jueves, 28 de mayo de 2020

miércoles, 27 de mayo de 2020

PRIMER MES DE ENCIERRO EN WUHAN (EN INGLES)

LOS MEDICOS DEL PRIMER EQUIPO QUE ATENDIÓ AL CLUSTER DE PACIENTES, CAYERON ENFERMOS TODOS.
LOS DOCTORES LLEVABAN PAÑALES PARA ORINAR Y DEFECAR ENCIMA ANTE LA FAZLTA DE TRAJES EPI...


lunes, 25 de mayo de 2020

Comentarios sobre investigaciones recientes sobre niños transgénero

Algunos académicos han creído que si los niños transgénero recibían el apoyo de sus padres antes de que los niños llegaran a la pubertad, las tasas generalmente más altas de enfermedad mental que experimentan muchas personas transgénero podrían prevenirse o aliviarse. La Dra. Kristina Olson, del Departamento de Psicología de la Universidad de Seattle, fue la primera académica que estudió grupos de niños transgénero que estaban siendo apoyados por sus padres y los comparó con un grupo de control de niños y hermanos del mismo transgénero. niños. Su conclusión fue que había diferencias mínimas, si las hubo, en ansiedad, depresión y autoestima entre los grupos de niños; Desde entonces, su investigación ha sido ampliamente citada por haber encontrado exactamente eso. Volvimos a analizar sus datos en bruto y descubrimos que, por el contrario, los niños transgénero, incluso cuando fueron apoyados por sus padres, tuvieron puntajes promedio significativamente más bajos en ansiedad y autoestima. A menudo, un porcentaje significativamente mayor de niños transgénero, en comparación con los controles, presentaba niveles preclínicos o clínicos de ansiedad. El apoyo de los padres a los niños transgénero puede reducir temporalmente los niveles de mala salud mental para algunos niños transgénero, pero no parece eliminar esos problemas para todos los niños transgénero. Nuestros hallazgos deberían servir como advertencia contra la aceptación de investigaciones a nivel superficial, lo que puede conducir a la aceptación de información no válida y a la búsqueda de intervenciones ineficaces. El apoyo de los padres a los niños transgénero puede reducir temporalmente los niveles de mala salud mental para algunos niños transgénero, pero no parece eliminar esos problemas para todos los niños transgénero. Nuestros hallazgos deberían servir como advertencia contra la aceptación de investigaciones a nivel superficial, lo que puede conducir a la aceptación de información no válida y a la búsqueda de intervenciones ineficaces. El apoyo de los padres a los niños transgénero puede reducir temporalmente los niveles de mala salud mental para algunos niños transgénero, pero no parece eliminar esos problemas para todos los niños transgénero. Nuestros hallazgos deberían servir como advertencia contra la aceptación de investigaciones a nivel superficial, lo que puede conducir a la aceptación de información no válida y a la búsqueda de intervenciones ineficaces.

domingo, 24 de mayo de 2020

Nightingale: salvando vidas con la estadística

Nightingale encarna mejor que nadie valores necesarios para revertir los problemas sanitarios derivados de la actual pandemia del coronavirus: una entrega total en la atención a los pacientes, el estudio y la aplicación de los métodos profilácticos y el rigor del análisis estadístico como instrumento de la adopción de medidas estratégicas.
Nightingale: salvando vidas con la estadística
Pocas personas han tenido un impacto tan fuerte en el ámbito de la enfermería y la sanidad como Florence Nightingale (1820-1910), cuyo bicentenario se conmemora en estos días. Pero el titular que encabeza el artículo, “salvando vidas con la estadística”, tomado de la BBC, refleja certeramente su dimensión más determinante. Nadie podría encarnar mejor unos valores tan necesarios para revertir los problemas sanitarios derivados de la actual pandemia del coronavirus: una entrega total en la atención a los pacientes, el estudio y la aplicación de los métodos profilácticos y el rigor del análisis estadístico como instrumento de la adopción de medidas estratégicas.
Florence Nightingale nos ha legado un ejemplo vital que merece nuestro recuerdo y agradecimiento. Nacida en el seno de una acomodada familia inglesa, su vida habría transcurrido apaciblemente dedicada a las relaciones sociales si hubiera seguido las pautas propias de la Gran Bretaña victoriana, en una sociedad conducida por varones. Su vida siguió sin embargo otros derroteros, que la llevaron a contribuir de forma importante en la mejora del sistema sanitario. No hay efecto sin causa y en el caso de Nightingale podemos destacar dos factores que determinaron su trayectoria vital.
Su padre, en oposición a las costumbres predominantes, decidió dar a sus dos hijas una adecuada formación que él mismo ayudó a impartir. Aprendieron italiano, latín, griego, filosofía, historia y una excelente preparación en matemáticas. Y así Florence desarrolló desde pequeña una gran afición por la estadística, en aquellos momentos en incipiente desarrollo.
Por aquella época se estaban dando los primeros pasos en la aplicación de la estadística a las ciencias del comportamiento, en estudios de población, economía y medicina. Florence se fijó desde el primer momento en el campo de la sanidad y se imbuyó de una obsesión reverencial por la recopilación de información sistematizada para la obtención de resultados.
El otro factor determinante fue su profunda fe cristiana, presente en todas sus decisiones vitales, que la impulsó a entregar su vida al servicio de la sociedad. Consideró un imperativo moral dedicarse a la enfermería como medio de contribuir al bienestar de la sociedad. Y eligió seguir su vocación como enfermera, contraviniendo todas las presiones familiares. Para ello, se preparó en Alemania y aprovechó los viajes familiares por Italia y Francia para recopilar información relativa a la sanidad de las poblaciones que visitaba.

Una frenética actividad

Ya en el ejercicio de su profesión fue enviada con un equipo de 38 enfermeras a la guerra de Crimea (1854-56), donde tuvo la oportunidad de poner en valor su preparación y entrega. Desarrolló una frenética actividad multifacética que se tradujo en la mejora de las condiciones sanitarias de loshospitales, cortando de raíz las tasas de mortalidad. Su entrega en la atención de los soldados heridos fue reconocida por la prensa y el público en Gran Bretaña. Su imagen pasando revista nocturna a los heridos en un hospital, publicada en el “Illustrated London News”, desencadenó una ola de popularidad; en adelante sería conocida como “Lady of the Lamp”, como se la definió en esa icónica imagen. La difusión de su trabajo produjo gran influencia en la sociedad. Henry Dunant reconoció este influjo que le llevó a la fundación de la Cruz Roja.
La entrega incondicional en sus funciones profesionales le cobró un alto precio: una infección la dejó inválida para el resto de su vida.
Pero los resultados de mayor alcance vinieron de su preparación en estadística y su tesón en la recopilación de información sistematizada, que la llevó a demostrar cuáles eran las verdaderas causas de mortandad en los hospitales y proponer modificaciones para evitarlas.
El resto de su dilatada vida lo dedicó a demostrar que la estadística proporciona una forma organizada de aprender de la experiencia y que las estadísticas médicas pueden arrojar luz más allá del simple hecho de que las condiciones insalubres matan. Mucho más de un siglo antes de que se acuñara el término “medicina basada en la evidencia”, Nightingale estaba usando evidencia estadística para lograr mejoras en la atención y en los resultados del paciente.
Como ella misma escribió, las estadísticas uniformes y precisas del hospital conducirían a una mejora en la práctica médica y quirúrgica.
Su exuberante dinamismo le permitió completar importantes logros: reformar los servicios médicos del ejército, cambiar el diseño de los hospitales, desarrollar la medicina preventiva y mejorar la condición y la capacitación de las enfermeras.
Florence Nightingale permanece felizmente en el recuerdo colectivo, ya que numerosos hospitales en todo el mundo están bautizados con su nombre, pero adquiere un significado especial el que en estos momentos de pandemia se haya pensado en ella para denominar al mayor hospital de campaña de Londres.
Cuando estamos sufriendo los efectos de un virus que lleva el sello de la muerte y que se expande de forma exponencial, es oportuno recordar a Nightingale y valorar su aportación contestándonos a la pregunta que ella misma se habría planteado: ¿cuántas muertes se habrían evitado si en todos los países se hubiera recopilado información sistematizada, se hubiera procedido al adecuado tratamiento estadístico y se hubiese actuado en consecuencia?

sábado, 23 de mayo de 2020

La confusa terminología de la eutanasia y el suicidio asistido y noticias

Junto a los objetivos problemas médicos y éticos que la eutanasia y el suicidio asistido plantean, no son los menos polémicos los que se dan en relación con la manipulación semántica de la terminología que en torno a ellos se utiliza.

Pero, a nuestro juicio, conviene distinguir en dicha manipulación dos grupos: a) la manipulación que se promueve por quienes plantean, o al menos, desean, legalizar la eutanasia y el suicidio asistido, que va dirigida a evitar utilizar explícitamente ambos términos, pues los mismos suscitan, en muchos, algo éticamente negativo, y b) los que tratan de eliminar el concepto de suicidio asistido denominándolo muerte médicamente asistida o en inglés “medically assisted dying” (MAD), pues a esta práctica, con esta última denominación, la consideran moral y éticamente admisibles, en oposición al suicidio que naturalmente sería éticamente ilícito.
Entre los primeros se encuentran fundamentalmente determinados grupos políticos, colectivos de diversos tipos y asociaciones en los que su actividad va directamente dirigida a promover la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido.
Para tratar de corregir sus objetivos, un primer escollo que necesitan eliminar es utilizar los términos eutanasia y suicidio asistido, por lo que los sustituyen por otros como: muerte digna, morir dignamente (death with dignity), muerte médicamente asistida (medically assisted dying), ayuda médica para morir (medical aid in dying) o suicidio médico asistido (physician assisted suicide).
Pues bien, cuando, tanto en la literatura especializada, como en los proyectos de ley que para tratar de legalizar los actos eutanásicos se va proponiendo, aparezca alguno de los términos anteriormente referidos, habrá que tener bien en cuenta, para poder realizar un juicio moral y ético correcto, que con dichos términos siempre se están refiriendo, aunque de forma solapada, a la eutanasia y al suicidio asistido, por lo que la valoración moral y ética de dichos actos debería ser la que le corresponde a ambos actos eutanásicos.
Pero, con más fondo filosófico y ético, es el tema de los que tratan de diferenciar la MAD de cualquier otro tipo de suicidio, pues aquel, a su juicio es ética y moralmente aceptable, en contraposición al suicidio, que en ningún caso lo es.
Pues bien, en relación con ello, se hace amplia referencia en un artículo publicado en el número de enero-febrero de 2020 del “Hastings Center Report”, del que es autora Phoebe Friesen, que fundamentalmente va dirigido a defender la eticidad de la MAD en contraposición con el suicidio, considerándose a aquella moralmente lícita y no el suicidio (ver AQUÍ).
El núcleo central del pensamiento de Friesen es que cuando se aplica la MDA, el paciente está inmerso en lo que ella denomina un proceso de muerte ocasionado por su enfermedad de base, y que, por tanto, lo único que se hace con la MAD es acelerar su inevitable llegada; es decir, el objeto primero de la MAD no es terminar con la vida de ese paciente, sino encontrar para él una salida de este mundo digna, tratando de acortar su agonía. No es la MAD lo que termina con la vida del paciente, sino su incurable enfermedad de base.
Para tratar de defender sus tesis, Friesen analiza cuatro aspectos de la MDA: su moralidad; la impulsividad que se da en el suicidio y que no se da en la MAD; la capacidad de decisión que tienen los pacientes que solicitan la MAD y que no tienen los suicidas y finalmente el grado de esperanza que tienen los que se acogen a la MDA y del que carecen los que acuden al suicidio, acto en el que, naturalmente también incluye el suicidio asistido.
Por todo ello, Friesen manifiesta que ambas prácticas son ética y moralmente diferentes en función de las cuatro razones anteriormente expuestas.
Pero a diferencia de la opinión de Friesen, a nuestro juicio, la MAD es una práctica directamente dirigida a terminar con la vida de un paciente que padece una grave enfermedad y que sufre dolores o trastornos de cualquier tipo difíciles de soportar. Es decir, es una práctica claramente eutanásica. Vamos a tratar de fundamentar este aserto.
En efecto, cuando un paciente se encuentra en las condiciones que se requieren para utilizar la MDA se le pueden ofrecer cuatro soluciones: acudir a los cuidados paliativos, utilizar la sedación paliativa o a la sedación terminal y en último término la eutanasia o el suicidio asistido. Las dos primeras son, a nuestro juicio, moral y éticamente lícitas. Las dos últimas, sin embargo, son claramente ilícitas.
Indudablemente la primera solución es la idónea si lo que se busca es mejorar las condiciones de vida de ese paciente y lo que él desea es que se traten sus dolores o sufrimientos de cualquier tipo, pero si lo que quiere es terminar con su vida, habitualmente los cuidados paliativos no pueden cumplir ese fin.
Si los cuidados paliativos resultan ineficaces total-parcialmente, y los dolores y sufrimientos persisten, se puede recurrir a la sedación paliativa, con la que prácticamente se logra reducir o eliminar todo tipo de dolores.
Indudablemente la sedación paliativa puede acortar la vida de ese paciente, pero ello es moralmente aceptable, pues su objetivo directo no es terminar con su vida, sino mejorar su situación de sufrimiento. Es este un claro ejemplo de las acciones de doble efecto en las que lo que se persigue es un fin bueno, aunque indirectamente haya que admitir un efecto secundario malo no deseado. Es obvio que también las acciones de doble efecto, para ser moralmente lícitas deben cumplir una serie de requisitos que no es momento de detallar aquí. Es decir, lo que fundamentalmente determina la moralidad o no de estas acciones es su intencionalidad, el fin que persiguen, y en la sedación paliativa su objetivo es claramente bueno, eliminar un dolor o sufrimiento insoportables.
Otra cosa es la sedación terminal en la que, ante el hecho de que no se puedan eliminar, total o parcialmente, los dolores del paciente, se les seda hasta terminar con su vida. En este caso el objetivo es obviamente terminar con la vida del enfermo, para así terminar también con sus dolores, lo cual, a nuestro juicio, es desde un punto de vista moral o ético, claramente ilícito.
Finalmente cuando se facilita al paciente los instrumentos necesarios para que éste pueda terminar con su vida, estamos ante el suicidio asistido, y cuando es directamente un profesional sanitario el que administra la sustancia letal al paciente se incurre en la eutanasia.
Naturalmente estas dos últimas acciones son moral y éticamente ilícitas, aunque el juicio moral que merecen es diferente, pues en la eutanasia aún se agrava más su ilicitud, al implicar directamente a una tercera persona, en este caso el médico o personal sanitario que participa en ella.
A la vista de todo lo anterior, para enjuiciar moramente la MDA hay que valorar objetivamente la finalidad que se persigue con ese acto. Si lo que se pretende es ayudar médicamente a morir a un paciente, como la misma definición de la MDA parece indicar, no cabe duda, que al margen de todos los razonamientos que Friesen aduce para justificarla, es una práctica moral y éticamente ilícita.
En resumen, al valorar la moralidad de la MDA no hay que enjuiciar teóricamente lo que significa, sino lo que con ella se consigue y con qué intención se practica, y, a nuestro juicio, la MDA siempre se utiliza para acelerar la muerte de un paciente que sufre, y siempre que esto sea así, el juicio que merece es moral y éticamente negativo (ver más AQUÍ).
Justo Aznar. Observatorio de Bioética, Instituto de Ciencias de la Vida. Universidad Católica de Valencia


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Encuesta de la Asociación Médica Británica sobre la muerte asistida por un médico cierra

Las sesiones informativas de Ética anteriores han resaltado la encuesta de los miembros sobre la muerte asistida por médicos realizada por la Asociación Médica Británica. 1 Esta encuesta se cerró a la medianoche del jueves 27 de febrero.
En total, 29 011 miembros respondieron (20.1% de todos los miembros que recibieron una invitación para participar), lo que hace que esta sea una de las encuestas de opinión médica más grandes realizadas sobre este tema.
Los resultados de la encuesta no harán la política de BMA, pero informarán un debate y discusión en la principal conferencia de formulación de políticas de la organización, la reunión anual de representantes (ARM) en junio de este año. Puede obtener más información sobre la encuesta y cómo se llevó a cabo en www.bma.org.uk/PAD Esta página continuará siendo actualizada cuando haya más información disponible sobre los resultados de la encuesta.

Royal College of General Practitioners sigue oponiéndose a un cambio en la ley de muerte asistida

En octubre de 2019, el Royal College of General Practitioners (RCGP) comenzó a encuestar a sus miembros sobre la posición del Colegio sobre la muerte asistida por médicos. El Colegio publicó sus resultados el 21 de febrero. De los 49 539 miembros invitados a participar, 6674 respondieron, una tasa de respuesta del 13,47%. 2

En respuesta a una pregunta sobre cuál debería ser la posición del Colegio sobre la ley sobre la muerte asistida:


El 47 por ciento de los encuestados dijo que el RCGP debería oponerse a un cambio en la ley de muerte asistida;


El 40 por ciento de los encuestados dijo que el RCGP debería apoyar un cambio en la ley de muerte asistida, siempre que haya un marco regulatorio y procesos de salvaguarda apropiados; y


El 11 por ciento de los encuestados dijo que el RCGP debería tener una posición neutral sobre el tema de la muerte asistida. 3

Siguiendo los resultados de la encuesta, el Consejo RCGP decidió que el Colegio debería continuar oponiéndose a un cambio en la ley de muerte asistida.
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Continúa el debate sobre cómo hay que regular las prácticas eutanásicas englobadas bajo el epígrafe de “physician assisted dying” (PAD), que incluye tanto a la eutanasia como al suicidio asistido.
En octubre de 2019, el Real Colegio de Médicos Generales (RCGP) británico promovió una encuesta entre sus miembros acerca de su opinión sobre la PAD. El Colegio publicó sus resultados el 21 de febrero de este mismo año 2020. De los 49.539 miembros invitados a participar, respondieron 6.674 (13,47%).
El resultado de la encuesta fue: a) el 47% se opondrían a un cambio de la ley actual; b) el 40% respondieron que el RCGP debería proponer un cambio, pero regulando dicho cambio para salvaguardarlo de posibles abusos; c) el 11% manifestaron que el RCGP debía mantener una opinión neutral sobre la postura a tomar con relación al PAD.
Como consecuencia de esta encuesta, el RCGP decidió que el Colegio debía continuar oponiéndose a un cambio en las leyes sobre la PAD.
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La Asistencia médica para morir (MAiD) permite que un médico o una enfermera ayuden a un paciente a terminar voluntariamente su vida.

En enero de 2020 el Gobierno canadiense realizó una encuesta para tratar de determinar los criterios a seguir con respecto al “Medical assistance in dying” (MAID). La consulta fue promovida por la Corte Superior de Quebec, pues esta consideraba inconstitucional limitar el acceso a la MAID a las personas que esperaban una muerte inminente. La consulta incluyó a 300.000 personas y los resultados se publicarán una vez que sean analizados.
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El Parlamento portugués ha aprobado una ley para legalizar la eutanasia y el suicidio asistido en ese país. Ahora la propuesta de ley deberá volver al Parlamento para su aprobación definitiva



viernes, 22 de mayo de 2020

Informe de la ONU sobre la libertad de religión y creencias

El pasado mes de febrero, el relator especial de la ONU Ahmed Shaeed publicó su informe anual sobre la “Libertad de religión o creencias”. En el mismo, aprovechó la celebración del vigésimo quinto aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (referida a los derechos y la igualdad de las mujeres), para establecer una pretendida vinculación entre el objeto de su informe, la libertad de religión, y la violencia de género.

Para justificar esta vinculación el relator subraya que, en algunos países, hay leyes que violan los derechos de las mujeres, las niñas y los miembros del colectivo LGTB+[1] tras las que subyacen, supuestamente, preceptos religiosos. Añade, además, que en otros países la reivindicación de libertad religiosa esconde la intención, o al menos se utiliza como excusa, para desproteger a las víctimas de violencia y discriminación de género.
Entre los datos que aporta el informe, destacan los referentes a la mutilación genital femenina y al matrimonio precoz/forzado. Al parecer, al menos 200 millones de mujeres y niñas han sido mutiladas en la última década y alrededor del 30% de las mujeres de las mujeres de entre 20 y 24 años se casaron antes de haber cumplido los 18. El informe añade, además, que setenta y dos países de todo el mundo criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo y hasta 11 imponen la pena de muerte por actos homosexuales. Por último, afirma que la violación conyugal y la poligamia, condenadas como “prácticas tradicionales dañinas” por la comunidad de derechos humanos, son prácticas justificadas por las religiones. No distingue, en cambio, qué religiones consienten dichas prácticas o si, en alguno de los estados de tradición católica, dichas prácticas son legales o socialmente aceptadas.
El relator alerta sobre lo que considera una evidencia: que, en todas las regiones del mundo, quienes abogan por preservar o imponer políticas discriminatorias contra las mujeres, las niñas y las personas LGBT+ alegan justificaciones religiosas. De hecho, subraya que la violencia de género y la discriminación se perpetúan en el interior de las comunidades religiosas. Respecto de la Iglesia Católica señala, en particular, que se opone a la salud reproductiva y a los derechos sexuales de las mujeres (eufemismos con los que la ONU se refiere al aborto), al tiempo que niega la igualdad de las personas LGBT+.
Evidentemente, esta afirmación es más ideológica que reflexiva. Ningún católico aboga por un sistema sanitario inseguro o que no trate de minimizar los riesgos inherentes al embarazo y el parto; o pretende detraer derechos al colectivo queer, a no ser que estos derechos vulneren derechos fundamentales de terceros. Esto es, precisamente, lo que la ONU calla: que entre los pretendidos derechos LGTBI que la doctrina moral católica no contempla, se encuentra la criminalización de los padres que se niegan a consentir el bloqueo hormonal de la pubertad de sus hijos. Esta negativa, por cierto, no obedece a motivaciones doctrinales, sino a los estudios que evidencian que el 98% de los varones y el 86% de las mujeres que durante la infancia confundieron su género, finalmente aceptaron su sexo biológico tras pasar por la pubertad [Wallien, M. S. & Cohen-Kettenis, P. T. (2008). Psychosexual outcome of gender-dysphoric children. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry, 47, 1413-23; Drummond, K. D., Bradley, S. J.-B. & Zucker, K. J. (2008). A follow-up study of girls with gender identity disorder. Dev Psychol, 44, 34-45].
La ONU calla, también, la evidencia científica sobre los efectos secundarios del tratamiento hormonal en los menores de edad. Efectos que van desde la afectación del crecimiento óseo hasta potenciales problemas hepáticos por el uso de la flutamida, un antiandrógeno indicado exclusivamente para adultos con carcinoma de próstata avanzado, en tratamientos feminizantes a menores de edad en dosis no seguras. Finalmente, tampoco explica que entre los derechos supuestamente vulnerados del colectivo queer por parte de la dotrina moral católica, figura el de su reasignación como reproductor mediante la transmisión de su propio material genético con ayuda de las técnicas de reproducción asistida y la maternidad subrogada, esto es: la utilización de mujeres en situación de vulnerabilidad; o el de subvertir y transgredir la propia naturaleza sexuada, presentándolo como una gran conquista social, cuando el embarazo se produce en personas transexuales que, nacidas como mujer, modelan hormonal y quirúrgicamente su cuerpo para transitar a varón y que conservan su sistema reproductivo femenino para ser inseminadas por sus parejas u otras personas transexuales que nacieron varón y que transitaron hacia mujer transexual conservando sus genitales masculinos[2].
Para la ONU, los derechos de los hijos de estas parejas son irrelevantes o, cuanto menos, no tan fundamentales como los de sus progenitores. Y si la Iglesia los defiende, la ONU califica sus principios como peligrosos y discriminatorios.

VALORACIÓN DEL OBSERVATORIO

Arthur Schopenhauer dijo que la verdad pasa por tres fases: primero, es ridiculizada; luego, recibe una violenta oposición; finalmente es aceptada como evidente. No obstante, las dos primeras fases son sólo dos caras de una misma moneda: esa moneda con la que el establishment sostiene su dictadura ideológica y silencia la libertad de pensamiento y expresión.
Amparados en la evidencia científica que no sólo no refuta, sino que confirma los principios morales y las convicciones antropológicas de la Iglesia Católica, nuestro Observatorio sostiene la validez de lo que siempre ha sido, porque siempre es: que la condición humana es sexuada y su expresión se circunscribe a dos únicos sexos biológicos y dos géneros -masculino y femenino- que se construyen a partir de los primeros; que existen, por tanto, dos modos de ser persona: varón y mujer, radicalmente iguales en su dignidad y en sus derechos, pero ricamente diferentes y complementarios entre sí.
Consideramos adecuado, por tanto, el discurso de la Iglesia respecto de la ideología de género. También su promoción y difusión de la síntesis entre la fe y la buena ciencia como estrategia de inmunización frente a la imposición de toda suerte de totalitarismo ideológico. Si su apelación a la evidencia científica -que hacemos nuestra- conlleva soportar el estigma de ser considerada «contrarrevolucionaria» o «contracultural», deberá hacerlo con orgullo. Porque no es la Iglesia Católica, como tampoco este Observatorio, quien tilda de mera «retórica» a la ciencia[3], ni sostiene que la diferencia sexual no es una categoría natural, sino ideológica[4].  Es la ideología de género que el relator sitúa como víctima de la fe.
Tampoco es este Observatorio, como no lo es la Iglesia Católica, quien contribuye a la forja de un mundo que se mueve en dos planos irreconciliables: el oficial, sin libertad de pensamiento, y el privado, donde la libertad religiosa consiente que sea la ciencia, y no la ideología, quien defina nuestra naturaleza.
Frente al informe de la ONU, este Observatorio se ratifica en todo lo que durante los últimos años ha venido publicando y que, en resumen:
  1. Demuestra su sincero respeto por todas y cada una de las personas, con independencia de su orientación sexual o de su identidad de género sentida. También con independencia de sus opiniones y creencias, aunque contrariamente a las personas que las sostienen y expresan, no todas tengan el mismo valor.
  2. Demuestra su radical convencimiento en la igualdad ontológica entre el varón y la mujer, sin perjuicio de las notorias diferencias que su morfología, su genética y su sistema endocrino determinan.
  3. Demuestra su firme convicción en la pluralidad de perspectivas frente a una verdad, que aun siendo una, se deja decir de muchas maneras. Por eso, aboga por una indagación dialógica cordial que tenga en cuenta la perspectiva de la buena ciencia, la reflexión filosófica sólida y la fe. Los radicalismos, los intereses particulares y las tendencias polarizadoras o totalitarias no tienen cabida en un diálogo que persigue la verdad.
  4. Demuestra un firme reconocimiento de las libertades individuales y considera la regulación del papel de la autoridad como una conquista social. Y rechaza, en consecuencia, toda suerte de límite o censura a la libertad religiosa, a la libertad de ciencia y a la libertad de opinión.

miércoles, 20 de mayo de 2020

martes, 19 de mayo de 2020

sábado, 16 de mayo de 2020

¡UPSSS! ¿DÓNDE ESTÁ NOÉ?

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viernes, 15 de mayo de 2020

jueves, 14 de mayo de 2020

martes, 12 de mayo de 2020

lunes, 11 de mayo de 2020

CARTA DE LA JERARQUIA SOBRE LOS ABUSOS DE LOS GOBERNANTES EN ESTA PANDEMIA

Los cardenales Pujats, Muller y Zen, además de decenas de obispos, sacerdotes y académicos hacen un llamamiento para detener el avance de determinadas prácticas totalitarias que se instauran en gran parte de las naciones cristianas con motivo del Covid-19. Aunque en un primer momento aparecía como firmante el cardenal Robert Sarahéste lo ha negado a través de Twitter.
  • “No permitamos que con la excusa de un virus se borren siglos de civilización cristiana para instaurar una odiosa tiranía tecnológica en que personas sin nombre y sin rostro decidan la suerte del mundo confinándonos a una realidad virtual”.
  • “La criminalización de las relaciones personales y sociales debe considerarse asimismo una parte inaceptable del proyecto de quienes promueven el aislamiento de las personas para manipularlas y dominarlas mejor”.
  • “Solicitamos que nos sean retiradas las limitaciones a la celebración del culto público”.
Estas frases bien podrían ser el resumen del documento que, por su extensión y claridad, recomendamos lean íntegramente:

Llamamiento para la Iglesia y para el mundo

a los fieles católicos y a los hombres de buena voluntad
Veritas liberavit vos
Jn 8,32
En un momento de gravísima crisis, los Pastores de la Iglesia Católica, en virtud del mandato que hemos recibido, nos consideramos en el sagrado deber de hacer un llamamiento a nuestros Hermanos en el Episcopado, al Clero, a los Religiosos, al pueblo santo de Dios y a todos los hombres de buena voluntad. Suscriben también este llamamiento intelectuales, médicos, abogados, periodistas y profesionales diversos que comparten su contenido, y pueden suscribirlo asimismo cuantos deseen adherirse al mismo.
Los hechos han demostrado que, bajo el pretexto de la epidemia de Covid-19 se ha llegado en muchos casos a vulnerar derechos inalienables de los ciudadanos, limitándose de forma desproporcionada e injustificada sus libertades fundamentales, entre ellas el ejercicio de las libertades de culto, de expresión y de movimiento. La salud pública no debe ni puede convertirse en excusa para conculcar los derechos de millones de personas en todo el mundo, y menos aún para que las autoridades civiles eludan su obligación de obrar con prudencia en pro del bien común. Esto es tanto más cierto cuanto más aumentan las dudas planteadas por muchos en torno a la verdadera capacidad de contagio, peligrosidad y resistencia del virus. Muchas voces autorizadas del mundo de la ciencia y de la medicina confirman que el alarmismo que han manifestado los medios informativos al Covid-19 no parece totalmente justificado.
En base a los datos oficiales sobre la incidencia de la epidemia en el número de fallecimientos, tenemos motivos para creer que hay fuerzas interesadas en generar pánico entre la población con el único fin de imponer de modo permanente formas inaceptables de restricción de las libertades, control de las personas y vigilancia de sus movimientos. Esta forma de imposiciones antidemocráticas preludian de manera inquietante un Gobierno Mundial que escapa a todo control.
Creemos igualmente que las medidas de protección adoptadas en algunas situaciones, incluido el cierre de las actividades comerciales, han desencadenado una crisis que ha hundido a sectores enteros de la economía, favoreciendo con ello la interferencia de potencias extranjeras, con graves repercusiones sociales y políticas. Quienes ejerzan cargos gubernamentales deben impedir estas formas de ingeniería social, adoptando medidas encaminadas a la tutela de sus ciudadanos, a quienes representan y en cuyo interés tienen la grave obligación de realizar sus funciones. Ayúdese igualmente a la familia, célula de la sociedad, evitando penalizar irrazonablemente a los débiles y los ancianos al obligarlos a sufrir dolorosas separaciones de sus seres queridos. La criminalización de las relaciones personales y sociales debe considerarse asimismo una parte inaceptable del proyecto de quienes promueven el aislamiento de las personas para manipularlas y dominarlas mejor.
Pedimos a la comunidad científica que vele porque se promuevan honradamente y con miras al bien común curas para el Covid-19, evitando escrupulosamente que intereses inicuos influeyan en las decisiones de los Gobernantes y los organismos internacionales. No es razonable penalizar remedios que se han revelado eficaces, en muchos casos de bajo costo, para privilegiar curas o vacunas no tan eficaces pero que garantizan ingresos mucho mayores a las empresas farmacéuticas, aumentando los costos de la sanidad pública. Como Pastores que somos, recordemos también que para un católico es moralmente inaceptable inocularse con vacunas en cuya producción se ha utilizado material procedente de fetos abortados.
Pedimos asimismo a los Gobernantes que garanticen que se eviten de la forma más rigurosa los medios de control de las personas sea mediante sistemas de rastreo electrónico o cualquier otra forma de ubicación: a pesar de la gravedad de la situación, el combate al Covid-19, no debe servir de pretexto para respaldar turbias intenciones de entidades supranacionales que albergan marcadísimos intereses comerciales y políticos en este proyecto. En particular, debe permitirse a los ciudadanos la posibilidad de rechazar semejantes limitaciones a las libertades personales, sin imponer forma alguna de penalización para quien no desee beneficiarse de las vacunas, de los métodos de localización y de cualquier otro instrumento análogo. Téngase en cuenta la flagrante contradicción que se observa entre quienes persiguen políticas de reducción drastica de la población y al mismo tiempo se presentan como salvadores de la humanidad sin tener la menor legitimación política ni social. Por último, la responsabilidad política de quien representa al pueblo no puede ser confiada en modo alguno a técnicos que encima exigen para ellos mismos formas de inmunidad personal que resultan como mínimo inquietantes.
Solicitamos enérgicamente a los medios de comunicación que se empeñen activamente en facilitar una información correcta que no sancione el disenso aplicando formas de censura, como está sucediendo de forma generalizada en las redes sociales, la prensa y la televisión. La veracidad de la información exige que se dé lugar a voces no alineadas con el pensamiento único para que los ciudadanos puedan evaluar la realidad con conocimiento de causa, sin ser influidos en gran medida por intervenciones partidistas. Un diálogo democrático y franco es el mejor antídoto contra el riesgo de imponer formas sutiles de dictadura presumiblemente peores de las que ha visto nacer y morir nuestra sociedad en épocas recientes.
Recordemos, para terminar, como Pastores a quienes se ha encomendado la importante misión de guiar la grey de Cristo, que la Iglesia reivindica con firmeza su propia autonomía de gobierno, de culto y de predicación. Dicha autonomía y libertad son un derecho de nacimiento que le concedió Nuestro Señor Jesucristo para que cumpla las finalidades que le corresponden. Por este motivo, los Pastores reivindicamos enérgicamente el derecho a decidir de forma autónoma en lo que se refiere a la celebración de la Santa Misa y los Sacramentos, como también exigimos plena autonomía en materias que están dentro de nuestra inmediata competencia y jurisdicción, como por ejemplo las normas litúrgicas y la manera de administrar la Comunión y otros Sacramentos. El Estado no tiene el menor derecho a interferir por motivo alguno en la soberanía de la Iglesia. La colaboración de las Autoridades Eclesiásticas, que jamás ha sido negada, no supone por parte de las civiles prohibiciones ni limitaciones al culto público o el ministerio sacerdotal. Los derechos de Dios y de los fieles son ley suprema de la Iglesia que ésta no quiere ni puede abrogar. Solicitamos que nos sean retiradas las limitaciones a la celebración del culto público.
Invitamos a las personas de buena voluntad a no sustraerse a su deber de colaborar al bien común, cada cual según su propio estado y posibilidades y en espíritu de Caridad fraterna. Esta cooperación, auspiciada por la Iglesia, no puede prescindir sin embargo del respeto a la ley natural ni a la garantía de las libertades individuales.
Los deberes civiles a los que están obligados los ciudadanos suponen el reconocimiento de sus derechos por parte del Estado. Todos estamos llamados a valorar la situación actual de forma coherente con las enseñanzas del Evangelio, y ello exige tomar partido: o con Cristo o contra
Cristo. No nos dejemos intimidar ni asustar por quienes nos hacen creer que somos minoría: el bien está mucho más difundido y es mucho más poderoso de lo que el mundo quiere que creamos. Nos enfrentamos a un enemigo invisible que hace separaciones entre sus ciudadanos, entre los hijos y los padres, entre nietos y abuelos, fieles y pastores, alumnos y docentes, clientes y vendedores. No permitamos que con la excusa de un virus se borren siglos de civilización cristiana para instaurar una odiosa tiranía tecnológica en que personas sin nombre y sin rostro decidan la suerte del mundo confinándonos a una realidad virtual. Si tal es el proyecto que tienen para dominarnos los poderosos de la tierra, sepan que Jesucristo, Rey y Señor de la Historia, ha prometido que «las puertas del Infierno no prevalecerán» (Mt.16,18).
Encomendamos al Dios Todopoderoso a los Gobernantes y a cuantos rigen el destino de las naciones para que los ilumine y oriente en estos momentos de grave crisis. No se olvide que del mismo modo que el Señor nos juzgará a los Pastores según por la grey que nos ha confiado, también juzgará a los Gobernantes por los pueblos a los que tienen la obligación de defender y gobernar.
Roguemos con fe al Señor para que proteja a la Iglesia y al mundo. La Virgen Santísima, Auxilio de los Cristianos, aplaste la cabeza de la vieja Serpiente y frustre los planes de los hijos de las tinieblas.
8 de mayo de 2020
Virgen del Rosario de Pompeya
Para firmar el llamamiento:
www.veritasliberabitvos.info
El sitio estará activo desde la mañana del 8 de mayo.

Lista de firmantes:
Cardenales
Cdl Robert Sarah, Prefect of the Congregation for Divine Worship
Cdl Gerhard Ludwig Mueller, Prefect emeritus of Congragation of the Doctrine of the Faith
Cdl Joseph Zen Ze-kiun, Bishop emeritus of Hong Kong
Cdl Janis Pujats, Archbishop emeritus of Riga

Mgr Luigi Negri, Archbishop emeritus of Ferrara-Comacchio
Mgr Joseph Strickland, Bishopof Tyler, Texas
Mgr Thomas Peta, Metropolitan Archbishop of Astana
Mgr Athanasius Schneider, Auxiliary Bishop of Astana
Mgr. Carlo Maria Viganò, Archbishop, Apostolic Nuncio
Mgr Jan Pawel Lenga, Archbishop emeritus of Karaganda
Mgr Rene Henry Gracida, Bishop emeritus of Corpus Christi
Mgr Andreas Laun, Auxiliary Bishop of Salzburg
Father Serafino Lanzetta, Theologian
Father Alfredo Maria Morselli, Theologian
Father Curzio Nitoglia, Theologian
JOURNALISTS, EDITORS, WRITERS
Dr Aldo Maria Valli, journalist
Dr Magdi Cristiano Allam, writer
Dr Giulio Meotti, journalist
Dr Marco Tosatti, journalist
Claudio Messora, director Byoblu.com
Dr Robert Moynihan, writer, journalist
Dr Jeanne Smits, journalist
Dr Olivier Figueras, journalist
Dr Cesare Sacchetti, journalist
Prof. Giorgio Nicolini, director of Tele Maria
Michael J. Matt, editor The Remnant
John-Henry Westen, co-founder, editor-in-chief LifeSiteNews.com
Vittoria Alliata di Villafranca, journalist and writer
Maria Guarini, editor
Prof. Francesco Lamendola
António Carlos de Azeredo, editor
José Narciso Pinto Soares, editorial counselor
Dr Massimo Rodolfi
Riccardo Zenobi, writer
Danilo Quinto, writer
Olivier Valette, writer
DOCTORS, IMMUNOLOGISTS, VIROLOGISTS, RESEARCHERS
Dr Stefano Montanari, scientific director Nanodiagnostics laboratory, Modena
Dr Antonietta Gatti, research manager, Nanodiagnostics laboratory, Modena
Prof. Alessandro Meluzzi, psychiatrist
Dr Anna Rita Iannetti, doctor, PNEI and biointegrated medicine
Dr Fabrizio Giudici, orthopedic traumatologist
Dr Rosa Maria Roccaforte, cardiologist
Dr Silvana De Mari, doctor
Dr Maria Grazia Sordi, psychologist
Dr Roberto Marrocchesi, nutritionist
Dr Mario Sinisi
Dr Antonio Marcantonio
LAWYERS
Dr Angelo Giorgianni, judge
João Freire de Andrade, jurist
Lawyer Francesco Fontana
Lawyer Luigi Valenzise
Lawyer Fabio Candalino
Lawyer Luca Di Fazio
Lawyer Massimo Meridio
Dr Lawyer Gianni T. Battisti
Lawyer Piero Peracchio
Lawyer Paola Bragazzi
Lawyer Luís Freire de Andrade
Lawyer Heitor A. Buchaul
Lawyer Maître Olivier Bonnet
LECTORS, TEACHERS AND PROFESSIONALS
Hon. Prof. Vittorio Sgarbi, art critic, essayist
Prof. Matteo D’Amico
Prof.ssa Mafalda Miranda Barbosa
Prof. Francesca Maimone
Prof. Martino Mora, philosopher
Prof. Massimo Viglione, historian and essayist
Prof. Elisabetta Sala, teacher and writer
Dr Ing. Alessandro Peracchio
Dr Luca Scantamburlo
Prof. Rosa Maria Bellarmino
Steven Mosher, president Population Research Institute
Prof. Emeterio Ferrés Arrospide, Coimbra University
Prof. Ibsen Noronha
Prof. ing. Amadeu Teixeira Fernandes, Georgetown University
Dr José Filipe Sepúlveda da Fonseca
Dr Alfonso Martone, CNR Italy
Dr Luís Ferrand d’Almeida
Ing. Roberto Imparato
ASSOCIATIONS
Atman Association – President Manuela Baccin
Riprendiamoci Il Pianeta Association – President Magda Piacentini
Movimento 3V – Vaccini Vogliamo Verità – Secretary Luca Teodori
Libera Scelta Association – President Alessandra Bocchi
Iustitia in Veritate Association- Directors
Una Vox Association – President Calogero Cammarata
Comitato Famiglia e Vita – President Franco Rebecchi
Confederazione dei Triarii
AURET, Autismo, Ricerca e Terapie – President Lawyer Roberto Mastalia
Vita al Microscopio Association – President Nino Ferri
Texas Right to Life – Jim Graham
Cleveland Right to Life – Molly Smith


tomado de Infovaticana