domingo, 11 de marzo de 2012

Decálogo cuaresmal (Benedicto XVI)

El Papa nos ofrece este año un precioso "decálogo cuaresmal" en su
mensaje -"Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad"-, en el que
nos brinda un buen puñado de mensajes para meditar, iluminar nuestras
conciencias libres, propiciar nuestra conversión y enardecer nuestro corazón. La
cuaresma es tiempo de reflexión personal, de desierto interior, de silencio; tiempo
de iluminación con la Palabra de Dios y el magisterio de la Iglesia; tiempo de
conversión, "girando hacia Dios" nuestros pasos y nuestro caminar.
1. La Cuaresma es un tiempo propicio para que, con la ayuda de la Palabra de
Dios y de los sacramentos, renovemos nuestro camino de fe, tanto personal como
comunitario.
2. "Fijémonos los unos en los otros...": el verbo griego usado es "katanoein", que
significa observar bien, mirar conscientemente, darse cuenta de una realidad.
3. El verbo invita a fijar la mirada en el otro, ante todo en Jesús, y a estar atentos
los unos a los otros, a no mostrarse indiferentes a la suerte de los hermanos.
4. La atención al otro conlleva desear el bien para él o para ella en todos los
aspectos: físico, moral y espiritual.
5. La responsabilidad para con el prójimo significa querer y hacer el bien del otro;
interesarse por el hermano significa abrir los ojos a sus necesidades.
6. La Sagrada Escritura nos pone en guardia ante el peligro de tener el corazón
endurecido por una especie de "anestesia espiritual" que nos deja ciegos ante el
sufrimiento de los demás.
7. Nunca debemos ser incapaces de "tener misericordia" para con quien sufre.
8. El "fijarse en el hermano" comprende la solicitud por su bien espiritual.
9. El tiempo que se nos ha dado en nuestra vida es precioso para descubrir y
realizar buenas obras en el amor de Dios.
10. En la vida de la fe, quien no avanza, retrocede.

Por otra parte, ya casi a mitad de la cuaresma ¿te has confesado?

Unas lagrimas no vienen mal para ablandar esta tierra dura que somos
y en la que rebota la semilla de la Palabra... La vida llama a tu casa
y la primavera ya la pregonan los almendros. ¿Despierta tú que duermes!

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