martes, 9 de noviembre de 2010

santos en el cine

Jose de Nazaret


Sed buenos, si podeis, San felipe Neri

otra del santo



San Jose de Cupertino, franciscano


San Vicente de Paul


El señor de la Salle


Fray Escoba

versión peruana de San Martin de Porres... ojo al sonido

San Martin de porres en color


Don Bosco


Y la version de 1988...


San Patricio, la leyenda irlandesa,dedicado a
la Hna Asumpta de la Pureza de Maria


Becket.
Santo Tomás de Canterbury. Obispo, mártir inglés... "¿Por que se portan así, que temen?" les preguntó. No pueden hacer sino lo que Dios permite. En la penumbra de la iglesia, los caballeros reclamaron: "¿donde está el traidor, donde está el arzobispo?". "Aquí estoy", dijo Tomás, "No traidor, sino un sacerdote de Dios. Me extraña que con tal atuendo entren en la iglesia de Dios. ¿Que quieren conmigo?" Uno de los caballeros levantó la espada como para atacarle, pero uno que andaba con Tomás le protegió del golpe con el brazo. Los cuatro caballeros arremetieron entonces juntos y le asesinaron en los peldaños de su santuario. Mientras moría bajo los golpes, Tomás repetía los nombres de los arzobispos asesinados antes que el: San Denis, San Elphege de Canterbury. Entonces dijo: "En tus manos, Oh Señor, encomiendo mi espíritu". Sus últimas palabras, según un testigo, fueron: "Muero voluntariamente por el nombre de Jesús y en defensa de la Iglesia".
El crimen causó indignación en toda la Cristiandad. El rey Enrique II fue forzado a hacer penitencia pública y construir el monasterio en Witham, Somerset.
Muchos milagros ocurrieron después de la muerte del santo. En 10 años, se archivaron 703 milagros. Tomás Becket fue aclamado como santo por Alejandro III dos años después de su muerte... El traslado de sus reliquias a un nuevo y esplendoroso santuario ocurrió en 1220 (Julio 7) con la concurrencia de gente de toda Europa.



San Juan de Dios


EL HERMANO ANDRÉ de Jean-Claude Labrecque, 1987.
Vida del gran místico de Montreal y fundador del Oratorio de San José en el Monte Royal de Montreal. Nace en familia humilde y profundamente religiosa; su padre era armador de carretas, su madre se dedicaba a educar a sus diez hijos. Huerfanol a edad temprana, trabaja de zapatero, panadero, labrador, herrero; a los veinte va a Estados Unidos, trabaja en ranchos y molinos durante tres años y luego ingresa en la Congregación de la Sta Cruz (1863). Destacó por su humildad, por visionario (se le apareció San José en 1900),místico y taumaturgo; tantos fueron los milagros... El siempre los atribuía a San José y al aceite de San Ignacio.


San Juan de la Cruz




Molokai

Molokai, nueva version


San Agustin


San Felipe de Jesus


San Enrique de Osso: QUIERO SER MAESTRO

Compañia de Sta. Teresa de jesus (fundada por S. Enrique de Osso)


A punta de lanza


La mision, reducciones jesuitas


Luz en medio de la oscuridad,misioneros evangelicos


La ciudad de la alegría... santos anonimos en India


San Charbel, santo libanes católico del rito maronita



El Padre Pro


San Jose Moscati (de momento, en italiano. Y se la dedico al melómano José Ramón y a Gloria con su unción y llama...

San Alberto Hurtado


ROMERO
Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, conocido como Monseñor Romero, fue un sacerdote católico salvadoreño y el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980). Se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral. Como arzobispo, denunció en sus homilías dominicales numerosas violaciones de los derechos humanos y manifestó públicamente su solidaridad hacia las víctimas de la violencia política de su país. Su asesinato provocó la protesta internacional en demanda del respeto a los derechos humanos en El Salvador. Dentro de la Iglesia Católica se le consideró un obispo que defendía la "opción preferencial por los pobres". En una de sus homilías, Monseñor Romero afirmó: "La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación." (11 de noviembre de 1977)
En 1994, una causa para su canonización fue abierta por su sucesor Arturo Rivera y Damas. A partir de este proceso, Monseñor Romero ha recibido el título de Siervo de Dios. En Latinoamérica muchos se refieren a él como San Romero de América. Fuera de la Iglesia Católica, Romero es honrado por otras denominaciones religiosas de la cristiandad, incluyendo a la Comunión Anglicana la cual lo ha incluido en su santoral. Él es uno de los diez mártires del siglo XX representados en las estatuas de la Abadía de Westminster, en Londres, y fue nominado al Premio Nóbel de la Paz en 1979.
La película Romero, realizada en 1989, está basada en su biografía. Con guion escrito por John Sacret Young y siendo Raúl Julia la estrella principal, representando a Monseñor Óscar Romero.

Conferencia en la Facultad de Teologia de la Universidad Catolica Argentina, por su ex secretario el monseñor Jesus Delgado.

Ultima homilia


San Jose Moscati


Juan XXIII, el papa bueno


En italiano, y siempre entrañable... y santo, Juan Pablo II
alentandonos a la Iglesia peregrina ... ahora desde el cielo


Las Manos (Padre Mario Pantaleo)
Conocido sacerdote sanador y su obra en favor de los pobres y desposeídos (hoy se pide su Beatificación)
En Italia, siendo ya un adolescente, la luz de esperanza que guardaba en su corazón de poder reencontrarse con sus padres se fue apagando al ser internado en el seminario de Arezzo, bajo la tutela de su tía Rubina. A pesar de la corta distancia entre Arezzo y su Pistoia natal, el joven Mario no pudo volver a estar con sus padres. Por cuestiones económicas, luego de una corta estadía, fue internado en otro seminario en Viterbo, a pocos kilómetros de la imponente Roma. Más tarde, por la misma razón y siempre bajo la tutela de su madrina Rubina, pasó al seminario de Salerno, al sur de Nápoles, sobre el mar Tirreno, ese mar azul fue testigo y compañero de largas caminatas y atardeceres solitarios de un joven que quedaría mareado en el alma cuando tomó conciencia de que nunca pudo disfrutar de sus padres como lo habían hecho sus hermanos Andrés, Inés y Salvador, y también supo que ya no los vería nunca más.
Ya seminarista de 20 años, Giuseppe Mario decidió conocer a un Sacerdote capuchino muy especial: el Padre Pío de Pietrelcina. Este humilde hombre, recientemente beatificado por el Vaticano, se convirtió en confesor del joven Pantaleo. Entre ellos nació una relación fraternal. Mario encontró en él paz y consejo. Por esto, decidió verlo y consultarlo tantas veces como le fue posible.
El 3 de diciembre de 1944 -etapa final de la Gran Guerra-, Giuseppe Mario Pantaleo, de 29 años se ordenó sacerdote católico. Pocos días después, el 8 de diciembre, celebró su primera misa en Matera, pueblo cercano al Golfo de Táranto, y comenzó un corto peregrinaje por Italia, pues todavía no había sido designado para cubrir un puesto fijo.
En 1946, uno de sus superiores le habló a Mario sobre un pedido de sacerdotes que había llegado al Vaticano. Nada menos que Monseñor Caggiano, titular máximo de la Iglesia argentina, le había solicitado al Papa Pío XII que le enviara ministros. El Padre Mario decidió que ése era su destino: sumarse a la tarea de la Iglesia en un país lejano que él ya conocía. No podía quedarse más tiempo deambulando sin rumbo en Italia. El sabía que debía cumplir con una tarea y el camino se abría en América. Mientras comenzaba a preparar su partida, decidió ver nuevamente al Padre Pío para ponerlo al tanto de su decisión. El capuchino, luego de confesarlo, le dijo: “Ve, hijo mío, estás en tu camino… Tú también has sido elegido para una singular misión… Adiós, hijo, adiós”.
El 4 de marzo de 1948 regresa a la Argentina José Mario Pantaleo, pero en esta oportunidad como Sacerdote. Por pedido del cardenal primado Antonio Caggiano, el Vaticano tuvo que enviar varios ministros de la iglesia por falta de sacerdotes. El primer destino del Padre Mario fue la iglesia de San Pedro, en Casilda.
El Padre sabía que su misión en estas tierras no iba a ser sencilla, luego de un corto período en este pueblito de Santa Fe, fue nombrado como capellán en el Hospital Provincial de Rosario, donde atendía a los enfermos, realizaba distintas tareas sociales y había tejido amistades muy profundas. Aunque esta situación duró poco, Mario fue destinado a Rufino un lugar lejano a sus inquietudes.
Dos años pasaron para que el Padre Mario se decidiera a pedir el traslado a una gran Ciudad donde pudiera cumplir con su otra vocación, estudiar filosofía. El destino fue el Hospital Ferroviario en Buenos Aires.
De tanto transitar destinos el padre decide buscarse su lugar en el mundo y con los pocos ahorros que poseía y los muchos sueños que lo acompañaban, logra comprarse un terrenito en el olvidado y lejano pueblo de González Catán. El Padre quería afincarse en este pueblo, pero antes debía obtener el derecho a oficiar misa (incardinación).
Los comentarios sobre sus facultades para realizar curaciones milagrosas le cerraban muchas puertas entre las autoridades eclesiásticas. Mario estaba envuelto en la disyuntiva.
Por momentos pensaba si Argentina era su destino o debía marcharse. Eran tiempos de necesidades extremas. Durante nueve años, además de su trabajo en el Hospital Ferroviario y como Sacerdote asistente de la Iglesia Nuestra Señora del Pilar, Mario Pantaleo dormía en un baño del subsuelo del Hospital Santojanni; donde había logrado ser asistente del Capellán.
Siervo Jose Gregorio Hernandez

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