viernes, 10 de septiembre de 2010

un peral en cuatro tiempos

Un hombre que tenida cuatro hijos y quería que aprendieran a no juzgar a la ligera. Entonces los envió uno a uno, sucesivamente a visitar un peral que estaba a gran distancia de la casa que tenían.
El primogénito fue en invierno, el segundo en primavera, el tercero en verano y el benjamín en otoño. Cuando volvieron, el padre los llamó y reuniéndoles les pidió que describieran su paseo hasta el peral.
El Primero mencionó había visto un árbol horrible, doblado y retorcido... El Segundo dijo que no era cierto, que el árbol estaba cubierto con brotes verdes y lleno de promesas... El Tercero no estuvo de acuerdo con lo que habían opinado sus hermanos, porque lo había visto lleno de vida, cubierto de flores, con un aroma muy dulce y era hermoso, la cosa más llena de gracia que jamás había visto... El último de los hijos tampoco coincidió con ninguno de sus hermanos porque el árbol que vio estaba maduro, cubierto de frutos, lleno de vida y satisfacción...
El padre les explicó entonces que todos tenían la razón, pero que cada uno sólo había visto -en su estación- una etapa de la vida del árbol. Luego les aconsejó que nunca condenaran a nadie porque seguramente estarían valorando una "temporada" de la gente. Así p.ej. si una persona sufre un invierno en su vida y la rechazas, habrás perdido la promesa de la primavera, la belleza del verano y la satisfacción del otoño. Por tanto -insistió- no permitáis tampoco que -ahora contemplando cada uno su propia vida- el dolor de una estación, destruya la dicha de lo que está por venir. Si hay alguna etapa o estación difícil, recuerda que DIOS está en todos los momentos de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario