martes, 29 de noviembre de 2011

Entre clase y clase

La chica tiene 17 años y espera que llegue el profe de mates. Charlamos unos segundos en el vestíbulo. Me dice que no le han dejado entrar en clase porque ha llegado "un poco tarde" esta mañana. Pero la conversación se alarga por otros derroteros:
―Bueno…, sí, claro; salgo los viernes y los sábados.
Lo dice como algo obvio.
―¿Y a qué hora vuelves a casa?
―A las tres o a las cuatro, depende.
―¿Y qué dicen tus padres?
Ahora se pone seria y responde con una sola palabra:
―Nada.
―O sea que se fían de ti.
―Pasan de mí. Les da igual.
Hace una pausa. Nos miramos un segundo y dice:
―Tengo mucha suerte.
Y se echa a llorar

No hay comentarios:

Publicar un comentario