lunes, 8 de noviembre de 2010

UNA CARTA

No quiero acabar esta carta fraterna –y filial-de agradecimiento, sin hacer mención de la última de las llamadas de Consagración que para todos esta cerca: me refiero a la muerte que es ese encuentro amorosísimo, en abrazo eterno, con el Esposo. Todos tenemos ”un día y una hora” que el Padre –en su eternidad- conoce. Me interrogo: ¡no deberíamos esperar ese día con el mismo entusiasmo, ardor, deseo y sobrecogimiento ante el Don que nos espera, con que esperamos los acontecimientos de Consagración de esta vida? Suplico al Espíritu Santo que nos conceda mirar ahora nuestra vida con los ojos y el corazón que tendremos en ese momento último y definitivo ¡Lo que en el momento de la muerte tiene importancia, la tiene ahora!¡Lo que en ese momento sea accidental, también loes ahora! En definitiva: solo Cristo y solo el Amor es importante! Cuando tengáis momentos de turbación, ¡recordadlo! Que no nos seduzca nunca el nunca el maligno con máscaras de falsos amores ¡Sólo Cristo, y solo su aAmor es la Vida .
Pablo Dominguez Prieto.
A las Religiosas Clarisas del Monasterio de Lerma. Diciembre 2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario