domingo, 31 de diciembre de 2017

EN EL DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA

• Que la modesta morada de Nazaret sea modelo de una santa vida familiar “Oh, hombres, volved la mirada a Nazaret, entrad en aquella modesta morada. Mirad a aquel carpintero, custodio santísimo de los secretos divinos, que con sus sudores sustenta a la familia humilde y elevada más que la de los césares de Roma; observad con qué veneración y respeto ayuda y venera a aquella Madre, su esposa inmaculada y pura: mirad al que se cree Hijo del carpintero (Mateo, 13, 55), virtud y sabiduría omnipotente, que hizo el cielo y la tierra, y sin el cual nada ha sido hecho (Juan, 1, 3), cómo ningún hombre puede sin Él hacer nada, y que, sin embargo, no se desdeña de los pequeños servicios de la casa y del taller y de estar sometido a María y a José. Contemplad un tan grande modelo de santa vida familiar, espectáculo que maravilla a las jerarquías angélicas, que lo adoran” (S.S. Pío XII, A los recién casados, 15 de abril de 1942). • El esposo debe tomar ejemplo de San José en el ejercicio de la autoridad “Tomad ejemplo de San José. Él contemplaba frente a sí a la Santísima Virgen, mejor, más alta y más excelsa que él mismo; un respeto soberano le hacía venerar en ella a la Reina de los ángeles y de los hombres, a la Madre de Dios. Sin embargo, él permanecía y continuaba en su puesto de jefe de la Sagrada Familia, sin faltar a ninguna de las altas obligaciones que le imponía semejante título” (Pío XII, A los recién casados, 10 de septiembre de 1941). • La esposa que aprenda de María Santísima, modelo perfectísimo de virtudes domésticas “La Madre divina es también y sobre todo un perfectísimo modelo de las virtudes domésticas, de aquellas virtudes que deben embellecer el estado de los cónyuges cristianos. En María tenéis el amor más puro y fiel hacia el castísimo esposo, amor hecho de sacrificios y delicadas atenciones; en ella la entrega completa y continua a los cuidados de la familia y de la casa, de su esposo y, sobre todo, del querido Jesús; en ella la humildad que se manifestaba en la amorosa sumisión a San José, en la paciente resignación a las disposiciones, ¡cuántas veces arduas y penosas!, de la Divina Providencia, en la amabilidad y en la caridad con cuantos vivían cerca de la casita de Nazaret” (Pío XII, A los recién casados, 3 de mayo de 1939). • Toda familia, pues, puede y debe ser santa “Filii sanctorum sumus! (Tobías, 2, 18). Queridos hijos e hijas: debéis, pues, persuadiros bien de que vuestra nueva familia podrá y deberá ser una familia santa, es decir, inviolablemente unida a Dios por la gracia. Inviolablemente: porque aquel mismo sacramento que exige la indisolubilidad del vínculo conyugal, os confiere una fuerza sobrenatural contra la cual serán impotentes, si vosotros lo queréis, las tentaciones y las seducciones; las pérfidas insinuaciones del disgusto cotidiano, de la calma habitual, de la necesidad de novedad y de cambio, la sed de las experiencias peligrosas, la atracción del fruto prohibido, no tendrán poder alguno contra vosotros, si conserváis este estado de gracia, con la vigilancia, la lucha, la penitencia, la oración” (Pío XII, A los recién casados, 6 de noviembre de 1940). • Y convertirse como en un cenáculo frente a las tormentas de la vida “Tened siempre vuestro cenáculo, un asilo de retiro y de oración en vuestro propio hogar doméstico. Allí encontraréis el reposo después de las más duras jornadas, en la fidelidad a vuestras promesas y en la unión perfecta de vuestras almas: Perseverantes unanimiter (Hechos, 1, 14); allí viviréis bajo la mirada de María cum Maria matre Iesu (ibid.), cuya imagen os reunirá cada noche para la oración en familia: unanimiter in oratione. Mejor aún, toda vida personal y familiar puede resultar una oración incesante: perseverantes unanimiter in oratione” (Pío XII, A los recién casados, 27 de marzo de 1940). • Para sobrellevar las pruebas, la familia precisa la energía diaria de la comunión eucarística “La familia necesita, como base suya, la íntima unión no sólo de los cuerpos, sino sobre todo de las almas, unión hecha de amor y de paz mutua. Ahora bien, la Eucaristía es, según la bella expresión de San Agustín (Tract. in Ioan. 26, 13), signo de unión, vínculo de amor, signum unitatis, vinculum caritatis, y une por eso y como que suelda entre sí los corazones. “Para sostener las cargas, las pruebas, los dolores comunes, a los que no puede sustraerse familia alguna, por bien ordenada que esté, os es necesaria una energía diaria: la comunión eucarística es generadora de fuerza, de valor, de paciencia, y con la suave alegría que difunde en las almas bien dispuestas, hace sentir aquella serenidad que es el tesoro más precioso del hogar doméstico” (Pío XII, A los recién casados, 7 de junio de 1939). • Y que Cristo y su Santísima Madre presidan la vida del hogar “Haced que vuestra casa sea y parezca cristiana. Que el Sagrado Corazón sea Rey de ella; que la imagen del Salvador crucificado y la dulcísima Virgen María tengan puesto de honor, para hacer manifiesto a los ojos de todos que en vuestra morada se sirve a Dios y que los visitantes y amigos deben, como vosotros mismos, desterrar de ella todo lo que pueda violar su santa ley: conversaciones deshonestas, palabras mentirosas, cóleras o debilidades culpables; sino también para recordaros que Jesús y María son los más constantes y amadísimos testigos y como asociados a los sucesos de vuestra familia: júbilos que os auguramos numerosos, dolores y pruebas que nunca podrán faltar” (Pío XII, A los recién casados, 8 de noviembre de 1939). • Que las familias cristianas aprendan a orar como se oraba en el hogar de Nazaret “El Evangelio, es verdad, no nos dice expresamente cuáles eran las plegarias que se hacían en la casa de Nazaret. Pero la fidelidad de la Sagrada Familia a la observancia de las prácticas religiosas nos ha sido explícitamente atestiguada, aunque no había ninguna necesidad de ello, cuando, por ejemplo, San Lucas nos cuenta (Lucas, 2, 41 y ss.) que Jesús iba con María y José al templo de Jerusalén por la Pascua, según la costumbre de aquella fiesta. Es, pues, fácil y dulce representarnos esta Sagrada Familia en Nazaret a la hora de la acostumbrada oración. En el alba dorada o el violáceo crepúsculo de Palestina, sobre la pequeña terraza de su casita blanca, vueltos hacia Jerusalén, Jesús, María y José están de rodillas; José, como cabeza de familia, recita la oración; pero es Jesús quien la inspira, y María une su dulce voz a la grave del santo patriarca. “¡Futuros cabezas de familia! Meditad e imitad este ejemplo, que muchos hombres de hoy olvidan. En el recurso confiado a Dios encontraréis no solamente las bendiciones sobrenaturales, sino la mejor seguridad de aquel «pan cotidiano», tan ansiosamente, tan laboriosamente y a veces tan vanamente buscado” (Pío XII, A los recién casados, 3 de abril de 1940). • A ejemplo de ellos, en el hogar han de orar todos, porque también los hombres son frágiles y necesitan la oración “Hay jóvenes que piensan que en el mundo, a partir de cierta edad, la oración es un incienso cuyo oloroso humo conviene dejar a las mujeres, lo mismo que ciertos perfumes de moda; otros acuden en alguna ocasión a la misa cuando les es cómodo; pero se creen, según parece, demasiado grandes para arrodillarse y no lo bastante místicos, como dicen algunos, para acercarse a la sagrada comunión. Tampoco faltan muchachas jóvenes que, aun habiendo sido educadas con todo cuidado por sus madres o por buenas religiosas, se creen eximidas, una vez casadas, de las más elementales normas de prudencia: lecturas, espectáculos, bailes, distracciones peligrosas, todo les es permitido. “Pero en una familia verdaderamente cristiana, el marido sabe que su alma es de la misma naturaleza y no menos frágil que la de su mujer y la de sus hijos; por eso añade a la de éstos su oración diaria, y así como se complace en verlos en torno suyo en la mesa familiar, no deja de acercarse con ellos a la mesa eucarística” (Pío XII, A los recién casados, 24 de julio de 1940). • Que no se pierda la bella tradición del Santo Rosario en familia “En el nombre de Nuestro Señor os lo suplicamos, queridos recién casados: empeñaos por conservar intacta esta bella tradición de la familias cristianas, la oración de la noche en común, que recoge al fin de cada día, para implorar la bendición de Dios y honrar a la Virgen Inmaculada con el rosario de sus alabanzas, a todos los que van a dormir bajo el mismo techo. Vosotros dos, y después, cuando hayan aprendido de vosotros a unir sus manecitas, los pequeños que la Providencia os haya confiado, y también, si para ayudaros en vuestras labores domésticas os los ha puesto el Señor a vuestro lado, los criados y colaboradores vuestros, que también son vuestros hermanos en Cristo y tienen necesidad de Dios” (Pío XII, A los recién casados, 12 de febrero de 1941).

sábado, 30 de diciembre de 2017

fin de año


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viernes, 29 de diciembre de 2017

jueves, 28 de diciembre de 2017

minicuento de Navidad

Entre los que acudieron a adorar al Niño 
había uno que no tenía nada que ofrecer 
y se avergonzaba mucho.

Todos rivalizaban para entregar sus regalos.
María no sabía cómo recibirlos; 
y mirando al que tenía las manos vacías, 
le confió a Jesús.

¡Tener las manos vacías fue su fortuna!
               
                                 Obispo Munilla

miércoles, 27 de diciembre de 2017

martes, 26 de diciembre de 2017

lunes, 25 de diciembre de 2017

JESÚS, LOGOS DEL PADRE

El Prólogo del Evangelio de San Juan, que tanto hemos leído en estos días, contiene la doctrina de Logos, o Verbo de Dios. Es una palabra griega original en el Evangelio que Jesucristo no usó; pero que corresponde a la palabra sophia o sapiencia, que Jesús usó y que entronca en los libros sapienciales del Antiguo Testamento. Cristo, dice San Juan, es el Logos, o la Sabiduría, del Padre; y es Dios y es hombre; y es la vida del hombre. Logos significaba en ese tiempo para los griegos palabra, razón, conocimiento, comprensión, sentido, ciencia, cordura, sabiduría… Era un concepto sumamente compresivo y sumamente prestigioso —cuasi mágico— en los medios helenísticos, cultivados en la filosofía de Heráclito, de Platón y de Filón de Alejandría. La escuela de crítica racionalista, que nace en el siglo XIX del protestantismo —con Lessing— y desemboca en el ateísmo —con Wrede, Brandes— pretendió que San Juan se había apoderado del concepto de Logos divino de la filosofía panteísta griega y lo había injertado en la tradición evangélica; haciendo así de Cristo un Dios, cosa que a Cristo y sus primeros discípulos no se les habría ocurrido nunca. Y para eso identifican el Logos de San Juan con el Logos de Philón: filósofo judío del siglo I, que construyó un sistema de filosofía platónica sobre la base de los libros mosaicos, fuertemente teñida de panteísmo. La verdad es que entre el Logos de Juan y el de Philón media un abismo: el Logos de Philón —tomado de la filosofía estoica, que a su vez lo recibiera de Heráclito y Anaxágoras— es la Razón de Dios, la cual es el instrumento de la creación del mundo, a la manera de la razón operativa o la técnica del artista, por intermedio de la cual el artista crea la obra de arte. Mas el Logos de San Juan es una persona divina que se encarna en un hombre; y que no solamente está en —el seno de— Dios sino que está con o cabe Dios; puesto que el verbo era (eén) significa identidad en griego y la preposición cabe (pará) significa una distinción. La inteligencia de Dios tiene en Dios una vida personal, tanto que pudo bajar a la tierra y hacerse hombre: “y el Verbo se hizo carne y habitó entre [y en] nosotros”. Juan tomó el término del vocabulario filosófico de su tiempo; y también su sentido principal, concretándolo y aplicándolo al “Hijo del Hombre” e “Hijo de Dios” de los Sinópticos; entre otros motivos, para significar un modo de generación enteramente espiritual, no asimilable a la generación carnal que conocemos: “Los que no de las sangres, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del varón; sino que de Dios son nacidos”. Los musulmanes actuales, lo mismo que los gnósticos antiguos, no opueden acordar —y con razón— que Dios haya tenido un Hijo-carnal. Mas la generación del Verbo no es carnal. La generación eterna del Verbo no puede compararse —y aún así permanece arcana— sino con la formación misteriosa del conocer en el alma del Hombre. Dios se conoce a sí mismo, y en sí a todas las cosas; y ese conocimiento es su “Hijo”. Esta es la última palabra que el intelecto humano, bajo el influjo de la Revelación, puede pronunciar sobre el misterio de la vida divina, inaccesible naturalmente a sus alcances. ¿Qué era el Logos para la cultura helénica? Era, para algunos, un ser intermediario entre Dios y el mundo (Plotino); para otros (Philón) era la razón divina esparcida por la creación, distinguiendo a los seres y organizándolos; pero era también otra cosa, pues el término no había llegado a esos soportes técnicos sino acompañado por una nube de asociaciones que la matizaban. Todo lo que hay de serio, de razonable, de ordenado (lo bello, lo regulado, lo conveniente, lo legítimo), todo lo que era universal, armonioso y musical se agrupaba para el espíritu griego en torno del Logos, que era como la medida y el ideal de las cosas. Para formarse una idea, piénsese en lo que significaba para los hombres del siglo XVIII el nombre mágico de Razón: liberamiento, sapiencia, virtud, progreso, luces; todo lo que inspira, desde hace cien años, la palabra Ciencia; lo que sugiere a nuestros contemporáneos el término Vida; palabras-símbolo de significado indeterminado y fuerte carga afectiva: los talismanes o banderines de la época. Son como resúmenes del ideal de una época, llenos de sugestión por su misma vaguedad; indicadores de una solución que todo el mundo busca, pero no es la solución misma, a no ser como silueta y como germen… La solución que tendrá más chances de triunfar será aquella que hará tomar cuerpo de la manera más clara a un mayor número de nociones apuntadas y de aspiraciones inquietas, que vivían como en difusión en la Gran Palabra. Ahora bien, San Juan respondió maravillosamente a ese movimiento de gestación aplicando la palabra Magnética en forma precisa a Jesús de Nazareth, el Hijo de Dios —fiel a la tradición bíblica del Libro de la Sabiduría—; y así respondió a los deseos de las almas griegas, a las cuales la teoría de un Logos nebuloso, difundido impersonalmente en las cosas, intermedio más bien que mediador, sombra de Dios más bien que Dios, no podía llenar perfectamente. Juan “evangeliza” a la vez para los judíos y para los gentiles. Después de haber señalado a Cristo como el Verbo del Padre, Juan lo hace sucesivamente la Vida, la Luz, la Gloria, la Gracia y la Verdad de Dios; Engendrador a su vez de una nueva vida en “todos cuantos lo recibieren”. Él comienza por ser la luz de todos los nacidos, porque imprime en toda alma mortal la imagen de Dios en forma de razón y de conciencia; y es después el principio de la luz sobrenatural de la fe, por la cual el hombre es levantado a una nueva filiación, la adopción divina. La gracia y la verdad son sus dones, de cuya plenitud todos recibimos; una verdad trascendente que sólo se da por la gracia, gratuitamente. La doctrina del Logos en Juan se resume por tanto así: el Cristo, el Hijo del Hombre, el Hijo de Dios son uno, y ese uno es uno con su Padre, y se ha unido a la naturaleza humana tomando su carne y alma; él llama a todos los hombres a la verdad, y por ella a la unidad. Pero la unidad del Verbo con el Hombre siendo en la carne, y permaneciendo los discípulos en el mundo, ha designado un Sub-Pastor en la persona de Pedro. Cuando Juan escribía, Pedro había seguido ya a su Maestro; pero esto no turba a Juan: sabe que la Providencia ha proveído a la necesidad de la clave de estructura de la sociedad cristiana en la persona de los sucesores de Pedro. Como está repetido tantas veces en el largo Sermón-Despedida de Cristo antes de su Pasión, esta unidad de la sociedad cristiana está asegurada; y ella se verifica en la fe y en la caridad. Los que sienten tan fuertemente hoy en día la necesidad de la unión de los discípulos de Cristo, deben advertir que esa unión sólo es posible en la fe y en la caridad. Hoy día hay algunos que, dejando de lado la fe, insisten en efectuar la unión en la caridad: es imposible. El protestantismo hoy día —no así en sus comienzos— agotado en la discusión interminable de las variaciones dogmáticas producidas por el “libre examen”, ha acabado por arrojar “los dogmas” por la borda y forcejea por unificar a los cristianos en una vaga adhesión personal a Cristo, que se vuelve un puro sentimentalismo. Pero el primer lazo de unión es la verdad; y la verdad no puede ser diferente y contradictoria dentro de sí misma. Otros en cambio pretenden mantener la unión sobre la fe sola. Éste es el estado de las iglesias católicas cuando decaen: sus fieles creen todos lo mismo así medio a bulto (recitan el mismo Credo de memoria) pero no están unidos entre sí en hermandad real: ni se conocen entre ellos a veces; oyen misa codo con codo en un gran edificio —que fácilmente puede ser quemado—, reciben la “comunión” cada uno por su lado, y después se van a sus negocios; y quiera Dios que no a tirarse, unos a otros, flechazos o coces. No es ésta una “iglesia” propiamente hablando; no hay Iglesia de Cristo sin caridad. La fe sin obras es muerta; y la obra por excelencia de la fe es la caridad; la comunión de las almas. “¡Obras, obras!” decía Santa Teresa; en el mismo tiempo en que Lutero clamaba “¡Fe, fe!” y declaraba a las obras (a las obras exteriores al principio, después a todas en general) como inútiles para la salvación. Y realmente, si hubiesen estado vigentes las “obras” de Santa Teresa (obras de verdadera caridad, externas e internas a la vez) en la Alemania de Lutero, el renegado sajón no se hubiese levantado, o hubiese caído de inmediato, sin separar de la Iglesia un medio mundo. El sifilítico Enrique VIII escribió una obra en defensa de la fe en el Santísimo Sacramento contra Lutero, que le mereció de la Santa Sede el título honorífico de “Defensor fidei”, que aún llevan los Reyes de Inglaterra; pero eso no le impidió quebrar el vínculo de la Iglesia inglesa con la Iglesia Universal, y precipitar a Inglaterra y con ella a media Europa en el cisma primero y luego en la herejía. Nunca renegó de la fe; pero se divorció de la caridad. (Y, entre paréntesis, inventó el divorcio). Porque la fe debe engendrar caridad, y la caridad debe vivir de la fe; y sin eso, no hay unidad. Roguemos por la Iglesia Argentina. R.P. Leonardo Castellani (Tomado de su libro “El Evangelio de Jesucristo”)

domingo, 24 de diciembre de 2017

SANTA Y FELIZ NAVIDAD

El que era Dios se ha hecho Hombre,
tomando lo que no era,
pero sin perder lo que era,
y de este modo se hizo Hombre.
   
 
Tú tienes en ese misterio lo que responde a tu flaqueza,
y hallas igualmente en él el principio de tu perfección.
   
 
Elévete Cristo por su naturaleza Humana;
guíete por la unión de su Humanidad con la Divinidad;
y condúzcate hasta la misma Divinidad.
    
 
San Agustín
“In Ioannem”, XXIII, 6.

sábado, 23 de diciembre de 2017

viernes, 22 de diciembre de 2017

jueves, 21 de diciembre de 2017

miércoles, 20 de diciembre de 2017

ERO CRAS... MAÑANA SERÁ, MAÑANA VENDRÉ

Desde el 17 hasta la vigilia anterior a la de Navidad, en el momento que se recita el Magnificat, en la oración de Vísperas del rito romano, se cantan siete antífonas, una por día, cada una de las cuales comienza con una invocación a Jesús, quien en este caso nunca es llamado por su nombre. 

Este septenario es muy antiguo, se remite a la época del papa Gregorio Magno, alrededor del año 600. Las antífonas están en latín y se inspiran en textos del Antiguo Testamento que anuncian al Mesías. 

Al comienzo de cada antífona, en ese orden diario, Jesús es invocado como Sabiduría, Señor, Raíz, Llave, Sol, Rey, Emmanuel. En latín: Sapientia, Adonai, Radix, Clavis, Oriens, Rex, Emmanuel. 

Leídas a partir de la última, las iniciales latinas de esas palabras forman un acróstico: "Ero cras", es decir, "Será mañana". Es el anuncio del Señor que viene. La última antífona, que completa el acróstico, se canta el 23 de diciembre y al día siguiente, con las primeras vísperas, comienza la fiesta de Navidad. 


En estas antífonas se hacen notar riquísimas referencias al Antiguo Testamento con una particularidad: las tres últimas antífonas incluyen algunas expresiones que se explican únicamente a la luz del Nuevo Testamento. 

La antífona "O Oriens" del 21 de diciembre incluye una clara referencia al "Benedictus", el cántico de Zacarías inserto en el capítulo 1 del Evangelio de san Lucas: "Nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombras de muerte". 

La antífona "O Rex" del 22 de diciembre incluye un pasaje del himno a Jesús del capítulo 2 de la epístola de san Pablo a los Efesios: "El que de dos [es decir, judíos y paganos] ha hecho una sola cosa". 

La antífona "O Emmanuel" del 23 de diciembre se concluye al final con la invocación "Dominus Deus noster": una invocación exclusivamente cristiana, porque solamente los seguidores de Jesús reconocen en el Emmanuel a su Señor y Dios. 

Así pues, presentamos los textos íntegros de las siete antífonas, en latín y traducidas, resaltando las iniciales que forman el acróstico "Ero cras" y, entre paréntesis, las principales referencias al Antiguo y al Nuevo Testamento: 


I – 17 de diciembre 

SAPIENTIA, quae ex ore Altissimi prodiisti, 
attingens a fine usque ad finem fortiter suaviterque disponens omnia: 
veni ad docendum nos viam prudentiae. 

Oh Sabiduría que sales de la boca del Altísimo (Eclesiástico 24, 3), 
te extiendes hasta los confines del mundo y dispones todo con suavidad y firmeza (Sabiduría 8, 1): 
ven a enseñarnos el camino de la prudencia (Proverbios 9, 6). 


II – 18 de diciembre 

ADONAI, dux domus Israel, 
qui Moysi in igne flammae rubi apparuisti, et in Sina legem dedisti: 
veni ad redimendum nos in brachio extenso. 

Oh Señor (Éxodo 6, 2 Vulgata), guía de la casa de Israel, 
que apareciste ante Moisés en la zarza ardiente (Éxodo 3, 2) y en el Monte Sinaí le diste la Ley (Éxodo 20): 
ven a liberarnos con brazo poderoso (Éxodo 15, 12-13). 


III – 19 de diciembre 

RADIX Iesse, qui stas in signum populorum, 
super quem continebunt reges os suum, quem gentes deprecabuntur: 
veni ad liberandum nos, iam noli tardare. 

Oh Raíz de Jesé, que te elevas como bandera de los pueblos (Isaías 11, 10), 
callan ante ti los reyes de la tierra (Isaías 52, 15) y las naciones te invocan: 
ven a liberarnos, no tardes (Habacuc 2, 3). 


IV – 20 de diciembre 

CLAVIS David et sceptrum domus Israel, 
qui aperis, et nemo claudit; claudis, et nemo aperit: 
veni et educ vinctum de domo carceris, sedentem in tenebris et umbra mortis. 

Oh Llave de David (Isaías 22, 22), cetro de la casa de Israel (Génesis 49, 10), 
que abres y nadie puede cerrar; que cierras y nadie puede abrir: 
ven, libera de la cárcel al hombre prisionero, que yace en tinieblas y en sombras de muerte (Salmo 107, 10.14). 


V – 21 de diciembre 

ORIENS, splendor lucis aeternae et sol iustitiae: 
veni et illumina sedentem in tenebris et umbra mortis. 

Oh Sol que naces de lo alto (Zacarías 3, 8; Jeremías 23, 5), esplendor de la luz eterna (Sabiduría 7, 26) y sol de justicia (Malaquías 3, 20): 
ven e ilumina a quien yace en tinieblas y en sombras de muerte (Isaías 9, 1; Evangelio según san Lucas 1, 79). 


VI – 22 de diciembre 

REX gentium et desideratus earum, 
lapis angularis qui facis utraque unum: 
veni et salva hominem quem de limo formasti. 

Oh Rey de los gentiles (Jeremías 10, 7), esperado por todas las naciones (Ageo 2, 7), piedra angular (Isaías 28, 16) que reúnes en uno a judíos y paganos (Epístola a los Efesios 2, 14): 
ven y salva al hombre que has creado usando el polvo de la tierra (Génesis 2, 7). 


VII – 23 de diciembre 

EMMANUEL, rex et legifer noster, 
expectatio gentium et salvator earum: 
veni ad salvandum nos, Dominus Deus noster. 

Oh Emmanuel (Isaías 7, 14), nuestro rey y legislador (Isaías 33, 22), 
esperanza y salvación de los pueblos (Génesis 49, 10; Evangelio según san Juan 4, 42): 
ven a salvarnos, oh Señor Dios nuestro (Isaías 37, 20). 

martes, 19 de diciembre de 2017

virgen in partu?

En estos tiempos, en que se desconfía de lo sobrenatural y milagroso, muchos niegan en María un parto distinto del que conoce la ginecología.  Por ello, queremos repasar algunos indicios escriturísticos que avalan esta doctrina: María Santísima es «la siempre virgen» incluso en el parto (Catecismo Núm. 499 y 510).

Jn 1,13

Este verso se ha traducido tanto en plural: LOS CUALES NO NACIERON…, como en singular: LA CUAL NO NACIO… (Trad. Biblia de Jerusalén). En plural, se trataría del nacimiento de los hijos de Dios (=cristianos); mientras que en singular, se trataría del nacimiento de la Palabra o Verbo.

Preferimos aquí la versión en singular*.  Y siguiendo la reflexión y la traducción literal que hace Ignace de la Potterie, nuestro versículo completo queda así:
LA CUAL NO DE LAS SANGRES, NI DE DESEO DE CARNE, NI DE DESEO DE HOMBRE, SINO DE DIOS FUE ENGENDRADA.
Note que hemos puesto «las sangres», esto, porque la palabra griega aimaton eso significa, y no “sangre”, como casi siempre se traduce. Y resulta que el Antiguo Testamento, también nos presenta el plural damim (=sangres) en referencia al nacimiento, tal como hace Jn 1,13. En el AT se usa el plural “sangres” para afirmar la pérdida del suero biológico de parte de la mujer, en el momento del parto y de la menstruación: Lv 12,5 «Si da a luz una hembra quedará impura durante dos semanas, como en su menstruación, permanecerá retirada sesenta y seis días más para purificarse de sus sangres»; vea también Lv 12,7 y 20,18; Ez 16,6 dice «pasando junto a ti, te vi agitándote en tus sangres,…»; lo mismo en Ez 16,9. Por esto, cuando Jn 1,13 dice literalmente “no de las sangres” (ούκ έξ αιμάτων), se nos está diciendo que al nacer Jesús, NO CAUSÓ EFUSIÓN DE SANGRE EN SU MADRE. He aquí la virginitas in partu.

Lc 1,35b

Este semiversículo se ha traducido de varios modos, dependiendo del uso que se le dé a la palabra «santo» (άγιον). Viendo el texto griego y haciendo una lectura básica, es decir, muy literal y siguiendo el orden que presentan las palabras, nos damos cuenta de que la palabra santo aparece como atributo del verbo nacer:
POR ESO LO QUE VA A NACER SANTO, SERA LLAMADO HIJO DE DIOS
La palabra «santo» afecta en primer plano a «nacer», y ¿qué es nacer santo? Según la mentalidad de aquel tiempo, todo nacimiento causaba impureza, es decir, no santidad; lo dice claramente el libro del Levítico que en los cc. 17-26 nos presenta el “código o ley de santidad”. Y allí, el término santo implica, entre otras cosas, la ausencia de contaminación por la sangre derramada durante la menstruación o con ocasión del parto (12,2.5; 18,19…). Entonces, de acuerdo con la tradición veterotestamentaria, el nacimiento de Jesús sucedió SIN LA PÉRDIDA DE SANGRE QUE CAUSABA LA IMPUREZA RITUAL en toda parturienta…

Mt 1,23

Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa ‘Dios con nosotros’

Es interesante ver que Mateo dice «la virgen» (con artículo determinativo: ή παρθένος ) , y como se atribuye al mismo tiempo y al mismo sujeto los actos de concebir y dar a luz, puede entenderse que María permanece virgen cuando concibe y virgen cuando da a luz. Así lo ha explicado la tradición patrística, desde el siglo IV, a lo menos.   Curiosamente, en algunas biblias, entre ellas la versión Reina-Valera, dice "una virgen", cuando lo exacto es "la virgen".

Lc 2,7
Y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre.

Tal parece que aquí se nos enseñara que María, en su parto «ella misma fue madre y matrona», como sentenciaba san Jerónimo.


Acomodaticiamente, se han aplicado también a lo largo de los siglos, los siguientes pasajes:

Ez 44,2: Y Yahveh me dijo: Este pórtico permanecerá cerrado. No se le abrirá, y nadie pasará por él, porque por él ha pasado Yahveh, Dios de Israel. Quedará pues cerrado.

Is 66,7: Antes de tener dolores dio a luz, antes de llegarle el parto dio a luz un varón.

Cant 4,12: Eres huerto cerrado, hermana mía, novia mía, huerto cerrado, fuente sellada.

Ex 3,2: Vio que la zarza estaba ardiendo, pero la zarza no se consumía. Si eso hizo Dios con una zarza, con más razón, Cristo, que es «Dios con nosotros»… El no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró.

No sabemos exactamente como fue el nacimiento de Cristo, pero sabemos que María es virgen antes del parto, en el parto y después del parto. San Ignacio de Antioquía, en su carta a los Efesios (año 110) dice: quedó oculta al príncipe de este mundo la virginidad de María, y el parto de ella, del mismo modo que la muerte del Señor: tres misterios sonoros que se cumplieron en el silencio de Dios. Otros padres de la Iglesia hablan del nacimiento haciendo comparaciones: fue del mismo modo como Cristo resucitado entra y sale de la sala estando las puertas cerradas (Jn 20,19); fue como el rayo del sol que atraviesa un vidrio y no lo rompe; fue como el paso del mar Rojo, donde pasa Dios con su pueblo, y el mar vuelve a quedar igual. No interesa tanto el cómo haya sido exactamente, lo que sí sabemos es que María Santísima es LA VIRGEN.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Maria y el islam

Arzobispo Fulton J. Sheen

Escrito en 1952 y re-impreso Oct, 2001
por Mindszenty Report


El mahometanismo es la única gran religión pos-cristiana en el mundo. Como tuvo su comienzo con Mahoma en el siglo 7, pudo reunir ciertos elementos del cristianismo y del judaísmo, junto a otras costumbres de Arabia. El Islam adopta la doctrina de la unidad de Dios, Su Majestad y Su Poder Creativo, y la usa para repudiar a Cristo, El Hijo de Dios.

El Poder del Islam

Malinterpretando la noción de la Trinidad, Mahoma hizo de Cristo un profeta, que lo anunciaba a El (Mahoma) tal como los cristianos tenemos a Isaías y Juan el Bautista como profetas que anunciaban a Cristo.

El Occidente Europeo cristiano, apenas escapó la destrucción a manos de los musulmanes. Una vez fueron detenidos cerca de Tours, y otra vez, un tiempo después, a las puertas de Viena. La Iglesia de todo el norte de Africa fue prácticamente destruida por el poder musulmán. En el presente los musulmanes comienzan a levantarse de nuevo.

Si el Islam es una herejía, tal y como lo cree Hilaire Belloc, entonces sería la única herejía que nunca disminuyó. Otras han tenido su momento de vigor para luego mas tarde entrar en un decaimiento doctrinal al morir su líder, y finalmente evaporarse en un vago movimiento social. El mahometanismo, por el contrario, solo ha experimentado su primera fase. Nunca hubo tiempo en que disminuyera, ni en su número ni en la devoción de sus fieles.

Los esfuerzos misioneros de la Iglesia para con este grupo han sido, al menos en la superficie, un fracaso, ya que los musulmanes, son hasta ahora, inconvertibles. La razón es que, para un seguidor de Mahoma convertirse al cristianismo, sería como para un cristiano convertirse en judío. Los musulmanes creen que ellos tienen la final y definitiva revelación de Dios para el mundo, y que Cristo solo fue un profeta que anunciaba a Mahoma, el último de los verdaderos profetas de Dios.

En nuestros tiempos, el odio de los países musulmanes para con el Occidente se está convirtiendo en odio contra el propio cristianismo. Aunque los estadistas aun no lo han tomado en cuenta, aun existe un gran peligro de que el poder temporal del Islam regrese, y con él, la amenaza de que sacuda duramente a un Occidente que ha dejado de ser cristiano. Los escritores musulmanes dicen: "cuando las plagas de langosta obscurecen a los países, en sus alas portan estas palabras en Árabe: "Somos los mensajeros de Dios y cada uno de nosotros tiene 99 huevos, si tuviéramos 100, devastaríamos el mundo y a todo lo que en él existe.

El problema es como prevenir la incubación del huevo número 100. Es nuestra firme creencia que los temores que algunos albergan en cuanto a los musulmanes no se verán realizados, sino que, por el contrario, el mahometanismo eventualmente se convertirá al cristianismo, y en una forma que ni siquiera muchos de nuestros propios misioneros sospechan. Creemos que esto sucederá, no directamente enseñando el cristianismo, sino a través de un llamamiento a los musulmanes a venerar a La Madre de Dios. Esta es la línea de argumento:
María Madre de Dios

El Corán, que es la Biblia de los Musulmanes, contiene muchos pasajes concernientes a La Santísima Virgen. Primero, Corán cree en Su Inmaculada Concepción, también en su parto virginal. El Tercer capítulo del Corán coloca la historia de la familia de María en una genealogía que se remonta a Abraham, Noé y Adán. Cuando se comparan los relatos del Corán y del evangelio apócrifo sobre el nacimiento de María, somos tentados a creer que Mahoma dependía mucho de este último. Los dos libros describen la avanzada edad y esterilidad de la madre de María. Cuando, a pesar de todo, concibe, la madre de María proclama, según el Corán: "Oh Señor, te ofrezco y consagro a ti lo que ya está en mi. Acéptalo de mí".

Cuando nace María su madre exclama: "¡y yo te la consagro con toda su descendencia bajo tu protección, Oh Dios, contra Satanás!".
El Corán pasa por alto a José en la vida de María, pero la tradición musulmana conoce su nombre y tiene algo de familiaridad con él. En esta tradición José habla con María, quien es virgen. Al preguntarle como fue que ella concibió a Jesús sin padre, María le contesta: "¿No sabes tú que Dios, cuando creó el trigo no necesitó semilla, y que Dios, por Su poder, hizo crecer los árboles sin ayuda de la lluvia? Todo lo que Dios hizo fue decir "Hágase", y se hizo".

El Corán también contiene versos sobre La Anunciación, la Visitación y el Nacimiento. Contiene pinturas de Ángeles acompañando a La Santa Madre y diciendo: "Oh María, Dios te escogió y purificó, y te eligió sobre todas las mujeres de la tierra".

En el décimo-noveno capítulo del Corán, existen 41 versos sobre Jesús y María. Hay tal defensa a la virginidad de María aquí, que el Corán, en su cuarto libro, atribuye la condenación de los judíos a la monstruosa calumnia de ellos contra la Virgen María.

El Significado de Fátima

María, entonces, es para los musulmanes la verdadera Sayyida o Señora. El único posible serio rival en su credo sería la hija del mismo Mahoma, cuyo nombre es Fátima. Pero después de la muerte de Fátima, Mahoma escribió: "Tú serás la más bendita entre todas las mujeres del paraíso, después de María". En una variante del texto, Fátima dice: "Sobrepaso a toda mujer excepto a María".

Esto nos lleva a nuestro segundo punto: ¿Por que la Santa Madre, en el siglo 20, se reveló en la pequeña aldea de Fátima, para que todas las futuras generaciones la conocieran como "Nuestra Señora de Fátima"?. Ya que nada sucede desde el cielo si no es con la mayor fineza de detalle. Creo que la Santísima Virgen escogió ser conocida como "Nuestras Señora de Fátima", como promesa y signo de esperanza para el pueblo musulmán, y como asegurándoles que ellos, que le manifiestan tanto respeto, un día aceptarán también a su Divino Hijo.

Evidencia para respaldar estas opiniones se encuentra en el hecho histórico de que los musulmanes ocuparon Portugal durante siglos. Cuando al fin los echaron fuera, el último jefe musulmán tenía una hermosa hija llamada Fátima. Un joven católico se enamoró de ella y por él, ella no solo se quedó cuando se retiraron los musulmanes, sino que también abrazó la Fe. El joven esposo estaba tan enamorado de ella que le cambió el nombre al pueblo donde vivía por el de Fátima. Por lo tanto, el lugar donde la Virgen apareció en 1917 tiene una conexión histórica con Fátima, la hija de Mahoma (y con la conversión de los musulmanes)

La última prueba de la relación de Fátima y los musulmanes es la entusiástica recepción que los musulmanes en Africa, la India y otros lugares le dieron a la estatua peregrina de Nuestra Señora de Fátima. Los Musulmanes asistieron a servicios de la Iglesia en honor a Nuestra Señora y permitieron procesiones religiosas, y hasta oraciones frente a sus Mezquitas. En Mozambique, los musulmanes que no se convirtieron comenzaron a ser cristianos después que la imagen de Nuestra Señora de Fátima fue erigida.

Misión Estratégica

Los misioneros del futuro van, cada vez mas, a ver que su apostolado entre los musulmanes será exitoso en la medida en que proclamen a Nuestra Señora de Fátima; María es el adviento de Cristo, que trae Cristo al pueblo antes de que Cristo naciese. En el trabajo apologético, es siempre mejor comenzar con lo que la gente ya acepta. Ya que los musulmanes tienen devoción a la Virgen, nuestros misioneros deberán sentirse satisfechos con el solo hecho de aumentar y desarrollar esa devoción con la plena realización de que Nuestra Señora llevará a los musulmanes el resto del camino hasta su divino Hijo... Igual que aquellos que pierden la devoción a la Virgen pierden la fe en la divinidad de Cristo, aquellos que intensifican la devoción a ella, gradualmente adquieren fe en la divinidad de Cristo.

Muchos de nuestros grandes misioneros en Africa han logrado quebrantar el odio amargo y los prejuicios de los musulmanes para con los cristianos por medio de sus actos de caridad, escuelas y hospitales. Ahora nos queda tomar otro camino: Tomar el capítulo 41 del Corán y demostrarles que fueron sacados del Evangelio de Lucas, que María no podría ser, aún para ellos "La Mas Bendita entre todas las mujeres del cielo, si no hubiera también dado a luz al Salvador del mundo. Si Judit y Ester, del Antiguo Testamento, prefiguraban a María, entonces podría ser que Fátima era una figura posterior de María. Los musulmanes deberán de estar preparados para reconocer que, si Fátima cede paso en honor a La Santísima Madre, es porque ella es diferente a todas las madres del mundo, y que sin Cristo, ella nada sería.
Fulton Sheen.
Original publicado en inglés por
La Fundación del Cardenal Mindszenty.
Traducido del inglés por 
www.corazones.org

domingo, 17 de diciembre de 2017

muchos nacieron el 25?

Viene circulando por las páginas una imagen que afirma que muchos dioses o profetas antiguos nacieron el 25 de diciembre. Esta imagen tiene por fin ridiculizar a los cristianos intentando relacionar la figura de Jesucristo con la de dioses paganos antiguos.

Sin embargo, cualquier con un poco de honestidad intelectual sabe que dicha imagen es un engaño. Lamentablemente muchas personas no suelen investigar a profundidad estos asuntos y se dejan llevar tan solo por el hecho de que apareció en una red social.
Por eso, hoy desmentiremos dicha imagen y les daremos todos los datos correctos.
JesúsdeNazaret:La fecha exacta de su nacimiento aún es muy debatida, pero la mayoría de historiadores se inclina por creer que la celebración del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre se debe a la antigua celebración del nacimiento anual del dios-Sol en el solsticio de invierno (natalis invicti Solis), adaptada por la Iglesia católica en el tercer siglo d. C. para permitir la conversión de los pueblos paganos. La Iglesia Católica nunca ha ocultado dicha versión ni es un problema para nuestra fe, ya que los católicos celebramos acontecimientos, no fechas. Celebramos que un día Dios nació para traernos la salvación.
Zarathustra:Según su mitología NO nació un 25 de diciembre. De hecho, nadie sabe con certeza dónde ni cuándo nació, pero en Irán se celebra una festividad en su honor el 26 de marzo, y forma parte del Festival de Año Nuevo iraní.
Horus:Según su mitología NO nació un 25 de diciembre. De acuerdo con el calendario del Antiguo Egipto, Horus habría nacido EN VERANO.
Krishna:Según su mitología NO nació un 25 de diciembre, los hinduistas celebran el cumpleaños de Krishna el 28 de agosto.
Budda:Según su mitología NO nació un 25 de diciembre. Los budistas celebran su cumpleaños en distintos días de mayo, dependiendo del año. En Japón se celebra el 8 de abril.
Heracles:Según su mitología NO nació un 25 de diciembre. Los antiguos griegos celebraban el nacimiento de Heracles en el cuarto día de cada mes griego.
Dionisio:Según su mitología NO nació un 25 de diciembre. No existe registro sobre una fecha exacta de nacimiento.
Adonis:Según su mitología NO nació un 25 de diciembre. No existe registro sobre su fecha de nacimiento ni tampoco hay versiones autorizadas sobre tal acontecimiento. Se suele creer que fue engendrado tras la unión incestuosa entre Tías, rey de Esmirna o Siria y su hija Mirra.
TammuzdeBabilonia:Según su mitología NO nació un 25 de diciembre. Los romanos lo adoptaron e impusieron la celebración de su alumbramiento un 25 de diciembre como el festival de invierno. Tammuz para los romanos era Saturno. Como dato adicional Tamuz también es el nombre el décimo mes del calendario hebreo moderno, equivalente a junio-julio del calendario gregoriano.

sábado, 16 de diciembre de 2017

UNOS ZAPATOS PARA...

Solo faltaban cinco días para la Navidad. Aún no me había atrapado el espíritu de estas fiestas. Los estacionamientos llenos, y dentro de las tiendas el caos era mayor. No se podía ni caminar por los pasillos. ¿Porqué vine hoy? Me pregunté. Me dolían los pies lo mismo que mi cabeza. En mi lista estaban los nombres de personas que decían no querer nada, pero yo sabia que si no les compraba algo sé resentirían. Llené rápidamente mi carrito con compras de último minuto y me dirigí a las colas de las cajas registradoras. Escogí la más corta, calculé que serian por lo menos 20 minutos de espera. Frente a mí había dos niños, un niño de 10 años y su hermana de 5 años. Él estaba mal vestido con un abrigo raído, zapatos deportivos muy grandes, a lo mejor 3 tallas más grande. Los jeans le quedaban cortos. Llevaba en sus sucias manos unos cuantos billetes arrugados. Su hermana lucía como él, sólo que su pelo estaba enredado. Ella llevaba un par de zapatos de mujer dorados y resplandecientes. Los villancicos navideños resonaban por toda la tienda y yo podía escuchar a la niñita tararearlos. Al llegar a la caja registradora, la niña le dio los zapatos cuidadosamente a la cajera, como si se tratara de un tesoro. La cajera les entregó el recibo y dijo: son $6.09. El niño puso sus arrugados billetes en el contador y empezó a rebuscarse los bolsillos. Finalmente contó $3.12. Bueno pienso que tendremos que devolverlos, volveremos otro día y los compráremos, añadió. Ante esto la niña dibujó un puchero en su rostro y dijo: "Pero a Jesús le hubieran encantado estos zapatos". Volveremos a casa trabajaremos un poco más y regresaremos por ellos. No llores, vamos a volver. Sin tardar yo le completé los tres dólares que faltaban a la cajera. Ellos habían estado esperando en la cola por largo tiempo y después de todo era Navidad. Y en eso un par de brazitos me rodearon con un tierno abrazo y una voz me dijo: "Muchas gracias señor". Aproveché la oportunidad para preguntarle que había querido decir cuando dijo que a Jesús le encantarían esos zapatos. Y la niña con sus grandes ojos redondos me respondió: - "Mi mamá está enferma y yéndose al cielo. Mi papá nos dijo que se iría antes de Navidad para estar con Jesús. Mi maestra de catecismo dice que las calles del cielo son de oro reluciente tal como estos zapatos. ¿No se le verá a mi mamá hermosa caminando por esas calles con estos zapatos?" Mis ojos se inundaron al ver una lágrima bajar por su rostro radiante. Por supuesto que sí, le respondí. Y en silencio le di gracias a Dios por usar a estos niños para recordarme el verdadero valor de las cosas.

viernes, 15 de diciembre de 2017

jueves, 14 de diciembre de 2017

GRECCIO Y BELEN

En un pueblito llamado Greccio había un hombre llamado Juan, muy devoto de San Francisco. Unas dos semanas antes de la fiesta de Navidad, San Francisco llama a Juan y le dice: -Hijo mío, si quieres que celebremos en Greccio el nacimiento de Jesús, prepara cuanto voy a decirte. Quisiera representar al Niño nacido en Belén para ver con mis propios ojos las incomodidades en que se encontró aquella noche santa. Nuestro Señor fue recostado en un pesebre entre el buey y el burrito. Así que tú prepara una gruta. Trata de disponerlo todo como debió ser la noche en que nació el Niño Jesús. Juan va en seguida al lugar establecido para preparar lo necesario según el proyecto de San Francisco. Y llega la víspera de Navidad. Con tal ocasión, San Francisco invita a muchos frailes para que vengan a Greccio. Poco antes de medianoche hombres, mujeres y niños llegan jubilosos de los caseríos de la región. Traen velas y antorchas para iluminar aquella noche santa. Llega también a la gruta San Francisco. Ve que todo se ha preparado según su deseo. Está radiante de alegría. Un labrador pone un brazado de heno en el pesebre, y luego se hace entrar en la gruta un buey y un burrito. Greccio se ha convertido en una nueva Belén. El bosque en torno a la gruta resuena de voces y de cantos festivos. San Francisco, que ha invitado también a un sacerdote para celebrar la Santa Misa en la gruta, ayuda al celebrante. Después de leer el Evangelio, San Francisco habla al pueblo reunido ante la gruta. Con palabras tiernísimas recuerda el nacimiento de¡ Niño Jesús. Hasta el buey y el burrito escuchan atentos. San Francisco pronuncia la palabra Belén con voz temblorosa. En su boca, esta palabra parece casi un balido de corderito. A medianoche en punto, apenas San Francisco ha terminado de hablar, la gruta se ilumina milagrosamente. En el pesebre, entre el buey y el burrito, aparece la figura esplendente del Niño Jesús. Los labradores y pastores más cercanos a la entrada de la gruta ven claramente cómo el Niño yace sonriente en el heno del pesebre. El buey y el burrito calientan con su aliento al pequeño Niiío, exactamente como hablan hecho el buey y el burrito en Belén. San Francisco se arrodilla en adoración ante el pesebre. Los pastores y labradores entonan un canto navideño. Alguien toca flautas y zampoñas. Los niños agitan las antorchas. Después de algunos momentos, el Niño Jesús desaparece y también la luz va apagándose poco a poco en la gruta. Terminada la Santa Misa, la gente vuelve a su casa cantando y agitando velas y antorchas. En el cielo brillan muchísimas estrellas. San Francisco se queda todavía un largo rato en la gruta, rezando. Acaricia al buey y al burrito y les dice: -Hermano buey y hermano burrito, sois afortunados entre todos los animales porque habéis podido ver con vuestros ojos a vuestro Señor y Creador. Habéis podido calentarle con vuestro aliento. El buey y el burrito miran al santo con sus grandes ojos dulces, llenos aún de aquella luz aparecida en la gruta. Luego San Francisco manda a sus frailes: -Hermanos míos, por amor a Nuestro Señor, yo os ordeno que en los años futuros, la noche de Navidad déis de comer a todos los animales. Particularmente echad buen heno a los bueyes y a los burritos. Todas las criaturas vivientes deberán hacer fiesta en la Navidad de Jesús. Desde entonces los frailes, hasta la muerte de San Francisco, todos los años van por las cuadras de Greccio a llevar buen heno a todos los bueyes y burritos, en la noche de Navidad. También vosotros, queridos niños, el día de navidad recordaos de dar de comer cosas buenas a todos los animalitos que tenéis en casa o que encontréis por el camino.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

NACIMIENTO DE JESÚS UN 25 DE DICIEMBRE?

por José Pinto...

Tengamos presente siempre que lo importante de una celebración fijada por la Iglesia no es la fecha en sí misma, lo relevante es el acontecimiento que celebramos en esa fecha.  En el caso de las celebraciones tradicionales del nacimiento de Jesús,  estas comienzan entre la noche del 24 y la madrugada del 25 de  diciembre (Nochebuena y Navidad). Los enemigos de Jesús y de la Iglesia critican estas celebraciones y hay quienes quisieran desaparecerlas del mapa mundial de festividades. Quieren borrar a Jesús de cualquier manera sustituyéndolo en muchos lugares por la figura de Santa Claus, prohibiendo además la celebración de su nacimiento en muchos colegios públicos de los Estados Unidos, obligando a muchos creyentes a hacer solo alusiones “neutras” a dichas fiestas para evitar ser penalizados. Hay quienes especulan que la celebración del nacimiento de Jesús debería fijarse en otras fechas alegando que el día 25 de diciembre no está mencionado en la Biblia, y que además era y es un tiempo muy frío y lluvioso en Jerusalén para relacionarlo con ese gran acontecimiento; pero aún dándoles la razón, ninguno puede sostener tampoco la precisión de las nuevas fechas por ellos sugeridas. Sin embargo, nosotros si tenemos varios argumentos para señalar que el nacimiento de Jesús fue cercano a ese amanecer del 25 de diciembre.  El argumento de que la verdadera razón para que la Iglesia decretara a través del papa Liberio la celebración del nacimiento de Jesús a partir el 25 de diciembre del año 354 d.C. para así opacar las fiestas romanas de Brumalia2, es totalmente falso, porque ya existían tradiciones judías de la celebración de los días 24 y 25 de Quislev3 relacionadas a la renovación del templo de Jerusalén,
1 Es un personaje inspirado en un obispo cristiano de origen griego llamado Nicolás, que vivió en el siglo IV en Anatolia, en los valles de Licia (en la actual Turquía). Era una de las personas más veneradas por los cristianos de la Edad Media, del que aún hoy se conservan sus reliquias en la basílica de San Nicolás, Bari, Italia.
2 Fiesta que los romanos celebraban en honor al Sol Invictus,  a partir del siglo III de nuestra era – en tiempos del emperador Heliogábalo.
3 Mes noveno del calendario judío antiguo que corresponde a un período intermedio entre los meses de noviembre y diciembre del calendario gregoriano actual. Es uno de los meses más lluviosos del año en la Tierra de Israel.
anteriores a  la celebración romana del “invencible dios sol”, y que apuntaron hacia la fecha escogida por la Iglesia para celebrar el nacimiento de Jesús.
Unos 520 años antes del nacimiento de nuestro Señor, durante el tiempo del profeta Ageo, después del retorno del exilio babilónico, el 24 del mes de Quislev (Ageo 2,18), se comenzó  la reconstrucción del templo de Jerusalén; este había sido profanado durante el exilio babilónico de los judíos y Palabra de YHWH había venido sobre el profeta  Ageo, el día 21 de ese mismo mes, para emplazarlo a limpiar el templo profanado. YHWH le prometía al pueblo judío bendiciones  a partir de ese día de la reconstrucción del templo (Ageo 2,18-19); de manera que a partir de ese momento, para los judíos, ese día fue muy importante para recordar y celebrar después de su retorno del exilio. El último verso del capítulo 2 de Ageo (verso 23) es clave, pues nos da la visión con sentido mesiánico del mensaje de YHWH al profeta Ageo. YHWH le señala a Ageo que le dará un título distintivamente mesiánico a Zorobabel: “Siervo mío, esclavo mío [en hebreo עָ֫בֶדcuya transliteración es ibed]” – Comparar con 2 Samuel 3,18; 1 Reyes 11,34; Isaías 42,1-9 y Ezequiel 37,24-25. Zorobabel era nieto de Joaquín (Ageo 1,1.12.14) quien hubiese sido heredero del trono de David de haberse restablecido su reinado en esa época. Así que Zorobabel  resulta ser un ancestro de Jesús y por eso aparece en el linaje de Cristo tanto por parte de José (Mateo 1,12), como por el lado de la Virgen María (Lucas 3,27). A través del mensaje dado a  Ageo, YHWH promete además hacer de Zorobabel  un anillo de sellar, dando así garantía de que su palabra era auténtica. 
Fue Zorobabel  justamente quien sentó las bases para la reconstrucción del segundo templo en Jerusalén. Hacer de Zorobabel como un anillo de sellar, de acuerdo a la Palabra de YHWH que vino sobre Ageo, era un símbolo de honor, autoridad, y poder, algo como un cetro de rey, utilizado para sellar cartas y decretos. Zorobabel, como el anillo de sellar de YHWH, representa entonces  la garantía de la permanencia de la casa de David mediante la reanudación de la línea mesiánica interrumpida por el Exilio babilónico. Zorobabel como figura mesiánica simboliza a Jesús el hijo de María Santísima quien restablecería el reinado eterno del trono de David. De manera que todo el libro de Ageo, referido a la reconstrucción del templo y el titulo que se le da a Zorobabel fija las bases de  una cosmovisión mesiánica que nos permite interpretar el mensaje dado a Ageo. Esta colocación de la piedra angular del templo, el 24 del mes de Quislev, para comenzar la reconstrucción del templo a partir de las ruinas de la profanación, tiene así un sentido claramente mesiánico – La puesta de la verdadera piedra angular que es Cristo (Hechos 4,11) sobre quien se
edifica el verdadero tabernáculo (Hebreos 8,1-2; 9,11). Zorobabel prefigurado como Cristo, el anillo de sellar de YHWH, reconstruyó el templo de Jerusalén y Jesús, “La Piedra viva”, construyó el edificio de su Iglesia con las “piedras vivas” que somos los cristianos (1 Pedro 2,4-5).  Luego, si la roca fundacional de la reconstrucción del templo judío fue colocada un 24 de Quislev y esta profecía de Ageo se refería al comienzo de las verdaderas bendiciones que sobrevendrían con el nacimiento de la Piedra Angular que era Cristo ¿por qué dudar de que esta fecha prefiguraba el tiempo del nacimiento de Jesús, la roca angular y fundamento del verdadero tabernáculo – 24 de diciembre?
Otra fecha de celebración del 25 de Quislev referida también a la restauración del templo de YHWH, la encontramos en el primer libro de Macabeos 4,52-59 y en el segundo libro 1,18; 10,5-8. En los relatos de estos libros de Macabeos vemos como Judas Macabeo junto a sus hermanos lucharon contra Antíoco IV Epífanes, rey de Siria, en el año 167 a.C. Ellos ordenaron a los sacerdotes que purificaran el santuario y echaran fuera el altar profanado por Antíoco. Tras su victoria, los Macabeos colocaron a Jonatán Macabeo como sumo sacerdote y en la madrugada del 25 de Quislev, fue nuevamente consagrado el templo de Jerusalén, su fachada fue adornada, se encendieron luces y fue grande la alegría en el pueblo (2 Macabeos 10,5-6). Este fue el origen de la fiesta de "Jánuca"4, donde también se acostumbraba darles regalos a los niños y cuya tradición se conserva hasta hoy entre los judíos.
Finalicemos con las palabras del padre Francesco María de la Santísima Trinidad: “Navidad no es tiempo, es ETERNIDAD en el movimiento, todo parece moverse, pero misteriosamente todo se ha detenido, Navidad es descanso, [YHWH] ha parado su ruta en mi tierra, para que mi tierra sea fecundada y se enrute hacia la eternidad, EL CIELO ha creado una ruta, un camino, una vida para nosotros”.
4 “La fiesta de las luminarias” - del 25 de Quislev al 2 de Tevet (o el 3 de Tevet, cuando Quislev cuenta con sólo 29 días), en la que se celebra la derrota de los sirios y la recuperación de la independencia judía a manos de los Macabeos, y la posterior purificación del Templo de Jerusalén de los íconos paganos, del que se recuerda el milagro del candelabro, que ardió por ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite.