sábado, 16 de junio de 2018

"Autobiografía del hijito que no nació" de Hugo Wast Capítulo IX


Los planes de Dios. Yo seré un hombrecito, no una mujercita.

Medio muerto de miedo, yo le he preguntado qué quiere decir que ese hombre hace vanos los planes de Dios.
Absalón me ha respondido que todavía no tengo edad de comprender lo que se llama el misterio de la gracia ni el del libre albedrío de los seres humanos, que dios les ha dado para que libremente lo adoren y lo sirvan y que ellos emplean, muchas veces, para cargarse de pecados y no solamente irse ellos al infierno, sino impedir que millones y millones de niñitos alcancen por el bautismo la gloria para que Dios los ha creado.
Casi no comprendo nada de lo que se me acaba de enseñar, pero no pido más explicaciones, porque antes de dormirme quiero que Absalón me diga de qué han hablado entre ellos los ángeles de mi familia.
- Hemos hablado de ti- me contesta- y de que el hombre negro ha conversado con tu padre para “hacer vanos los planes de Dios” con respecto a ti.
- ¿Y cuáles son los planes de Dios con respecto a mí?
- Ese es el provenir que solo Dios ve. Pero te prometo que voy a preguntárselo al arcángel Gabriel, quien lo sabrá por su Señora la Virgen, a quien Dios se lo revela todo.
- Pero a lo menos tú, ¿has podido saber si yo seré un hombrecito o una mujercita?
- Sí, serás un hombrecito. Tu hermanita tendrá dos hermanitos…
Desplegó las alas, como hace cuando va a volar, unas alas inmensas que sin embargo caben en el corazón de mi mamá y lo iluminan maravillosamente.
- ¡Oh, si el corazón de mi mamá estuviera siempre así!- exclamo yo, y él me responde:
- Creo que mañana estará así, pero no puedo decirte por qué…
- Si tú no puedes decirme estas cosas, ¿por qué me las anuncias, me dejas inquieto?
- Para que aprendas a tener paciencia.
Con esto se voló y yo me dormí tan profundamente que tardé, por lo menos, ocho días en despertar.

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