sábado, 29 de mayo de 2010

INMACULADO CORAZON

A las siguientes invocaciones se responde: Ruega por nosotrosSanta María, Corazón Inmaculado de María,
Corazón de María, lleno de gracia
Corazón de María, vaso del amor más puro
Corazón de María, consagrado íntegro a Dios
Corazón de María, preservado de todo pecado
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad
Corazón de María, delicia del Padre en la Creación
Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención
Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo
Corazón de María, abismo y prodigio de humildad
Corazón de María, Mediadora de todas las Gracias
Corazón de María, latiendo al unísono con el Corazón de Jesús
Corazón de María, gozando siempre de la visión beatífica
Corazón de María, holocausto del amor divino
Corazón de María, abogado ante la justicia divina
Corazón de María, traspasado de una espada
Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados
Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo
Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo
Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús
Corazón de María, fortaleza de los cristianos
Corazón de María, refugio de los perseguidos
Corazón de María, esperanza de los pecadores
Corazón de María, consuelo de los moribundos
Corazón de María, alivio de los que sufren
Corazón de María, lazo de unión con Cristo
Corazón de María, camino seguro al Cielo
Corazón de María, prenda de paz y santidad
Corazón de María, vencedora de las herejías
Corazón de María, de la Reina de Cielos y Tierra
Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
- Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
- Escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
- Ten misericordia de nosotros.

ORACIÓN: Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo,
concédenos la gracia de vivir siempre conformes a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por JC tu Hijo, Ntro Señor. Amén

La Promesa "...Todos aquellos que durante cinco meses, en el primer sábado,
se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen cinco decenas del Rosario y me hagan quince minutos de compañía
meditando sobre los quince misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación...". (Nuestra Señora a Lucía de Fátima )

La historia de la Promesa: El 10 de diciembre de 1925, la Santísima Virgen se le apareció a Lucía de Fátima,
y a su lado, suspenso en una nube luminosa, estaba el Niño Jesús. La Santísima Virgen puso su mano en el hombro de Lucía,
y mientras lo hacía, le mostró un Corazón rodeado de espinas que ella tenía en la otra mano. Al mismo tiempo, el Niño Jesús
le dijo: "Ten pena del Corazón de tu Stísima Madre, que está cubierto de espinas, que los hombres ingratos en cada momento le clavan,
sin haber quien haga un acto de reparación para quitárselas".
Luego dijo: "Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de espinas, que los hombres ingratos en cada momento le clavan,
con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, haz por consolarme, y dí que a todos aquellos que durante cinco meses,
en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen cinco decenas del Rosario y me hagan quince minutos de compañía
meditando sobre los quince misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación".

Historia de la Devoción al Inmaculado Corazón de María
Va a la par de la del Sagrado Corazón de Jesús, fue promovida por San Juan Eudes en el siglo 17.

El Papa Pío VII y Pío IX sugirieron su celebración como Purísimo Corazón de María. En 1944, el Papa Pío extendió esta devoción a toda la Iglesia fijando la celebración del Inmaculado Corazón de María el 22 de agosto, ocho días después de la Asunción. Con la renovación litúrgica, se cambió la fecha para un día después de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.
San Juan Eudes, decía que "...el Corazón de María es la fuente y el principio
de todas las grandezas y excelencias que la adornan y que la hacen estar
por encima de todas las criaturas; por ser hija predilecta de Dios Padre, madre muy amada de Jesús y esposa fiel del Espíritu Santo....".
Esta devoción no es una devoción más. Nos lleva a tratar a nuestra Madre con más confianza, con la sencillez de los niños pequeños que acuden a sus madres en todo momento: no sólo cuando están en gravísimas necesidades, sino también en los pequeños apuros que le salen al paso. Las madres les ayudan a resolver los problemas más insignificantes. Y ellas – las madres– lo han aprendido de nuestra Madre delCielo.

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