viernes, 24 de septiembre de 2021

El contexto ambiental en la genética en los niños concebidos mediante técnicas de reproducción asistida

 

Un estudio confirma que las funciones de los genes están influenciadas por muchos factores epigenéticos a lo largo de nuestra vida, incluso durante la concepción y antes de ella. El “estilo de vida de los padres o abuelos”, así como la forma de guardar los óvulos y los embriones tendrían efectos en la expresión o no de ciertos genes.

Hasta hace poco era indiscutible que los trazos fenotípicos de la persona se definían exclusivamente por los factores genéticos trasmitidos por herencia. Después se ha comprobado el papel de factores no genéticos para que los diferentes genes se activen o no, lo que se le ha llamado epigenética.

Un reciente estudio que hace una síntesis de este tema, aplicado principalmente a la reproducción asistida, ha sido publicado en Bionews. Los autores de la Universidad de Oslo abordan desde diferentes puntos de vista este interesante asunto dentro de un proyecto del Departamento de Ciencias de la Salud que comenzó en 2017. La finalidad del proyecto, aún en desarrollo, es comprender la reprogramación epigenética en el desarrollo embrionario temprano, su importancia para la reproducción humana tanto desde el punto de vista científico como ético, y la comprensión de la información epigenética heredable.

El estudio confirma que cada vez queda más claro que las funciones de los genes están influenciadas por muchos factores epigenéticos a lo largo de nuestras vidas, incluso durante la concepción y antes de ella.

En ese sentido, se explica cómo el contexto ambiental puede afectar la expresión genética en los niños concebidos mediante las técnicas de reproducción asistida. El tema es considerado de gran interés tras demostrase una mayor incidencia de malformaciones en estos niños. Los hábitos alimenticios, “estilo de vida de los padres o abuelos”, así como la forma de guardar los óvulos y los embriones tendrían efectos en la expresión o no de ciertos genes. Esto tiene implicaciones para la fertilidad, reproducción asistida e identidad genética. Dado el enfoque multidisciplinario del proyecto, nos parece de interés la explicación del trabajo que hacen los tres participantes en ámbitos muy diferentes.

Trine Skuland es una embrióloga que trabaja en el estudio del desarrollo embrionario temprano. La investigadora afirma que cuando un ovocito y un espermatozoide se unen para formar el cigoto en la fecundación, es necesario que se coordinen numerosos elementos para lograr un desarrollo adecuado, dado que 30.000 genes humanos deben activarse o desactivarse y esto debe ocurrir en el momento preciso. La autora comenta “no es de extrañar que este proceso de lugar a errores”.

Skuland continúa diciendo que después de la fecundación se produce una reprogramación extensa a través de lo que se denomina las marcas epigenéticas, cuyo patrón decidirá la activación o desactivación de los genes aportados por los progenitores, incluido en el ADN de sus gametos, surgiendo así el embrión, que ya es un ser humano diferente con sus propias características genéticas que perdurarán hasta el final de su vida.

Este embriólogo afirma que su objetivo es encontrar las piezas del gran rompecabezas de la activación del genoma del nuevo ser humano, necesario para su desarrollo normal, lo que considera de importancia, dado que más de la mitad de los embriones creados durante la reproducción asistida se desarrollan de manera anormal, haciéndolos inviables y siendo destruidos.

Birgit Kvernflaten, antropóloga médica, es otra investigadora del equipo que tiene como objetivo explorar y comprender las experiencias y percepciones sobre el estado del embrión de los futuros padres que optan por alguna técnica de reproducción asistida, así como dar una visión actualizada de la influencia de los progenitores, su salud, el medioambiente y estilo de vida en el nuevo ser humano.

La bioeticista especializada en epigenética Jooana Räsänen, afirma que la trasmisión de esta información de una generación a la siguiente puede plantear cuestiones de responsabilidad moral de padres y abuelos, dado que está comprobado que la epigenética juega un papel importante en la transmisión de enfermedades crónicas como la diabetes. También los hábitos, el estilo de vida de los padres y el entorno, antes y después del embarazo, pueden influir en que los hijos tengan o no una enfermedad crónica.

El artículo sigue diciendo que el objetivo final del proyecto es hacer más comprensibles los actuales conocimientos de los factores epigenéticos desde la misma formación del cigoto o incluso antes, por su influencia sobre los gametos de los progenitores.

El estudio concluye diciendo que la interacción entre ciencia, antropología y ética en el contexto de la epigenética es compleja y que queda mucho por ser investigado.

Nuevos hallazgos

El pasado 21 de agosto Science publicó un artículo, titulado “Multigenerational epigenetic inheritance: transmitting information across generations” que amplía los nuevos hallazgos en este tema. Según éste, la herencia epigenética, se encuentra en una etapa muy interesante en la que se están comprendiendo mejor los mecanismos por los cuales la información epigenética se trasmite a las siguientes generaciones sin alterar el código genético.

Acerca de la duración de estos cambios epigenéticos producidos por diferentes mecanismos que se trasmiten hereditariamente, el mencionado estudio afirma: “A pesar del importante papel que juegan este tipo de efectos (herencia epigenética) en la biología, los mediadores moleculares de esta transmisión de información no genética están comenzando a descifrarse. Proporcionamos un marco intelectual para interpretar estos hallazgos y ver cómo pueden interactuar entre sí. También definimos los diferentes tipos de mecanismos que se han encontrado para mediar la herencia epigenética y para regular si esta información persiste durante una o varias generaciones.”

El estudio continúa diciendo: “[…]  la exposición de un padre a determinadas tensiones ambientales puede promover cambios adaptativos en la descendencia. Estas constantes observaciones de la herencia no genética a través de diversos organismos evolutivos sugieren que tales efectos podrían representar un aspecto fundamental de la biología. […] Hasta la fecha, un creciente cuerpo de literatura ha dibujado un cuadro complejo tanto de los fenómenos como de los mecanismos subyacentes a la herencia no mendeliana. Se ha informado que los efectos no mendelianos se transmiten desde una hasta un número indefinido de generaciones […].”

Los futuros estudios deberían estar dirigidos principalmente a investigar el rol de la epigenética y su herencia transgeneracional en la etiología de las enfermedades y en la evolución biológica humana, como concluye el libro “Transgerational Epigenetics” (2019).

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