viernes, 30 de marzo de 2018

jueves, 29 de marzo de 2018

miércoles, 28 de marzo de 2018

martes, 27 de marzo de 2018

En busca de la tumba de Cristo

Tres años después de la Crucifixión de Jesús de Nazareth, los rumores de que Él es un profeta que ha surgido de entre los muertos están incitando a la gente a rebelarse contra sus gobernantes Romanos. En un intento por controlar los disturbios, el Emperador Romano Tiberio envía a Taurus, un leal oficial romano, a Judea a buscar a Jesús o su cuerpo desaparecido y refutar la historia. Taurus pronto se encuentra frenado en su investigación por el gobernador Poncio Pilatos (quien está ansioso por evitar que los últimos momentos del Calvario de Jesús se hicieran de dominio público) y se ve involucrado en un laberinto de pasión y fé. Intersante drama que representa cómo los caminos y las historias de los hombres, por opuestos que parezcan al bien o la verdad, pueden ser utilizados por la Providencia Divina para que Su Voluntad sea hecha. Dios confunde la sabiduría de los hombres y no niega a ninguno de ellos darle a conocer la Verdad si está dispuesto a acogerla.

lunes, 26 de marzo de 2018

sábado, 24 de marzo de 2018

Beato Oscar Arnulfo Romero

Oscar Arnulfo Romero nació en Ciudad Barrios, departamento de San Miguel, El Salvador, el 15 de agosto de 1917, día de la Asunción de la Virgen María. Su familia era humilde y con un tipo modesto de vida. Desde pequeño, Oscar fue conocido por su carácter tímido y reservado, su amor a lo sencillo y su interés por las comunicaciones. A muy temprana edad sufrió una grave enfermedad que le afectó notablemente en su salud. En el transcurso de su infancia, en ocasión de una ordenación sacerdotal a la que asistió, Oscar habló con el padre que acompañaba al recién ordenado y le manifestó sus grandes deseos de hacerse sacerdote. Ingresó al Seminario Menor de San Miguel, dirigido por los Padres Claretianos, en 1931, y más tarde pasó al Seminario San José de la Montaña, dirigido por los Padres Jesuitas, hasta 1937. A pesar de las privaciones económicas que pasaba la familia para mantenerlo en el seminario, Oscar avanzó en su idea de entregar su vida al servicio de Dios y del pueblo. Fue ordenado sacerdote a la edad de 25 años en Roma, el 4 de abril de 1942. Continuó estudiando en Roma para completar su tesis de Teología sobre los temas de ascética y mística, pero debido a la guerra, tuvo que regresar a El Salvador y abandonar la tesis que estaba a punto de concluir. Regresó al país en agosto de 1943. Su primera parroquia fue Anamorós, en el departamento de La Unión. Pero poco tiempo después fue llamado a San Miguel donde realizó su labor pastoral durante aproximadamente veinte años. El padre Romero era un sacerdote sumamente caritativo y entregado. No aceptaba obsequios que no necesitara para su vida personal. Ejemplo de ello fue la cómoda cama que un grupo de señoras le regaló en una ocasión, la cual regaló y continuó ocupando la sencilla cama que tenía. Dada su amplia labor sacerdotal fue elegido Secretario de la Conferencia Episcopal de El Salvador y ocupó el mismo cargo en el Secretariado Episcopal de América Central. El 25 de abril de 1970, la Iglesia lo llamó a proseguir su camino pastoral elevándolo al ministerio episcopal como Obispo Auxiliar de San Salvador, que tenía al ilustre Mons. Luis Chávez y González como Arzobispo y como Auxiliar a Mons. Arturo Rivera Damas. Con ellos compartiría su desafío pastoral y en el día de su ordenación episcopal dejaba claro el lema de toda su vida: “Sentir con la Iglesia”. Esos años como Auxiliar fueron muy difíciles para Monseñor Romero. No se adaptaba a algunas líneas pastorales que se impulsaban en la Arquidiócesis y además lo aturdía el difícil ambiente que se respiraba en la capital. También fue nombrado director del semanario Orientación, y le dio al periódico un giro notablemente clerical. Este “giro” le fue muy criticado por algunos sectores dentro de la misma Iglesia, considerándolo un “periódico sin opinión”. En El Salvador la situación de violencia avanzaba, con ello la Iglesia se edificaba en contra de esa situación de dolor, por tal motivo la persecución a la Iglesia en todos sus sentidos comenzó a cobrar vida. Luego de muchos conflictos en la Arquidiócesis, la sede vacante de la Diócesis de Santiago de María fue su nuevo camino. El 15 de octubre de 1974 fue nombrado obispo de esa Diócesis y el 14 de diciembre tomó posesión de la misma. Monseñor Romero se hizo cargo de la Diócesis más joven de El Salvador en ese tiempo. En junio de 1975 se produjo el suceso de “Las Tres Calles”, donde un grupo de campesinos que regresaban de un acto litúrgico fue asesinado sin compasión alguna, incluyendo a criaturas inocentes. El informe oficial hablaba de supuestos subversivos que estaban armados; las ‘armas’ no eran más que las biblias que los campesinos portaban bajos sus brazos. En ese momento, los sacerdotes de la Diócesis, sobre todos los jóvenes, pidieron a Monseñor Romero que hiciera una denuncia pública sobre el hecho y que acusara a las autoridades militares del siniestro, Mons. Romero no había comprendido que detrás de las autoridades civiles y militares, detrás del mismo Presidente de la República, Arturo Armando Molina, que era su amigo personal, había una estructura de terror, que eliminaba de su paso a todo lo que pareciera atentar los intereses de “la patria”, que no eran más que los intereses de los sectores pudientes de la nación. Mons. Romero creía ilusamente en el Gobierno, éste era su grave error. Poco a poco comenzó a enfrentarse a la dura realidad de la injusticia social. Los amigos ricos que tenía eran los mismos que negaban un salario justo a los campesinos; esto le empezó a incomodar, la situación de miseria estaba llegando muy lejos como para quedarse esperando una solución de los demás. En medio de ese ambiente de injusticia, violencia y temor, Mons. Romero fue nombrado Arzobispo de San Salvador el 3 de febrero de 1977 y tomó posesión el 22 del mismo mes, en una ceremonia muy sencilla. Tenía 59 años de edad y su nombramiento fue para muchos una gran sorpresa, el seguro candidato a la Arquidiócesis era el auxiliar por más de dieciocho años en la misma, Mons. Arturo Rivera Damas: “la lógica de Dios desconcierta a los hombres”. El 12 de marzo de 1977, se dió la triste noticia del asesinato del padre Rutilio Grande, un sacerdote amplio, consciente, activo y sobre todo comprometido con la fe de su pueblo. La muerte de un amigo duele, Rutilio fue un buen amigo para Monseñor Romero y su muerte le dolió mucho: “un mártir dió vida a otro mártir”. Su opción comenzó a dar frutos en la Arquidiócesis, el clero se unió en torno al Arzobispo, los fieles sintieron el llamado y la protección de una Iglesia que les pertenecía, la “fe” de los hombres se volvió en el arma que desafiaría las cobardes armas del terror. La situación se complicó cada vez más. Un nuevo fraude electoral impuso al general Carlos Humberto Romero para la Presidencia. Una protesta generalizada se dejó escuchar en todo el ambiente. En el transcurso de su ministerio Arzobispal, Mons. Romero se convirtió en un implacable protector de la dignidad de los seres humanos, sobre todo de los más desposeídos; esto lo llevaba a emprender una actitud de denuncia contra la violencia, y sobre todo a enfrentar cara a cara a los autores del mal. Sus homilías se convirtieron en una cita obligatoria de todo el país cada domingo. Desde el púlpito iluminaba a la luz del Evangelio los acontecimientos del país y ofrecía rayos de esperanza para cambiar esa estructura de terror. Los primeros conflictos de Monseñor Romero surgieron a raíz de la marcada oposición que su pastoral encontraba en los sectores económicamente poderosos del país y unido a ellos, toda la estructura gubernamental que alimentaba esa institucionalidad de la violencia en la sociedad salvadoreña, sumado a ello, el descontento de las nacientes organizaciones político-militares de izquierda, quienes fueron duramente criticados por Mons. Romero en varias ocasiones por sus actitudes de idolatrización y su empeño en conducir al país hacia una revolución. A raíz de su actitud de denuncia, Mons. Romero comenzó a sufrir una campaña extremadamente agobiante contra su ministerio arzobispal, su opción pastoral y su personalidad misma, cotidianamente eran publicados en los periódicos más importante, editoriales, campos pagados, anónimos, etc., donde se insultaba, calumniaba, y más seriamente se amenazaba la integridad física de Mons. Romero. La “Iglesia Perseguida en El Salvador” se convirtió en signo de vida y martirio en el pueblo de Dios. Este calvario que recorría la Iglesia ya había dejado rasgos en la misma, luego del asesinato del padre Rutilio Grande, se sucedieron otros asesinatos más. Fueron asesinados los sacerdotes Alfonso Navarro y su amiguito Luisito Torres, luego fue asesinado el padre Ernesto Barrera, posteriormente fue asesinado, en un centro de retiros, el padre Octavio Ortiz y cuatro jóvenes más. Por último fueron asesinados los padres Rafael Palacios y Alirio Napoleón Macias. La Iglesia sintió en carne propia el odio irascible de la violencia que se había desatado en el país. Resultaba difícil entender en el ambiente salvadoreño que un hombre tan sencillo y tan tímido como Mons. Romero se convirtiera en un “implacable” defensor de la dignidad humana y que su imagen traspasara las fronteras nacionales por el hecho de ser: “voz de los sin voz”. Muchas de los sectores poderosos y algunos obispos y sacerdotes se encargaron de manchar su nombre, incluso llegando hasta los oídos de las autoridades de Roma. Mons. Romero sufrió mucho esta situación, le dolía la indiferencia o la traición de alguna persona en contra de él. Ya a finales de 1979 Monseñor Romero sabía el inminente peligro que acechaba contra su vida y en muchas ocasiones hizo referencia de ello consciente del temor humano, pero más consciente del temor a Dios a no obedecer la voz que suplicaba interceder por aquellos que no tenían nada más que su fe en Dios: los pobres. Uno de los hechos que comprobó el inminente peligro que acechaba sobre la vida de Mons. Romero fue el frustrado atentado dinamitero en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en febrero de 1980, el cual hubiera acabado con la vida de Monseñor Romero y de muchos fieles que se encontraban en el recinto de dicha Basílica. El domingo 23 de marzo de 1980 Mons. Romero pronunció su última homilía, la que fue considerada por algunos como su sentencia de muerte debido a la dureza de su denuncia: “en nombre de Dios y de este pueblo sufrido... les pido, les ruego, les ordeno en nombre de Dios, CESE LA REPRESION”. Ese 24 de marzo de 1980 Monseñor Oscar Arnulfo Romero Galdámez fue asesinado de un certero disparo

viernes, 23 de marzo de 2018

jueves, 22 de marzo de 2018

Santa Barbara

Uuna joven que retó a todo un imperio y con su muerte inició una nueva era. Año 288 d.C., en plena persecución de los cristianos, Bárbara es una gran estudiosa de la naturaleza y de la filosofía. Es hija de los más poderosos gobernadores romanos del momento: Dioscoro. Cuando su padre ordena la ejecución de varios cristianos, entre ellos su mejor amiga Juliana, Bárbara comenzará a investigar sobre la vida de Jesús y qué es lo que llevaba a tantos hombres a dar su vida por él. El joven soldado Claudio, se convertirá en su único confidente y protector cuando ella descubre historias asombrosas, y también secretos de familia que siempre le fueron ocultados. Santa Bárbara no es sólo una historia de Fe, es además una gran historia de amor y también un drama familiar que se convirtió en el símbolo de un choque cultural, cuyos frutos fueron destinados a cambiar el mundo de Occidente.

miércoles, 21 de marzo de 2018

lunes, 19 de marzo de 2018

ORACIÓN A SAN JOSÉ



A Vos recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado José; y después de haber implorado el auxilio de vuestra Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro patrocinio. Por el afecto que os unió a la Virgen Inmaculada, Madre de Dios; por el amor paternal que profesasteis al Niño Jesús, os suplicamos que volváis benigno los ojos a la herencia que Jesucristo conquistó con su Sangre, y que nos socorráis con vuestro poder en nuestras necesidades.

Proteged, prudentísimo Custodio de la Divina Familia, el linaje escogido de Jesucristo; preservadnos, Padre amantísimo, de todo contagio de error y corrupción; sednos propicio y asistidnos desde el Cielo, poderosísimo Protector nuestro, en el combate que al presente libramos contra el poder de las tinieblas. Y del mismo modo que, en otra ocasión, librasteis del peligro de la muerte al Niño Jesús, defended ahora a la Santa Iglesia de Dios, contra las asechanzas de sus enemigos y contra toda adversidad. Amparad a cada uno de nosotros con vuestro perpetuo patrocinio; a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos, y sostenidos por vuestros auxilios, podamos vivir santamente, morir piadosamente y obtener la felicidad eterna del Cielo.

Amén.

Y por todos aquellos que han muerto un 19 de marzo:

V. Dales, Señor, el descanso eterno.

R. Y brille para ellos la luz perpetua.

V. Descansen en paz.

R. Amén.

V. Que sus almas y las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz.

R. Amén.

domingo, 18 de marzo de 2018

el cardenal

Tras ser ordenado sacerdote, Stephen regresa a su Boston natal. Empieza para él un arduo camino donde su fe será puesta a prueba por la grandiosidad y la política de las altas esferas eclesiásticas. Stephen pasa de ser un humilde párroco a convertirse en un príncipe del Vaticano, un cardenal. Sin embargo, la lucha por conseguir las vestiduras y la mitra de cardenal no estará exenta de conflictos personales, dramas familiares, dudas y angustia.. al fin todo se resume a lo esencial de esta carrera y cuál será el sentido profundo que en ella encontrará.

sábado, 17 de marzo de 2018

aquella joven de blanco. 1965

Bernadette Soubirous es la burla de sus compañeras de la escuela por no saber el catecismo. Un día en que recoge leña en el bosque con su hermana, Toneta y con Juana, Bernadette se queda a rezar en la Grutade Massabielle, donde sus compañeras la encuentran extasiada ante la aparición que ha tenido. La Virgen le ha dicho que vuelva cada quince días a ese lugar. Las gentes de Lourdes comienzan a creer en lo prodigioso de ess apariciones, a raíz de una de las cuales surge el primer milagro: un manantial a cuya agua se le atribuyen propiedades milagrosas y que, con los años, se convertirá en uno de los lugares más visitados por creyentes de too el mundo.

viernes, 16 de marzo de 2018

Super Star

Una compañía formada por jóvenes artistas vestidos con atuendos informales y desenfadados llega en un destartalado autobús a un lugar remoto del desierto de palestina, donde van a representar la vida y pasión de Jesucristo, mediante el canto y la danza, fusionando coreográficamente los conceptos de la ópera tradicional con los modernos musicales de la era del rock. Los protagonistas del gran drama bíblico están allí: Jesús, Judas, María Magdalena, los Apóstoles, Caifás, Anás y los Fariseos, Herodes y su corte, Poncio Pilatos, los romanos y los hombres y mujeres con los niños del pueblo judío, sumergidos todos ellos en un montaje tan innovador como anacrónico, donde se mezclan las ruinas antiguas y las ropas del primer siglo con elementos tan actuales como puede ser un vehículo a motor, andamios metálicos, armas de fuego o gafas de sol, y en un escenario abierto y situado muy cerca de donde tuvieron lugar los auténticos hechos, cerca de dos mil años atrás. La historia se desarrolla utilizando la perspectiva de Judas, el discípulo traidor pero al cual Jesús amó y escogió.

jueves, 15 de marzo de 2018

miércoles, 14 de marzo de 2018

Recordando con Fr. Luis de Granada

Pues como se llegase ya el tiempo en que el Salvador tenía determinado ofrecerse en sacrificio por la salud del mundo, así como Él por su propia voluntad se quiso sacrificar, así por ella misma se vino al lugar del sacrificio, que era la ciudad de Jerusalén, para que en la ciudad y en el día que el cordero místico era sacrificado, en este lo fuese también el verdadero, y donde habían sido tantas veces muertos los profetas, allí también lo fuese el Señor de los profetas, y donde poco antes había sido tan honrado y celebrado, allí fuese condenado y crucificado; para que así fuese su Pasión tanto más ignominiosa cuanto el lugar era más público y el día más solemne. Y por esto, habiendo escogido la aldea de Belén para su nacimiento, escogió la ciudad de Jerusalén para este sacrificio, porque la gloria de su nacimiento se escondiese en el rinconcillo de Belén y la ignominia de su Pasión se publicase más en la ciudad de Jerusalén. DE LA ALEGRÍA Y PRONTITUD DEL SALVADOR Entrando, pues, en esta ciudad, fue recibido con grande solemnidad y fiesta, con ramos de olivos y palmas y con tender muchos sus vestiduras por tierra y clamar todos a una voz: Bendito sea el que viene en el nombre del Señor: Hosanna en las alturas. Primeramente se nos ofrece luego que considerar la grandeza de la caridad de nuestro Salvador y la alegría y prontitud de voluntad con que iba a ofrecerse a la muerte por nosotros, pues en este día quiso ser recibido con tan grande fiesta en señal de alegría y fiesta que en su corazón había, por ver que se llegaba ya la hora de nuestra redención. Porque si de Santa Águeda se dice que, siendo presa por cristiana, iba a la cárcel con tan grande alegría como si fuera llevada a un convite por la honra de Dios, ¿con qué prontitud y devoción iría el que tanto mayor caridad y gracia tenía cuando fuese a obrar la obra de nuestra redención por la obediencia y honra del mismo Dios? Donde claramente aprenderás con qué manera de prontitud y voluntad debes entender en las obras de su servicio, pues con tanta alegría entendió Él en las de tu remedio; acordándote que, por una parte, dice el Apóstol que huelga mucho Dios con el alegre servidor, y por otra, dice el profeta: Maldito sea el hombre que hace las obras de Dios pesada y negligentemente. TE HA DE ENRIQUECER A COSTA SUYA Considera también las palabras de la profecía con que esta entrada se representa, que son éstas: Alégrate mucho, hija de Sión, y haz fiesta, hija de Jerusalén, y mira como viene para ti tu Rey, pobre y manso, asentado sobre una asna y un pollino hijo suyo. Todas estas palabras son palabras de grande consolación. Porque decir “tu Rey y para ti” es decir que ese Señor es todo tuyo y que todos sus pasos y trabajos son para ti. Para ti viene, para ti nace, para ti trabaja, para ti ayuna, para ti ora, para ti vive, para ti muere y para ti, finalmente, resucita y sube al cielo. Y no te escandalice el nombre de rey, porque este Rey no es como los otros reyes del mundo, que reinan más para su provecho que para el de sus vasallos, empobreciendo a ellos para enriquecerse a sí mismos y poniendo en peligro la vida de ellos por guardar la suya. Mas este nuevo Rey no ha de ser de esta manera, porque Él te ha de enriquecer a costa suya, y defenderte con la sangre suya, y darte vida perdiendo Él la suya. Porque para esto dice Él por San Juan que le fue dado poderío sobre toda carne, para que a todos los que fueren suyos les diera Él la vida eterna. Este es aquel principado de que dice el profeta que está puesto sobre los hombros del que lo tiene y no sobre los de su pueblo, para que el trabajo de la carga sea suyo y el provecho y fruto sea nuestro. MANSO Y HUMILDE PARA QUE YA NO HUYAS Y dice más; que viene manso y asentado sobre una pobre cabalgadura. De manera que aquel Dios de venganzas, aquel que está sentado sobre los querubines, y vuela sobre las plumas de los vientos, y trae millares de carros de ángeles a la par de sí, ese viene ahora tan manso y humilde como aquí se nos representa, para que ya no huyas de Él, como lo hizo Adán en el paraíso y como el pueblo de los judíos cuando le daba la ley, antes te llegues a Él viéndolo hecho cordero de león. Porque el que hasta aquí no venció tu corazón con la fuerza del poder ni con la grandeza de la majestad, quiere ahora vencerlo con la grandeza de su humildad y con la fuerza de su amor. Esta es la nueva manera de pelear que escogió el Señor, como dijo la santa profetisa: Y con esto quebrantó las fuerzas de sus enemigos y venció sus corazones. Y esto es lo que por figura se nos representa en este tan solemne recibimiento que aquí se hizo, donde, como dice el evangelista, toda aquella ciudad se revolvió, y todos salieron a recibirlo con ramos de palmas y olivos en las manos y otros echando sus vestiduras por tierra, cantando sus alabanzas y pidiéndole la salud eterna. DE LAS VOCES, LOS RAMOS Y LAS TÚNICAS Entonces, pues, comenzaron luego los hombres, unos a cortar ramos de olivo, despojándose de sus haciendas y gastándolas en obras de piedad y de misericordia, que por el olivo es entendida, y otros pasaron más adelante, que extendieron sus ropas por tierra para adornar el camino por donde iba el Salvador, que son los que con la mortificación de sus apetitos y sus propias voluntades, y con el castigo y maltratamiento de su carne, y con la muerte de sus propios cuerpos, sirvieron a la gloria de este Señor, como lo hicieron innumerables mártires, que dejaron arrastrar y despedazar las túnicas de sus cuerpos por la confesión y gloria de Él. En lo cual se nos encomiendan tres maneras de virtudes con que hemos de salir a recibir a este Señor cuando viene espiritualmente a nuestras almas. La primera es la oración, figurada en aquellos que lo alababan con sus voces y le pedían salud. La segunda es la limosna y misericordia, que es figurada en los otros que cortaban ramos de olivo, porque ya dijimos que por el olivo se entiende la misericordia. La tercera es la mortificación de la carne y el menosprecio de sí mismo, que es figurada por aquellos que arrastraban sus ropas por tierra para que fuesen pisadas y acoceadas por honra de Cristo. De las cuales virtudes, la primera, que es la oración, se debe a Dios; la segunda, que es la misericordia, al prójimo; mas la tercera, que es la mortificación, debe el hombre a sí mismo. Estas son tres cruces espirituales que ha de traer el cristiano siempre sobre sí, y cuando se levantare por la mañana, así como acabare de dar gracias a Dios y encomendarle todo el curso de aquel día, luego se ha de cargar de estas tres cruces que son estas tres grandes obligaciones y andar todo el día con una perpetua atención para cumplir con ellas, trayendo un corazón devotísimo para con Dios, y otro piadosísimo para con su prójimo, y otro muy severo para consigo, castigando su carne, refrenando su lengua y mortificando todos sus apetitos. DE LO DESLEAL QUE ES EL MUNDO Sobre todo esto tienes también aquí un grande argumento y motivo para despreciar la gloria del mundo, tras que los hombres andan tan perdidos y por cuya causa llegan a tantos extremos. ¿Quieres, pues, ver en qué se debe estimar esa gloria? Pon los ojos en esta honra que aquí hace el mundo a este Señor, y verás que el mismo mundo que hoy lo recibió con tanta honra, de ahí a cinco días lo tuvo por peor que Barrabás y le pidió la muerte y dio contra Él voces diciendo: ¡crucifícalo, crucifícalo! De manera que el que hoy lo predicaba por hijo de David, que es por el más santo de los Santos, mañana lo tiene por el peor de los hombres y por más indigno de vida que Barrabás. Pues ¿qué ejemplo más claro para ver lo que es la gloria del mundo y en lo que se deben estimar los testimonios y juicios de los hombres? ¿Qué cosa más liviana, más antojadiza, más ciega, más desleal y más inconstante en sus pareceres que el juicio y testimonio de este mundo? Hoy dice y mañana desdice; hoy alaba y mañana blasfema; hoy livianamente os levanta sobre las nubes y mañana, con mayor liviandad, os sume en los abismos; hoy dice que sois hijos de David, mañana dice que sois peor que Barrabás. Fray Luis de Granada

martes, 13 de marzo de 2018

al final del Paraiso

BASADA EN UNA HISTORIA REAL, ESTA TRAGEDIA DE 1956 INICIA CUANDO UN GRUPO DE MISIONEROS VIAJAN HACIA EL AMAZONAS EN BÚSQUEDA DE LOS WAODANI, UNA TRIBU DE VIOLENTOS GUERREROS AISLADOS COMPLETAMENTE DE LA CIVILIZACIÓN. LA FE DEL GRUPO PERMANECE INTACTA A PESAR DE QUE CINCO MISIONEROS SON ASESINADOS. LAS FAMILIAS DECIDEN QUEDARSE EN ECUADOR Y VIVIR ENTRE LOS WAODANI COMO ESTABA PLANEADO. A PARTIR DE ESE HECHO UN MILAGRO OCURRE EN LA TRIBU: UN CHICO DISPUESTO A DESCUBRIR EL SECRETO DE LA MUERTE DE SU PADRE, DEBERÁ APRENDER A ACEPTAR UNA TRAGEDIA QUE ÉL NO PUEDE RECORDAR EN ESTA PODEROSA HISTORIA DE SACRIFICIO, CORAJE Y REDENCIÓN PARA TODOS

lunes, 12 de marzo de 2018

domingo, 11 de marzo de 2018

¿POR QUÉ LA IGLESIA ROMPE EL LUTO DE LA CUARESMA?

Trataré de la misericordia de Dios para mover a los pecadores a penitencia, despertando en ellos la esperanza del perdón.
     
La Iglesia en este domingo nos enseña una lección importante, cuando rompe el luto penitente de la Cuaresma, trueca el color de sus ornamentos y profiere palabras de alegría, como suelen hacerlo las madres cuando temen que sus hijos desfallezcan con un luto demasiado prolongado.
    
También el pecador, en medio de su llanto y de la meditación de los motivos de temor y pena, debe hacer de vez en cuando un alto y levantar su corazón considerando la clemencia y bondad de Dios.
    
En el evangelio de hoy se nos habla de aquella mirada de misericordia que el Señor dirigió a las turbas. Muchos son los modos de mirar que tiene Dios: para convertirnos, para castigarnos, para recompensarnos; pero todas sus miradas persiguen un fin misericordioso.
    
Todo le grita al pecador la misericordia divina. El establo llama al que, herido por los ladrones, desea curarse; el pesebre, la cruz, los clavos, la vida entera de Jesús, todo vocea su misericordia (cfr. San Bernardo, Serm. 5 de Nav. nº l). Soy un mísero afligido, dice el Salmo (87,16).  Pesad bien estas palabras, comenta San Agustin: “Pobre yo, que lo he creado todo, y pobre por ti”.
    
San Bernardo (cfr. Serm. 13 sobre diversos asuntos nº 4), explicando la misericordia de Dios, dice que se manifiesta principalmente de dos modos, a saber, preservando de los pecados y levantando al pecador caído.
    
Para preservarnos de los pecados, cura nuestras malas inclinaciones, da su gracia para vencerlas y aleja las ocasiones de caer en pecado. Algunas veces utiliza uno solo de esos medios; otras, dos o tres a la vez, y así —por ejemplo— hay quien vive tranquilo y en gracia de Dios, porque Él se cuidó de darle un natural manso, en el que apenas si tienen fuerza las pasiones. Otros no han recibido un natural tan ordenado, pero, a cambio de ello, son asistidos por la gracia de Dios.
    
Los primeros han recibido un favor mayor, mas los segundos adquieren mayor mérito; aquéllos viven más tranquilos, pero éstos consiguen mayor y más brillante victoria. Para levantar al pecador caído, Dios se vale de su paciencia, de sus castigos y de sus reprensiones. Primero espera, después castiga, y si ni aun así oímos su voz, entonces se esfuerza en que entendamos la de los remordimientos que nos sugiere.
    
Cantaré siempre tas misericordias del Señor (Salmo 88, 1). Las cantaré en este mundo y las cantaré en la eternidad, cuando las haya experimentado plenamente. Hoy canto y temo, entonces mi corazón cantará y no callará, sin temor a tristeza alguna. Ya no hablaré en mis cánticos de mi santidad, ni de mis méritos, que habré enterrado en el olvido, sino solamente de la misericordia que tuviste conmigo desde el principio. Entre tantas criaturas que no quisiste sacar de la nada, me elegiste a mí para darme el ser; iluminaste mi alma con la luz de la fe, la lavaste con las aguas del bautismo y después decidiste enseñarme los secretos de tu ley y misterios. Me colocaste, Señor, entre tus hijos, y más tarde entre tus sacerdotes, y lo que es más, entre los que confían cantar tu gloria en el cielo. Vivía yo cubierto de pecados, era abominable a tus ojos, y te portaste conmigo como si no lo advirtieras. Y ¿por qué motivo? No puedo encontrar otro sino el de tu infinita bondad, que los ha disimulado primero, para perdonarlos después. Mas todavía me diste gracias que superaron cualquier delito (Isaías, 40, 2), porque en donde abundó éste sobreabundó la gracia (Romanos, 5, 20).
    
Luchaba yo contra Ti, y Tú añadías bondad sobre bondad, misericordia sobre misericordia, mientras yo iba sumando malicias a malicias, pecados a pecados. Mi corazón se endurecía, mis ojos cegábanse, hacías brillar tu gloria delante de mí, y yo los apartaba para no verla; me llamabas, y volvía los oídos, y Tú, Señor, no te irritabas. ¡Me has vencido! ¡Sí, me has vencido por fin! ¡Has sido más fuerte que yo! Derrotado, te bendigo y glorifico tu nombre. Rindo mis armas, vencedor mío, y las coloco entre tus manos.
    
¡Cuántos mejores que yo se han condenado! Y Tú me has hecho fuerza a mí, me has arrastrado hacia el perdón. ¡Oh amor mío, gloria mía y única esperanza mía! ¿Cómo te pagaré por ésta tu violencia? Corrompido y duro, quería huir y Tú no me dejaste.
    
¿Cuándo estaré en tu casa, en el seno de tu gloria, para poder no pensar sino en tu bondad? Yo te conjuro, Señor, yo te conjuro.  Mi condenación eterna hubiera sido justa, pero ¿no te parece mejor poder enseñarme a los ángeles como abismo de miseria mía y misterio de tu clemencia? Se admirarán los ángeles y cantarán tus glorias. Haz que sea así; que yo iré de uno en otro diciéndoles a todos ellos: ¿No conocíais, no sabíais, ¡oh espíritus elegidos!, cuál fue mi vida? ¿Ignorábais mi perversidad y vergüenza? ¡Decidla, Dios mío, que la sepan! Eso era yo, y, sin embargo, aquí me tenéis con vosotros. Y ¿cómo ha podido ocurrir tal cosa, me preguntarán? Yo no lo sé. Me salvó porque quiso. Me arrancó del infierno y de las fauces del león sin mérito alguno por mi parte. ¿Qué digo sin mérito? A pesar de mis deméritos. Así es como ocurrió. Ayudadme, pues, a cantar sus alabanzas, porque yo no tengo voz suficiente para hacerlo como merece. “Tomad vuestras cítaras y tambores, que yo cantaré eternamente sus misericordias” (Salmo 78, 1.).
    
Santo Tomás de Villanueva

sábado, 10 de marzo de 2018

como Tú, ninguna

Extracto del Pregón Oficial de la Semana Santa de 1956 a cargo de D. Antonio Rodríguez Buzón. "Pero como Tú, ninguna". Poema dedicado a la Reina de Sevilla, la Esperanza Macarena.

jueves, 8 de marzo de 2018

canción y adoración

La Torah nos enseña que el nombre de Dios יְהוָה significa al mismo tiempo "presencia" אֶהְיֶה y "misericordia y gracia" רַחוּם וְחַנּוּן (Ex 3,14; 34,6-7). Jesús dijo: "voy a prepararos un sitio", lo cual significa que su presencia y amor están esperándote en lo que está por venir (Rm 8,35-39). Vivimos y nos movemos, y existimos en el amor de Dios. Preocuparse es "practicar la ausencia" de Dios, en lugar de practicar su presencia. Confía en la palabra del Espíritu Santo: "Conozco los planes que tengo para ti, dice el Señor, planes de paz restauradora y no de mal, para darte un futuro y una esperanza" (Jer 29,11).
La Torah nos enseña que el nombre de Dios יְהוָה significa al mismo tiempo "presencia" אֶהְיֶה y "misericordia y gracia" רַחוּם וְחַנּוּן (Ex 3,14; 34,6-7). Jesús dijo: "voy a prepararos un sitio", lo cual significa que su presencia y amor están esperándote en lo que está por venir (Rm 8,35-39). Vivimos y nos movemos, y existimos en el amor de Dios. Preocuparse es "practicar la ausencia" de Dios, en lugar de practicar su presencia. Confía en la palabra del Espíritu Santo: "Conozco los planes que tengo para ti, dice el Señor, planes de paz restauradora y no de mal, para darte un futuro y una esperanza" (Jer 29,11).

miércoles, 7 de marzo de 2018

martes, 6 de marzo de 2018

lunes, 5 de marzo de 2018

sábado, 3 de marzo de 2018

jueves, 1 de marzo de 2018