jueves, 30 de septiembre de 2021

“Se ha aprobado una ley de eutanasia cuando lo urgente es evitar que 75.000 españoles al año mueran con dolor”

El anestesiólogo Marcos Gómez, uno de los mayores referentes a nivel mundial en medicina paliativa, participa en una jornada sobre la eutanasia organizada por el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

el filo de la navaja

Una película dramática estadounidense de 1946 basada en la novela it de W. Somerset Maugham protagonizada por Tyrone Power y Gene Tierney. La historia comienza a través de los ojos de los amigos y conocidos de Larry mientras son testigos de su cambio de personalidad después de la guerra. Su rechazo a la vida convencional y la búsqueda de una experiencia significativa le permite prosperar mientras que los personajes más materialistas sufren reveses de fortuna.

martes, 28 de septiembre de 2021

China prohibe el aborto que no se realice por razones médicas

 El gobierno chino no ha logrado revertir su profunda crisis demográfica. Tanto la práctica de los abortos selectivos en el caso de que el bebé fuera una niña, así como la política del hijo único durante tantos años, han derivado en una población envejecida, creando una diferencia abismal entre la población femenina y la masculina. Lo que parece más importante es que las mencionadas políticas del régimen comunista, han creado un efecto cultural profundo en la población que las nuevas políticas no pueden revertir. Los efectos sociales y económicos de estos desequilibrios generacionales y la disparidad entre la población de varones y mujeres, amenazan la misma estructura social disminuyendo rápidamente la capacidad de producción de ese país. Una nueva media del gobierno, sin precedente en regímenes comunistas, prohíbe el aborto que no sea médicamente prescrito.

El diario inglés The Guardian anunciaba la nueva medida y se hacía eco de las distintas reacciones de  grupos pro aborto y feministas a nivel mundial. A este respecto, un investigador de Human Rights Watch en China, afirmo que “el núcleo de la política es el mismo: en el pasado era restringir los medios reproductivos de las mujeres, considerándolas una herramienta al servicio del Estado. Ahora hay una población que envejece y una fuerza laboral no lo suficientemente grande, por lo que el Estado necesita más bebés. El nuevo decreto parece ser una respuesta al fracaso de las medidas adoptadas hasta el momento: la política de segundo y la del tercer hijo que no surtieron efecto.

lunes, 27 de septiembre de 2021

India, el país que no quiere a las niñas y las elimina

 

El doctor Rakh, ginecólogo en la ciudad de Pune, tomó la decisión hace nueve años de que los partos de niñas que tuvieran lugar en su hospital ginecológico serían gratuitos para evitar que las aborten.

En la India se producen gran cantidad de abortos selectivos e infanticidios para terminar con las vidas de las niñas, por lo que el doctor Rakh, ginecólogo en la ciudad de Pune, tomó la decisión hace nueve años de que los partos de niñas que tuvieran lugar en su hospital ginecológico serían gratuitos y se celebrarían. Al principio, ni su propia familia le apoyaba en esta decisión, pero el tiempo le ha dado la razón y a día de hoy ya ha atendido 1700 partos.

En el año 2012, tras el primer parto de una niña gratuito en la clínica del doctor Rakh, se inició el movimiento “Save the girl child”, para luchar contra el estigma de engendrar una niña en la India. Desde entonces, muchos otros doctores se han unido al movimiento y realizan partos gratuitos o con descuentos, e incluso el Gobierno de la India lanzó en 2015 su propia campaña Beti Bachao, Beti Padhao (Salva a la niña, educa a la niña).

Situación de las mujeres en la India

Para entender la importancia de la iniciativa del doctor Rakh, debemos conocer la situación de las mujeres en la India. Estas sufren un grave problema discriminatorio desde su nacimiento, pero si además cuando crecen y se casan dan a luz a una niña, sus maridos se creen con derecho a pegarles o a desfigurarlas con ácido por no haber abortado. De hecho, desde 1994 están prohibidas las ecografías para conocer el sexo de los bebés para así tratar de evitar los abortos selectivos, medida que ha fracasado, dado que en estos momentos se han incrementado.

Los problemas para las mujeres indias se agravan cuando se conciertan sus matrimonios. En ese momento los padres de la novia deben pagar una dote (dowry) a la familia del novio para que acepten el casamiento. En muchos casos, las familias se arruinan para pagarla, pero a los maridos, en multitud de ocasiones, el precio pagado les parece insuficiente. De esta manera, ellos piensan que tienen derecho a maltratar a sus esposas si dan a luz a una hija.

En el caso de Jaya, su marido la roció con ácido tras dar a luz a una niña, lo que le produjo lesiones en la cara y en los brazos. Más de diez años después, sigue sometiéndose a intervenciones quirúrgicas para tratar de recuperar la movilidad de los brazos.

Otro problema al que se enfrenta la India es a la escasez de mujeres, dado que por culpa de los abortos selectivos y los infanticidios de niñas los hombres no encuentran mujeres para casarse (ver AQUÍ).

Nuestra valoración

Para poder explicar las causas de esta dramática e inaceptable situación, debe tenerse en cuenta, en primer lugar, la aberrante discriminación que sufren las mujeres en algunas sociedades, lo cual supone, además de un intolerable atentado contra su dignidad, una vía segura hacia la decadencia de una sociedad, así como un intento de abolir la institución familiar, célula esencial de toda cultura.

Además, la indiscriminada aplicación de las técnicas de regulación de la fertilidad, que incluyen la contracepción, la esterilización y el aborto indiscriminado, promovidas en numerosos países, no solo en el que nos ocupa, muestra también sus terribles consecuencias, que más allá de suponer un atentado contra la dignidad de las personas -los niños abortados, y las mujeres sometidas-, nos permiten vislumbrar el siniestro rostro del enorme problema demográfico que hace tambalearse a naciones enteras, como India o China con su agresiva política de limitación de la natalidad.

Promover el respeto a la libertad individual, de la mano del desarrollo de políticas protectoras de la institución familiar como el apoyo económico, la educación y su integración social, sigue siendo la mejor manera no solo de dignificar a las personas sino también de contribuir al verdadero progreso de los pueblos.

domingo, 26 de septiembre de 2021

¿Cómo están regulados los tratamientos de reproducción asistida en Europa?

 Hemos analizado en anteriores artículos las implicaciones éticas, sociales y demográficas del aumento de la infertilidad (tanto femenina como masculina) en los países desarrollados y la tendencia de las mujeres a ser madre después de los 30 años. Esto está generando un aumento de la demanda de tratamientos de reproducción asistida (TRA). Ahora, daremos una rápida visión de conjunto enfocando la evolución de los TRA en Europa tras analizar un artículo publicado en la web “Reproductive BioMedicine Online” del grupo Science.

El artículo afirma que en diferentes países de la Unión Europea, se pusieron en marcha pautas y/o legislaciones que difieren de un país a otro. Como afirma: “mientras que las técnicas de selección de sexo para la prevención de enfermedades en Europa, generalmente están permitidas en muchos países, la selección de sexo por razones sociales ha despertado un gran debate ético (Shenfield et al., 2003)”.

Aunque los TRA ahora están controladas por la legislación, en casi todos los países europeos existen variaciones sustanciales en los detalles. En ese sentido, una encuesta realizada por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) en 43 países europeos, ha dado como resultado que casi todos ellos (con la excepción de Albania, Bosnia y Herzegovina, Irlanda, Rumanía y Ucrania)  tienen una legislación específica en vigor (Calhaz-Jorge et al., 2020). Las mayores variantes legales se encontraron en el acceso al tratamiento (según edad, estado civil), la donación de gametos, la preservación de la fertilidad (crioconservación de gametos o embriones) salvo antes del tratamiento para el cáncer. La financiación pública difiere mucho en las diferentes legislaciones.

En 11 de los 43 países encuestados por el estudio de ESHRE, el acceso está limitado a parejas heterosexuales con un diagnóstico de infertilidad, lo que excluye el tratamiento de mujeres solteras y lesbianas.

34 de los 43 países encuestados, tienen límites de edad legales para recibir tratamiento. Por ejemplo, los hombres y las mujeres deben tener más de 18 años en 21 países. La edad máxima de las mujeres también tiene un límite legal en 18 países, que van desde los 45 en Dinamarca y Bélgica hasta los 51 en Bulgaria (Calhaz-Jorge et al., 2020).

La utilización de los espermatozoides donados está permitida en casi todos los países europeos. La donación de ovocitos está prohibida en Alemania, Noruega, Suiza y Turquía.

El cribado genético previo a la implantación, no está permitido en Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Lituania, Noruega, Eslovenia, Suecia y los Países Bajos.

La congelación de ovocitos sin fines médicos, no está permitida en Austria, Francia, Hungría, Lituania, Malta, Noruega, Serbia y Eslovenia, pero está permitida en Alemania, Suiza y España. Los factores sociales, culturales, religiosos y legales en diferentes países explican algunas de estas variaciones en las regulaciones y la aplicación de los TRA, según afirman los autores del mencionado artículo.

Los viajes puestos en marcha para recibir el tratamiento en otros países, pueden superar estas restricciones y explicar el fenómeno transfronterizo de lo que se ha venido a denominar “turismo reproductivo” para obtener las modalidades de TRA no disponibles. Este movimiento transfronterizo puede exponer a los pacientes a la explotación y entornos clínicos menos controlados.

Si bien existe un cambio hacia la homogeneidad en un número creciente de países, como la eliminación del anonimato de los donantes de gametos o el tratamiento de mujeres solteras y lesbianas, Europa sigue reflejando un mosaico de legislaciones y regulaciones de los TRA (ESHRE, 2020).

Nuestra valoración

En opinión de nuestro Observatorio, la tendencia a la homogeneidad de las legislaciones en Europa no siempre supone un cambio a mejor desde el punto de vista bioético. Sí lo es, por ejemplo, la eliminación del anonimato de los donantes de gametos y el establecimiento de límites de edad para acceder a la reproducción asistida, no así, el acceso a TRA de parejas del mismo sexo y mujeres solteras.

sábado, 25 de septiembre de 2021

¿Manifestarse es coartar u hostigar? Un nuevo atentado contra la vida del embrión humano

 

Ideologías como las que mueven a los políticos anti pro-vida, pretenden tapar la boca a quien no pronuncia sus propios eslóganes o atar las manos a quien las tiende a la mujer que, muchas veces manipulada, malinformada, abandonada o herida, se ve abocada a la terrible decisión de terminar con la vida de su propio hijo, sin que se le haya ofrecido más alternativa.

El Congreso español ha autorizado la tramitación de la proposición del ley presentada por el Partido Socialista para imponer penas de cárcel a los grupos provida que «obstaculicen el derecho al aborto» frente a las clínicas abortistas.

Pero ¿qué entienden por obstaculizar el derecho al aborto? Pues, según recoge el texto de la proposición “promover, favorecer o participar en concentraciones en las proximidades de lugares habilitados para interrumpir el embarazo”.

O sea, manifestarse defendiendo las propias ideas, es este caso para proteger la vida de los seres humanos que van a ser exterminados en las clínicas abortistas, es hostigar o coartar. Defender la vida de quien no puede defenderse, misión que en realidad le corresponde al Estado y su sistema de garantías legales, haciendo pacíficamente todo lo posible para ofrecer a las mujeres que se disponen a abortar alternativas que les permitan respetar la vida de sus hijos es, según el argumentario socialista y el de todos los grupos políticos que les han apoyado en esta descabellada propuesta, un acto de “coacción u hostigamiento de su libertad”.

Parece difícil de creer que, en un estado avanzado, promotor de las libertades y defensor de la vida, se asimile el exponer las propias ideas o el proponerlas a otros, a un acto de coacción u hostigamiento. Pensar distinto ¿es coaccionar? Proponer alternativas ¿es hostigar? Hacer todo lo posible para salvar una vida en vez de destruirla ¿es obstaculizar el derecho de alguien?

Por cierto, muchos derechos deben ser obstaculizados cuando su ejercicio resulta lesivo para otros. Así se han limitado nuestros derechos de libre circulación o reunión durante esta pandemia cuando ejercerlos puede poner en riesgo la salud y la vida de otros. En el caso del aborto, no se pretende obstaculizar los derechos de la madre, sino salvaguardar el derecho del hijo a la vida, sin la cual no existe ningún derecho más. El respeto a la vida del hijo supone, en el caso del aborto, un conflicto con el respeto al derecho de la libre decisión de la mujer. ¿Debería respetarse prioritariamente el derecho a tomar una decisión sobre la propia vida aun cuando la consecuencia de esta decisión entrañe terminar con la vida de un inocente -el nasciturus- y con todos sus derechos?

Es propio de las ideologías, ante su incapacidad para argumentar y defender serenamente sus posiciones desde el respeto a la pluralidad, señalar, perseguir y condenar al disidente, o sea, al que no piensa como se quiere que piense, ni se comporte como se pretende que lo haga.

Constituye una lamentable regresión en la carrera por la conquista de la libertad, que ideologías como las que mueven a los políticos anti pro-vida, pretendan tapar la boca a quien no pronuncia sus propios eslóganes o atar las manos a quien las tiende a la mujer que, muchas veces manipulada, malinformada, abandonada o herida, se ve abocada a la terrible decisión de terminar con la vida de su propio hijo, sin que se le haya ofrecido más alternativa.

Constituye un requisito inexcusable para la buena praxis médica, el informar debidamente a los pacientes que van a someterse a una intervención. Su alcance, posibles complicaciones, consecuencias indeseables, efectos secundarios o secuelas futuras deben ser conocidas por el paciente para poder otorgar su consentimiento debidamente informado.

La banalización de la principal consecuencia de un aborto -terminar con la vida del hijo- evitando mostrar imágenes ecográficas del feto antes de la práctica del aborto u obviando que se trata de un individuo de la especie humana, así como no informar de las posibles secuelas psicológicas para la madre u otras complicaciones, supone un atentado contra el principio bioético de autonomía, que requiere, para posibilitar la libre toma de decisiones, el ser informado correctamente sobre el alcance de toda intervención, incluidas sus posibles consecuencias.

Como afirmó San Juan Pablo II, “«La vida vencerá: ésta es para nosotros una esperanza segura. Sí, la vida vencerá, puesto que la verdad, el bien, la alegría y el verdadero progreso están de parte de la vida. Y de parte de la vida está también Dios, que ama la vida y la da con generosidad». [1]

[1] S. JUAN PABLO II, Discurso a los participantes en la VII Asamblea de la Pontificia Academia para la Vida (3 de marzo de 2001), n. 3: AAS 93 (2001), 446.

 


Julio Tudela. Observatorio de Bioética

Instituto Ciencias de la Vida. Universidad Católica de Valencia

viernes, 24 de septiembre de 2021

El contexto ambiental en la genética en los niños concebidos mediante técnicas de reproducción asistida

 

Un estudio confirma que las funciones de los genes están influenciadas por muchos factores epigenéticos a lo largo de nuestra vida, incluso durante la concepción y antes de ella. El “estilo de vida de los padres o abuelos”, así como la forma de guardar los óvulos y los embriones tendrían efectos en la expresión o no de ciertos genes.

Hasta hace poco era indiscutible que los trazos fenotípicos de la persona se definían exclusivamente por los factores genéticos trasmitidos por herencia. Después se ha comprobado el papel de factores no genéticos para que los diferentes genes se activen o no, lo que se le ha llamado epigenética.

Un reciente estudio que hace una síntesis de este tema, aplicado principalmente a la reproducción asistida, ha sido publicado en Bionews. Los autores de la Universidad de Oslo abordan desde diferentes puntos de vista este interesante asunto dentro de un proyecto del Departamento de Ciencias de la Salud que comenzó en 2017. La finalidad del proyecto, aún en desarrollo, es comprender la reprogramación epigenética en el desarrollo embrionario temprano, su importancia para la reproducción humana tanto desde el punto de vista científico como ético, y la comprensión de la información epigenética heredable.

El estudio confirma que cada vez queda más claro que las funciones de los genes están influenciadas por muchos factores epigenéticos a lo largo de nuestras vidas, incluso durante la concepción y antes de ella.

En ese sentido, se explica cómo el contexto ambiental puede afectar la expresión genética en los niños concebidos mediante las técnicas de reproducción asistida. El tema es considerado de gran interés tras demostrase una mayor incidencia de malformaciones en estos niños. Los hábitos alimenticios, “estilo de vida de los padres o abuelos”, así como la forma de guardar los óvulos y los embriones tendrían efectos en la expresión o no de ciertos genes. Esto tiene implicaciones para la fertilidad, reproducción asistida e identidad genética. Dado el enfoque multidisciplinario del proyecto, nos parece de interés la explicación del trabajo que hacen los tres participantes en ámbitos muy diferentes.

Trine Skuland es una embrióloga que trabaja en el estudio del desarrollo embrionario temprano. La investigadora afirma que cuando un ovocito y un espermatozoide se unen para formar el cigoto en la fecundación, es necesario que se coordinen numerosos elementos para lograr un desarrollo adecuado, dado que 30.000 genes humanos deben activarse o desactivarse y esto debe ocurrir en el momento preciso. La autora comenta “no es de extrañar que este proceso de lugar a errores”.

Skuland continúa diciendo que después de la fecundación se produce una reprogramación extensa a través de lo que se denomina las marcas epigenéticas, cuyo patrón decidirá la activación o desactivación de los genes aportados por los progenitores, incluido en el ADN de sus gametos, surgiendo así el embrión, que ya es un ser humano diferente con sus propias características genéticas que perdurarán hasta el final de su vida.

Este embriólogo afirma que su objetivo es encontrar las piezas del gran rompecabezas de la activación del genoma del nuevo ser humano, necesario para su desarrollo normal, lo que considera de importancia, dado que más de la mitad de los embriones creados durante la reproducción asistida se desarrollan de manera anormal, haciéndolos inviables y siendo destruidos.

Birgit Kvernflaten, antropóloga médica, es otra investigadora del equipo que tiene como objetivo explorar y comprender las experiencias y percepciones sobre el estado del embrión de los futuros padres que optan por alguna técnica de reproducción asistida, así como dar una visión actualizada de la influencia de los progenitores, su salud, el medioambiente y estilo de vida en el nuevo ser humano.

La bioeticista especializada en epigenética Jooana Räsänen, afirma que la trasmisión de esta información de una generación a la siguiente puede plantear cuestiones de responsabilidad moral de padres y abuelos, dado que está comprobado que la epigenética juega un papel importante en la transmisión de enfermedades crónicas como la diabetes. También los hábitos, el estilo de vida de los padres y el entorno, antes y después del embarazo, pueden influir en que los hijos tengan o no una enfermedad crónica.

El artículo sigue diciendo que el objetivo final del proyecto es hacer más comprensibles los actuales conocimientos de los factores epigenéticos desde la misma formación del cigoto o incluso antes, por su influencia sobre los gametos de los progenitores.

El estudio concluye diciendo que la interacción entre ciencia, antropología y ética en el contexto de la epigenética es compleja y que queda mucho por ser investigado.

Nuevos hallazgos

El pasado 21 de agosto Science publicó un artículo, titulado “Multigenerational epigenetic inheritance: transmitting information across generations” que amplía los nuevos hallazgos en este tema. Según éste, la herencia epigenética, se encuentra en una etapa muy interesante en la que se están comprendiendo mejor los mecanismos por los cuales la información epigenética se trasmite a las siguientes generaciones sin alterar el código genético.

Acerca de la duración de estos cambios epigenéticos producidos por diferentes mecanismos que se trasmiten hereditariamente, el mencionado estudio afirma: “A pesar del importante papel que juegan este tipo de efectos (herencia epigenética) en la biología, los mediadores moleculares de esta transmisión de información no genética están comenzando a descifrarse. Proporcionamos un marco intelectual para interpretar estos hallazgos y ver cómo pueden interactuar entre sí. También definimos los diferentes tipos de mecanismos que se han encontrado para mediar la herencia epigenética y para regular si esta información persiste durante una o varias generaciones.”

El estudio continúa diciendo: “[…]  la exposición de un padre a determinadas tensiones ambientales puede promover cambios adaptativos en la descendencia. Estas constantes observaciones de la herencia no genética a través de diversos organismos evolutivos sugieren que tales efectos podrían representar un aspecto fundamental de la biología. […] Hasta la fecha, un creciente cuerpo de literatura ha dibujado un cuadro complejo tanto de los fenómenos como de los mecanismos subyacentes a la herencia no mendeliana. Se ha informado que los efectos no mendelianos se transmiten desde una hasta un número indefinido de generaciones […].”

Los futuros estudios deberían estar dirigidos principalmente a investigar el rol de la epigenética y su herencia transgeneracional en la etiología de las enfermedades y en la evolución biológica humana, como concluye el libro “Transgerational Epigenetics” (2019).

jueves, 23 de septiembre de 2021

debate bioético en la nueva ley de reproducción asistida francesa

Una nueva ley en Francia permite la fecundación in vitro a lesbianas y mujeres solteras, especificando que tanto la madre biológica como su pareja lesbiana, serán reconocidas como madres en el certificado de nacimiento de los niños.

Como ya publicamos el pasado mes de julio, la Cámara Baja francesa aprobó recientemente, una ley que permite a las parejas de lesbianas y a las mujeres solteras someterse a una fecundación in vitro en ese país, lo que hasta ahora estaba reservado a parejas heterosexuales” (ver AQUÍ).

Ofrecemos una breve síntesis, tanto del contenido de la ley como del debate bioético que suscita, en particular en lo que se refiere a la cosificación del hijo y a la creación de estirpes como derecho que puede poner en quiebra el interés superior del menor”.

  1. ¿Qué dice la Ley?

Acotando lo que dice la Ley al debate bioético acabado de describir, lo que permite la nueva ley francesa de reproducción asistida, que realmente es ampliación de la que ya existía para parejas heterosexuales, es lo siguiente: 1) Que, según su artículo 1, toda pareja formada por un hombre y una mujer o por dos mujeres, o toda mujer no casada, tendrá acceso a la asistencia médica para la procreación. El límite de edad es de 43 años. 2) Que dicho servicio será gratuito al ser asumido por el sistema de salud francés. 3) Que los hijos nacidos por medio de la FIV, cuando sean adultos, tienen derecho a conocer la identidad de sus padres biológicos, es decir, de los donantes de los gametos utilizados en el proceso. 4) Que tanto la madre biológica como su pareja serán reconocidas como madres en el certificado de nacimiento de los hijos.

2. ¿Cuál es el debate bioético?

2.1. La identidad genética del embrión

La pretensión de la maternidad por parte de mujeres solas o parejas homosexuales, obliga a la obtención de gametos masculinos procedentes de donantes. Esto implica algunas dificultades bioéticas, como son el respeto o no del anonimato de los donantes y el conflicto ante la solicitud futura del hijo de conocer la identidad del padre biológico.

2.2. Aspectos inherentes a los procesos de fecundación in vitro

Fundamentalmente, el tratamiento del excedente de embriones producidos, que incluye su criopreservación para un destino incierto o directamente su destrucción, junto a la posibilidad de que sean sometidos a diagnóstico genético preimplantacional, destinaría a algunos de ellos -los “menos idóneos”- a una muerte segura, lo que constituye en todo caso una práctica eugenésica.

2.3 Controversia bioética

Es sabido que, en principio, el colectivo queer rechazaba activamente adecuar sus normas de vida a toda forma de heteroconformidad y, en consecuencia, también a la reproducción[1],[2],[3]. De hecho, no era infrecuente que algunos textos queer se refirieran despectivamente a las personas heterosexuales calificándolas de breeders[4]. Para algunas mujeres, no reproducirse era una opción feminista que rehusaba contribuir a una sociedad patriarcal[5].

Más recientemente, la ley francesa es el botón de muestra, gran parte de la cultura queer[6] se ha posicionado contra estos postulados antisociales y reivindica su derecho a crear genealogías, revolviéndose contra toda norma que pretenda establecer quién puede reproducirse y cómo puede hacerlo. Este nuevo giro en la reivindicación LGTB, popularizado bajo la etiqueta de “neovitalismo” proclama un estado adulto del colectivo[7] y reclama, para las minorías reproductivas (parejas del mismo sexo, heterosexuales sin pareja o pobres con problemas de fertilidad, personas transgénero, asexuales y discapacitados), el acceso a las técnicas de Reproducción Asistida (ART) para transmitir su material genético y evitar, así, lo que entienden como una esterilización política[8]. Reclaman compartir, con los heterosexuales, el derecho a crear líneas de parentesco sin ninguna clase de coerción o estigma[9],[10].

En este sentido, las ART contribuirían a la transgresión de los conceptos heteropatriarcales al deslegitimar las formas tradicionales de familia, consanguinidad y parentesco[11],[12] y la propia heterosexualidad, al no ser necesario que la madre se identifique como mujer[13] o que exista una figura paterna entre los progenitores.

Algunos autores sugieren que el neovitalismo queer conlleva no pocas controversias bioéticas, pudiendo ser potencialmente eugenésico[14] cuando en la selección del donante existen condicionantes de raza, salud o condición social[15],[16]; también cuando se hace uso de la fecundación in vitro recíproca entre parejas de lesbianas[17].

La emergencia de los queer breeders favorece, en efecto, el comercio de gametos y su sometimiento a la ley de la oferta y la demanda. En este sentido, parece lógico pensar que el donante medio sea alguien que, en un momento determinado de su vida, atraviesa una situación económica poco holgada. Algo similar ocurre ya, como sabemos, respecto de las gestantes que ofrecen sus servicios reproductivos en países como Rusia o Ucrania. Es significativo, como denuncia Doris Leibetseder, el alquiler de vientres asiáticos, latinos y afroamericanos en los Estados Unidos, y de vientres ucranianos y rusos en Europa[18]. En los países donde las donaciones de óvulos son legales, las principales donantes acostumbran a ser inmigrantes con permisos de residencia temporal, que ofrecen la gestación o la donación de su material biológico como un trabajo. Algunos estudios sugieren que, en algunos países europeos, muchas donantes son inmigrantes procedentes de países de Europa oriental[19]. Ante esta circunstancia, algunos autores han llegado a hablar de una suerte de biocolonialismo que contribuye a la explotación de personas, generalmente de razas, sexo y cultura diferentes a las de los demandantes[20].

Con independencia de la idoneidad del ejemplo y que ambas prácticas sean o no equiparables, lo cierto es que la posibilidad abierta por la legislación francesa de conocer a los padres biológicos donantes, abre la puerta a una serie de encuentros en los que, al shock moral y psicológico que esperar para el padre y para el hijo, se añada la carga de una brecha socioeconómica que produzca un daño añadido.

El hecho de que los beneficiados por estas transacciones de gametos sean miembros de un colectivo que apela a su estigmatización social y protesta abiertamente frente a lo que entiende como la vulneración de sus «derechos reproductivos», no evita las mismas hayan sido descritas, por algunos autores, como una suerte de parasitismo social que usa del material biológico ajeno, despreocupándose por lo que sucede una vez les han hecho entrega del «producto»[21]. En este sentido, y antes que un ejercicio de emancipación o liberación, el uso de ART para la procreación de las parejas de lesbianas o de mujeres solas, podría recaer en lo espontáneamente natural, en la centralidad instintiva que ordena la praxis al sometimiento de la naturaleza para beneficio propio, desconsiderando un hecho nuclear: que no sólo somos el “centro” de un mundo del cual los demás son parte o entorno, sino que también somos parte y entorno de un mundo con múltiples centros. Centros que son sujetos, y por tanto seres dignos y titulares de derechos que no dependen, para su reconocimiento, de su adecuación a nuestros deseos o necesidades. El empleo de ART para la procreación de las parejas de lesbianas o de mujeres solas podría constituir, en definitiva, una de esas supuestas «intervenciones perfeccionadoras» de la naturaleza que, como sugiere Jürgen Habermas, esconden la intención «ajena» de tomar posesión de la persona y programarla instrumentalmente[22].

Por lo demás, es sabido que las ART llevan asociadas la selección –y por tanto la exclusión- de seres humanos en el primer momento de sus vidas. “Seres”, que no objetos, y por consiguiente existentes vivos y reales cuyo particular modo de ser -esto es: cuya esencia- nos hace reconocerlos como el ente que son y no como cualquier otro; nos hace reconocerlos como humanos. Ciertamente, hay quien sostiene que la sola naturaleza humana del embrión no le confiere la cualidad de entidad personal. Pero la literatura filosófica y antropológica ha mostrado ya, con argumentos sólidos, que en orden a la substancialidad de nuestra naturaleza y al carácter accidental de sus cualidades no constitutivas, toda distinción entre “ser humano” y “persona” es arbitraria y probablemente interesada[23],[24],[25].

Queda por resolver, además, el debate en torno a dos cuestiones: La primera, si el interés a proteger debe ser siempre el de la gestante o si existe un derecho superior del menor. La segunda, como consecuencia de la anterior, la de si los hijos son más queridos por ser más “deseados” o si, más bien, el amor al hijo exige priorizar sus intereses sobre los nuestros, aportándoles cuanto pueda contribuir al ordenado desarrollo de su personalidad.

Es evidente que un entorno afectivo y presumiblemente estable es preferible a cualquiera de los cuidados que pueda ofrecer una institución de acogida, cuya razón de ser es siempre subsidiaria. Por eso conviene proteger, mejorando y actualizando sus protocolos, esa maravillosa institución de la adopción que, a lo largo de la historia, ha unido a tantos niños con sus padres en una relación paternofilial de la que no cabe predicar carencia alguna. Es verdad, también, que hay hogares, por más que estén conformados a partir de una pareja heterosexual, que están radicalmente desestructurados y en los que la atención que reciben los niños es deficitaria, violenta o disfuncional. Aun así, resulta paradójico que haya niños en situación de exclusión, orfandad o malos tratos que alcanzarán la edad adulta en instituciones de acogida que no pueden aportarle el afecto paternofilial que necesitan, mientras algunas legislaciones, como la que nos ocupa, consienten la “producción” de embriones -en ocasiones “a la carta”- para satisfacer el deseo de quien contrata la ART, bien de experimentar un embarazo, bien de prolongar su propia estirpe, bien de volcar su afecto en la crianza. Estos niños son ciertamente muy deseados, pero su derecho a recibir la influencia afectiva, moral y psicosocial de un referente paterno no se toma en consideración. Cabe preguntarse, por ello, si no son más deseados que queridos. O, en su defecto, deberemos reconsiderar seriamente qué entendemos por amor y si este existe realmente como un acto de voluntad y donación incondicional.

       

David Guillem Tatay, Julio Tudela y Enrique Burguete

Observatorio de Bioética, Instituto Ciencias de la Vida. Universidad Católica de Valencia

[1] Richie, C. (2016). Lessons from queer bioethics: A response to Timothy F. Murphy. Bioethics, 30, 368.1.

[2] Edelman, L. (2004). No future: Queer theory and the death drive. Durham, NC: Duke University Press.

[3] Burguete, E. (2019). Revolución Sexual y Neovitalismo. Los servicios gestacionales en la reconfiguración social, como reproductoras, de las personas queer. Cuadernos de Bioética

 30(99): 159-170 DOI: 10.30444/CB.3

[4] Criadores.

[5] Leibetseder D. (2017). Queer reproduction revisited and why race, class and citizenship still matters: A response to Cristina Richie. Bioethics. 2017;00:1–7. https://doi.org/10.1111/bioe.12416

[6] Como Claire Colebrook (Colebrook, C. [2014]. Queer vitalism. In Sex after life: Essays on extinction [Vol. 2, pp. 100–125]; Ann Arbor, MI: Open Humanities Press. Retrieved from ttp://quod.lib.umich.edu/o/ohp/12329363.0001.001; Colebrook, C. [2012)]. Feminist extinction. In H. Gunkel, C. Nigianni, & F. S€oderbäck (Eds.), Undutiful daughters: New directions in feminist thought and practice [pp. 71–85]. New York: Palgrave Macmillan.); o como Sara Ahmed (Ahmed, S. [2006]. Queer phenomenology. Object, orientation, others. Durham, NC: Duke University Press; Ahmed, S. [2010]. Orientations matter. In D. Coole & S. Frost (Eds.), New materialisms. Ontology, agency, and politics [pp. 234–257]. Durham, NC: Duke University Press. También Jami Weinstein, cuyo nuevo proyecto, financiado por el Swedish Research Council se basa en la ética vital: «Vital Signs: Life, Theory, and Ethics in the Age of Global Crisis’. Retrieved from https://liu.se/forskning/foass/jami-weinstein?l5en». O el utópico José Esteban Muñoz (Muñoz, J. E. [2009]. Cruising utopia: The then and there of queer futurity. New York: NYU-Press. Todos estos posicionamientos neovitalistas fueron expuestos en la Conferencia internacional celebrada en Berlin: Queer Again? Power, Politics and Ethics (2010).

[7] Ulrika Dahl sugirió esta “etapa adulta de los queer” en la International Conference on Critical Kinship Studies, University of Southern Denmark, Odense, en 2014.

[8] Preciado, P. B. (2013). Procreation politiquement assisee. Liberation, 27. September. Retrieved from http://www.liberation.fr/societe/2013/09/27/procreation-politiquement-assistee935256.

[9] Burguete, op.cit.

[10]Joshua Gamson (2016). ‘The Politics of Family Creation Stories’ at the workshop ‘Making Families: Transnational Surrogacy, Queer Kinship & Reproductive Justice’ at UC Berkeley, 19 February 2016. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v5Z2r-XLo5Jto&list5PL-eKBeU4WBxYXjZnikLmaMB5qd2XQaWvL&index52. A summary of his presentation is in: Hosman, E. (2016, February). Bridging borders: Transnational surrogacy, queer kinship & reproductive justice. http://www.biopoliticaltimes.org/article.php?id59212 el 2 de septiembre de 2018.

[11] Kalender, U. (2012). Queere Potentiale? Zur Queerness von Reproduktionstechnologien aus der Perspektive Materialistischer Feminismen und Kritischer Disability Studies. Feministische Studien, 2, 198–209.

[12] Colebrook, op. cit. note 12, p. 87.

[13] Como ocurre, por ejemplo, con las transmen embarazadas.

[14] Leibetseder, D. (2016). Reproductive ethics: An example of an allied disability-queer-feminist justice. In B. Scherer (Ed.), Queering paradigms VI: Interventions, ethics and glocalities (pp. 131–146). Oxford: Peter Lang), note 30, p. 134.

[15] Colebrook, op. cit. note 12, p. 87.

[16] Bellware, K. (2014). White woman who sued sperm bank over black baby says it is not about race. Citado del Huffington Post (2 de noviembre) por Doris Leibetseder. Se trata de la noticia sobre la demanda interpuesta por dos lesbianas blancas a un banco de esperma, tras tener un hijo afromericano.

[17] Roberts, D. E. (2009). Race, gender, and genetic technologies: A new reproductive dystopia? Signs: Journal of Women in Culture and Society, 34, 783–804.

[18] Leibetseder D. (2017). Queer reproduction revisited and why race, class and citizenship still matters: A response to Cristina Richie. Bioethics. 2017;00:1–7. https://doi.org/10.1111/bioe.12416

[19] Kalender, U. (2012). Queere Potentiale? Op. Cit.  note 34, p. 204.

[20]   Leibetseder, D. (2016). Reproductive ethics: An example of an allied disability-queer-feminist justice. In B. Scherer (Ed.), Queering paradigms VI: Interventions, ethics and glocalities (pp. 131–146). Oxford: Peter Lang), p. 135.

[21] Nebeling Peterson, M., & Myong, L. (2015). (Un)liveabilities: Homonationalism and transnational adoption. Sexualities, 18, 329–345.

[22] Habermas, J. (2002). El futuro de la naturaleza humana. Barcelona: Paidós, p.98.

[23]Burguete, E. (2019). El estatuto antropológico del embrión humano. En VV. AA. El embrión humano. Una mirada desde la antropología, la bioética, la biología del desarrollo y los derechos humanos. (131-156). Ciudad de México: Tirant lo Blanch. ISBN: 978-84-1313-382-9

[24] Burguete, E., Zunin, M. “La categoría de persona del embrión humano”. Bioética Press, Informes. 13 de noviembre de 2018. Disponible en https://www.observatoriobioetica.org/2018/11/la-categoria-de-persona-del-embrion-humano/29015

[25] https://www.observatoriobioetica.org/2017/04/el-estatuto-antropologico-del-embrion-humano/18907