necesarias para fortalecer la unidad interna de la Iglesia. Las cartas no consiguen compensar el encuentro personal. Hablarse, escucharse, verse y discutir entre sí es un proceso insustituible.
Por esta razón, yo diría que estas modalidades de encuentro personal, que el Papa actual ha desritualizado y concretado, serán siempre muy importantes. Precisamente también porque la unidad, la comprensión mutua - y concretamente a través de las problemáticas y los retos culturales-, son tan elementales que resulta casi imposible desarrollarlas sin contactos personales.
Hoy día, por consideraciones muy racionales, se hace cada vez más patente la necesidad de contar con un punto de referencia unitario como el que representa el Papa. También los protestantes abogan por la existencia de un portavoz de la cristiandad que simbolice la unidad. Y, con las transformaciones adecuadas, piensan algunos, podríamos llegar a un acuerdo.
Sea como fuere, tal como usted lo ha expresado vulgarmente, es una «tarea imposible» que casi no se puede soportar. Por otro lado es una labor necesaria, y que con la ayuda del Señor también puede ser vivida.

Descentralización, ¿significa que también en la Iglesia católica habrá patriarcados?

Realmente cada vez me cuestiono más si ésta es la forma en que se deben organizar grandes unidades continentales -yo antes lo creía así-. Pues la raíz de esos patriarcados había sido precisamente la relación con sus respectivos lugares de origen apostólicos. El Concilio Vaticano II, por el contrario, concretó y definió las conferencias episcopales como unidades suprarregionales a las que se han añadido después unidades continentales.
Tanto Latinoamérica, como África y Asia, poseen ya comunidades episcopales con diferentes estructuras. Acaso sean éstas las posibilidades mejor adaptadas a la situación actual. En cualquier caso, han de ser estructuras de colaboración suprarregional, que no sean demasiado rígidas ni degeneren en burocracias desmesuradas o susceptibles de generar un poder funcionarial. Pero indudablemente esas agrupaciones suprarregionales, que después pueden asumir también tareas de Roma, son necesarias.

¿Imagina usted que un día el Papa sea reconocido de nuevo por la Iglesia protestante, la ortodoxa o la anglicana?

Existe un diálogo teológico formal con los ortodoxos, aunque nadie se ha atrevido hasta ahora a abordar este punto candente. Por una parte, el primado del Papa no es del todo ajeno a la tradición ortodoxa, porque Roma siempre ha sido reconocida como la primera sede. Pero por otra, ésta se opone a su estructura de autocefalias (unidades eclesiásticas autónomas), de manera que muchas sensibilidades históricas se oponen al reconocimiento y lo dificultarán. Quizás haya ámbitos aislados donde sea menos complicado. No debemos confiar en éxitos rápidos, pero hay que luchar por ellos.
En su respuesta a la encíclica del Papa sobre ecumenismo, los anglicanos han desarrollado una visión para entender el papado que supone un paso hacia Roma. Además, está el diálogo sobre «Authority in the Church», que tiene como trasfondo esta cuestión. También aquí se dan acercamientos, aunque el origen histórico del anglicanismo obstaculiza el camino. Ya se verá.
El protestantismo es muy heterogéneo. Por un lado están las Iglesias protestantes tradicionales -luterana reformada, metodista, presbiteriana, etcétera-, que en numerosas zonas del mundo se encuentran sumidas en una crisis. Se observa un desplazamiento del peso del protestantismo de las Iglesias históricas clásicas a las evangélicas, a las pentecostales, a los movimientos fundamentalistas en los que aparece una revitalización de la fe protestante y una cierta refundición de los pesos históricos. Los evangélicos y los fundamentalistas han sido siempre los enemigos clásicos del papado. Pero hay cambios asombrosos, porque comprenden que en realidad el Papa es la roca, y representa claramente ante todo el mundo aquello que también ellos profesan enfrentándose a los modernos intentos de aguar el cristianismo. Así, en cierto sentido consideran al Papa un aliado, a pesar de que siguen manteniendo sus antiguas reservas. Es decir, que el panorama es muy dinámico. Debemos esperar con confianza, pero también armarnos de paciencia.


Tomado de “Dios y el mundo. Una conversación con Peter Seewald”

corazón (1)

Tras mayo y María, junio y el Sagrado Corazón... ahora en junio, correspondamos, amemos, creamos, vivamos todo con todo el corazón...

Una gusanito va de camino y se encuentra un saltamontes a la vera del camino.
- ¿Hacia donde te diriges?
- Anoche soñé que desde la cima de la gran montaña veía todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo...
- ¡Estas loco!, ¿cómo llegarás allí siendo tan pequeño?... Una piedra es para ti como una montaña, un charquito es un mar y cualquier tronco es una barrera infranqueable...
Pero el gusanito no escuchaba. Su diminuto cuerpo no dejó de moverse. Pero al rato oyó la voz de un escarabajo preguntando hacia dónde se dirigía con tanto empeño. La oruga contó una vez más su sueño y el escarabajo no pudo contener la risa, y dijo:
- Ni yo, con patas tan grandes, intentaría realizar algo tan ambicioso
Y allí se quedó rodando por el suelo muerto risa. Pero la oruga continuó su camino, avanzando unos cuantos centímetros.
Del mismo modo la araña, el topo y la rana le aconsejaron desistir:
- ¡No lo lograrás jamás!
Pero el minúsculo cordado en su interior sentía un impulso que lo obligaba a seguir.

Agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar. "Estaré mejor", fue lo último que dijo y murió.

Aquella mañana el sol brilló de una manera especial. Todos los animales del valle fueron a mirar los restos de aquel loco que había construido su refugio como un monumento a la insensatez pues murió por querer realizar un sueño irrealizable. Sí, aquella tumba sería una advertencia para los atrevidos... Pero de pronto, aquello capa dura comenzó a resquebrajarse y ante la sorpresa general pudieron contemplar co mo salían del interior unos ojos y unas antenas... No podían ser las de la oruga que había muerto. ¿Entonces qué? Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas de mariposa de aquel impresionante ser que tenían en frente, el que realizaría su sueño, el sueño por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.

sábado, 26 de junio de 2010

la ultima cima... ejercicios

... a las monjas de Tulebras.

Pablo reflexiona sobre:
- la Palabra
- la vida
- la muerte, etc.

También aborda las dificultades concretas
que surgen a la hora de vivir la fe.

Por supuesto los textos llevan
ese toque de ironía y buen humor
que tanto le caracterizaban...

Buena lectura para el verano
y buen regalo para los amigos.

Nota: Y si quieres mas vida...
visitalas!
Nadie quedará defraudao

viernes, 25 de junio de 2010

la ultima cima... carta del director


Queridos todos:
Ayer, gracias a Pablo Domínguez, tuve una de las experiencias más felices de mi vida. Sé que va a ser imposible que pueda transmitirlo con fidelidad, y que sólo quien lo haya vivido podrá comprenderme. Aún así, me arriesgo a contarlo, confiando en que lo poco que pueda transmitir sirva de estímulo a quien lo lea.
Ayer pasé la tarde en el Convento de las Hermanas Clarisas de Aguilera, que muchos conocen como “las monjas de Lerma”, otro convento vecino de la misma orden. Cinco horas sumergido en felicidad, en alegría, en paz y en buen humor. Cinco horas para romper, en los primeros cinco minutos, cualquier prejuicio o tópico sobre las monjas. Cinco horas de ternura y de belleza, de sencillez. Cinco horas de besos, abrazos, caricias y sonrisas. No es una metáfora y, por eso, lo repito: besos, abrazos, caricias y sonrisas. Cinco horas de bromas y tomaduras de pelo. Aplausos, risas, lágrimas… canciones, bailes, oraciones. Ternura y más ternura. Ojos preciosos, sonrisas abiertas, juventud. Cuesta creer que no haya un patrón mínimo de belleza física para poder ser monja allí. ¡Son todas guapas! Son súper-guapas, una pasada… Por la mañana, hablando con una periodista, dije que “Dios no hace selección de personal, se pone al servicio de todos”. Hoy debo añadir un matiz, porque estoy convencido de que Dios sí hace selección de personal, al menos para entrar en el convento de clarisas: son todas guapas. Que vaya un director de casting de una agencia de modelos y lo compruebe. Belleza y más belleza.
Tuve el privilegio de ver con ellas LA ÚLTIMA CIMA , con la banda sonora improvisada y espectacular de sus carcajadas, aplausos… y el silencio aplastante de las lágrimas. Porque querían y quieren mucho a Pablo Domínguez, su confesor, su amigo, de quien me contaron sucesos dignos de empezar la segunda parte de esta película. Me fui de Lerma con alegría y con pena: ¡cómo cuesta despedirse de ellas! Es como conectarse a la corriente durante unas horas para luego, con las pilas cargadas, sentirte capaz de enfrentarte a todo. Pablo Domínguez fue a Lerma durante cinco años, un día cada semana. Me bastaría ese dato para comprenderlo todo. Quien pasa por Lerma, se come el mundo. Si los abrazos, los besos, las canciones, los bailes… son capaces de tocarte el corazón y dejártelo como el requesón… rezar con las monjas, asistir a misa con ellas… te deja hecho papilla.
Nunca en mi vida me habían invitado a postrar mi cabeza en el vientre embarazado de la Virgen María. ¡Físicamente, no como un juego de palabras hermoso! No me habían invitado nunca a depositar en las manos de la Virgen, cruzadas ante su pecho, todas mis inquietudes y deseos. Nunca hasta ayer había tocado y sentido el palpitar del corazón de la Virgen, mi mamá del cielo. Nunca, hasta ayer, había sentido el calor de su regazo. En Lerma no hay esculturas de madera o de metal. Ni monjas de cartón. En Lerma todo está vivo, todo tiene la temperatura del corazón amable de Dios. Hoy sólo puedo dar gracias a Dios, a Pablo, a Sara, a Verónica, a Esther, a Paloma, a Inés, a Ana… suma y sigue hasta 150 agradecimientos, uno por uno.Hago esfuerzos titánicos por no abrir las cajas de chocolates que me regalaron para mis hijas, a las que veré mañana. Si son tan dulces como las mujeres que lo han hecho… me dará mucha alegría y mucha pena terminar de comérmelos. ¡Quiero volver a verlas! ¡Tengo 150 hermanas nuevas en mi familia!

lunes, 21 de junio de 2010

Acto de reparación al Sgdo. Corazón de Jesús

¡Dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido en pago, de los ingratos,
más que olvido, negligencia y menosprecio! vednos postrados ante vuestro altar, para reparar
con especiales homenajes de honor la frialdad indigna de los hombres y las injurias
que en todas partes hieren vuestro amantísimo Corazón.

Mas recordando que también nosotros alguna vez nos manchamos con tal indignidad,
de la cual nos dolemos ahora vivamente, deseamos ante todo obtener para nuestras almas
vuestra divina misericordia, dispuestos a reparar con voluntaria expiación
no sólo nuestros propios pecados, sino también los de aquellos que,
alejados del camino de la salvación y obstinados en su infidelidad,
o no quieren seguiros como Pastor y Guía, o, conculcando las promesas del bautismo,
han sacudido el suavísimo yugo de vuestra ley.

Nosotros queremos expiar tan abominables pecados, especialmente la inmodestia y deshonestidad de la vida y de los vestidos, las innumerables asechanzas tendidas contra las almas inocentes, la profanación de los días festivos, las execrables injurias proferidas contra Vos y contra vuestros Santos, los insultos dirigidos a vuestro Vicario y al Orden Sacerdotal, las negligencias y horribles sacrilegios con que es profanado el mismo Sacramento del Amor y, en fin, los públicos pecados de las naciones que ponen obstáculos al magisterio de la Iglesia por Vos fundada.


¡Ojalá que nos fuera dado lavar tantos crímenes, con nuestra propia sangre! Mas, entre tanto, como reparación del honor divino conculcado, uniéndola con la expiación de la Virgen, nuestra Madre, de los Santos y de las almas buenas, os ofrecemos la satisfacción que Vos mismo ofrecisteis un día sobre la Cruz al eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros altares, prometiendo de todo corazón que, en cuanto nos sea posible y con el auxilio de vuestra gracia, repararemos los pecados propios y ajenos y la indiferencia de las almas hacia vuestro amor, oponiendo la firmeza de la fe, la inocencia de la vida, y la observancia perfecta de la ley evangélica, sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos además por impedir que seáis injuriado y por atraer a cuantos podamos para que vayan en vuestro seguimiento. ¡Oh benignísimo Jesús! por intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, os suplicamos que recibáis este voluntario acto de reparación, concedednos que seamos fieles a vuestros mandamientos y a vuestro servicio hasta la muerte y otorgadnos el don de la perseverancia final, con el cual lleguemos felizmente a la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vivís y reináis, Dios por todos los siglos. Amén.

el perdón de los cristianos

La oposición a la Iglesia

"Si yo no fuera católico, y estuviera en búsqueda de la verdadera Iglesia en el mundo actual, buscaría una Iglesia que no se llevara bien con el mundo; en otras palabras, buscaría la Iglesia que fuera odiada por el mundo, debiendo ser odiada tanto como lo fue Él cuando en su carne habitó la tierra.
Si encontraras a Cristo en alguna iglesia hoy, sería en la iglesia con la que el mundo no se lleva bien. Busca la iglesia que es acusada de ser retrógrada,
así como Cristo fue acusado de ser ignorante y de nunca haber aprendido… Busca la iglesia rechazada por el mundo por sostener ser infalible,
como Pilato rechazó a Cristo porque Él se llamó a sí mismo la Verdad. Busca la iglesia rechazada por el mundo así como nuestro Señor
fue rechazado por los hombres. Busca la iglesia que en medio de la confusión de opiniones conflictivas, sea amada por sus miembros así como aman a Cristo, y respetan su voz así como la misma voz de su Fundador, y la sospecha crecerá, que si Cristo no es popular con el espíritu del mundo,
entonces ésta Iglesia no es mundana, y si no es mundana, es de otro mundo. Puesto que es de otro mundo es infinitamente amada e infinitamente
odiada como Cristo mismo. Pero solo aquello que es divino puede ser infinitamente odiado e infinitamente amado. Por lo que la Iglesia es divina". Fulton Sheen


No espere morir para ir a la iglesia, que le lleven en carroza fúnebre porque entonces... irá a pesar de la temperatura, los sentimientos de su familia, la condición de su cuerpo.
Irá usted al altar, pero no podrá orar. Irá, sin importar cuántos hipócritas (a su juicio) haya en la iglesia. Irá, a pesar de que lo necesitan mucho en el trabajo y en su empleo...
No podrá disfrutar del canto, por armonioso y bello que sea.
Lo que el sacerdote diga, ya no lo podrá usted poner en práctica.
Estará usted muy necesitado, pero nadie ya podrá ayudarle.
Ya nunca más podrá usted ir a la iglesia.
Tendrá muchas flores a su alrededor, pero no podrá disfrutar de las mismas.
El sacerdote preferirá ayudarle hoy que tratar de consolar a sus seres queridos si usted muriera alejado de Dios.

NO al crimen - 2

Gustavo Bueno: el aborto y el fundamentalismo democrático
La ley de plazos del aborto, una vez aprobada por las Cortes, se convierte en una ley democrática. Ahora bien, una ley que se justifica por principios hilemórficos propios de la época de Aristóteles o Santo Tomás y completamente inadmisibles tras el desarrollo del microscopio, es una ley que muestra el nivel de corrupción ideológica de los políticos y científicos que la gestaron. Es por tanto un claro ejemplo de corrupción no delictiva propia del fundamentalismo democrático.


25 años ya... mas de millón y medio de asesinados... vergonzante el silencio. Desde aquí denunciamos el crimen y apostamos por el evangelio de la vida.


Este conmovedor testimonio fue enviado a Vida Humana Internacional con la siguiente nota de la autora : "Aquí le envío un poema que escribí pensando en el hijo que perdí, por quien voy a luchar en contra del aborto toda mi vida y en su memoria. Ojalá lo publicases para que lo lean las mujeres que quizás piensan en abortar, para que no lo hagan."

Padre perdóname, perdóname porque he pecado, he pecado contra ti, contra mí y contra toda la humanidad, de la peor forma que pude algún día imaginar. Tú más que nadie sabes que yo no quise hacerlo, que quise incluso enfrentarme a todos con tal de salvar la vida de mi hijo, pero que me faltó valor para defenderlo de aquellos que lucran con la matanza de niños sin ningún remordimiento, y que ni siquiera yo su propia madre lo pude defender.
Tú más que nadie eres testigo, del dolor que me causó tomar esa triste y fatal decisión que por un tiempo traté de justificar, pensando que era lo mejor, por que no hubiera sabido cómo afrontar tal situación. Sé que las lágrimas no me van alcanzar, sé que la vida tampoco me alcanzará para lamentar la pérdida de mi bebé, y hoy más que nunca sé que la violencia no soluciona nada. Y es más, empeora todos nuestros problemas.

Perdóname Padre, porque en mi ignorancia y desesperación trataba de creer que estaba tomando la mejor solución. ¡Ay!, cuán equivocada estuve , lo que daría por regresar el tiempo y corregir la atrocidad que cometí; lo que daría por tenerlo aunque sea un momento en mis brazos, conocer su rostro. ¡Ay!, Dios mío, ¿ porqué tuvo que ser así? Si alguien me hubiese hablado, me hubiese aconsejado que el aborto no es ninguna solución, que abortar es matar a tu propio bebé, te juro que no lo hubiese hecho; porque no soy tan tonta e inhumana como para no comprender que ante un problema siempre hay alternativas, y que es mejor enfrentar todo problema sin hacer daño a nadie, sin cargar muertos en la conciencia y lo que es peor, tu propio hijo.
Padre, dame fuerzas para poder superar este dolor que día a día me consume, ilumina mi camino ahora que me siento tan culpable y no sé que hacer con mi vida. Si hubiese sabido que después de perder a mi hijo se me iban a quitar las ganas de vivir, la alegría, la paz interior, y todo lo que para mí hasta ese entonces era bueno , estoy segura que no hubiese hecho nada contra mi hijo y hoy lo tendría en mis brazos. Pero ahora de qué me vale arrepentirme si jamás podré volver atrás el tiempo y no hacer lo que hice.

Perdóname Padre, porque mi vida desde ese entonces se ha convertido en un verdadero tormento donde la culpable fui yo. Pero hoy, cansada de tanto dolor y tanta culpa quiero renacer en tu nombre Señor Jesucristo, quiero enmendar mi vida porque sé que con tu infinito amor me puedes perdonar la atrocidad que cometí. Ojalá algún día yo pueda hacerlo. Hoy quiero renacer en tu nombre Señor Jesucristo, quiero convertirme en una persona nueva, y trabajar para que otras mujeres no tengan que pasar por lo que yo pasé. Quisiera poder salvar a todas esas pequeñas criaturas de las más grande y peor de las muertes, que es el aborto.
Sé que todavía existe gente en el mundo que aún ama y respeta la vida y a través de tu palabra y una adecuada educación, hacerles entender lo que es en realidad el aborto : un crimen contra un inocente que no pidió venir al mundo y que no tiene porqué pagar los errores de sus padres. Bendice a todas esas mujeres que sí tienen el coraje para enfrentarse a la vida con sus hijos y que no los abortan, te lo pido Señor, ilumina sus caminos, dales fuerza. Porque yo sé que con tu ayuda y su esfuerzo, pueden progresar por sí mismas y por sus hijos y vivir con la conciencia tranquila y en paz al lado de sus hijos. Bendícelas Señor. Amén. Alondra


PARA LA MUJER QUE ABORTÓ Y ESTÁ ARREPENTIDA. UNA PALABRA DE ALIENTO Y ESPERANZA

Todos los que nos sentimos cristianos y estimamos la vida humana, tenemos que luchar con todas nuestras fuerzas contra esa gran matanza de inocentes que está teniendo lugar cada día en el mundo, con el visto bueno de las autoridades y de las leyes en muchos países, mediante la legalización del aborto.
Pero hoy quiero referirme a un aspecto bastante olvidado de toda esa compleja realidad y dirigir una palabra de aliento y de esperanza a la mujer que en un momento de inconsciencia o de desesperación o movida sabe Dios por qué circunstancias, o aún en el peor de los casos por puro egoísmo, ha destruido la vida del hijo que llevaba en su seno y que luego reflexiona y siente sobre su conciencia el peso del remordimiento, que la sume en la amargura y la frustración.

Es a esta mujer que muchas veces arrastra su pecado como un fardo y de la que nos olvidamos tan fácilmente, a la que quiero decirle hoy: enciende en tu vida una luz y una esperanza, levanta tus ojos hacia ese Dios que es siempre misericordioso, que siempre ama y perdona y verás que todo pecado tiene redención.
Lo único que Él nos exige es el arrepentimiento. Pero no un arrepentimiento desesperado como el de Judas que lo llevó al suicidio, sino el arrepentimiento confiado como el de Pedro que lo llevó a la conversión. Sí, tu vida puede ser todavía muy útil, puedes hacer mucho bien en el mundo y sentir así el gozo que se origina después de dar la mano al que la necesita. Sólo hace falta que te vuelvas a El y le digas una sola palabra, pero llena de dolor, de confianza, con deseo de rectificación.
Aprendamos todos el ejemplo de Jesucristo en el Evangelio, que debe ser para nosotros los cristianos la suprema norma de conducta. Él siempre andaba rodeado de pecadores, a pesar del escándalo de los fariseos. Jamás justifica su pecado, ni les defiendía tranquilizándoles con las palabras "no tiene importancia, no se preocupen. Al contrario, les hacía sentir toda la gravedad de su pecado, pero no para rechazarlos o para hundirlos, sino para levantarlos. Él siempre ama y siempre perdona y da la mano al pecador que se le acerca. ¡Con qué respeto trata a la mujer adúltera a quien aquellos acusadores hipócritas despreciaban! Jesús le dice: "Vete en paz y no peques más!" ¡Con qué delicadeza ofrece el agua pura de la gracia a la mujer samaritana junto al pozo de Jacob! ¡Con qué complacencia se deja lavar los pies por la Magdalena pecadora, que ha pecado mucho pero que después ha amado mucho! ¡Con qué solicitud atiende a Zaqueo el ladrón y se va a pasar el día a su casa para que entre en ella la salvación! ¡Con qué rapidez escucha el grito de arrepentimiento del ladrón en la cruz y le dice: "¡Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso!" Para Él no hay ningún pecado tan grande que no pueda ser redimido.
Por eso también te ama a ti, mujer, y quiere restaurar tu vida. Quizás la mejor reparación sería que si ahogaste una vida salves otras muchas, y que si tu hijo no llegó a nacer, que otros hijos nazcan porque tú defendiste sus vidas y ayudaste a sus madres. Y si tu hijo no llegó a crecer, otros hijos crezcan porque tú viviste en actitud de caridad y de servicio para los más pequeños y los más indefensos.
Y para aquellas otras mujeres que han cometido tu mismo pecado y endurecidas y despreocupadas siguen abortando, y que no han sentido siquiera el aguijón del remordimiento; que tu oración las acompañe, para que también ellas abran sus ojos a la luz, para que también ellas se encuentren con la mirada penetrante y amorosa de Cristo, para que también ellas se salven.

Mujer, tú que no quisiste ser madre un día, tienes todavía mucho que hacer en el mundo. Tu recuerdo doloroso es acicate para que crezca tu generosidad y tu entrega a los demás. Tal vez algún día te encuentres en la vida eterna --porque nosotros no podemos poner límites a la misericordia de Dios-- con aquel hijo que no llegaste a conocer en la tierra y a quien Él por caminos extraordinarios y misteriosos ha dado también la gracia y la salvación.

Nota: Este artículo fue escrito por Monseñor Eduardo Boza Masvidal, Obispo de Los Teques, Venezuela.

domingo, 20 de junio de 2010

sacerdote para siempre

el mundial... oración

Dios todopoderoso,creador de todo,
mientras personas de todas las naciones se congregan, con pasión y entusiasmo
para la Copa Mundial de Fútbol 2010, que nosotros los sudafricanos podamos ser buenos anfitriones,
que nuestros visitantes sean huéspedes bienvenidos y que los jugadores de todos los equipos sean bendecidos
con un buen espíritu deportivo y con la salud. Que tu Espíritu de equidad,justicia y paz prevalezca
entre jugadores y participantes.

Que puedan contribuir, cada uno a su manera, de forma positiva
para la prevención, el control y la lucha contra el crimen y la corrupción, el vandalismo
de cualquier tipo y la explotación y el abuso, sobre todo de los más vulnerables.


Que aquellos que están lejos de sus hogares y de sus familias encuentren mucha alegría con ocasión
de la celebración del hermoso juego del fútbol y del bello juego de la vida conforme a Tu plan
para el bien común de todos. Amén. Conferencia Episcopal Sudafricana.

Laura Antonelli

Recuerdo muy bien a Laura Antonelli. Era bellísima, famosa y rica.
En los años 70 se convirtió en lo que ahora llamarían un “mito erótico”.
Ella contribuyó a conseguirlo exhibiendo su cuerpo sin el menor pudor
en todas las pantallas del mundo.
Con la madurez, llegó el declive de su carrera. Además, una operación
de cirugía estética de terribles consecuencias y una condena por posesión de cocaína
acabaron definitivamente con su imagen pública. Sin trabajo y sin ingresos,
terminó en la indigencia. Según parece, tras diez años de miseria absoluta, el actor Lino Banfi
la visitó en su casa y se le «encogió el corazón» al ver a una anciana sola y desfigurada,
que sobrevivía con poco más de 500 euros y se alimenta gracias a la parroquia y algunas almas caritativas.
Banffi denunció la precaria situación de la actriz en las páginas de Il Corriere della Sera,
y solicitó que se aplicara una disposición legal de 1985 que prevé conceder una pensión vitalicia
a figuras de la cultura o el deporte para que no se vean desposeídos de todo.
El Gobierno de Berlusconi, en efecto, respondió positivamente al requerimiento y le otorgó
una ayuda cuya cuantía no se ha hecho pública.

Hoy leo en un diario digital el final de la historia: Antonelli, agradecida, rechaza la limosna estatal.
Prefiere vivir retirada de todo en la pobreza. Confiesa no encender la televisión desde hace veinte años:
—Sólo escucho Radio María y rezo —ha declarado—. La vida terrenal ya no me interesa.
Hace años que estoy muerta y me gustaría ser olvidada.

más de la última cima



¿todavía no la has visto? si es así... muy maaaaal.

viernes, 18 de junio de 2010

sacerdotes...

En el s.XIII los valdenses también querían renovar la Iglesia
pero a base de criticar públicamente al clero.

En una ocasión, un valdense observó la gran reverencia
que San Francisco tenía por los sacerdotes
y le dijo que el párroco de aquel lugar vivía en pecado...
- ¿Tenemos que creer en sus enseñanzas y respetar los sacramentos que celebra?

San Francisco fue al sacerdote, se arrodilló ante el y tomó sus manos diciendo:
- Yo no se si estas manos están manchadas como dicen.
Pero si se que aunque lo estuvieran, en ningún modo se pierde
el poder y la efectividad de los sacramentos de Dios...

Por eso beso estas manos, por respeto a lo que hacen
y respeto por Aquel que les dio Su autoridad.


Ver enciclica de Juan XXIII sobre los sacerdotes en esta dirección:
http://translate.google.es/translate?hl=es&sl=it&u=http://www.vatican.va/holy_father/john_xxiii/encyclicals/documents/hf_j-xxiii_enc_19590801_sacerdotii_it.html&ei=w4kbTK_1PNXW4gbiqvGWCg&sa=X&oi=translate&ct=result&resnum=2&ved=0CCEQ7gEwAQ&prev=/search%3Fq%3Dsacerdoti%2Bnostra%2Bprimordia%26hl%3Des%26sa%3DG

TE ENTREGO SEÑOR
mi vida; hazla fecunda.
mi voluntad; hazla idéntica a la tuya.
TOMA
mis manos; hazlas acogedoras.
mi corazón; hazlo ardiente.
mis pies; hazlos incansables.
mis ojos; hazlos transparentes.
mis horas grises; hazlas novedad.
mi niñez; hazla sencilla.
mis cansancios; hazlos tuyos.
mis veredas; hazlas tu camino.
mis mentiras; hazlas verdad.
mis muertes; hazlas vida.
mi pobreza; hazla tu riqueza.
mi obediencia; hazla tu gozo.
mi nada; hazla lo que quieras.
mi familia hazla tuya.
mis amigos; hazlos tuyos.
mis pecados, mis faltas de amor, permanentes desilusiones; transfórmalo todo.
mis cruces y déjame volar.
mis flores marchitas y déjame ser libre.
Hazme nuevo en la donación, alegría en la entrega,
gozo desbordante al dar la vida, al gastarme en tu servicio. AMEN.

SAL Y SOL DE LA TIERRA (1)

Aguzad vuestra mirada: el Señor es nuestro espejo.
Abrid los ojos y miraos en él: aprenderéis los rasgos de vuestro rostro.
Cantad himnos a su Espíritu; limpiaos el barro de vuestro rostro.
Amad su santidad y revestíos de ella: estaréis con él, sin mancha, por los siglos.
ODAS DE SALOMON 13,1-4

El tiempo se ha cumplido y está cerca el Reino de los Cielos:
convertíos y creed en el Evangelio... es decir, renunciar a las obras muertas
y creed en el Dios vivo. ¿De qué sirve creer sin las buenas obras?
No es el mérito de las buenas obras lo que nos ha conducido a la fe,
sino la fe quien comienza para que las buenas obras le sigan.
S.BEDA EL VENERABLE. Comentario a Mc 1,1-15.

lunes, 14 de junio de 2010

la ultima cima (año sacerdotal)

Juan Manuel Cotelo quedó impactado tras conocerle en una conferencia. Doce días después falleció el sacerdote.
Cotelo, actor, guionista y director de cine y televisión, se autodenomina simplemente «contador de historias que merezcan la pena ser contadas». Ha dirigido también producciones como «El sudor de los risueñores»
y es autor del libro «Opera Prima».

Cotelo confiesa que un amigo le invitó a grabar la charla del Pablo: «yo no veía por ninguna parte el interés en conocer a un sacerdote más ¡Y ése fue mi error! Porque Pablo no era "un sacerdote más", sino un buen sacerdote... Por quitarme de encima la insistencia de mi amigo fui y la grabé. Además, hablé con él unos escasos minutos y comprobé su buen humor y su generosidad. No dudó en decirme: "si puedo ayudarte en algo, sólo tienes que pedírmelo". Aquello me impresionó porque sentí que lo decía en serio».

Pablo Domínguez Prieto era el decano de la facultad de Teología San Dámaso de Madrid. Doctor en Filosofía y en Teología, publicó 7 libros y decenas de artículos, impartió más de 50 conferencias. Era un buen alpinista y escalador. Coronó todas las cimas españolas superiores a 2.000 metros y otras superiores en los Alpes y los Andes. Cuando podía, celebraba misa en la cumbre.


Cotelo destaca «su alegría y buen humor, su optimismo, incluso en los momentos más dramáticos, porque confiaba totalmente en su gran amor: Dios...
"que no es un amigo cualquiera, sino que es un Padre Todopoderoso", dicho con sus palabras: Estaba enamorado de Dios y servía a Dios sirviendo a los demás. Ésa era la segunda cualidad que llamaba más la atención en él: su reacción inmediata para ponerse al servicio de cualquier persona, fuera quien fuese... Estaba enamorado de la Iglesia. Por último, estaba enamorado de las montañas, de la naturaleza, el lugar en el que se encontraba con Dios de modo más íntimo. En resumen, diría que el amor de Pablo a Dios era el mismo amor que tenía a los demás, a la Iglesia y al mundo. Todo lo unía en Dios».

Cotelo recuerda que el día en que se enteró de la muerte de Pablo «escribí a un amigo montañero y, para mi sorpresa, me respondió llorando, diciéndome que había muerto "su amigo Pablo". ¡Yo no sabía que eran amigos! Desde ese día hasta hoy sigo topando con amigos de Pablo, del modo más inaudito. Con eso he descubierto que conocer a Pablo era querer a Pablo».


Cuando le sugirieron hacer una película sobre Pablo, Cotelo se negó rotundamente. Pero poco a poco «fui conociendo a personas que habían tratado a Pablo y que me contaban de qué modo el cariño que habían recibido de parte suya había transformado sus vidas. Había que estar ciego para no darse cuenta de que su historia merecía la pena ser contada. Además, siempre he concentrado mi trabajo en contar historias de personas buenas, sin prestar atención a los que hacen el mal, porque personalmente no me interesan esas historias de las que, además, se ocupan muchos otros con gran profesionalidad. Pablo es la demostración de que cualquier persona puede tener una vida fértil. Porque sus virtudes son accesibles a cualquiera. Gracias a él, ahora procuro escuchar con más atención a las personas, prestar pequeños servicios a quien se ponga delante, sonreír cuando no me apetece, alterar mi horario sin enfadarme cuando surge alguien que me lo pide... y unas cuantas cosas más en las que veo que él era mucho mejor que yo. Sobre todo, procuro buscar a diario y en todo la voluntad de Dios para mí», agrega. «Por último, con Pablo uno puede descubrir que el Cielo no está "más allá" ni empieza "más tarde", sino que desde ahora uno ya puede empezar a vivir en el Cielo, si dejas que Dios entre en tu vida».

Este trabajo le ha permitido a Cotelo encontrarse con la belleza de la vocación sacerdotal que para él «es la belleza de un Dios humilde quien, pudiendo actuar sin depender de nadie, nos hace llegar su gracia a través de otros hombres... Cristo, pudiendo dar de comer a una multitud, con un simple chasquido de dedos, lo hizo con la colaboración de hombres vulgares: "dadles vosotros de comer". Y hoy sigue actuando igual... Son los sacerdotes quienes nos dan el alimento para el alma, que no es suyo, sino del mismo Dios, que se nos entrega en persona a cada uno.
Es innegable que Pablo ha vivido y ha fallecido con fama de santidad, sin eufemismos: santidad real... Lo que destacan de él quienes le trataron no son sus cualidades intelectuales, a pesar de tener dos licenciaturas y dos doctorados. Pero me sorprendió que nadie diera importancia a eso, a pesar de ser cierto. De él destacaban sus virtudes: su alegría, su humildad, su generosidad, su amor a Dios, su castidad, su desprendimiento de todo lo material...»

domingo, 13 de junio de 2010

protestamos (2)


La noticia es vieja pero no por eso hay que dejarla escapar... Hay que hacer seguimiento estrecho del tema de la laicidad y aconfesionalidad del Estado...

El letrado José Luis Mazón junto a una colega de profesión, Encarnación Martínez Segado, y la Asociación Preeminencia del Derecho,
de la que ambos son presidente y vicepresidenta, han presentado un recurso ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo
del Tribunal Superior de Justicia de Madrid,por el que solicitan la «retirada de símbolo religioso de espacio público
(el denominado 'Cristo de Monteagudo')».
NOTA: El primer Cristo de Monteagudo fue erigido, en honor al Sagrado Corazón de Jesús, durante el reinado de Alfonso XIII.
El proyecto, impulsado en 1921 por una comisión de próceres locales, fue financiado por suscripción popular
entre el alborozo de los murcianos, que organizaron diversos actos religiosos, recordando la consagración de España
al Sagrado Corazón de Jesús. La inauguración del monumento se celebró el 31 de octubre de 1926.
Aquel Cristo de Monteagudo -como el del Cerro de los Ángeles- sería destruido diez años más tarde, en plena vorágine cristofóbica
desatada por la Guerra Civil. Algunos años más tarde, en 1951 exactamente, otro monumento fue levantado
sobre las ruinas del antiguo; y ahora, como ocurriera en 1936, otra nueva vorágine cristofóbica trata de derribarlo,
aduciendo que se trata de una «reliquia del totalitarismo católico impuesto por el régimen de Franco,
que sobrevive sobre el castillo musulmán de Monteagudo, cuya belleza destroza». El odium fidei se disfraza
con ropajes diversos, aclimatándose a la época en que trata de imponerse; en esta fase «democrática» de la historia,
el odium fidei, que en épocas perfumadas por el aroma de la sangre no necesitaba para imponerse sino la expansión
de los más sórdidos instintos criminales, se emperifolla con la coartada legalista, amparándose además en la ignorancia histórica
que corrompe a un pueblo reducido a la esclavitud. El Cristo no es ninguna «reliquia del totalitarismo católico
impuesto por Franco», sino expresión de una fe popular que fue perseguida y abatida por el plomo durante la Guerra Civil;
y este episodio cristofóbico que trata de volver a destruirlo, como ocurriera en 1936, no es sino otra expresión
-más meliflua, si se quiere- del mismo odio de antaño.

La petición, se basa en la llamada 'jurisprudencia Lautsi' del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH),
con sede en Estrasburgo, que recientemente obligó al Estado italiano a retirar los crucifijos de las aulas
de los colegios públicos... Mazón y sus compañeros de la Asociación Preeminencia del Derecho al afirmar que
«la citada estatua, aparte de constituir una enfermiza incrustación que profana el castillo hispano-musulmán
del último rey islámico, y patrimonio histórico, está ubicada en terrenos propiedad del Estado,
por lo que proyecta la identificación de éste (el Estado) con el credo católico del cual dimana (la estatua)»,
lo que según ellos contraría la laicidad y aconfesionalidad del estado, sólo muestran su feroz jacobinismo.
Recordaban en el escrito dirigido a la Administración Pública, el pasado 15 de enero,
que este organismo disponía de 20 días para contestar a la solicitud y ya anunciaban que, de ser negativa la respuesta,
interpondrían un procedimiento judicial de tutela de derechos fundamentales. Como el Ministerio no respondió
en 20 días, Mazón, Martínez Segado y sus compañeros han cumplido la advertencia y han interpuesto recurso...
El Alcalde, Miguel Ángel Cámara, no concebe "Monteagudo sin su Cristo; la sola idea “me parece una barbaridad”.
"Sentimos tener que darle protagonismo a esta gente pero no nos queda otra que manifestarnos
para proteger lo que es parte de nuestra historia". Así reaccionó el alcalde a la noticia de la demanda.
La junta municipal de Monteagudo decidió actuar con la máxima celeridad posible y convocó un pleno extraordinario
para mostrar el rechazo de "la mayor parte de la pedanía". "No podemos eliminar parte de nuestra historia.
Aquí viven los hijos de mucha gente que participó en la construcción del monumento
y lo que parece claro es que la mayoría de los vecinos quiere que se quede donde está". Por su parte,
el Obispo de Cartagena, monseñor José Manuel Lorca Planes, ha defendido la presencia de la estatua porque
"a un pueblo no se le puede tocar su historia porque se le hace daño". El obispo considera que este monumento
es comparable al del Corazón de Jesús de Río de Janeiro, en Brasil, que "no plantea ninguna cuestión".
"La fe de este pueblo tiene 2.000 años de historia y tiene derecho a manifestarla", finalizó.
Si se ponen a derribar símbolos religiosos, lo suyo sería quitarlos todos, debajo del Cristo hay
un bonito castillo musulmán que, con ese criterio, también debería ir fuera, lo mismo que la Alhambra
o cualquier otro monumento erigido por cualquier religión. Y Mazón -¿masón?- y los suyos deberían internacionalizarse
y, de una buena vez, pedir que se destruyan las pirámides de Egipto porque se erigieron en honor
a los faraones que eran considerados dioses. Además, se construyeron con esclavos una dictadura de las más crueles
que ha conocido la humanidad. Y por respeto a la memoria de sus víctimas, habría que -con este absurdo argumento-
acabar con las pirámides. Y si seguimos con más ejemplos, no acabaríamos.

Otro episodio cristofóbico más abyecto aún, al cobijo de la llamada ley de Memoria Histórica, sucede en
el monasterio de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, que los cristófobos de hogaño pretenden convertir
en una suerte de museo de los horrores del franquismo. Pero para ello hace falta negar el sentido religioso
de aquel monumento, que la cruz de piedra más alta de Europa pregona a los cuatro puntos cardinales;
un sentido que la presencia de monjes benedictinos en el lugar hace patente. La coartada legalista
ha prohibido ya el acceso al recinto; pero su objetivo más inmediato es expulsar a los monjes benedictinos del monasterio.
Tal expulsión, que podría consumarse en las próximas semanas, permitirá invertir su verdadera naturaleza:
un monasterio benedictino encomendado, bajo la advocación de la Cruz, a la oración por los muertos caídos
en una guerra fratricida se convierte así en un monumento al odio; o sea, la «abominación de la desolación»
de la que nos hablaba el profeta Daniel. Y es que en el episodio del Cristo y en el Valle de los Caídos,
disfrazado de coartadas legalistas, hallamos el mismo odio de antaño, la misma cristofobia que derribaba estatuas
del Sagrado Corazón y vaciaba de monjes los monasterios.

NOTA: A este monumento del Valle de los Caídos se refiere Juan XXIII en su CARTA APOSTÓLICA SALUTIFERAE CRUCIS,
cuando erigió ese templo a la dignidad de Basílica, en estos términos: "Yérguese airoso en una de las cumbres
de la sierra de Guadarrama, no lejos de la Villa de Madrid, el signo de la Cruz Redentora,
como hito hacia el cielo, meta preclarísima del caminar de la vida terrena, y a la vez extiende sus brazos piadosos
a modo de alas protectoras, bajo las cuales los muertos gozan el eterno descanso".
"Este monte sobre el que se eleva el signo de la Redención humana ha sido excavado en inmensa cripta,
de modo que en sus entrañas se abre amplísimo templo, donde se ofrecen sacrificios expiatorios y continuos sufragios
por los Caídos en la guerra civil de España, y allí, acabados los padecimientos, terminados los trabajos
y aplacadas las luchas, duermen juntos el sueño de la paz, a la vez que se ruega sin cesar por toda la nación española".

VIDA

Eres Vida. Fuente de Vida.
Más allá del alcance de mi pensamiento, vives,
Palabra eterna de Dios, Hijo del Padre.
Eres Vida, Vida eterna increada y origen de vida.
Todo nace del poder de tu Palabra.
Yo soy pronunciamiento de tu boca, aliento de tu Espíritu.
Soy en Tí. Soy por Tí. Soy Contigo.
Tu Vida es mi vida, mi luz.
Soy como chispa de Dios que enciende de divinidad mi ser.
Cuando rechazo tu Luz en mí quedo en sombra de muerte.
Vivo a tientas, inseguro, ciego...
¡Oh, Verbo eterno del Padre,
sé Tú Vida de mi vida y Luz de mi razón!.
Amén.

año sacerdotal: concluyó

El Año Sacerdotal ha llegado a su fin. La Iglesia ha reflexionado y valorado pero principalmente orado por todos sus sacerdotes;
ha cado también por el sufrimiento ante los graves pecados de algunos pocos sacerdotes. Oremos fervientemente para que todos los sacerdotes, fieles al Amor del Corazón de Jesús, se entreguen completamente a Aquel que los ha llamado;
para que nuestro Sumo Pontífice continúe guiando por mucho tiempo a la Iglesia con el amor de padre, la sabiduría de maestro, y la firmeza de la Roca.

“El sacerdocio no es un simple «oficio», sino un sacramento: Dios se vale de un hombre con sus limitaciones para estar,
a través de él, presente entre los hombres y actuar en su favor. Esta audacia de Dios, que se abandona en las manos de seres humanos;
que, aun conociendo nuestras debilidades, considera a los hombres capaces de actuar y presentarse en su lugar,
esta audacia de Dios es realmente la mayor grandeza que se oculta en la palabra «sacerdocio».
Que Dios nos considere capaces de esto; que por eso llame a su servicio a hombres y, así, se una a ellos desde dentro,
esto es lo que en este año hemos querido de nuevo considerar y comprender.
Queríamos despertar la alegría de que Dios esté tan cerca de nosotros, y la gratitud por el hecho de que Él se confíe a nuestra debilidad;
que Él nos guíe y nos ayude día tras día. Queríamos también, así, enseñar de nuevo a los jóvenes que esta vocación,
esta comunión de servicio por Dios y con Dios, existe; más aún, que Dios está esperando nuestro «sí».
Junto con la Iglesia, hemos querido destacar de nuevo que tenemos que pedir a Dios esta vocación.
Pedimos trabajadores para la mies de Dios, y esta plegaria a Dios es, al mismo tiempo, una llamada de Dios
al corazón de jóvenes que se consideren capaces de eso mismo para lo que Dios los cree capaces. Era de esperar que al «enemigo»
no le gustara que el sacerdocio brillara de nuevo; él hubiera preferido verlo desaparecer, para que al fin
Dios fuera arrojado del mundo. Y así ha ocurrido que, precisamente en este año de alegría por el sacramento del sacerdocio,
han salido a la luz los pecados de los sacerdotes, sobre todo el abuso a los pequeños, en el cual el sacerdocio, que lleva a cabo
la solicitud de Dios por el bien del hombre, se convierte en lo contrario. También nosotros pedimos perdón insistentemente a Dios
y a las personas afectadas, mientras prometemos que queremos hacer todo lo posible para que semejante abuso no vuelva a suceder jamás;
que en la admisión al ministerio sacerdotal y en la formación que prepara al mismo haremos todo lo posible para examinar
la autenticidad de la vocación; y que queremos acompañar aún más a los sacerdotes en su camino, para que el Señor
los proteja y los custodie en las situaciones dolorosas y en los peligros de la vida. Si el Año Sacerdotal hubiera sido
una glorificación de nuestros logros humanos personales, habría sido destruido por estos hechos. Pero, para nosotros,
se trataba precisamente de lo contrario, de sentirnos agradecidos por el don de Dios, un don que se lleva en «vasijas de barro»,
y que una y otra vez, a través de toda la debilidad humana, hace visible su amor en el mundo. Así, consideramos lo ocurrido como una tarea de purificación,
un quehacer que nos acompaña hacia el futuro y que nos hace reconocer y amar más aún el gran don de Dios. De este modo,
el don se convierte en el compromiso de responder al valor y la humildad de Dios con nuestro valor y nuestra humildad.
La palabra de Cristo, que hemos entonado como canto de entrada en la liturgia de hoy, puede decirnos en este momento
lo que significa hacerse y ser sacerdote: «Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón» (Mt11,29).”

“«Tu vara y tu cayado me sosiegan»: el pastor necesita la vara contra las bestias salvajes que quieren atacar el rebaño;
contra los salteadores que buscan su botín. Junto a la vara está el cayado, que sostiene y ayuda a atravesar
los lugares difíciles. Las dos cosas entran dentro del ministerio de la Iglesia, del ministerio del sacerdote.
También la Iglesia debe usar la vara del pastor, la vara con la que protege la fe contra los farsantes,
contra las orientaciones que son, en realidad, desorientaciones. En efecto, el uso de la vara puede ser un servicio de amor.
Hoy vemos que no se trata de amor, cuando se toleran comportamientos indignos de la vida sacerdotal.
Como tampoco se trata de amor si se deja proliferar la herejía, la tergiversación y la destrucción de la fe,
como si nosotros inventáramos la fe autónomamente. Como si ya no fuese un don de Dios, la perla preciosa
que no dejamos que nos arranquen. Al mismo tiempo, sin embargo, la vara continuamente debe transformarse
en el cayado del pastor, cayado que ayude a los hombres a poder caminar por senderos difíciles y seguir a Cristo.”

jueves, 10 de junio de 2010

amor... amor... amor...


El amor rige al mundo y lo abarca todo.
Pero cada amor es una propiedad, un modelaje,
un diseño único y una creación personal.
Cada uno hace del amor universal,
su amor particular y le pone su talla,
su figura, su personalidad, su arte y su marco.

Todo el mundo tropieza con él y todo el mundo lo vive.
Pero cada uno le pone sal de su mar,
miel de su panal y estrellas de su cielo.
Por eso cada uno tiene su peculiaridad,
su distintivo, su sello especial y su “estilo amoroso.”
Hay “amor de torbellino”, que todo lo revuelve.

“Amor de espuma”, que se disuelve con el viento.
“Amor de roca”, que todo lo resiste.
“Amor de ola”, que todo lo inunda.
Y “amor de río”, con mucho caudal en su corriente,
muchas palabras en su canto ¡y mucha abundancia en su desembocadura!
El amor es universal, pero con características particulares.

Hay “amor de cascada”. Es amor que se despeña.
No es corriente que canta, que hace camino, que marca la vida.
Hay “amor de árbol”, que no sólo fecunda y da flores,
sino que nutre con su savia y dora el fruto con su fuego.
Hay “amor de volcán”, lleno de piedras, de destrozos y de cenizas.

Hay “amor de mar”, lleno de oleajes, de mareas, de misterio.
Que no para hasta tocar fondo en el corazón.
El amor tiene especialidades que lo distinguen.

año sacerdotal

La película La última cima, que desde su estreno la pasada semana en Madrid se ha revelado como todo un fenómeno social, llega el próximo viernes a las pantallas de cuatro ciudades de la Comunitat: Alicante, Elche, Gandía y Valencia... En 82 minutos, la producción dirigida por Juan Manuel Cotelo nos acerca a la figura de Pablo Domínguez, un sacerdote que estaba convencido de que moriría joven y deseaba hacerlo en la montaña. Entregó su vida a Dios y Dios aceptó la oferta... Pablo, que murió en febrero de 2009 escalando el Moncayo junto a su amiga Sara de Jesús, era conocido y querido por un número incalculable de personas, que han dejado constancia de ello después de su muerte. La última cima muestra la huella profunda que un buen sacerdote puede dejar en las personas con las que se cruza. Y provoca en el espectador una pregunta comprometedora: “¿También yo podría vivir así?”.


DIEZ MITOS SOBRE LA PEDOFILIA DE LOS SACERDOTES

Mito 1: Es más probable que sacerdotes católicos, en comparación con otros grupos de hombres, sean pedófilos o existe evidencia alguna de que los acerdotes estén más inclinados a abusar de los niños que otros grupos de hombres. El uso y abuso de los niños como objeto de gratificación sexual por parte de los adultos es epidémico en todas las clases sociales, profesiones,religiones y grupos étnicos alrededor del mundo, según lo demuestran claramente las estadísticas acerca de la pornografía, el incesto y la prostitución infantil. La pedofilia (el abuso sexual de niños preadolescentes)entre los sacerdotes es extremamente rara, pues afecta solamente al 0.3% del clero. Esta cifra, citada en el libro Pedophiilia and Priests (Pedofilia y Sacerdocio), escrito por el estudioso no-católico Philip Jenkins, está tomada del estudio más amplio que existe hoy día sobre este tema. Concluye que solamente uno de entre 2.252 sacerdotes que formaron parte del estudio a lo largo de un período de más de 30 años, se ha visto afectado por la pedofilia. En los escándalos recientes de Boston, solamente 4 de entre más de los 80 sacerdotes etiquetados por los medios de comunicación como "pedófilos" son en realidad culpables de abusar de niños pequeños. La pedofilia es un tipo particular de desorden sexual compulsivo en el cual un adulto (hombre o mujer) abusa de niños preadolescentes. La gran mayoría de los escándalos sexuales del clero que están saliendo a la luz ahora no entran propiamente en la categoría de pedofilia. Más bien, se deben calificar como efebofilia o atracción homosexual hacia adolescentes. Aunque el número total deM sacerdotes que cometen abuso sexual es más alto que el de los que son culpables de pedofilia, la cifra total queda aún por debajo del 2% que es semejante al porcentaje que se da entre hombres casados(Jenkins, Pedophilia and Priests). Con ocasión de la crisis actual en la Iglesia, otros grupos religiosos e instituciones no religiosas han admitido tener problemas semejantes tanto de pedofilia como de efebofilia entre las filas de su clero o personal. No hay evidencia de que la pedofilia sea más común entre el clero católico, que entre los Ministros protestantes, los líderes Judíos, los médicos, o miembros de cualquier otra institución en la que los adultos ocupen posiciones de autoridad sobre los niños.

Mito 2. El estado célibe de los sacerdotes conduce hacia la pedofilia.N El celibato no es causa de ninguna adicción sexual desviada, entre las que se cataloga la pedofilia. De hecho, en comparación con los sacerdotes, es tan probable que los hombres casados abusen sexualmente de los niños (Jenkins, Pedophilia and Priests). Entre la población general, la mayoría de los transgresores son hombres heterosexuales reincidentes que abusan sexualmente de las niñas. También hay mujeres que cometen este tipo de abusos sexuales. Aunque es difícil obtener estadísticas exactas sobre el abuso sexual de los niños, los rasgos característicos de los que repetidamente cometen abuso sexual con niños han sido bien descritos. El perfil de los abusadores sexuales de niños nunca incluye adultos normales que se sienten atraídos eróticamente hacia los niños como resultado de la abstinencia (Fred Berlin, Compulsive Sexual Behaviors, in Addiction and Compulsion Behaviors [Boston: NCBC, 1998]; Patrick J. Carnes, Sexual Compulsion: Challenge for Church Leaders, in Addiction and Compulsion; Dale O'Leary, Homosexuality and Abuse).

Mito 3. Si los sacerdotes se casaran, desparecerían la pedofilia y otras formas de conducta sexual desviada Algunas personas incluyendo algunos disidentes católicos que suelen expresar su disconformidad en público se están aprovechando de esta crisis para promover sus propios intereses. Como respuesta a los escándalos, algunos están exigiendo que el clero sea casado, como si el matrimonio hiciera que "ciertos" hombres dejasen de molestar sexualmente a los niños. Esta afirmación se desmiente con las estadísticas mencionadas antes sobre el hecho de que, comparados con los sacerdotes célibes, es igualmente común que los hombres casados abusen sexualmente de los niños.(Jenkins, Pedophilia and Priests). Dado que ni el ser católico ni el ser célibe predispone a una persona a caer en la pedofilia, el clero casado no resolvería el problema (Doctors call for pedophilia research, The Hartford Currant, March 23). No hay más que mirar a las crisis en otras religiones, sectas o profesiones para ver este punto con claridad. El hecho es que hombres heterosexuales sanos no suelen caer en la atracción erótica hacia los niños como resultado de su abstinencia.

Mito 4. El celibato sacerdotal fue una invención medieval Mentira. En la Iglesia católica de Occidente, el celibato se practicó ya universalmente a partir del siglo IV, comenzando con la adopción que S. Agustín hizo de la disciplina monástica para todos sus sacerdotes. Además de las muchas razones prácticas para adoptar esta disciplina se suponía que era un buen medio para evitar el nepotismo. El estilo de vida célibe permitía a los sacerdotes ser más independientes y disponibles. Este ideal era también una oportunidad para que los sacerdotes dieran también testimonio del mismo estilo de vida que sus hermanos los monjes. La Iglesia no ha cambiado las normas del celibato, porque con el paso de los siglos se ha dado cuenta del valor práctico y espiritual que posee (Pablo VI, carta encíclica sobre El celibato sacerdotal, 1967). De hecho, incluso en la Iglesia católica del Este que admite también la posibilidad de tener sacerdotes casados los obispos son elegidos solamente entre los sacerdotes no casados. Cristo reveló el verdadero valor y significado del celibato. Los sacerdotes católicos, desde S. Pablo hasta el presente le han imitado en la total donación de si mismos a Dios y a los demás viviendo célibes. Aunque Cristo elevó el matrimonio al nivel de sacramento que revela el amor y vida de la Santísima Trinidad, él fue también testigo vivo de la vida futura. Los sacerdotes célibes son para nosotros testigos vivos de esta vida futura en la cual la unidad y el gozo del matrimonio entre un hombre y una mujer son sobrepasados por la perfecta y amorosa comunión con Dios. El celibato entendido y vivido adecuadamente libera a la persona para amar y servir como Cristo lo hizo. En los últimos cuarenta años, el celibato ha sido un testimonio todavía más poderoso del sacrificio amoroso de hombres y mujeres que se ofrecen a si mismos para servir a sus comunidades.

Mito 5. Mujeres sacerdotes ayudarían a solucionar el problema No hay en absoluto ninguna conexión lógica entre el comportamiento desviado de una pequeña minoría de sacerdotes varones y la inclusión en sus filas de las mujeres. Aunque es verdad que según muestran la mayoría de las estadísticas sobre abuso de niños es más común que los hombres abusen de ellos, el Nhecho es que también hay mujeres que molestan sexualmente a los niños. En 1994, el National Opinion Research Centerdemostró que la segunda forma más común de abuso sexual de niños era el de mujeres que abusaban de niños varones. Por cada tres varones abusadores sexuales de niños, hay una mujer abusadora. Las estadísticas sobre las mujeres que abusan sexualmente de otros son más difíciles de obtener porque el crimen es más oculto (entrevista con el Dr. Richard Cross, "Una cuestión de carácter", National Opinion Research Center; cf. Carnes). Además, es más imporbable que sus víctimas más frecuentes, los niños, reporten los abusos sexuales, especialmente cuando el abusador es una mujer (O'Leary, Child Sexual Abuse). Hay razones por las cuales la Iglesia no puede ordenar sacerdotes a las mujeres (como Juan Pablo II ha explicado en numerosas ocasiones). Pero esto nos sacaría ahora del tema. El debate sobre la ordenación de las mujeres no está para nada relacionado con el problema de la pedofilia ni con otras formas de abuso sexual.

Mito 6. La homosexualidad no está conectada con la pedofilia Esto es simplemente falso. Es tres veces más probable que los homosexuales sean pedófilos que los hombres heterosexuales. Aunque la pedofilia exclusiva (atracción hacia los preadolescentes) es un fenómeno extremo y raro, un tercio de los varones homosexuales sienten atracción por los adolescentes (Jenkins, Priests and Pedophilia). La seducción de adolescentes varones por parte de homosexuales es un fenómeno bien documentado. Esta forma de comportamiento desviado es el tipo más común De abuso obrado por sacerdotes y está directamente relacionado con el comportamiento homosexual. Como Michael Ross muestra en su libro, Goodbye!, Good Men(Adiós, hombres buenos!), hay una activa sub-cultura homosexual dentro de la Iglesia. Esto se debe a varios factores. La confusión que se ha dado en alguna ocasión en la Iglesia como resultado de la revolución sexual de los años 60, el tumulto posterior al Concilio Vaticano II, y una mayor aprobación de la homosexualidad por parte de la cultura. Todo esto hizo que se creara un ambiente en el cual homosexuales varones activos fueron alguna vez admitidos y tolerados en el sacerdocio. La Iglesia se ha apoyado también más en la psiquiatría para valorar la idoneidad de a los candidatos al sacerdocio y para tratar a los sacerdotes que tenían problemas. En 1973,The American Psychological Association (Asociación Psicológica Americana) dejó de considerar la homosexualidad como una orientación objetivamente desordenada y la suprimió de su Manual Diagnóstico y Estadístico (Nicolosi, NJ., Reparative Therapy of Male Homosexuality, 1991; Diamond, E,. Et al. Homosexuality and Hope, documento no publicado de la CMA). Lógicamente, el tratamiento de comportamientos sexuales desviados se vio afectado por este cambio de actitud. Mientras la actitud de la Iglesia hacia quienes tienen problema de atracción homosexual se ha caracterizado por la compasión, también ha sido firme y constante en sostener el punto de vista de que la homosexualidad es objetivamente desordenada y que el matrimonio entre un hombre y una mujer es el único contexto propio para el ejercicio de la actividad sexual.

Mito 7. La Jerarquía católica no ha hecho nada para solucionar la pedofilia Aunque todos estamos de acuerdo en que la jerarquía no ha hecho en algunos lugares todavía lo suficiente, esta afirmación es, sin embargo, falsa. Cuando el Código de Derecho Canónico fue revisado en 1983, se añadió un pasaje importante: "El clérigo que cometa de otro modo un delito contra el sexto mandamiento del Decálogo, cuando este delito haya sido cometido con violencia o amenazas, o públicamente o con un menor que no haya cumplido dieciséis años de edad, debe ser castigado con penas justas, sin excluir la expulsión del estado clerical cuando el caso lo requiera". (CIC, c. 1395, §2). Pero ciertamente, no es lo único que la Iglesia ha hecho. Los obispos, comenzando con el Papa Pablo VI en 1967, publicaron una advertencia dirigida a los fieles sobre las consecuencias negativas de la revolución sexual. La encíclica papal Sacerdotalis coelibatus (sobre el celibato sacerdotal), trató el tema del celibato sacerdotal en medio de un ambiente cultural que exigía mayor "libertad" sexual. El Papa volvió a reafirmar el celibato al mismo tiempo que apelaba a los obispos para que asumieran responsabilidad por "los hermanos sacerdotes afligidos por dificultades que ponen en peligro el don divino que han recibido". Aconsejaba a los obispos que buscaran ayuda para estos sacerdotes, o, en casos graves, que pidieran la dispensa para los sacerdotes que no podían ser ayudados. Además, les pidió que fuesen más prudentes al juzgar sobre la aptitud de los candidatos al sacerdocio. En 1975, la Iglesia publicó otro documento llamado Declaración sobre ciertas cuestiones sobre la ética sexual (escrito por el cardenal Josef Raztinger) que trataba explícitamente, entre otros asuntos, el problema de la homosexualidad entre los sacerdotes. Tanto el documento de 1967 como el de 1975 tratan el tema de las desviaciones sexuales, incluso la pedofilia y la efebofilia, que son especialmente frecuentes entre los homosexuales. En 1994, el Ad hoc Committee on Sexual Abuse (Comité sobre abuso sexual de la Conferencia Episcopal Americana) publicó unas orientaciones dirigidas a las 191 diócesis de Estados Unidos para ayudarles a crear unas líneas de acción para tratar el problema de abuso sexual de menores. Casi todas las diócesis redactaron sus propias directrices (USCCB document: Guideliness for dealing with Child sexual Abuse, 1993-1994). En estas fechas la pedofilia se reconocía ya como un desorden que no podía ser curado, y como un problema que se estaba agravando debido al aumento de la pornografía. Antes de 1994, los obispos siguieron la opinión de los psiquiatras expertos que creían que la pedofilia podía ser tratada con éxito. Los sacerdotes convictos de abuso sexual eran enviados a uno de los establecimientos especializados de los Estados Unidos. Los obispos frecuentemente se basaban en los juicios de los expertos para determinar si los sacerdotes estaban listos para volver al ministerio. Esto no mitiga la negligencia por parte de algunos miembros de la jerarquía, pero por lo menos ayuda a entender mejor la cuestión. Como respuesta a los escándalos recientes, algunas diócesis están creando comisiones especiales para afrontar los casos de abuso de menores, y también están creando grupos de defensa de las víctimas; y están reconociendo oficialmente que se debe atender inmediatamente cualquier legítima acusación.

Mito 8. La enseñanza de la Iglesia sobre moralidad sexual es el verdadero problema, no la pedofilia. La enseñanza de la Iglesia sobre la moralidad sexual se basa en ladignidad de la persona humana y en la bondad de la sexualidad humana. Esta enseñanza condena el abuso de los niños en todas sus formas, lo mismo que condena otros crímenes sexuales reprensibles como la violación, el incesto, la pornografía infantil y la prostitución infantil. En otras palabras, si estas enseñanzas se vivieran, no existiría el problema de la pedofilia. La creencia de que esta enseñanza conduce a la pedofilia se basa en un concepción falsa o en una deliberada falsa interpretación de la moral sexual católica. La Iglesia reconoce que la actividad sexual sin el amor y compromiso que se da solamente en el matrimonio, disminuye la dignidad de la persona humana y a fin de cuentas es destructiva. En lo que se refiere al celibato, siglos de experiencia han probado que hombres y mujeres pueden abstenerse de la actividad sexual al mismo tiempo que se realizan plenamente viviendo una vida sana y llena de sentido.

Mito 9. Los periodistas católicos han ignorado el problema de la pedofilia. Como todo lector de CRISIS sabe, esta afirmación es claramente falsa. Nuestro artículo de portada de octubre de 2001 se titulaba así: The High Price of Priestly Pederasty, (El alto precio de la pederastia de los sacerdotes), una exposición del escándalo que saldría a la superficie en el resto de la prensa tres meses después. Puedes leer nuestro artículo haciendo click sobre el título. Y nosotros no fuimos los únicos que hemos seguido el problema de pedofilia/pederastia. Charles Sennot, autor de Broken Covenant, Rod Dreher de la National Review, el cofundador de CRISIS, Ralph McIncerny, Maggie Gallagher, Dale O'Leary, The Catholic Medical Association, Michael Novak, Peggy Noona, Bill Donohue, Dr. Richard Cross, Philip Lawler, Alan Keyes, and Msgr. George Kelly han cubierto este tema ampliamente. El hecho de que el resto de los medios de comunicación haya ignorado nuestro trabajo, no significa que no lo hayamos hecho.

Mito 10. El requisito del celibato limita el número de candidatos al sacerdocio, con el resultado de que haya un número alto de sacerdotes sexualmente desequilibrados
Primero de todo, no existe un "alto número de sacerdotes sexualmente desequilibrados". De nuevo afirmamos que la gran mayoría de los sacerdotes son normales, sanos y fieles. Cada día demuestran que son dignos de la confianza de aquellos cuyo cuidado se les ha confiado. En segundo lugar, quienes no se sienten llamados a una vida de celibato están ipso facto excluidos de poder ser sacerdotes católicos. De hecho, la mayoría de los hombres no está llamada a ser célibe. Sin embargo, algunos están llamados, y de entre ellos algunos están llamados por Dios al sacerdocio. La vocación sacerdotal, como el matrimonio, requiere el mutuo y libre consentimiento de ambas partes. Por tanto, la Iglesia debe discernir si un candidato es verdaderamente digno y apto mental, física y espiritualmente para comprometerse a una vida de servicio sacerdotal. El deseo que un candidato tenga de ser sacerdote no constituye de por sí una vocación. Los directores espirituales y vocacionales conocen ahora mejor que nunca las deficiencias de carácter que hacen que un Candidato, en otros campos cualificado, no sea apto para el sacerdocio.