lunes, 31 de diciembre de 2012

año nuevo

A primeros de enero de un año cualquiera, con amores y nombres ya seleccionados, con los huesos maduros y a mitad de mi vida me PROMETO solemne no sufrir demasiado. Si me pegan, que peguen, si me aciertan, me han dado, y si pierdo en la Rifa será porque he jugado. Me fastidian las penas, me da alegría el enfado, con el ceño fruncido parezco un feto raro. Año nuevo, vida nueva (¡Qué tópico más sano!) Nueva luz ilumina mi ascensor apagado de subir a deshora, de estar comunicando, de hacer la angustia en verso, de hacer el tonto en vano, de sembrar mis insomnios de tachuelas y clavos. A mitad de mi vida de par en par sonrisa y puerta abro, -que no quiero acabar por los pasillos con el corazón apolillado-. PROMETO no volver a ahogaros en mi llanto, no volver a sufrir sin un motivo muy justificado Gloria Fuertes (1.918 - 1.999)

domingo, 30 de diciembre de 2012

la sagrada familia

... la de Barcelona que tiene Belen... en el centro mismo de esta obra de arte
Sagrada Familia (Ode à la vie) - Démo officiel from Moment Factory on Vimeo. Y una película: San José de Nazaret

sábado, 29 de diciembre de 2012

Parábola de las muchachas buenas y las bobas

Al fin del Discurso Parusíaco de Cristo (o Apocalipsis Sinóptico) hay varias parábolas que encarecen la "vigilancia" y las buenas obras o "creatividad" -casi por demás. Las tres últimas se refieren directamente al Juicio Final; y la primera de ellas es una parábola absurda o por lo menos extraña, llamada comúnmente "de las Vírgenes Locas y las Prudentes", que llamaremos aquí con más exactitud "de las muchachas buenas y las bobas". Pronunciada ahora en el Occidente, esta parábola no dice nada al vulgo, que no le ve la gracia, y piensa: "serán costumbres orientales"; mas en Oriente hace menos gracia aun; porque contradice de varios modos las costumbres y el ritual nupcial; que (dicen los entendidos) no ha variado mayormente de Cristo acá. Traduzcamos del original esta parábola, que hace penar a los exégetas; los cuales han penado para mí: "ENTONCES SERÁ PARECIDO el Reino de los Cielos a diez "bridemaids" o paraninfas que salieron con sus lámparas al encuentro del Novio. Cinco de ellas eran bobas y cinco eran buenas. Las bobas llevando los candiles no llevaron aceite consigo. Mas las buenas trajeron consigo alcuzuelas con aceite. Demorándose mucho el Novio todas ellas dormitaron o durmieron. En medio de la noche se hizo un clamor. He aquí el Novio, salid a su encuentro. Entonces despertaron todas las muchachas y adornaron sus candiles. Mas las Bobas dijeron a las Buenas. Dáme del aceite tuyo que las lámparas se apagan. Mas las Buenas respondieron: -No sea que nos quede corto a todas. Id mejor a los vendedores y comprad para vuestros candiles - Retirándose ellas a comprar sobrevino el Novio - Y las preparadas lo acompañaron a las bodas. Y se cerró la puerta. - Al último llegaron las otras gritando: Señor, Señor, ábrenos - Respondió el Esposo: No os conozco. Notanda acerca de la traducción: "Al encuentro del Novio y de la Novia" dice la Vulgata; mas el inciso "de la novia" es añadidura de un copista, según la crítica textual: sólo del Novio trata la parábola; la Novia en cuya casa esperan sindudamente las Doncellicas o "Compañeras" (pues no habían de dormirse en camporraso) no aparece. El Novio viene a buscar a la Novia a su casa, cosa contraria a los usos actuales. "Bobas" se puede traducir el "moorai" griego, que significa además de "necio", bobo, memo o casquivano: la traducción "locas" o "fatuas" es exagerada. "Buenas", por aliteración confieso que es un poco forzado, aunque la palabra "fránimoi" (prudentes) la usaban los griegos también por "bueno" o exactamente "honrado". Los finos candiles de barro cocido se usan todavía en Oriente, como las alcuzuelas de alfarería para el aceite. La expresión "mesees de niktós''puede ser "medianoche" o bien "en lo más profundo de la noche, a altas horas". Un erudito alemán, Jülicher, se ha entretenido en buscarle todos los pelillos a la parábola (me ahorró trabajo) y en negar su belleza literaria, en lo cual yerra: el cuadrito "simbolista" es rápido, balanceado y contenido, lo cual es la belleza formal de este género. Las dificultades son siete: primera, no corresponde bien a los usos nupciales en Israel; 2, candiles para un cortejo, se apagan; antorchas hace falta; 3, la demora del novio es inverosímil: el novio tenía que caer al anochecer ¿a qué hora si no comenzó el banquete?; 4, las "bridemaids" no pueden haberse dormido en un barullo; y una fiesta semita consiste casi todo en barullo; 5, la respuesta de las buenas no es nada buena: egoísmo bárbaro, e ironía de adehala; 6, el que salieran a comprar aceite en plena noche en vez de sumarse simplemente al cortejo sin lámparas, es disparate; 7, el Esposo es inverosímilmente duro; por una leve demora las deja a buenas noches, y no eran tan malas al fin y al cabo. El apóstata Loisy, discípulo de Jülicher, concluye: la que es boba es la parábola; no debe ser de Cristo. Mas cuando uno repara en que el cuentito representa la Parusía y Retorno de Cristo, la luz entra a raudales, para mí al menos. No solamente está ella inserta en el Sermón Parusíaco, sino que Cristo alude a la Parusía al comienzo, y al cabo: es decir, la encuadra. Al comienzo dice: "Será parecido el Reino... “en futuro, en vez del sólito presente "Semejante es... "; y al fin indica la decisión final, en el "cerrarse la puerta" y en la sentencia "no os conozco" ya usada por Cristo como fórmula de la condenación. "Conocerá el Señor a los tuyos" dice san Pablo (II Tim. II, 19); Y "no todo el que dice ¡Señor, Señor! entrará en el Reino",avisa Cristo (Mt. VII, 21) "pues a muchos les diré: No os conozco". La dificultad principal para, mí (y para Maldonado) es ésta: el cuentito no añade nada a la moraleja: "vigilad pues", la cual por otra parte había sido ya proferida por el Señor seis o siete veces en el Sermón anterior, una vez explícitamente (Mt.XXIV); en el cual Sermón se hallan no menos que cinco pequeñas semejanzas que todas imperan "vigilancia", a saber: la de la Higuera; la de Noé y el Diluvio; la del Relámpago; la del Patrón que teme al ladrón; la del Siervo que espera al patrón y la Del que no lo espera, y Él llega inesperado. Luego parece que esta Parábola aunque sea linda, es superflua. Pero el caso es que este cuentito y ningún otro, hace un cuadro simbólico y fuerte del "apurón" de la Parusía y todas sus características principales, cifrando plásticamente el Sermón Profético anterior. Esta "cifra" se puede poner así: La Parusía será inopinada y la gente estará dormida, toda ella; pues aparentemente "Cristo no vuelve más" (como dicen hoy justamente no pocos) o se demora mucho -como dicen todos; y entonces se hará un gran clamor y desconcierto, en que las providencias que tomen los "impreparados" fracasarán todas, pues ya no es tiempo de preparaciones. Como decimos a los estudiantes que se precipitan sobre los libros las vísperas de exámenes: "oportet studuisse, non studere": no es tiempo de estudiar sino de haber estudiado. Y así las muchachas desprevenidas hacen cuatro cosas inútiles a toda prisa: ruegan a las otras que las salven, salen de noche a buscar vendedores, llegan a puerta cerrada y gritan: "¡Señor, Señor!" Gaucho prevenido nunca fue vencido. Pero todas se durmieron al fin y al cabo... -Sí; el dormirse no fue tan culpable, y es posible que las Buenas solamente "dormitaran", signo de negligencia de los cristianos. Entonces ¿las Bobas son los impíos? -No; salieron a buscar a Cristo con lámpara magüer vacías; son también los cristianos de "tibieza", justamente lo se que achaca en el APOCALIPSIS a la última IGLESIA, LA IGLESIA DE LAODICEA. -¿Y por qué diez muchachas, no bastaban dos? -El número diez significa en la Escritura universalidad en lo humano; así como el doce universalidad en lo sacro. -¿Y por qué propiamente "vírgenes"? -No dice "vírgenes" en sentido estricto el texto griego, sino muchachas o doncellas. -¿Y por qué no muchachos? -Ahí me embromó: no lo sé. Bueno, las muchachas solían acompañar a la Novia, los "Amigos" al Novio; y la "Parusía" en los profetas es la venida del Esposo a buscar a la Esposa. -¿Y por qué candiles y no antorchas? -Por el óleo. -"El óleo significa las buenas obras, la lámparas que se extinguen sin óleo, la Fe" -dice san Agustín. "Seguramente el óleo, por cuya falta se incurre en tamaño percance, significa algo muy grande ¿verdad? ¿Qué otra cosa puede ser sino la caridad?" De hecho el óleo en la Escritura significa la misericordia; y en la misericordia cifró Cristo todas las buenas obras en la Parábola siguiente, la del Juicio final. ¿Por qué el Esposo no abre la puerta, qué le cuesta? -No se puede abrir más: con la metáfora de un Banquete de Bodas simboliza Cristo siempre la gloria del Cielo, que es lo final y definitivo. "Y después no habrán instancias, ni mudanzas ni glosas. Se enclavará el destino de todo ser creado Y allí donde han caído y así como han quedado quedarán, ineternum, las cosas. Seguramente la parábola desconcertó a los oyentes como nos desconcierta a nosotros, porque su intento era desconcertar; es decir hacer pensar; como las piezas de un rompe-cabezas desconciertan antes de haberlas ensamblado. -Todas las parábolas de Cristo tienen rasgos desconcertantes, como hemos notado tantas veces (Evang. de Jes., pág. 388); Y así debe ser, porque aluden siempre a cosas divinas, que trascienden lo humano, y son, fuera de la Fe, incomprensibles; mejor dicho, fuera de la Visión Beatífica. Los místicos que han experimentado (un cachito) las cosas divinas, no saben hablar de ellas, quedan tartamudos como Moisés después de ver al Ángel del Sinaí, se gastan repitiendo que "No se pueden decir" ("Que nadie que no las haya experimentado sabrá sentir: y decir, ni siquiera los que las han experimentado" -dice Juan de la Cruz) y cuando lo mismo las dicen, es en forma oscura y desconcertante. Mas Cristo las dijo en forma relativamente clara. Cuatro escritores conozco que han intentado hacer un cuadro imaginario (novelesco) de la Parusía: nuestro Martínez Zuviría, Robert Hugh Benson, el ruso Solovyefy el suizo Ramuz; y nos han dado cuatro cuadros diferentes de un suceso que es casi totalmente imprevisible; y mucho más para los oyentes de aquel tiempo. Cristo tuvo que desconcertar su parábola; y la verdad es que lo hizo sutilmente. La parábola como narración se tiene tiesa; sólo a la reflexión aparecen los "desconciertos". La parábola responde tan cabalmente al tema, que lejos de ser un tropiezo literario (Loisy) es un acierto poético. Incluso los rasgos secundarios de la invención poética responden a lo que sabemos por la profecía de aquel temeroso suceso. El hecho de que "tarde el Esposo" y "Estén todos dormidos" lo proclaman para el fin del siglo san Pedro y san Pablo, profetas también; e incluso que los hombres dirán: "No vuelve más". Como he notado en otro libro (Cristo ¿vuelve o no vuelve?, pág. 15), si se considera la Herejía, o las herejías de hoy, se ve que el foco de convergencia de todas ellas se finca en la negación u olvido de la Parusía, o Segunda Venida de Cristo. Por ejemplo, existe hoy un movimiento optimista llamado "democristianismo" que espera la salvación para el amenazado mundo nuestro, de medidas políticas; para lo cual ha insertado la religión en un sistema particular de gobierno (en el mejor de los casos): la "democracia". No digo que ellos sean malos cristianos todos, no lo son todos, ni menos herejes; mas lo cierto es que desconocen la visión pesimista del "Mundo" que siempre tuvo la Iglesia; y la de la "Política", que tienen hoy los cristianos; e incluso los filósofos: el desorden actual es tan vasto y profundo que la "inteligencia política" no solamente es impotente a solucionarlo, más aun a abarcarlo entero -dijo Jácome Maritain el cual sin embargo se volvió después democristiano. En el fondo, estos son "milenaristas"; es decir, esperan un gran triunfo externo de la Iglesia en el tiempo, no en la eternidad; por medios comunes, no por la Segunda Venida; y para dentro de poco; esperanza que desearía no quitarles. Ejemplo eximio es el ruso Berdyaef, con su profecía premuras a de la "Tercera Iglesia" o Iglesia de Juan (no menos que Nietzsche con su "superhombre", aunque éste sí que no es democristiano, pero sí a modo de milenario) o Don Sturzo con su unificación del mundo bajo la dirección del Papa y con NORTEAMÉRICA como eje; o el Padre Lombardi; o el Pastor Paúl Tillich; o el judío Martín Buber, etc. La idea de un Estado Democrático Cristiano me aparece como una monstruosa imposibilidad, el sueño de uñir dos cosas inuñibles; por lo menos ésto que aquí entienden (o no entienden) por "Democrassia". Lo curioso es que estos "Demos" llaman "milenaristas" a los demás, a mí por ejemplo (que estoy aquí tan tranquilo rezando mis devociones, sin tiempo para "políticas"); que si lo fuera no me avergonzaría, pues estaría en buena compañía, con los Padres Apostólicos todos, y quizás con el mismo Apóstol Juan; pero no lo soy, porque no me da el caletre para cosas tan difíciles. Lo único que hay es que creo en la Segunda Venida; y eso para pronto, como dicen no menos de siete veces ("Venio Cito”), san Juan en el Apocalipsis. Si la veré o no la veré, no me interesa; lo que me interesa es estar preparado y "vigilar". Esposo. -Un amigo me dice bromeando que Cristo nos mandó la monogamia, pero aparentemente practica la poligamia; todas las almas son sus "esposas", como cantan los cantitos, a veces horribles, de mi Pirroquia. Para engendrar en la carne es necesaria la exclusividad; en el espíritu es al contrario: las cinco vírgenes de la parábola entran con el Novio aparentemente a casarse, la Novia no aparece en el cortejo: parece un matrimonio mahometano. Y la razón es que los bienes materiales cuando se participan disminuyen, los espirituales aumentan: el que reparte dinero se queda con menos, el que reparte saber aumenta su saber: hasta Cristo, Dios y todo, aumentó viviendo su saber; y en ese sólo "el que parte y reparte se queda con la mejor parte". Esta es la razón por qué los hombres se andan peleando hoy día tan fiero, y Alsogaray anda en apuros: han perdido el saber y el sabor de los bienes espirituales. Esta es la razón principal del comunismo, la Gran Repartija hecha por el Dios Estado, o sea (como siempre) por una gavilla de politiqueros. Y también aquí se verifica lo del que parte y reparte, según dicen: los politiqueros no ayunan. "Esposo": lo mismo que "Rey" designa una entrega personal total a Cristo. Los Ejercicios de san Ignacio giran todos alrededor de una entrega personal a Cristo; y eso prueba cuán evangélicos son. Cristo dice: "El que ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí": lo mismo que dice el Génesis de los esposos. Ningún hombre puede decir eso que no sea al mismo tiempo Dios: excluir todo otro amor enfrente al suyo. Una monja me preguntó si en el cielo veríamos al Niño Dios. Respondí sin broma que lo veríamos e incluso lo daríamos a luz. Como se escandalizó fierazo, por no citarle el dicho de Cristo: "EI que hace la voluntad de Mi Padre, ése es mi padre, y mi madre y mis hermanos", -no hay que andar manoseando la escritura como un tendero luterano- le cité el modesto versito de Campoamor: No lo dudéis señores, si hay un cielo, hay en él niños y flores. Cristo invita a las almas primero a su servicio, después a sus desposorios. Primero de tomar esposo hay que salvar la vida (enferma grave), primero de entregarse hay que tener algo que entregar; ("nuestra hermanita no tiene pechos, ¿qué haremos?, dicen los Cantares). Y así cuando se está en una vida que es una lucha, hay que tener primero de todo un "Rey" y no pensar más que en el "servicio"; y entonces el nombre del amor es "obediencia". Cuando hayas besado el suelo muchísimo, te llamarán al "beso de la boca". Después de llamar a Dios veinte años "patrón" comienza uno a llamarlo "tata". Y así, fuera de los placeres carnales que son medios para formar un hogar y una familia temporal (y fuera de eso son ruina) no hay bien que un esposo pueda prestar, que Cristo no pueda dar a un alma generosa y adulta, incluso una familia espiritual. Si uno salva un alma, en el cielo habrá entre esas dos almas un lazo inmensamente más fuerte y dulce que entre madre e hijo. Adulta. Para darse primero hay que poseerse, nadie puede dar lo que no tiene. Razón del presente fracaso de los matrimonios en Buenos Aires; son matrimonios mahometanos; primero hay que conocerse bien, casarse de ordinario en la propia clase, y sobre todo, con virtudes, es decir con capacidad. El matrimonio es ahora la unión de dos riquezas, o de dos instintos, o de dos personas; y debería ser siempre de dos personas. Como me decía esa señora de la "clase alta": "desde chica no he oído hablar del matrimonio sino como una licencia general para la sensualidad". Un teólogo argentino, Antonio Vallejo, O.F.M., llama al matrimonio usual entre nosotros: "la atracción sexual legalmente sancionada... y decepcionada”. Dijo Cristo a santa Teresa: "Ocúpate de mis asuntos como una esposa".[1] Dice san Pedro: "Entonces es mejor no casarse". Por mí no se casen si pueden. Por lo menos no se casen como unas bebas, es decir, como unas Bobas: aceite para la larga vigilia de las lámparas sagradas del hogar. CASTELLANI, Las parábolas de Cristo

viernes, 28 de diciembre de 2012

Condena del Milenismo

Otra cosa que es forzoso aclarar. Hallamos en muchos autores, incluso “serios”, el aserto d que “el milenismo ha sido condenado”. O “lo será”. O “debe serlo”. Es falso. El milenismo carnal o “kilialismo” SI: ha sido condenado. ¿Dónde? No hay ningún decreto Conciliar o Pontifical condenatorio dél, que nosotros sepamos. En la recopilación del Denzinger se nombra ciertamente a Kerinthos, pero no como milenista sino como negador de la divinidad de Cristo -como muchos judíos actuales, Kerinthos parece haber aceptado a Cristo como Mesías o Profeta, pero no como Hijo de Dios- en la condena a los Ebionitas (“Ebionem, Cerinthum, Marcionem, Paulum Samosatenum, Photinum… qui… Jesu Christum Dóminum Nostrum verum Deum ese negaverunt…) en el Decreto para los Jacobitas del Concilio de Florencia, 1483, Denz. 720. Los que hubieren leído los 12 tomos del Mansi, si acaso han hallado la condena expresa del milenismo carnal, haríanos favor nos la indicando. Pero el Kilialismo Kerenthiano está seguramente condenado en los escritos de los Santos Padres; en lo que llaman “el magisterio ordinario”. Ni una sola línea de las que escribió Kerinthos nos ha llegado; lo cual puede explicar la ausencia de condena expresa y formal. No conocemos propriis términis la herejía de Kerinthos. Los santos padres se desencadenan contra ella, algunos con verdadera furia; por su afirmación de que habría bodas después de la resurrección (entre resurgidos); contra la afirmación del Evangelio; Lc. XX, 27. El milenismo espiritual por el contrario no ha sido condenado, ni jamás lo será: la Iglesia no va a serruchar la rama donde está sentada; es decir, la Tradición. Hubo hace poco dos decretos disciplinares para la América del Sur de una sacra Congregación Romana en que se prohíbe enseñar como “peligroso” (sin condenarlo como “erróneo”) una especie de milenismo. ¿Qué especie? Aquel que sostiene que “Cristo reinara corporalmente en la tierra”, dice el primer decreto informativo al arzobispo de Chile; “visiblemente”, corrige el 2° decreto, extendido a toda la América del Sur (11-VII-1940 y 28-VII-1944). La corrección del adverbio “corporáliter” sustituido por “visibíliter” es fácil de comprender. El alegorista que redactó el primer decreto no advirtió quizá que sin querer se condenaba a sí mismo. En efecto, los alegoristas o antimilenistas sostienen como hemos visto que el profetizado Reino de Cristo en el universo mundo es este de ahora, es la Iglesia actual tal cual. ¿Y cómo reina ahora Cristo en este reino? Reina desde el Santísimo Sacramento. ¿Está allí corporáliter? Sí. Había que corregir rápidamente eso. Está pues prohibido enseñar en Sudamérica que Cristo reinará visiblemente desde un trono en Jerusalén sobre todas las naciones; presumiblemente con su Ministro de Agricultura, de Trabajo y Previsión y hasta de Guerra si se ofrece. Muy bien prohibido. Teología a la Fulton Sheen. “Teología para negros”, llama a esta fabula Ramón Doll. Con perdón de los negros. Ningún Santo Padre milenista -y hay muchos, como hemos visto- o quier escritor actual serio, ha descripto así el Reino de Cristo. Simplemente no añaden nada de su cosecha, que sería temeridad, a lo que el Evangelista y los Profetas dicen; y ellos no dicen tal cosa. Uno es libre de imaginar como quiera o pueda el futuro Reino; pero no de “enseñar” sus propias imaginaciones. Yo no enseño “ni huno ni hotro, ch’amigo”: ni a Kerinthos ni a San Ireneo: tengo otras cosas que enseñar. (Con pesar me veo obligado a hablar de mí, porque una persona que enseña, y por cierto con (cierta) autoridad, me ha difamado enseñando autoritativamente que soy milenista.) Quisiera ser San Ireneo de Lyon. No me da el cuero para tanto. No tengo talento suficiente para zanjar un problema tan difícil. Lo que en mi fuero interno para mí tengo, eso es cosa entre Dios y yo; que no le incumbe nada al desaprensivo difamador. Dije arriba que la Iglesia NUNCA CONDENARA el milenismo espiritual; y he aquí mis razones: La Iglesia enseña que las dos fuentes de la doctrina revelada son la Escritura y la TRADICION. La tradición de la Iglesia Primitiva (la más importante de todas) durante cuatro siglos por lo menos ha sido milenista. Aunque fuese una tradición “dudosa” (como dicen y no parece) la Iglesia Romana no se arriesgaría a condenarla; incluso por simple “política”; quiero decir, buen gobierno. Condenarla sería como guadañarse los pies queriendo guadañar la cizaña. Los Protestantes niegan la Tradición como fuente autoritativa. Cuando estallo el gran movimiento de la Reforma, dos doctores protestantes, Dellaeus y Dedóminis, argumentaron contra la Tradición diciendo: la Tradición primitiva se equivocó, pues sostuvo el milenismo, el cual es falso, según la Iglesia romana deste tiempo. Si la Iglesia romana condenara el milenismo espiritual haría bueno el argumento de Dellaeus. Y ya no se podría saber seguro cuál cosa es “tradición” y cuál no era tradición. Y tampoco se podría saber cierto cómo interpretar la Escritura; porque si todo el Cap. XX del Apokalipsi es “mishdrash”, o sea, puro mito o alegoría ¿por qué no lo será todo el Apokalipsi? ¿Y por qué no toda la Escritura, si vamos a eso? ¿Por qué no la resurrección de Cristo? ¿Por qué no su nacimiento partenogénico? Eso dicen hoy día los “Teólogos” modernistas y protestantes liberales. Dicen que son solamente símbolos o metáforas, no realidades. Un último punto curioso deseo brevemente relevar: muchos de los actuales alegoristas, si no todos, son en el fondo milenistas carnales. En efecto, negando el postparusáico Reino de Cristo, se ven obligados a reponer el cumplimiento de las profesias en un futuro gran triunfo temporal de la Iglesia antes de la Segunda Venida; o sea, en una “Nueva edad Media” (ver Berdiaeff y también R. H. Benson en “The Dawn of All”) con el Papa como Monarca Temporal Universal, comandando ejércitos de alegres “jocistas” en bicicleta y camiseta sport… Coinciden con el sueño de la Sinagoga antes de la Primera Venida. Coinciden también helás con la extraña visión de milenismo ateo de Carlos Marx; no menos que con las barrocas promesas de la muy extendida secta protestante judaizante llamada en Norteamérica “la Nueva Dispensación”. Son todos pájaros de la misma pluma. Lo último de lo último que debieran (o no debieran) hacer, es tacharme a mí de “milenarista” como dicen ellos. Tomado de la obra de: Alcañiz S. J. – Castellani, “La Iglesia patrística y la Parusía”

jueves, 27 de diciembre de 2012

miércoles, 26 de diciembre de 2012

y vio que todo era bueno

la Navidad santifico y restauró todas las cosas...

martes, 25 de diciembre de 2012

lunes, 24 de diciembre de 2012

Que canten cielos y tierra

Os felicito a todos con el canto de los angeles y las voces roncas de los hombres, con la clara voz de los niños y mujeres... El dia (25 claro) empieza a medianoche. Por eso hoy es nochebuena y daremos gracias a Dios en la Eucaristía. No os pongo el canto de la Sibila de YouTube pero sí, el anuncio es para todos los hombres. Aquí Maria Ostiz, los Coristas, Andrea y demás...





domingo, 23 de diciembre de 2012

Romance

... de la Encarnación, de san Juan de la Cruz. Y la letra la tendréis en la entrada que puse
por estas fechas el año pasado. Que es para rezar mascándola bien despacio...

sábado, 22 de diciembre de 2012

el camello cojito

AUTO DE LOS REYES MAGOS
... de Gloria Fuertes

El camello se pinchó
Con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
Le dio vino.
Baltasar fue a repostar
Más allá del quinto pino....
E intranquilo el gran Melchor
Consultaba su "Longinos".
-¡No llegamos, no llegamos,
y el Santo Parto ha venido!
-son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido-.
El camello cojeando
Más medio muerto que vivo
Va espeluchando su felpa
Entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído: -
Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.
A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!
Se iba cayendo la mirra
A lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.
-No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes
Cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
Le hace cosquillas al Niño.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Rastro de Dios.


Cuento de Montserrat del Amo premio Lazarillo de literatura infantil 

Se llamaba rastro de Dios. Así lo había dado San Miguel, Capitán de todos los ángeles, al final de su lista.
A todos les puso su nombre, empezando por Gabriel, el ángel que Dios había creado para anunciar al mundo la más importante noticia, y después apuntó a Rafael, que había de acompañar a Tobías en su viaje, y que desde entonces se podría conducir, sanos y salvos, a todos los viajeros.
Y asi fue poniendo a todos un hombre hasta que sólo quedaba uno: un ángel chiquitín y torponcillo, que no sabía apenas volar.
San Miguel había encargado a un ángel grande y fuerte, que se llamaba fortaleza de Dios, que le enseñaste; pero todo fue inútil. Él sólo sabía volar en el rastro luminoso que dejaba Dios a su paso: como una callecita de luz. Allí sí OT, allí el ángel chiquitín ex tendía las alas, y volaba sonriendo feliz; pero en cuanto se descuidaba un poquito y se salía de las huellas de Dios, o se retrasaba demasiado y perdía la luz, sentía un preso de plomo en las alas y empezaba caer, a caer, hasta que algún angelo recogía, y volvía a colocarlo en la callecita, donde el ángel chiquitín volaba feliz, sintiéndose seguro como un niño en su cuna
. Por eso, cuando San Miguel-Capitán hizo su larga lista con el nombre de todos los ángeles, escribió el último: rastro de Dios, para que así se llamase en adelante aquel ángel chiquitín.
Y dijo San Miguel:
- Ten cuidado, rastro de Dios, y no te ha partes de sus huellas, porque Dios va a crear el mundo y los hombres nos dará mucho trabajo, y, sí te caes, tal vez no podré mandar un ángel para que te recoja.
Y San Miguel mirada compasiva rastro de Dios, pensando que sería de aquel ángel Chi bin, perdido en el espacio.¡Un ángel tan torpe que ni siquiera sabía volar!
Rastro de Dios dijo que sí, que tendría cuidado, y desde entonces hay adiós a todas partes muy de cerca, sin distraer su momento para no perder la calle de luz que dejaba al marchar.
Por eso vio muy bien cómo creo Dios, el primer día, el cielo y la tierra, que sólo eran, al principio, un montón de barro oscuro; y Dios dijo: era la luz.
Y dividió después la luz de las tinieblas, y a la luz y la llamo día y a las tinieblas, noche.

Rastro de Dios miraba todo, muy asombrado, y repetía por lo bajo las nuevas palabras que pronunciaba Dios, y decía paz y to: día … Día … Día … Dia …

Y después: noche … Noche … Noche … Noche …

Para que no se la olvidasen, porque era muy bonitas palabras.

Tan ocupado estado en estas cosas que se quedó un poco retrasado y ya no le alcanzaba del todo la luz de las huellas divinas. Tropezó en el aire, porque se le entregaban las alas torporNAs. Tuvo miedo de caer; y hubiera sido terrible, porque todos los ángeles estaban mirando la creación y nadie se hubiera ocupado de recogerlo. Breath un esfuerzo y movió las alas. Cuando llegó junto a Dios, comenzó el día segundo. La actividad decía: hágase el firmamento en medio del agua. El firmamento loya o cielo. Rastro de Dios empezó a decir: cielo, cielo, cielo. Pero era ésta una palabra más difícil que las otras. Por eso tuvo que repetir la muchas veces, y sin darse cuenta empezó a decirle en voz alta: cielo … Cielo …

Sabiduría de Dios, un ángel muy listo que estaba su lado, le dijo muy enfadado que se callarse, porque estaba prestando todos,
Y que lo hacía falta repetir tantas veces la palabra cielo porque era muy fácil de aprender. San Miguel preguntó qué pasaba y, aunque hizo callar a rastro de Dios, no le regañó porque al fin y al cabo era el más pequeño de todos los ángeles.
Había que tener paciencia con él. Se puede, moviendo las alas lentamente, y pensando lo poco que iba a servir un angelito tan torpón.
En esto, empezó el día tercero, porque en el cielo los días pasan tan deprisa como la tarde de vacaciones. Dijo adiós: que se junten en un sitio las aguas reunidas que está debajo del cielo y aparezca lo seco.
A lo seco lo llamo tierra llana were unida, mar. Hizo caer la hierba y las plantas de los árboles. Puso Dios que en todos los frutos las simientes, para que más tarde se pudiera sembrar,
Y así, cuando se seca ser las que había creado, nacieran otras nuevas. Rastro de Dios estaba maravillado, y pensaba que más cosas podría crear Dios los otros días

, Cuando las que había hecho eran tan bonitas. Y volaba impaciente, esperando a que empezase el día cuarto. Dijo Dios después: haya luceros en el firmamento del cielo, que distingan el día de la noche, y sirvan de señala a los tiempos y los días y los años. Brillan en el cielo e ilumina en la tierra. Rastro de Dios no entendía todo muy bien, gracias a que los días anteriores había aprendido las palabras, y por eso sabía lo que eran la tierra y el cielo, el día y la noche.
Dio como creo Dios el sol, tan grande y luminoso que solo Dios podía mirar lo sin deslumbrar se y tocarlo sin quemarse. Y después la luna, más Chiquita, blanca y juguetona como una pelota, que parece divertirse escondiéndose a veces en la noche. También hizo Dios las estrellas, miles, que iban saliendo bellísimas de sus manos, llenas de luz. Una serán blancas, muy blancas y pequeñas. Otras, de colores. Todos los ángeles tuvieron trabajo colocando estrellas donde Dios les decía. Todos volaban de un sitio para otro, y se podía distinguir su vuelo por la raya luminosa que trazaban en la noche las estrellas, que llenaban todo el firmamento, y el cielo parecía la plaza mayor en una noche de fuegos artificiales.

Todos los ángeles volaban colocando estrellas, a menos rastro de Dios. Y es que San Miguel le había dicho que no se moviera, no se fuera a perder entre tanto jaleo, porque ahora sería muy difícil buscar entre tantas cosas como había creado Dios.
Allí estaba San Rafael, ocupándose de colocar, de modo bien visible, la estrella polar, esa que siempre señal al norte, para quería ser los navegantes.
Allí iba fortaleza de Dios, con haga estrella tan grande que ningún ángel había podido mover la, mientras que la llevaba sin ningún esfuerzo.

Sabiduría de Dios, como un guardia celestial, dirigía el tráfico para que ninguno choca se.
Miles de ángeles iban y venían, y cuando veían a rastro de Dios, salas plegadas, sonreían con un poco de compasión, pensando: nunca valdrá para gran cosa. Un ángel que ni siquiera saber volar bien!
Rastro de Dios no se daba cuenta de sus burlas, porque sólo le daba tiempo para mirar, con los ojos muy abiertos, tan fantástica fiesta de luz.
En un momento estuvieron colocadas todas las estrellas. El cielo había quedado precioso.
Todos los ángeles se volvieron a Dios para alabar lo.
Y entonces se dieron cuenta de que no habían terminado todavía, porque aún falta una estrella por colocar. Era una estrella blanca, no muy grande, y Dios la tenían su mano derecha.

Los ángeles empezaron a preguntarse dónde habría que colocar aquella estrella, porque el cielo estaba lleno, y todas también colocadas y dispuestas que parece imposible poder meter ninguna otra.
Y un ángel dijo: es estrellas obra.

 Habrá que tirar la. Y otro: seguramente es que ha salido una estrella demás.
Dios, en silencio, bajo la mano derecha. A su lado estaba rastro Dios, mirándola embobado. Dios se agachó más aún y le entregó la estrella. Rastro de Dios la cogió con muchísimo cuidado, lo sé fuera caer. Creyó que sólo la tendió momento, mientras Dios decía alguna ángel mucho más listo que, más bello y más forzudo que el, a donde debía colocar la; pero Dios no dijo nada, vio que todo estaba bien, ya sea terminar cuarto día.

La estrella no era muy grande, pero rastro Dios era tan pequeño que, así, de pie como estaba, casi nada podía sostener.
Era preciso tener la más segura. ¿qué diría San Miguel sea la dejaba caer? Se puedan Sando, agachando, hasta quedarse sentado, por las piernas estiradas y la estrella sola rodillas.¡! Así¡! Muy bien!

Sentía un calorcito muy agradable y una gran luz. Apenas podía ver nada porque sólo tapaba la estrella, pero no me importaba, porque estaba cumpliendo un encargo de Dios. El día quinto, Dios es la gran los peces y rastro de Dios no pudo seguir lo porque la estrella pesaba mucho y le fue imposible levantarse.

A la noche, los angeles vinieron a contarle como eran los peces y las aves, y al otro día, los animales.

Por último, le dijeron como era el hombre, imagen y semejanza de Dios, pero por bases los pecado, rastro de Dios no pudo imaginárselo.
El día séptimo del mundo fue de descanso para todos, el rastro de Dios le dio la siesta, por la cabeza apoyada en la estrella.
-tenía razón San Miguel Capitán. En seguida los hombres empezaron a dar mucho trabajo. Eran rebeldes, y desobedecieron a Dios; orgullosos, y quisieron igualarle. Como es todo era posible, Dios, con mucha pena porque les había cogido cariño, tuvo que castigarlos; pero enseguida les prometió Salvador, que había de nacer, vivir y morir entre ellos, para redimir los.
Para que los obreros olvidasen de la promesa, les mandaba vez en cuando a sus ángeles a que le recordarán, y también, en muchas ocasiones, para ayudarlos.
Y dio cada hombre un ángel de la guarda, mensajero entre Dios y el hombre.
San Miguel sacó su lista e hizo una cruz al lado de todos los ángeles que habían sido nombrados guardianes de los hombres. Ya lado de la cruz, usó el día y la hora en que debían ser enviados a la tierra. Una copia de esa lista se la dio a lange llamado providencia de Dios, para que recordar a cada uno cuándo debía echar a volar.
Con esto se armó un continuo ir y venir del cielo a la tierra y de la tierra cielo, y podía unirse a todas horas en vuelo de los Santos ángeles.
Todos andaba muy ocupados y nadie hacía caso rastro de Dios, que estaba allí, sentado desde el principio del mundo, con las de entre los brazos, muy que te citó, no lo fuera perder.
Rastro de Dios no se aburría. Miraba lo que podía por encima de la estrella y escuchaba las palabras que decían los ángeles al pasar.
A fuerza de verle así años y años ya nadie le llamaba rastro de Dios sino el sentao. Tanto que llegaron olvidar su verdadero nombre.
Un día como un ángel había ido a la tierra por encargo de Dios, para pintar, por primera vez, el arco iris. Era un encargo muy importante, pues lo pintó sin regla ni comparas, en medio de la lluvia, cuidando de que no se le mancharon los colores mezclándose unos con otros, y terminando lo muy bien, hasta rozar los árboles. Resultó que, cuando el ángel que se llamaba belleza de Dios estaba dando los últimos toques, un pajarito se le enredó en las alas, y como belleza de Dios tenía mucha prisa en acabar el arco iris y ver cómo había quedado, no se ocupó del pájaro, que subió en las alas del ángel hasta los cielos.
Belleza de Dios pasó junto al sentao, que nunca había visto un pájaro. El ángel le dijo al verlo: belleza de Dios, que flor más bonitas traído de la tierra. Belleza de Dios le explicó que no era una flor sino un pájaro de los que había creado Dios el quinto día, y que podía volar, por los ángeles, y que también sabía cantar. Desenredar pajarito de entre las plumas de sus alas y se lo dio al sentao.
-toma.
El sentao, con mucho cuidadito, retiró una sola mano de la estrella y sintió sobre la Palma el pajarito, que sea de echó a volar. Hoy el sentao quedó maravillado de lo bien que volaba.
Belleza de Dios le contó entonces muchas cosas de lo que había visto en la tierra, y hasta pintó para él un arcoíris chiquitín con los colores que le habían sobrado.
El sentao escuchaba con tanta atención que daba gusto contar historias; y desde entonces los ángeles que llegaban de la tierra se acostumbraron a detener su momento su lado.
Así supo cómo salió de Egipto el pueblo de Dios, y como fue conocido por el desierto hasta la tierra prometida, y como sonaba, profunda y grave, la bote los profetas.
El sentao escuchaba maravillados las historias de la tierra, y le parecía que otros ángeles era muy listos y muy valientes. Nunca se hubiera atrevido a él a entrar en un horno ardiendo para refrescar con el viento de sus alas a los toros jóvenes que el rey Nabucodonosor –de nombre tan difícil- había arrojado allí por no adorar las trato de su ídolo.
Y menos aún su hubiera atrevido a bajar al acuerdo de los leones y cerradas la boca con sus propias manos, para que me hiciera ningún daño al profeta Daniel.
Era una suerte que Dios le hubiera dado un encargo tan fácil como ese de guardar una estrella; porque así, sentado como estaba, no había peligro de que se le cayese, y cuando Dios quisiera la podría venir a recoger.

El sentao estaba contento.
Fueron pasando los siglos y llegó al fin el tiempo de la gran promesa.
Todo estaba muy bien preparado. San Miguel-Capitán había mandado un ángel para que cuidarse del musgo y de las pajas que está bien en la uñita del niño Jesús; para que las pajas fueran creciendo muy finas y doradas y el muslo muy verde y fresco.
También había buscado el buey la mulita que calentarían con su aliento el portal; la mula fue elegida toda gris, como la plata, y el buey marrón, como el chocolate.
Los ángeles que debían cantar” gloria a Dios en las alturas”, llevaban meses ensayando, y desde todos los rincones del cielo se podían oír tan bonita canción.
Así fue como el sentao se enteró de lo que iba a pasar. Porque los últimos tiempos andaba los ángeles tan ocupados que ya nos separaban a contarle nada, pensando que no podían perder su tiempo en charlas con aquel angelito bobalicón, de que parecía haberse olvidado Dios.
Al fin llegó el 24 de diciembre e y aquella vía de ser la primera Nochebuena del mundo.
Una larga fila de ángeles kantor estaba preparado para echar a volar, con sus alas llenas de luz y la boca llena de alegría, y ya no podían estar callados por más tiempo, como pasa cuando queremos dar una sorpresa mamá, que sólo se puede caer un poquito, pero que en seguida se tiene que decir, porque se escapa.
Así estaba los ángeles esperando la señal de Dios, porque la noticia que ellos llevaban al mundo era la mejor de todos los tiempos, y se les escapaba la alegría en su canción-. Y San Miguel Capitán tenía que estar mandandolos callar todo el rato.
Porque todos sus ángeles eran los que debían anunciar a los pastores que había nacido el hijo de Dios.
Dios vio que todo estaba muy bien, pero dijo que faltaba algo.
-San Miguel Capitán se puso colorado, porque todos los ángeles lo miraban con reproche. ¿cómo había podido olvidar algo en una noche tan importante? Escondiendo la mano, contó con los dedos: el pesebre, la paja, la mula y el buey, los angeles cantores … Iv cosas.¿Qué más podía faltar?
¡faltaba la estrella!¡La estrella de los reyes magos!¡Esa estrella que había que enviarán muy lejos, para que ya sea los Santos reyes hasta el portal!-San Miguel Capitán lo organizó todo en un momento: llama belleza de Dios para que eligiera la estrella más bonita de todas, a sabiduría de Dios para que pensase que camino había de seguir para ir a coger la, y a fortaleza de Dios para que la llevase.

Pero lo cierto era que Dios, hacia ella mucho en mucho tiempo, había creado una estrella especial para ese momento.
-¿Una estrella sin usar?

Sí, eso era:¡un estrella no del todo! San Miguel, guiado por Rafael y seguido por los iii ángeles, belleza de Dios, sabiduría de Dios y fortaleza de Dios, se fue al sitio donde se guardaban las cosas nuevas.
Había muchas plantas, fuego, clubes y luces preciosas, pero no había ninguna estrella.

Volvieron cabizbajos delante de Dios. Sí, él había creado una estrella para que es extremas en este momento
, Y se la había dado guardar a un ángel.¿? A un ángel¿a qué ángel?

San Miguel buscó su lista. La llevaba siempre guardada entre la armadura y el cinturón de la espada.¡Tan apurado estaba que no la encontró. Siguió buscando en todos los bolsillos … Pero nada! Se le había caído en el sitio de las cosas nuevas, cuando levantaba, ha ayudado por fortaleza de Dios, una nube muy grande para ver si estaba la estrella abajo.
Orden de Dios, un ángel que estaba encargado de que todo estuviera siempre muy limpio y ordenado, acababa de encontrar la lista y vino en un vuelo dárselo a San Miguel.
La lista estaba bastante vieja, muy gastada por los dobleces, de tanto sacarle volverla guardar.
¿cómo se llamaba el ángel?

Dios todo lo sabe. Se llamaba rastro de Dios.
San Miguel empezó a mirar la lista, señalando con el dedo,

Pero tardó mucho en encontrarle, porque estaba el último de todos.
Ponía: rastro de Dios. Ya la Don Había ninguna señal; así que se trataba de un ángel que jamás había bajado la tierra. Pensó:¿dónde estará metido este rastro de Dios que yo no me acuerdo de el?

Todavía estaba tratando de recordar, oh, cuando sabiduría de Dios se acercó y le dijo al oído las palabras y San Miguel sea le alegro la cara y contestó:

¡ah, sí! Ya me acuerdo.¡Es el sentao!

Indios al oírle sonrió.

Se dirigieron todos a dónde estaba rastro de Dios sentado con su estrella sobre las rodillas, desde el principio del mundo.

Primero iba los ángeles cantores y detrás todos los demás ángeles. Después iban Miguel, Gabriel y Rafael, que son como príncipes de los ángeles.-Cómo era una ocasión muy solemne, San Miguel Capitán había desenvainada su espada, que brillaba llena de luz. Y el último iba Dios.
El sentao, mirando por encima de la estrella, los vio venir y pensó que ya había llegado la gran noche, y que era una suerte que fueron a pasar por aquel lado, porque así lo podría ver todo, sin perder detalle. Lo que nos imaginaba era que todos los ángeles y Dios mismo tenían en su busca. Creyó que allí sentado estorbaba el paso del desfile, e intentó correr se. Pero por poco se le cae la estrella, así que no se movió y siguió como siempre, quieto, con la estrella sobre la rodillas.
Llegaron los cantores, y todos los ángeles, y se pararon rodeándolo. Rastro de Dios estaba cada vez más asombrado. Cuando llegó Dios se le quedó mirando y le sonrió, lo mismo que el día cuarto de la creación,
Cuando le vi ha dado la estrella con su mano derecha. San Miguel le dijo: oye, sentao.
Pero se cayó en seguida muy apurado, porque no le parecía bien llamarle por el mote delante de Dios, y empezó de nuevo: escucha, rastro de Dios: esa estrella que tu guardas está hecha para anunciar a los Santos reyes el nacimiento del niño Jesús. Tienes que marchar esta noche al oriente llevándole estrella …
En ese momento o, en Rafael lo interrumpió y empezó a explicarle a rastro de Dios en un mapa muy grande por donde debía ir, y ése era fortaleza de Dios le dijo cómo debía llevar la estrella, y belleza de Dios como tenía que volar para que el trazo de luz, en la noche quedará bonito.
Rastro de Dios lo entendía ni palabra. No sabría hacer el encargo. Además-San Miguel se acordaba ahora-apenas había prendido volar, y como llevaba tanto tiempo sentado, lo haría peor aún … Sería mejor mandar a otro.
Dios se había acercado al ángel chiquitín, y lo miraba. Rastro de Dios sintió que ya no le pesaba la estrella. Se levantó. Dios hizo una seña con la mano, y rastro de Dios vio que se abría una calle de luz en el espacio. Movió las alas. Primero torpemente. Después con fuerza.¡Volaba!
Como llevaba miles de siglo sentado, sin moverse, le había caído encima todo el polvo del cielo, que es un polvo de luz, y ahora, al batir las alas, los contaba en la noche, dibujando un trazo luminoso.
Los ángeles estaban maravillados.
Así fue, volando, volando, por el camino que le había señalado Dios. Llevaba la estrella en las manos extendidas y dejaba su paso una cola de luz.
Los Santos reyes, en su palacio, miraban las estrellas y uno de ellos dijo, señalando la que llevaba rastro de Dios.¡Mira!¡! La señal¡ha nacido el hijo de Dios!
Rastro de Dios, llena de alegría, se echó a reír.

jueves, 20 de diciembre de 2012

AKATHISTOS

Se lo dedico a Mª Dolores y a las chicas del coro porque este es el himno estrella de las iglesias de Oriente y porque se canta "de pie"






miércoles, 19 de diciembre de 2012

UN CUENTO DE NAVIDAD

Enésima versión (1984) de la historia de Charles Dickens sobre un ávaro caballero, Ebenezer Scrooge, tan miserable que se niega a festejar la Navidad, hasta que recibe una particular visita que le proporciona una lección de caridad.

martes, 18 de diciembre de 2012

lunes, 17 de diciembre de 2012

EL PALMAR DE TROYA

Cuatro niñas sevillanas faltan al colegio y para disculparse afirman luego haber visto a la Virgen en el campo. Dos pícaros aprovechan esto y fingen presenciar nuevas apariciones para que la gente acuda al lugar y ellos beneficiarse.

NAVARRA

desde el aire... para viajar en tiempos de crisis

domingo, 16 de diciembre de 2012

el niño del tambor

en el domingo de la alegría

sábado, 15 de diciembre de 2012

pelicula mejicana mariana

VIVA CRISTO REY
y la Virgen de Guadalupe

viernes, 14 de diciembre de 2012

ahora que etamos solos, entérate que...

Agustin me envía estas líneas sobre el adviento...

1. El Adviento lo inventamos los españoles.


Para que luego digan que no inventamos nada. El primer dato histórico relativo a un periodo de preparación para la Navidad se puede encontrar en las actas del Concilio de Zaragoza, en el año 380. Durante los días 17 a 25 de diciembre, los cristianos debían asistir a la iglesia todos los días, preparándose para la celebración del Nacimiento del Señor. No es una mala costumbre, podríamos aprovecharla nosotros.

2. Luego, los franceses nos copiaron el invento. El Concilio de Macon, en el año 581, aplicó las normas litúrgicas de Cuaresma al periodo entre el 11 de noviembre y Navidad (unos cuarenta días, como la Cuaresma). San Cesareo de Arles







, medio siglo antes, había pronunciado las primeras homilías de Adviento que se han conservado.
3. Los alemanes, lo único que han inventado es la corona de adviento: Una corona con cuatro velas, que se van encendiendo, una a una, los cuatro domingos de Adviento. Bueno, y las chocolatinas del calendario de Adviento, que tampoco están mal.
4. El tercer domingo de Adviento, el sacerdote se viste de rosa. No, no es un signo del fin de los tiempos ni una apostasía clerical ante el lobby GLTBXYZ. De hecho, quizá sería más apropiado decir color salmón. O naranja-rosáceo.
La razón es que ese domingo es el domingo Gaudete (en latín, “alegraos”). Sin ser aún un domingo navideño, ya está avisando de que está cercana la Navidad, para que los cristianos nos alegremos. Si el sacerdote no utiliza la casulla anaranjada para el domingo Gaudete, quizá sea porque la parroquia no tiene casulla de ese color. Podría ser una buena idea regalar una a la parroquia. Si se pone en la iglesia una corona de adviento, la vela correspondiente a este domingo suele ser rosada también.
5. En la fiesta de la Inmaculada, que siempre cae en Adviento, se usa casulla azul. Y eso también es invento español. El azul no es un color propiamente litúrgico y sólo puede usarse en esa fiesta y en los países del antiguo Imperio Español (Hispanoamérica, Filipinas, partes de Estados Unidos, etc.), como reconocimiento por parte de la Santa Sede del hecho de que España defendió siempre esta doctrina, aun antes de que fuera proclamada como dogma.



6. El verdadero tiempo dedicado a la Virgen en la Iglesia es el Adviento y no el mes de mayo.
La devoción del mes de mayo es algo estupendo, por supuesto, pero litúrgicamente el Adviento es el tiempo de la Virgen, porque es el tiempo de la espera del Mesías, junto con Nuestra Señora, que le esperaba con la fe y también físicamente, al estar embarazada. La advocación propia de este tiempo es la “Virgen de la O”, que hace referencia a una serie de antífonas de la liturgia de Adviento, que empiezan por O (
Oh Enmanuel…., Oh Llave de David…, etc.).7. Un santo para encomendarse a él durante el Adviento: San Juan Bautista. Su misión fue, precisamente, preparar el camino al Señor y anunciar su venida. Es el santo por excelencia del Adviento. Lecturas para el Adviento: los profetas, sobre todo Isaías.
8. Aunque parezca mentira, el Adviento no es Navidad. Sí, ya sé que, en nuestras ciudades, las luces de Navidad están puestas desde mediados de noviembre, los villancicos suenan en todas las tiendas y las películas de la televisión tratan sobre “salvar la Navidad”. Pero eso se debe a que el mundo, en realidad, no va a celebrar nada en Navidad, así que no necesita prepararse para ello. En cambio, nosotros tenemos que prepararnos para celebrar un hecho que cambió el mundo y nuestras propias vidas: la Encarnación y el Nacimiento del Hijo de Dios. La Navidad es una pascua, un paso del Señor, y tenemos que preparar el corazón para que no pase de largo por nuestra vida. Por eso, la invitación fundamental del Adviento es a estar en vela, a orar, a despertar del sueño de la muerte y avivar el deseo de recibir a Cristo.
Para los que somos muy torpes, la Iglesia nos lo enseña gráficamente, con la liturgia. Durante todo el Adviento, las vestiduras litúrgicas son moradas y se omite el Gloria en la Misa del domingo, de modo que habría que ser ciego y sordo para no darse cuenta (o no ir a Misa, que es algo más habitual, por desgracia).
9. El Adviento tiene dos partes, porque es una preparación para dos venidas. Sí, dos venidas. La primera parte del Adviento, hasta el día 16 de diciembre, prepara para la Segunda Venida de Cristo, para la Parusía del fin de los tiempos. Y las lecturas en la Misa, si se fijan, se centran en el fin del mundo. En la segunda parte del Adviento, entre el 17 y el 24 de diciembre (los días que “inventó” el Concilio de Zaragoza), las lecturas y la liturgia se refieren ya explícitamente a la preparación de la Navidad.
10. La última palabra, se la dejamos a Dios:Ahora es tiempo de gracia, ahora es tiempo de salvación“. Así que ya lo saben. A convertirse. O, mejor aún, a dejarse convertir por Dios.


Chon por su parte me cuenta que…
Siempre que la Navidad se acerca, surgen problemas en no pocos colegios y escuelas por imposiciones musulmanas. En Castellón, en Madrid, en Barcelona… El buenismo idiota y el sometimiento al papanatismo «progre» de muchos directores de colegios nos traen esta mala cosecha. Y la cobardía de los padres de los alumnos españoles, que prefieren el silencio cómodo a la protesta.
En un colegio de Castellón, con un 95% de estudiantes españoles, se han prohibido los mensajes y los símbolos del cristianismo en sus aulas con motivo de la Navidad. Un grupo reducido de mujeres con velo ha exigido a la dirección del colegio –y el colegio ha obedecido– la ausencia del Nacimiento.
Habría que explicar a estas fundamentalistas musulmanas que la Navidad es una fiesta cristiana. Que en la Navidad nace Jesús, el Hijo de Dios. Que España es una nación con una antiquísima y enraizada fe cristiana y católica. Que en el Portal de Belén no tienen sitio ni Alá, ni Mahoma. Que viven y han elegido España para vivir, y ello no les procura el derecho de imponer sus furibundas ideas en contra de una simbología tan austera, tan sencilla y tan maravillosa como la del Nacimiento de Jesús.
Que esta soberbia viene de la estúpida política de concesión a quienes, sólo por el hecho de vivir en España, tienen el deber de respetar las tradiciones de la nación que los acoge.
Para millones de españoles, Dios nació en Belén y el 24 de diciembre es la Nochebuena, la noche santa del milagro. Y el 25, el día de la Natividad, del nacimiento del Salvador. Se reirán muchos con estas apreciaciones tan elementales, pero no hay otros argumentos. Curiosamente, los laicos, los agnósticos y los que presumen de lejanías cristianas celebran la Navidad. Y lo hacen por sus hijos y por sus nietos, que no tienen culpa alguna de las mamarrachadas imperantes en la actualidad. Nada menos agresivo que el conjunto del Misterio. Iconografía de paz y de amor. Una mujer, María; un hombre, San José; una mula, un buey y un niño recién nacido. ¿A quién se ofende? ¿Quién puede manifestarse escandalizado ante tan simple y prodigiosa acuarela? ¿A quién daña, humilla o provoca?.


Ese Niño representa la paz, y no la guerra. Ese Niño representa la humildad, no la codicia y el poder económico. Ese Niño representa el amor, no el odio. Ese niño representa el perdón, no la venganza. Y ese Niño, desde su pobreza, representa la armonía, no la intolerancia. En ese punto de la simpleza intelectual, la que ahora se desahoga en mí, hay que preguntarse: ¿Por qué molesta tanto que los niños vean al Niño, que le canten al Niño y que adoren al Niño?.
Parece ser, que en un alarde de generosidad, las madres musulmanas han concedido al colegio el permiso de instalar un árbol de Navidad. Un   precioso árbol adornado que nada tiene que ver con la tradición cristiana, pero que la costumbre ha establecido como complemento simbólico de la Navidad.