miércoles, 12 de mayo de 2010

Carne

No es mera sinecdoque que nombra la parte por el todo.
Esta palabra habla de la parte más débil del ser humano.
Enfática palabra, pues habla de una elección deliberada.
Piedra de toque de la fe. Escándalo y necedad para muchos.

Pero hay más. Quien refractario la niega, es el anticristo.
Porque es esta carne precaria, efímera, debil la que amó Dios.
Por eso Pablo contaba a todos el evangelio de la resurrección.
Pero resurrección de lo corporal, de la carne, de lo material.
Nada de aséptica inmortalidad o de vida ultraterrena del alma.

Hoy la sencilla amapola me habla aún de la Palabra hecha sangre.
El Verbo sudó y sangró por todos sus poros. Tododébil por amor.
Luego resucitó y subió al cielo. Pero ya en otras condiciones.

San Zenón dirá que bajó "purus" del cielo y subió "carnatus".
Asi que, desde aquel día, hay en la gloria de la Trinidad
una novedad inaudita, un imposible en el purísimo Amor...
algo así como si en un inmenso cristal resplandeciente
se plantara una vulnerable y sutil amapola.

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