viernes, 18 de junio de 2010

SAL Y SOL DE LA TIERRA (1)

Aguzad vuestra mirada: el Señor es nuestro espejo.
Abrid los ojos y miraos en él: aprenderéis los rasgos de vuestro rostro.
Cantad himnos a su Espíritu; limpiaos el barro de vuestro rostro.
Amad su santidad y revestíos de ella: estaréis con él, sin mancha, por los siglos.
ODAS DE SALOMON 13,1-4

El tiempo se ha cumplido y está cerca el Reino de los Cielos:
convertíos y creed en el Evangelio... es decir, renunciar a las obras muertas
y creed en el Dios vivo. ¿De qué sirve creer sin las buenas obras?
No es el mérito de las buenas obras lo que nos ha conducido a la fe,
sino la fe quien comienza para que las buenas obras le sigan.
S.BEDA EL VENERABLE. Comentario a Mc 1,1-15.

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