jueves, 28 de diciembre de 2017

minicuento de Navidad

Entre los que acudieron a adorar al Niño 
había uno que no tenía nada que ofrecer 
y se avergonzaba mucho.

Todos rivalizaban para entregar sus regalos.
María no sabía cómo recibirlos; 
y mirando al que tenía las manos vacías, 
le confió a Jesús.

¡Tener las manos vacías fue su fortuna!
               
                                 Obispo Munilla

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