viernes, 29 de septiembre de 2023

jueves, 28 de septiembre de 2023

miércoles, 27 de septiembre de 2023

martes, 26 de septiembre de 2023

sábado, 23 de septiembre de 2023

Oppenheimer. El dilema bioético

 

Los avances científicos no son sinónimo de progreso humano como muestra el biopic Oppenheimer, de Christopher Nolan, sobre el físico estadounidense y padre de la bomba atómica, J. Robert Oppenheimer. El film nos sitúa ante el dilema bioético que contrapone las ansias de conocimiento científico y lo moralmente conveniente. Además, cuestiona la idea irracional de que la actividad científica es inocua y neutral y permite ampliar la reflexión sobre los riesgos de que el cientificismo actual pueda derivar en otras expresiones dramáticas, si no se promueve la evaluación ética y el control de nuevas tecnologías que comprometen la vida humana.

 

“Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”. La cita, extraída del texto sagrado hinduista Bhagavad Gita, la hace célebre el director del Proyecto Manhattan, encargado de la construcción de la bomba atómica en la II Guerra Mundial, J. Robert Oppenheimer, y resulta clave en la película autobiográfica sobre este brillante físico con la que el cineasta Christopher Nolan está arrasando en las taquillas. Oppenheimerprotagonizada por el actor Cillian Murphy, es una adaptación de la obra de Kai Bird y Martin J. Sherwin, premiada con el Pulitzer, American Prometheus: The Triumph and the Tragedy of J. Robert Oppenheimer (2005). La trama del film, salpicada de diálogos incisivos, indaga en la vida de este físico teórico desde su etapa universitaria, profundizando en el desarrollo secreto de la bomba en los Álamos (Nuevo México) y en la enorme culpa que sintió hasta su muerte por tragedia de Hiroshima y Nagasaki. La dureza de ésta se refleja mediante flashes que secuestran emocionalmente a Oppenheimer en distintos momentos de la proyección. Precisamente, la responsabilidad por las consecuencias le lleva a combatir la creación de una bomba de hidrógeno, con una capacidad aún más destructiva, y a reclamar un acuerdo mundial para evitar la proliferación de armamento nuclear.

La cinta, de tres horas de duración, también da cuenta de los entresijos, avatares miserias y paradojas políticas y bélicas alrededor del destructivo invento y de su inventor. J. R. Oppenheimer pasa de ser considerado un héroe nacional por parte del gobierno americano a sufrir el descrédito al ser acusado de deslealtad por su pasado comunista en la caza de brujas promovida por el senador estadounidense Joseph McCarthy. Y la bomba, justificada inicialmente con el falaz argumento de evitar que los nazis fueran los primeros en inventarla, deriva en una competición contrarreloj con la antigua Unión Soviética, y acaba, como refleja el film, con la masacre de las citadas ciudades japonesas en un alarde de fuerza estadounidense para poner fin a la II Guerra Mundial. El diálogo cinematográfico en la comisión de seguridad y, particularmente, la intervención del secretario Henry Stimson (el actor James Remar) en la elección de Hiroshima y Nagasaki no tiene desperdicio por la esperpéntica forma en la que se adopta esta decisión. Stimson decide tachar Kioto de la lista porque allí había pasado la luna de miel con su esposa. Igual de surrealista, por la enajenación colectiva proyectada, es el momento de la explosión de Trinity, la bomba de prueba. Algunos, eufóricos y fascinados, lo celebran agitando banderines americanos, mientras otros lloran, e incluso vomitan, ante la certera intuición de que algo, en ese justo momento, iba a cambiar el mundo para siempre y no para mejor.

La película se desarrolla en dos líneas temporales distintas, un rasgo característico del cineasta de numerosas obras laureadas, entre otras, Origen (2010) Interstellar (2014), o Dunkerque (2017). En el film que nos ocupa, en color se narran las vivencias del protagonista antes del bombardeo y, en blanco y negro, aunque sin seguir una linealidad, se desgrana el genocidio y la operación de desprestigio contra el físico de origen judío. En aras a evitar el spoiler, no desvelaremos un dato que el director de la película reserva para el final y que desvela quién es el instigador y los espurios intereses tras la campaña contra Oppenheimer.

El film brinda un desfile de figuras relevantes, especialmente, científicos coetáneos del físico teórico estadounidense como el premio Nobel, Albert Einstein. Al respecto, Nolan se permite una licencia en la ficción. Alude a un encuentro entre Oppenheimer y Einstein que, realmente, no ocurrió y que, sin embargo, adquiere una gran carga de profundidad en la película. Tiene que ver con unos cálculos del equipo de investigadores que, teóricamente, se referían a la capacidad de la bomba atómica para destruir el mundo por una hipotética reacción en cadena. Oppenheimer acude en la ficción a pedir consejo al mismo Einstein ante la perturbadora posibilidad. Esto brinda al protagonista otra frase de impacto, al reconocer que, en verdad, los cálculos no fallaron, porque, finalmente, la destrucción del mundo se consumó con la propia construcción de la bomba. La conversación real fue con el científico Arthur Compton, según la obra original de Bird y M. J. Sherwin.

También hay un desfile de actores y actrices de renombre en el reparto como Emily Blunt, en el papel de esposa del protagonista; Matt Damon que interpreta al teniente general Leslie Richard Groves, responsable militar del proyecto Manhattan; o Robert Downey, en el papel de Lewis Strauss, Comisario de Energía Atómica que cuestionará la lealtad de Oppenheimer a los EEUU. Rami Malek, por su parte, representa al científico David Hill que limpia el nombre del protagonista de las acusaciones insidiosas de deslealtad.

Cabe señalar que el director Christopher Nolan logra con su propuesta cinematográfica alejar al espectador de cualquier tentación negacionista o cómplice para favorecer la reflexión sobre lo ocurrido en Hiroshima y Nagasaki, el miedo atómico, la carrera nuclear y las décadas de Guerra Fría, así como la influencia de conflictos bélicos actuales debidos a la polarización geopolítica. El director del film deja un final más bien abierto a un presente algo más que inquietante que tiene mucho que ver con la idea irracional de que la actividad científica es inocua y neutral y que, una cosa en la teoría y, otra muy distinta, el uso que se hace de las investigaciones científicas. La película mete el dedo en la llaga sobre los riesgos y las consecuencias morales de una incesante retórica que tiende a identificar los avances científicos con un verdadero progreso humano. Ello propicia la aceptación sumisa de los dictados tecnocientíficos y sus efectos colaterales como males menores.

Valoración bioética

La película rescata la vigencia de las sabias reflexiones del filósofo, científico y antiguo profesor de la Universidad Católica de Valencia (UCV), José Sanmartín, en sintonía con una bioética personalista. La evaluación ética y la inserción social de la actividad científica y tecnológica son necesarias para embridar una autonomía que, en ocasiones, trata de zafarse de controles y no siempre atiende a los dictados de la prudencia y del sentido común. Resulta urgente cuestionar la fe inquebrantable en todo lo vinculado con el despliegue de nuevas tecnologías y que alienta a ejecutar, aquello que es posible con los medios y el conocimiento disponibles, sin reparar en las consecuencias morales y en los riesgos para la vida humana. Sanmartín en sus obras Nuevos Redentores y Tecnología y Futuro Humano anima a educar en una mirada crítica para guiar el progreso tecnológico hacia el bien común y mejorar la vida real de las personas.

En este contexto, la película Oppenheimer permite extender la preocupación bioética a otras expresiones dramáticas que pueden desencadenarse por no promover un modelo racional de desarrollo tecnocientífico, humanista y democrático, orientado a salvaguardar la vida humana. Por ejemplo, las prisas que se constatan en la carrera por aplicar técnicas de manipulación y edición genéticas que, tal vez, no reúnen la seguridad necesaria y pueden tener efectos tan imprevisibles como irreversibles. Los clásicos e innumerables filósofos como Ortega y Gasset, Heidegger o Hans Jonas, han alertado sobre la capacidad de la tecnología para transformar el mundo exterior y, a la vez, nuestro interior cuando perdemos el horizonte sobre los fines y los medios.

Otra cuestión que merece la valoración ética, a propósito de la película Oppenheimer, es la evolución del protagonista y la imposibilidad de superar la culpa, pese a justificar, en distintos momentos de la cinta que, una cosa es la teoría científica y, otra, bien distinta, la aplicación a posteriori de los conocimientos científicos, que no implicaría responsabilidad alguna. Con José Luis Oyanguren, somos seres intrínsecamente morales y, precisamente, lo que nos distingue de los animales es la posibilidad de encauzar nuestra libertad en la búsqueda de la verdad, lo bello y lo bueno. El gran poder transformador de las tecnologías sobre las sociedades, las relaciones humanas y nuestro interior es por lo que los saberes científico y tecnológico deben estar ligados a la ética, en la medida en que nos va en ello nuestra supervivencia y también el alma.

Desde posiciones personalistas, Jesús Ballesteros, filósofo y jurista valenciano, en su ensayo “Paz, desarme, libertad: obstáculos económicos e ideológicos”, subraya que el viejo aforismo latino base de la disuasión –si vis pacem, para bellum- que significa «si quieres la paz, prepárate para la guerra» queda invalidado por la constatación histórica de que los países no han dejado de utilizarlo sin lograr tal pretensión. Ballesteros alude a que Gandhi ya puso de relieve la lección de la tragedia de la bomba atómica que reside en que “no nos libraremos de su amenaza fabricando otras bombas más peligrosas todavía, puesto que violencia no es capaz de hacer desaparecer la violencia. La humanidad no puede librarse de la violencia más que por medio de la no-violencia».

Amparo Aygües

Ex alumna Master Universitario en Bioética

Colaboradora del Observatorio de Bioética

viernes, 22 de septiembre de 2023

LA ASCENSIÓN Y LAS ASCENSIONES

Siempre ha creído el hombre que Dios habita en un lugar que está sobre los cielos. Por lo mismo, si alguna vez se ha pensado en la posibilidad de que un ser humano se eleve hasta el trono del Altísimo, su elevación ha debido concebirse necesariamente como una ascensión a través de los cielos. El vehículo empleado para su vida hasta allí podrá variar a impulsos de la fantasía o impuesto por la realidad histórica, pero el acto fundamental será siempre el mismo: subir al cielo.

 A nadie puede extrañar que la fantasía humana, para la que nada imposible, haya fingido viajes de un alma o de un hombre a través de los espacios y en dirección a la morada divina. Pero la existencia de tales descripciones imaginarias nada dice en contra de la posibilidad y aún de el hecho de que en determinado ocasión haya subido un hombre de la tierra al cielo, como si vio Jesucristo el día de la Ascensión. Lo que distingue a lo irreal es la ausencia de testigos oculares de cuanto se afirma y el colorido fuertemente fantástico de sus detalles.

 como ejemplo de narración legendaria que ha de ser tenida por tal porque no invoca ni puede invocar testigos oculares como podemos citar el mito babilónico de Etana: Etana tenía sumo interés en subir a los cielos, y un águila, que le había que le debía su corazón su cura su curación, se prestó a subirle. Le mandó poner las espaldas sobre su pecho, y las manos sobre las plumas de sus alas, y comenzó a elevarse. Etana se agarraba con fuerza porque su cuerpo pesaba mucho. Cuando llevaban dos horas subiendo, le dijo el águila:

- Mira a la tierra, amigo mío. ¿Cómo está? Mira el mar.

Yetana le contestó:

- La Tierra va a achicando las montañas y el mar está como un patio.

Continuaron subiendo otras dos horas, y preguntó de nuevo el águila:

- Mira, amigo mío, a la tierra. ¿Cómo está?

- La tierra se ha convertido en un jardín, y el mar está como en una banasta. 

Después de otras dos horas de vuelo volvió a hacer la misma pregunta; Etana contestó:

- El mar es como un regate de jardinero.

En aquel momento le entró el vértigo y comenzó a caer. Dos horas estuvo cayendo, y el águila caía con el. Continuó cayendo tras dos horas y el águila caía con el. Siguió cayendo tras dos horas, y el águila caía con el. Hasta que al fin se mató.


Como ejemplo de narración fantástica puede presentarse la que la leyenda atribuye a Mahoma. Mahoma estaba una noche más alentado que nunca y tendiéndose en la cama se quedó con los ojos abiertos clavados en la noche y en sus pensamientos. De repente vio entrar en su habitación un personaje vestido con ropas cuajadas de oro. Era Gabriel, que llevaba en la mano al corcel celeste llamado Al Barak (relámpago). este animal tenía la cabeza de hombre, el cuerpo de caballo, una cola de pavo y alas blancas puntos sobre el monto Mahoma por indicación del Arcángel, y en el mismo momento se vio trasladado por encima de los montes y de los Valles hasta el santuario de Jerusalén. En su interior vio de pronto un rayo de luz venido del cielo. Se acercó a él y observó que en el centro se abría una escalera a. Por ella subió con Gabriel hasta el primer cielo.

 Las puertas del cielo, que eran de plata, las abrió Adán, y entre una otras maravillas pudieron ver un caballo cuya cresta llevaba hasta las puertas del segundo cielo; y eso que la distancia de un cielo a otro exige un viaje de quinientos años.

 Salieron de allí rezando, ya la puerta del segundo cielo, que es de acero resplandeciente, les esperaba Noe. En el Tercer Cielo todo el de piedras preciosas, vieron un ángel, cuyos ojos se hallaban tan separados el uno de otro que el recorrido de su distancia exigía setenta mil días. En el cuarto cielo había un ángel tan largo como un camino de quinientas jornadas. El cuarto cielo era de oro, y allí estaba a Aarón y un ángel con la cara de cobre rojizo, que era el ángel de LA VENGANZA; llevaba una lanza inflamada, lanzada relámpagos por los ojos y estaban sentados en un trono rodeado de fuego delante de una montaña de cadenas al rojo vivo.

 En el sexto cielo estaba Moisés y un ángel cuyo cuerpo era a la vez fuego y hielo. Por último, en el séptimo cielo, a cuya puerta estaba Abraham, vio un ángel con setenta mil cabezas. Cada cabeza tenía setenta mil bocas, a cada boca tenía mil lenguas, y cada lengua hablaba a setenta mil idiomas, que cantaban alabanzas del Todopoderoso. Junto a este arcángel había un árbol, cuyo ramaje era mayor que la distancia que hay del cielo a la tierra. Al pie del árbol estaban sentados unos ángeles, tan numerosos como las arenas del desierto. Miles de pájaros se posaban en las ramas, y en cada hoja había un hurí. En medio del cielo había una casa de oración como la de La Meca, y por encima de todos los cielos se levantaba el trono del Todopoderoso, quien con el rostro cubierto por setenta velos habló con Mahoma, dirigiéndole 79.000 palabras llenas de benevolencia.

 Todavía le fue dado ver los castigos del infierno, y finalmente emprendió el camino de vuelta, llegando de nuevo sobre Al Barak a la ciudad de La Meca. El viaje parecía haber sido muy largo. Sin embargo goma levantarse de la cama para mostrar para montar sobre Al Barak había tirado sin darse cuenta una copa llena de agua junto cuando volvió del viaje, el borde de la copa no había llegado todavía al suelo.



Tan fantástica es esta descripción que nadie podrá tomarla nunca en serio. La ausencia de testigos oculares y la obra evidente de la fantasía son los dos defectos de que adolecen todas estas narraciones. Ambos defectos se hallan totalmente ausentes de la descripción que San Lucas hace de la Ascensión del Señor. El escribe a menos de treinta años de distancia de los hechos y después de haber consultado a los testigos oculares cuando todavía vivían estos y podían desmentirle. Esto es ya una garantía de veracidad.

 Por otra parte, nada nos dice de lo que dio Jesús o de lo que ocurrió a su llegada a los cielos. Solo nos habla de lo que los apóstoles pudieron ver y oír. En las dos narraciones como a la de su Evangelio y la de los Hechos de los apóstoles son sumamente sobrias, en evidente contraste con las que acabamos de leer. Para que mejor puedan apreciarlo el lector, las transcribimos a continuación:

«Los llevó hasta cerca de Betania, y levantando sus manos los bendijo, y mientras los bendecía se alejaba de ellos, y era llevado al cielo. Ellos se postraron ante él, y se volvieron a Jerusalén con grande gozo, y estaban de continuo bendiciendo a Dios»(Lc 24, 50-53).

«Diciendo esto, y volviendo y viéndolo ellos, se elevó, y una nube le ocultó a sus ojos. Y estando mirando al cielo, fija la vista en él, que se iba, he aquí que dos varones con hábitos blancos se les pusieron delante y les dijeron: varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo ese Jesús que ha sido llevado de entre vosotros al cielo vendrá así, al modo, al modo que le habéis visto ir al cielo. Entonces se volvieron del monte llamado Olivete a Jerusalén, que dista de allí el camino de un sábado»(Hch 1,9-12)

jueves, 21 de septiembre de 2023

El Supremo de México despenaliza el aborto

 El Tribunal Supremo de Mexico aprobó el pasado miércoles la despenalización del aborto a nivel federal tras considerar la propuesta del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE). La organización así lo anunció a través de la red social X: «¡La SCJN despenaliza el aborto a nivel federal! Gracias a un amparo ganado por GIRE, todas las mujeres y personas con capacidad de gestar podrán acceder a servicios de aborto en cualquier institución federal de salud».

El Tribunal Constitucional considera que el sistema jurídico que penaliza el aborto es «inconstitucional», puesto que «viola los Derechos Humanos de las mujeres y personas con capacidad de gestar».

Tras esta decisión, cualquier institución federal de salud, como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), deberá brindar el servicio a todas las personas gestantes que lo soliciten. Además, la norma implica modificar el Código Penal Federal para eliminar el delito de aborto, que está definido en el artículo 329 como “la muerte del producto de la concepción en cualquier momento de la preñez”, y que contempla una pena de uno a tres años para los que “hagan abortar a una mujer”, aunque sea con su consentimiento. También incluía inhabilitaciones de dos a cinco años para los médicos que lo practicaran.

Aborto en México

El aborto hasta la semana 12 de gestación está permitido en la Ciudad de México desde el año 2007. La sentencia del miércoles no afecta a las leyes locales, y el aborto sigue siendo ilegal en 20 de los 32 estados del país, pero según The New York Times, “incluso en esos estados, ahora las mujeres pueden abortar legalmente en los hospitales y clínicas federales. La sentencia también prohíbe que el personal de estos centros sea sancionado por practicar abortos”.

Nuestra valoración

Una vez más, al analizar la consideración ética del aborto y sus consecuencias, solo se tiene en cuenta el derecho a decidir de la mujer, como si fuera la única persona implicada en un aborto. Ignorar la existencia de su propio hijo, ser humano inmaduro pero con igual dignidad a ella, supone eliminar de este escenario a su protagonista. La nueva vida humana indefensa, además como ocurre en el resto de legislaciones que autorizan el aborto, no se concede importancia a la posición del padre que debería ser escuchada como un implicado más. Lo que ahora en México se presenta como un progreso, pues parece evidenciar la conquista de una libertad para la mujer, no deja de ser un nuevo retroceso que normaliza el exterminio de seres humanos inmaduros indefensos y dependientes, lo cual se sitúa en las antípodas de lo que debería ser el progreso en una civilización: proteger más a los más necesitados. No celebramos por tanto desde la bioética bien entendida estos presuntos avances que en realidad esconden profundos retrocesos y seguiremos mostrando las evidencias que prueban la realidad humana del embrión aun desde sus fases más inmaduras del que debe respetarse su dignidad y derechos.

martes, 19 de septiembre de 2023

Italia permite a las mujeres implantarse los embriones congelados de sus ex parejas sin su consentimiento

 El Tribunal Constitucional italiano ha dictaminado que las mujeres podrán utilizar los embriones concebidos con su marido o pareja aunque no cuenten con su consentimiento o estén divorciadas.

De esta manera, el hombre no podrá revocar su paternidad tras una fecundación in vitro. Sólo la mujer podrá decidir sobre el futuro del embrión, pero el hombre deberá asumir las responsabilidades relacionadas con el bebé. La cuestión central de esta decisión, es que la sentencia sitúa en lugar preferente el derecho del embrión a desarrollarse y, por tanto, la voluntad de la madre cuando decide gestar a su hijo, al no poder satisfacer los intereses de ambas partes.

Precedentes

Esta sentencia es la primera de este tipo que ve la luz en Italia, provocada por el caso concreto de una pareja de Lazio. Cuando ambos estaban casados recurrieron a la fecundación in vitro pero decidieron congelar los embriones por problemas físicos de la mujer. El matrimonio se separó legalmente en 2019, tres años después de haber congelado los embriones. Fue entonces cuando el marido retiró su consentimiento para la implantación de éstos en el útero de la mujer.

Según el diario ABC, el abogado de la mujer, Gianni Baldini, director de la Fundación Procreación Médicamente Asistida (PMA), planteó ante el Tribunal de Roma la legitimidad constitucional de un artículo de la ley de fecundación asistida, en el que consta la irrevocabilidad del consentimiento del hombre después de la fecundación del ovocito. Según Baldini, esa ley «reconoce el derecho del embrión a desarrollarse y, en consecuencia, el de la mujer separada o divorciada a proceder a la implantación del embrión, incluso contra la voluntad de su expareja, que está obligada a asumir todas las obligaciones morales y económicas relacionadas con el hijo nacido incluso años después».

El marido por su parte planteó recurso al Tribunal de Roma, que, a su vez, remitió el caso al Tribunal Constitucional, siendo ahora cuando se ha hecho pública la sentencia favorable a la mujer.

El juez Luca ha afirmado que “El acceso a la fecundación asistida supone para la mujer la grave carga de poner a disposición su propio cuerpo, con una importante inversión física y emocional que implica riesgos, expectativas y sufrimiento, y que tiene un punto de inflexión cuando se forman uno o más embriones. El cuerpo y la mente de la mujer están, por tanto, indisolublemente implicados en este proceso, que culmina en la esperanza concreta de generar un hijo, tras la implantación del embrión en su propio útero”, destaca la sentencia.

Una histórica sentencia que defiende la dignidad del embrión humano

El Tribunal Constitucional hace referencia a la dignidad del embrión en esta histórica sentencia. Los jueces consideran que la irrevocabilidad del consentimiento por parte del hombre protege la dignidad humana reconocida en el embrión, ya que este «tiene en sí el principio de la vida». La elección de la mujer le ofrece la posibilidad de desarrollarse y nacer, a pesar de la crisis que se produjo en la pareja.

La sentencia del Tribunal Constitucional, supone de esta manera un importante avance en la protección del derecho a la vida desde el momento de la concepción.

Valoración bioética

Lo más destacable del análisis bioético de este caso, es que en el dilema planteado no se ha situado en el centro de la valoración el conflicto que se presenta en el ejercicio del derecho de autonomía por parte de los padres, que manifiestan intenciones contrapuestas acerca de proseguir con la gestación de su hijo, embrión que permanece criopreservado, o no hacerlo. Con frecuencia ante este tipo de dilemas no se tiene suficientemente en cuenta otro valor en juego como es la propia vida del embrión. Según la sentencia que comentamos, se reconoce en el embrión la dignidad que corresponde a un individuo de la especie humana, cual es en realidad, que exige sean respetados sus derechos, el primero de los cuales es el derecho a la vida.

Otras consideraciones, como la voluntad del padre de asumir o no la paternidad, no se sitúan al mismo nivel en cuanto a su reconocimiento como derecho que el irrenunciable imperativo de respetar la vida del hijo concebido.

El drama de los millones de embriones sobrantes de los procesos de fecundación in vitro que permanecen criopreservados a la espera de un destino incierto, como la congelación indefinida, la descongelación para su utilización experimental o, simplemente, su destrucción, es un exponente del grado de insensibilidad que científicos y legisladores han alcanzado con respecto al reconocimiento del estatus de individuo de la especie humana que posee todo embrión humano, que le confiere dignidad y derechos.

Lo novedoso de la sentencia que comentamos es que otros derechos como el de autonomía de los padres, aparecen como subsidiarios del primero de todos ellos: el derecho a la vida, en este caso, del hijo, que aún inmaduro, es un ser humano, como sus padres.

Julio Tudela y Cristina Castillo

Observatorio de Bioética, Instituto Ciencias de la Vida. Universidad Católica de Valencia

lunes, 18 de septiembre de 2023

Italia considera “delito universal” la gestación subrogada

 Giorgia Meloni, presidenta del Consejo de Ministros de Italia desde octubre de 2022, ha aprobado en el parlamento la ley Varchi, que considera la gestación subrogada como “delito universal” y ha anunciado penas de cárcel de entre tres meses y dos años, y multas de hasta un millón de euros para quien “compre” niños, incluso en países extranjeros donde esté legalizada esta práctica.

Meloni ha afirmado: “No creo que comerciar con el cuerpo femenino y transformar la maternidad en un negocio pueda considerarse una conquista de la civilización. El alquiler del útero es la esclavitud del tercer milenio”. Asimismo, la ministra ha defendido que «la maternidad es única, insustituible y no subrogable» además de que «no puede darse a cambio de una tarifa, un hijo no es comercializable».

La ley se ha aprobado con 166 votos a favor, 109 en contra y cuatro abstenciones. Todos los partidos de la oposición de izquierdas han votado en contra de la ley. Sin embargo, dos formaciones políticas de centro, incluyendo la del ex primer ministro Matteo Renzi, han otorgado libertad a sus parlamentarios para votar, y cuatro de ellos han decidido apoyar la ley.

La gestación subrogada ya era ilegal en Italia desde 2004, pero la novedad es que mediante la modificación del artículo 12 de la ley n.40 del 19 de febrero de 2004, también se penará a quien acuda al extranjero para obtener un niño gestado por otra mujer, ya sea una práctica altruista o mediante pago.

A pesar de que la mayoría de las personas que acceden a este método para tener hijos en Italia son parejas heterosexuales, la nueva norma exigirá a los consistorios que dejen de registrar a los hijos de parejas homosexuales, modificando su acta de nacimiento.

El caso lituano

El caso italiano recuerda a lo que sucedió en Lituania en 2020, cuando el Parlamento adoptó, por una aplastante mayoría de votos (54 contra 4, con 3 abstenciones), una Resolución condenando toda forma de maternidad subrogada. Redactada por diputados cristiano-demócratas, este texto recibió el apoyo de los miembros del resto de partidos, sobre todo de los verdes y los socialdemócratas. La resolución constataba, ante todo, que esta práctica es contraria a numerosos tratados internacionales: los que prohíben la venta de niños, la trata y la esclavitud; los que garantizan los derechos de las mujeres, especialmente contra la explotación de sus órganos reproductores; los que protegen los derechos de los niños o regulan la filiación, la adopción o la biomedicina.

¿Dónde es legal la maternidad subrogada?

Hoy en día, la maternidad subrogada es legal en más de 50 países de todo el mundo. En algunos como Estados Unidos, el lugar con mayor flexibilidad a la hora de llevar a cabo la gestación subrogada, es legal en todos los estados, mientras que en otros, como Canadá, la legalidad varía de una provincia a otra.

Estos son algunos de los lugares donde la maternidad subrogada es legal: Estados Unidos, Canadá, Rusia, Ucrania, Georgia, Sudáfrica, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Grecia, India, Tailandia, México o Brasil.

Valoración bioética

Como hemos publicado previamente, la practica de la gestación por subrogación presenta numerosas dificultades bioéticas, que justifican  la actual medida adoptada por el parlamento italiano y otras restricciones o prohibiciones promovidas en otros muchos países.

Las prácticas de subrogación en la gestación suponen un atentado contra la integridad moral y física, y esto es importante, tanto del hijo concebido y gestado como de la mujer que gesta. El obligado recurso a las técnicas de reproducción asistida con sus limitaciones y complicaciones, la procedencia de los gametos utilizados y sus derivadas sobre la identificación del origen genético del concebido, los procedimientos relacionados con la selección, discriminación, manipulación y control de las mujeres gestantes, la calidad de la información que se les suministra sobre el proceso, su asistencia médica durante el embarazo y tras él, el problema de los embarazos múltiples o la discapacidad en los hijos y sus consecuencias como el aborto impuesto por contrato o el rechazo de estos hijos por parte de los padres comitentes que encargan y sufragan el proceso, son algunas de las cuestiones bioéticas que hacen inaceptable el proceso de gestación subrogada, que, sorprendentemente, son ignoradas o infravaloradas por muchos estados que aceptan legalizarlas.

domingo, 17 de septiembre de 2023

¿Apuestan los científicos?… más de lo que usted piensa

 La duda es una característica esencial del avance científico que consiste en una constante reevaluación de hipótesis. Esa constante duda y propuesta de nuevas hipótesis lleva con frecuencia al colectivo investigador a la controversia y el conflicto. Y este es el marco que propicia el desarrollo de las apuestas entre científicos, que se plantean con cierta frecuencia. En la mayoría de los casos contribuyen a visualizar problemas de calado a los que la ciencia se enfrenta y por ello merece la pena detenerse en alguna de ellas.

La apuesta sobre el cerebro y la conciencia que sigue en pie

El pasado mes de junio tuvo lugar una multitudinaria reunión de la Asociación para el Estudio Científico de la Conciencia (ASSC) en Nueva York, donde más de 800 neurocientíficos, filósofos y curiosos abarrotaron un auditorio. Acudieron para conocer los primeros resultados de una ambiciosa investigación sobre una cuestión profunda: ¿Qué es la conciencia? En la reunión se dirimía el resultado de una apuesta cruzada entre el neurocientífico Christof Koch y el filósofo David Chalmers.

En junio de 1998, habían asistido a una conferencia en Bremen (Alemania) y acabaron hablando hasta altas horas de la noche en un bar local sobre la naturaleza de la conciencia. Koch retó a Chalmers a que antes de 2023 alguien descubriría el mecanismo por el que las neuronas del cerebro producen la conciencia. El Dr. Chalmers, que mantenía lo contrario, aceptó la apuesta. El premio serían unas cuantas botellas de buen vino.

En los 25 años transcurridos se han desarrollado potentes herramientas para sondear el cerebro y realizado numerosos experimentos para conocer el origen de la conciencia[1]. En la reunión de Nueva York se trataba de exponer los resultados de un experimento para medir la predictibilidad de dos de las principales hipótesis sobre las bases neuronales de la conciencia: la teoría de la información integrada (IIT) y la teoría del espacio de trabajo de la red global (GNWT). Estas teorías se supone que permiten cierta verificación sometiendo a individuos a determinados estímulos, observando las reacciones del cerebro.

Seis laboratorios independientes llevaron a cabo el experimento contradictorio entre las dos teorías, siguiendo un protocolo preestablecido y utilizando diversos métodos complementarios para medir la actividad cerebral. Pidieron a 256 voluntarios que miraran una serie de caras, letras y formas y luego pulsaran un botón en determinadas condiciones. Los resultados no fueron concluyentes, no permitiendo validar ninguna de ellas, confirmando que no se ha encontrado un correlato neuronal claro de la conciencia. El Dr. Koch terminó la velada llevando al escenario una caja de madera llena de vino. Sacó una botella de Madeira de 1978 y se la dio al Dr. Chalmers. Luego retó a su amigo a una nueva apuesta, esta vez doble o nada: un marcador cerebral de la conciencia para 2048. El Dr. Chalmers aceptó la apuesta al instante, añadiendo “espero perder, pero sospecho que ganaré”[2].

Una apuesta que propicia grandes resultados

Las apuestas entre científicos no son ninguna novedad. Vienen de antiguo. Una de las obras científicas más importantes de la historia, el Principia de Isaac Newton, surgió como respuesta a una apuesta.

Nos remontamos al año 1684 en el que tres celebridades se reunían a comer para tratar sus puntos de vista sobre el movimiento de los planetas. Se trataba de Christopher Wren, el arquitecto que había reconstruido medio Londres, incluida la catedral de San Pablo y más de 50 iglesias y que tenía gran afición por la astronomía; Robert Hooke, físico que había descubierto la ley que rige los resortes y que lleva su nombre; y Edmund Halley, el astrónomo que había calculado la órbita del cometa que nos visita cada 76 años y al que se bautizó con su nombre. Kepler había enunciado las leyes que rigen el movimiento de los planetas basándose exclusivamente en observaciones, por lo que representaban simplemente un hecho. Ellos pretendían relacionar matemáticamente las leyes de Kepler con una ley de fuerza inversa al cuadrado. Ante la dificultad que se les presentaba, Wren decidió lanzar un reto: 40 chelines (algo menos de 2.000 dólares actuales) a quien pudiera demostrar matemáticamente la naturaleza de esa fuerza invisible que atraía a los planetas, para lo que estableció un plazo de dos meses. Ni Hooke, ni Halley fueron capaces de abordar la cuestión. Pero Halley, que se había obsesionado con el problema, tuvo la feliz idea de recurrir a Isaac Newton del que sabía que era un ser extraño y excéntrico al tiempo que un matemático extraordinario.

Cuando Halley se reunió con Newton y le preguntó qué tipo de curva describirían los planetas suponiendo que la fuerza de atracción hacia el Sol fuera proporcional a la inversa de la distancia al cuadrado, la respuesta fue inmediata, una elipse. Hace tiempo que lo tengo calculado.  Newton no pudo aportar la solución escrita, porque muy probablemente no la tenía completa. El caso es que Halley, obsesionado como estaba con el asunto, le conminó a trabajar en ello. Newton, por su parte, se encerró en su estudio trabajando día y noche y al cabo de tres meses pudo enviarle a Halley unas notas, en las cuales presentaba su Ley de la Gravitación Universal y exponía sistemáticamente las reglas que rigen todos los cuerpos en movimiento. Pero Halley siguió presionando a Newton para que publicara su teoría en la que continuó trabajando con el mismo ahínco durante dos años. El resultado fue el innovador Principia Mathematica, tres tomos en los que no sólo propuso la ley de la gravedad y las tres leyes del movimiento, sino que también contribuyó a la creación del cálculo, estableciendo los fundamentos de la mecánica clásica.

Newton quedó tan extenuado con este trabajo que nunca más volvió a ocuparse en matemáticas o física. Puesto que la intención de Newton no parece que fuera la de publicar sus primeros trabajos, ni tampoco la de continuarlos, la apuesta de estos tres personajes y el consecuente empeño de Halley pudieron ser decisivos para este paso histórico en la ciencia. En cuanto a la recompensa ofrecida por Wren, no hubo lugar puesto que se sobrepasó en mucho el plazo impuesto en la misma.

Las apuestas científicas han proliferado en la segunda mitad del siglo XX

El fenómeno de las apuestas sobre el resultado de cuestiones científicas ha proliferado en el siglo XX sin que se conozca una razón concreta, aunque cabe pensar que esta costumbre diga algo sobre la investigación en sí misma. El filósofo de la ciencia de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook, Robert P. Crease, afirma: «Las apuestas son interesantes, porque revelan la cualidad de juego con la que los científicos suelen abordar su trabajo».[3]

El caso es que en determinadas instituciones dedicadas a la investigación han llegado a establecerse como mecanismo habitual de incentivación. En el acelerador lineal de Stanford en California conservan un libro con el título “Registro oficial de apuestas del Grupo de Teoría del SLAC” que contiene 28 páginas de apuestas que datan de 1984. Así mismo, en los antiguos Laboratorios Bell, durante décadas hubo un «libro» de apuestas en la sala de té, donde los científicos se reunían para debatir todos los días a las 4 de la tarde.[4]

Las apuestas de Hawking

El científico, sin duda el más mediático de finales del siglo XX, Stephen Hawking, también es famoso por haber apostado repetidas veces, pero sobre todo por haber perdido todas sus apuestas.

Un agujero negro es un objeto astronómico con una fuerza gravitatoria tan fuerte que nada, ni siquiera la luz, puede escapar de él. Su existencia se deduce de las ecuaciones de campo de Einstein, pero éste nunca llegó a aceptar su existencia real en el universo. Fué Lemaître en 1933 la primera persona en comprender la naturaleza del horizonte de un agujero negro, mucho antes de que se le llamara agujero negro[5]. Pero a principios de los años setenta, cuando todavía eran los agujeros negros objetos muy desconocidos, se descubrió una potente fuente de rayos X en la constelación del Cisne y los científicos comenzaron a elucubrar que podía tratarse de un agujero negro. Ello dio pie a su primera, sonada, apuesta. Fue a finales de 1974 cuando apostó con el físico de Caltech Kip Thorne a que no había ningún agujero negro en el centro de la fuente de rayos X conocida como Cygnus X-1. Se firmó el acuerdo ante testigos y el documento quedó enmarcado en el despacho de Thorne. Pero unos años más tarde, a pesar de que los astrónomos aún no estaban seguros de que Cygnus X-1 fuera un agujero negro, Hawking cedió. Según relata Thorne, «A última hora de una noche de junio de 1990, mientras yo estaba en Moscú trabajando en una investigación con colegas soviéticos, Stephen y un séquito de familiares, enfermeras y amigos irrumpieron en mi despacho de Caltech, encontraron la apuesta enmarcada y escribieron en ella una nota de concesión con la huella del pulgar de Stephen.»[6] Y pagó el premio pactado, un año de suscripción a la revista Penthouse.

Unos años más tarde en 1997 Stephen Hawking y Kip Thorne se unieron en una apuesta contra el físico cuántico del Caltech John Preskill en relación con la llamada paradoja de la información de los agujeros negros. Los primeros afirmaban que la información se pierde por completo cuando algo cae en un agujero negro, mientras que John Preskill decía que eso no tenía sentido, ya que existe un requisito de la mecánica cuántica según el cual la información no puede destruirse.

En 2004, Hawking anunció que cedía en su apuesta y que ahora creía que los horizontes de los agujeros negros debían fluctuar y filtrar información. En 2013, parafraseando a Albert Einstein, afirmó que esa apuesta fue la mayor “metedura de pata” de su carrera. Hawking recompensó al ganador con una enciclopedia sobre béisbol, en cumplimiento de lo pactado.

No tardó mucho en volver a apostar. Así explicó el director del Instituto Perimeter, Neil Turok, cómo Hawking le retó en una nueva apuesta. «En 2001, di una charla proponiendo una nueva teoría del big bang según la cual el big bang era sólo el último de una serie infinita de big bangs, y el universo sería un universo cíclico.[7] Stephen, de forma típica, al final de la charla, dijo: «me apuesto lo que quieras a que el satélite Planck descubrirá la señal de ondas gravitacionales de la inflación, lo que refutaría inmediatamente tu teoría», porque la predicción de nuestra teoría era que no habría señal de ondas gravitacionales».[8]  En 2014 un equipo de investigación de Harvard, BICEP2 con sede en la Antártida anunció la detección de determinadas huellas de ondas gravitacionales primordiales y aunque en medios científicos se plantearon dudas sobre ese resultado, Hawking se apresuró a declararse vencedor de la apuesta. Pero unos meses más tarde el equipo BICEP2  reconoció que las señales captadas no correspondían a ondas gravitacionales primordiales. De hecho, seguimos sin detectarlas.

La última derrota de Hawking ha sido a manos de Gordon Kane, físico teórico de la Universidad de Michigan en relación con el descubrimiento del bosón de Higgs. Este bosón, es una partícula elemental que tiene un papel fundamental en el mecanismo por el que se origina la masa en el Universo. A principios de este siglo era la única partícula predicha por el Modelo Estándar de Física de Partículas que aún no había sido detectada y su descubrimiento era esencial para dar sentido a todo lo que sabemos sobre el comportamiento de la materia en sus niveles más elementales. Y por ello se estaban haciendo los máximos esfuerzos por verificar su existencia.

El 4 de julio de 2012, en una emocionante sesión, el CERN anunció la detección del bosón de Higgs. Hawking lo celebró con estas palabras en la BBC : «Parece que acabo de perder 100 dólares»[9]

Efectivamente, una década antes, en una reunión en Corea en la que estaban debatiendo en la misma mesa tanto Kane como Hawking junto con otros cuatro o cinco científicos, según relata Kane, «Stephen me interrumpió y me dijo que le gustaría apostar conmigo a que no existía el bosón de Higgs»[10], y allí mismo se formalizó la apuesta con un premio de 100 dólares.

El historial perdedor de Hawking ha llevado al comentarista científico de la BBC a bromear: La única apuesta que estoy seguro que Hawking ha ganado es la mano de póquer que jugó en «Star Trek: The Next Generation«[11].

Una apuesta multitudinaria

La simetría está en el corazón de las leyes de la naturaleza. La simetría en los sistemas físicos es un concepto más general que las simetrías que podemos observar en el aspecto de una mariposa. La simetría se refiere a todos los rasgos de un sistema físico que bajo ciertas transformaciones resultan invariantes. Emil Noether, al relacionar las simetrías con el principio de conservación ha permitido la construcción del Modelo Estándar de partículas, con el que se ha logrado un progreso asombroso en la simplificación del mundo con unos pocos ingredientes importantes y un pequeño conjunto de leyes naturales codificadas en simetrías.[12]

Durante las últimas cinco décadas, los físicos se han centrado en construir teorías que abarcan simetrías más grandes. El eje de este proceso lo constituye la supersimetría, denominada normalmente por su abreviatura SUSY, la teoría matemática que sugirió la existencia de una “superpartícula” asociada para cada partícula conocida, un concepto considerado elegante y que debía resolver algunos otros problemas teóricos, como por ejemplo la existencia de la materia oscura, que se supone es el constituyente fundamental del cosmos. Se trata de una idea hipotética que con el paso del tiempo va perdiendo adeptos.

En el año 2000 se hizo una apuesta multitudinaria sobre la existencia de la supersimetría. Y en agosto de 2016, 44 físicos se reunieron en Copenhague, en la Academia Internacional Niels Bohr para resolver la apuesta hecha 16 años antes. Veinte habían apostado a que, para entonces, el Gran Colisionador de Hadrones habría detectado pruebas de supersimetría; 24 apostaron en contra. Ganó el bando del no, en el verano de 2016 no había indicios de superpartículas. Cada uno de los ganadores recibió el premio consistente en una botella de buen cognac de un precio superior a 100 dólares.

Una apuesta divertida

El multiverso es una idea especulativa según la cual nuestro universo no es más que uno entre los innumerables existentes, cada uno de los cuales está controlado por diferentes parámetros en las leyes de la naturaleza. A esta idea se llega mediante varios modelos científicos diferentes. Resulta ser una idea popular en la física moderna, y aunque no se encuentran pruebas experimentales, continúa siendo objeto permanente de investigación y debate científico.

En un panel de discusión en la Universidad de Stanford en la que estaban presentes Andrei Linde, conocido por su teoría de la inflación cósmica, y Martin Rees, astrónomo y rector del Trinity College de Cambridge, un oyente les preguntó cuánto apostarían por el concepto del multiverso. A lo que Rees de manera imaginativa respondió que en una escala en la que situaría su pez dorado, su perro y su propia vida, apostaría por su perro. Andrei Linde, que llevaba 25 años defendiendo la inflación eterna, dijo que casi apostaría su vida.[13]

Pocos días después, el premio Nobel Steven Weinberg dio una conferencia en el Trinity College que cerró con estas palabras: “En el aeropuerto de Austin, de camino a esta reunión, vi a la venta el número de octubre de una revista llamada Astronomy, que tenía en portada el titular «Por qué usted vive en universos múltiples». En su interior encontré un reportaje sobre una discusión en una conferencia en Stanford, en la que Martin Rees dijo que tenía suficiente confianza en el multiverso como para apostar la vida de su perro por ello, mientras que Andrei Linde dijo que apostaría su propia vida. En cuanto a mí, tengo la suficiente confianza sobre el multiverso como para apostar las vidas tanto de Andrei Linde como del perro de Martin Rees.”[14]

Manuel Ribes, Instituto Ciencias de la Vida
Observatorio de Bioética. Universidad Católica de Valencia
 
[1] Ver «Cerebro Humano», el ambicioso proyecto para conocer a fondo el cerebro humano https://www.observatoriobioetica.org/2023/05/cerebro-humano-el-ambicioso-proyecto-paraconocer-a-fondo-el-cerebro-humano/41882
[2] John Horgan A 25-Year-Old Bet about Consciousness Has Finally Been Settled   Scientific American June 26, 2023
[3] James Glanz Putting Money Where Their Minds Are; Where Scientists Gather, Wagering Flourishes  The New York Times August 25, 1998
[4] Ibidem
[5]  Ver Lemaître, religión, ciencia: “Había dos formas de llegar a la verdad. Decidí seguir ambas”     https://www.observatoriobioetica.org/2021/04/lemaitre-religion-cienciahabia-dos-formas-de-llegar-a-la-verdad-decidi-seguir-ambas/35734
[6]  Kip S. Thorne  Black Holes and Time Warps: Einstein’s Outrageous Legacy  1994  ISBN100393312763 
[7] Ver   Origen del universo. ¿Cambio de paradigma? Del consenso a la controversia https://www.observatoriobioetica.org/2020/03/origen-del-universo-cambiode-paradigma-del-consenso-a-la-controversia/32723
[8] Ian Sample Stephen Hawking claims victory in gravitational wave bet     The Guardian  Tue 18 Mar 2014
[9] Alan Boyle Higgs’ big loser: Why Stephen Hawking is such a bad gambler   Science Editor, NBC News   July 6, 2012
[10] Ibidem
[11] Ibidem
[12]  Ver La simetría está en la esencia del universo https://www.observatoriobioetica.org/2022/01/la-simetria-esta-enla-esencia-del-universo/37848
[13] Martin Rees Unser Platz im Universum Spektrum.de  21.11.2020  https://www.spektrum.de/magazin/meilensteine-der-kosmologie/1789163
[14] Steven Weinberg   Living in the Multiverse  arXiv:hep-th/0511037v1 3 Nov 2005