“Un niño se dio ha cometido por una todos pertinaz, y su
Madre, una negra bantú, creía que era los escritos de malos que molestaban a su
hijito. Nunca se le había ocurrido a la mujer encomendarse a Dios a pesar de
que lo son tus tienen un nombre para llamar a Dios: “Nzakombita”.
“Para esta gente, Dios que es un ser completamente extraño
y que se les interesa de los dolores humanos. Esa es la característica
fundamental de las tierras de misión. Los paganos se preocupa más de apaciguar
a los espíritus malignos quedé amar a Dios. La Hermana misionera que atendía al
enfermito trató en vano de convencer a la mujer de que Dios es amor. Por fin le
preguntó cómo podría expresar en tanto en la frase “el amor materno”. La
respuesta fue una palabra completamente diferente: Eefee …
Entonces la Hermana misionera le dijo: el amor de Dios es
como este Nzakomb’acok’-Eefee …
Dios tiene para nosotros el mismo sentimiento que
tiene una Madre para sus hijos. En otras palabras, el amor materno es el
símbolo del amor de Dios. La bantú lo entendió”.
Esto aclarará una pregunta verdaderamente importante:
¿puede existir la religión sin maternidad?
Es evidente que no puede existir sin la paternidad, puesto
que una los principales temas conocidos atributos de Dios es el de su
“providencia”.
Pero siendo la maternidad tan necesaria en el orden
natural, ¿podrá existir una religión sin la figura de una mujer a quien amar?
En el reino animal, las madres luchan por sus crías al
parque los padres las abandonan con frecuencia. La vida entre los hombres sería
extremadamente gris sino se pudiese pensara a cada instante, con gratitud, en
una Madre que nos abrió las puertas de la vida y nos sostuvo después con el más
grande e insustituible amor del universo. Una mujer es una criatura íntimamente
ligada al tiempo, pues conviviendo, puede quedarse viuda; una Madre, en cambio,
está fuera del tiempo: muere, pero siempre es una Madre. La Madre es la imagen
de la eternidad, la sombra del infinito. Desaparecen los siglos y las
civilizaciones, pero la Madre es la diosa de la vida. El hombre trabaja con su
generación; la Madre, con la futura.
Un hombre consume su vida; una Madre, la renueva. El
hombre, si es héroe, se crea una fama, sea en un momento determinado concentra
sus sentimientos que sus energías a favor de una persona o de su patria. La
Madre nunca es espectacular. Sus heroísmos de cada hora y de cada día
ocupándose de los hijos, curando sus heridas, cuidando la casa y siendo lo que
se dice una mujer, hacen grande lo que es sencillo. La Madre multiplica sus
sacrificios en la sombra, ignorada, en silencio. No cabe imaginar que semejante
amor no tenga su correspondiente prototipo materno. Cuando se den tantos
millares de reproducciones de la “Inmaculada de Murillo”, se comprende que deba
existir un modelo del que se han sacado. Si la paternidad tiene su prototipo en
el Padre eterno, Dispensador de todas las gracias, también tendrá un modelo
original de Madre que sirva de inspiración a todas las Madres del mundo, una
cosa tan bella y tan magna como la maternidad. El respeto que inspira toda
mujer tiene su procedencia ideal que vemos detrás de cada una de ellas. ¿Por
qué todos los pueblos pre cristianos pintaron, esculpieron, cantaron y soñaron
a una mujer ideal sino porque creían que aparecía alguna vez? Todos los pueblos
la separaron del tiempo y le hicieron más divina que humana. Fijaos, por
ejemplo, en la bellísima leyenda de kwan-yin, la diosa china de la misericordia
a la que tantas plegarias de labios chinos se han dirigido. Según la leyenda,
esta princesa vivía en china siglos antes del nacimiento de Cristo. Su Padre,
el rey, quería casar Pla, pero ella, deseosa de conservar su virginidad, se
refugió en un convento. Enojado el Padre, incendio convento y la obligó a
regresar al palacio. Puesta en alternativa de casarse o de morir, persistió en
su voto de virginidad y murió estrangulada. Su cuerpo fue llevado a los
infiernos por un tigre, ya allí fue donde obtuvo el título de diosa de la
misericordia. Su intercesión en pro de la misericordia fue tan poderosa,
enterneció el corazón de los demonios, quienes la ordenaron que se marchase del
infierno porque temían que lo dejase vacío. Entonces la diosa se retiró a una
isla, a donde acuden aún hoy en día muchos peregrinos. Los chinos han pintado algunas
veces a la diosa con la imagen de Dios en la cabeza, a cuyo paraíso lleva las
almas de los creyentes, aunque ella no quiere entrar mientras haya una sola
alma fuera del cielo.
En África, la madre ocupa un lugar importante en la
administración de la justicia en las tribus. En la Uganda del nordeste, en
donde los Padres Blancos trabajan con singular celo y resultado, todas las
decisiones más importantes, incluso la coronación del rey, deben ser
ratificadas por la reina Madre. Su decisión es definitiva. Cuando la reina
Madre en va al palacio de su hijo el rey, ella es la que dicta las leyes y no
el rey. Uno de los motivos por el que no ha habido allí más de los mártires
entre los muchos mártires de Uganda es el de haber intercedido por ellos la
reina Madre pagana y.
El rey Montary II y su madre se han convertido, y
muchos de los poblados gobernados por este rey y su Madre la reina han
intervenido en la filmación de la película “as minas del rey Salomón”. Nuestros
misioneros nos han relatado las más sensacionales externas desarrolladas en
territorios de misión al paso de la virgen peregrina. En el norte del Nepal, a
300 católicos se unieron 3000 hindúes y mahometanos para llevar la imagen de la
virgen a lomos de 4 elefantes a una humilde iglesita, donde se rezo del rosario
y se dio la bendición. El alcalde de Naiad leyó un saludo de bienvenida.
Durante doce horas, la muchedumbre, compuesta por no cristianos, no ceso de
pasar por la iglesia mientras se celebraban misas ininterrumpidamente desde las
dos hasta las nueve y treinta de la mañana. Un anciano indígena dijo: la virgen
nos ha demostrado que vuestra religión es sincera, y no como la nuestra. O
religión es de amor; la nuestra, ¡de miedo!.
En Patua, el brohaman hindú, gobernador de la provincia,
visitó la iglesia y robo delante de la sagrada imagen de nuestra señora. En una
aldehuela de Kes ra-mec,
más de 24.000 personas acudieron a rezar ante la virgen. El Rajá enviado 250
rupias y su mujer recomendó que se retrase por ella y su esposo.
En Karachi se hizo una inspección de la costumbre
implantada por los mahometanos. Anteriormente, siempre que los cristianos
pasaban en procesión por delante de una mezquita, debían interrumpir sus
plegarias. Esta detuvieron permiso de los musulmanes para rezar delante de la
mezquita porque también honran los musulmanes a la virgen María y a su
inmaculada concepción. Por su mediación, Irán un día a Cristo.
Al estudiar la historia, tanto de antes como después de
Jesucristo, se nota en todo ser humano una aspiración y tendencia hacia la
maternidad ideal. Desde la más remota antigüedad hasta María, a través de Díaz
Miguel proféticas Judith y Ruth, y mirando hacia atrás desde el tiempo actual a
través de la neblina de los siglos, todos los corazones buscan el reposo en ella.
¡Es la mujer ideal!
María es la MADRE. No produce extrañeza el que una mujer de
edad, cual Isabel, al contemplar su hermosura desde el umbral de la puerta,
gritase:¡bendita seas que entre todas las mujeres! Y la joven futura Madre,
María, lejos de rechazar una tan alta glorificación de su privilegio, va más
allá, anticipándose al juicio de todos los tiempos y de todos los pueblos, que
cantaran sus alabanzas.
Las mujeres viven pocos años que la inmensa mayoría de los
muertos caen en el más completo olvido. María sabe que es la excepción.
Atreviéndose a predecir que se suspenderá a su favor la ley del olvido,
proclama la virgen la eterna recordación que se tendrá de ella aún antes de
nacer el hijo qué la haría eternamente famosa.
Por aquellos días nuestro Sr. No había realizado todavía
ningún milagro; sus manos no se habían puesto encima de los miembros
paralizados; aún estaba escasamente velado por la gloria celeste y sólo hacía
unos pocos meses que estaba guardando en la virgen como en un tabernáculo; y ya
está sublime mujer mira más allá, a los lejanos senderos del tiempo, y al ver
en ellos a los pueblos desconocidos de la china, del resto del Asia, del Japón,
proclama con absoluta certidumbre: desde este momento, todas las generaciones
me llamarán bienaventurada.
Julia, la hija de Augusto hoy esposa de tiberio; Octavia,
la Hermana de Augusto oh y de la que se divorció Antonio para casarse con
Cleopatra, nombres muy familiares un día a todos los pueblos del mundo, hoy ya
no reciben ni los tributos de admiración ni alabanzas; pero la amable jovencita
que vivía en un apartado rincón de los últimos confines del imperio romano, en
un pueblo cuyo nombre estaba asociado a la reprobación, se ve hoy más
homenajeada y más celebrada que ninguna
otra mujer.
La virgen sabía él porque: porque él, que es poderoso, ha
obrado en mí grandes cosas, y su nombre es bendito.
¡Hermosísima, inmaculada, reina, Madre! Otras mujeres
habrán podido tener a alguno de estos atributos, pero ninguna todos juntos a un
tiempo. Cuando el corazón humano contempla a María, sed de la realización y la
concreción de todos sus deseos y exclama en un éxtasis de amor:¡esta es la
mujer!.
Así como Cristo es el mediador entre Dios y el hombre,
María es la mediador entre Cristo y nosotros. La virgen María es el principio
terrestre que nos lleva al celestial principio del amor. La relación existente
entre ella y Dios que semejante a la que existe entre la lluvia y la tierra. La
lluvia cae del cielo y la tierra produce cosechas. La divinidad procede del
cielo, pero la naturaleza humana del hijo de Dios procede de Maria. Sí hablamos
placenteramente de la tierra porque nos da la vida a través del celeste donde
el sol, ¿por qué no está reconocidos a la Sra. del mundo habiendo nos dado ella
la luz eterna de Dios?
María, la Señora del mundo, existe hasta donde Cristo oh no
es conocido un, en lugares donde todavía no está visible el cuerpo místico.
Para los pueblos orientales que régimen bajo el yugo del terror –el terror a
los espíritus del mal y para los modernos pueblos occidentales que viven
en el temor-que se deriva de la pérdida de la fe-, la fórmula de su remedio
debiera ser: ¡Cherchez la femme! Dirigidos a la mujer, que les llevará Dios.
Todo el mundo puede aún pasar por la experiencia de la
mujer bantú que no tuvo idea del amor de Dios hasta que no se lo tradujeron al
amor materno.
Ayer el mundo 220 millones de personas para las que está
prohibida la predicación del evangelio de Jesucristo, no pudiendo penetrar en
sus países ningún misionero. El 37% de los pueblos del mundo viven bajo
la tiranía del comunismo. Estos pueblos, juntamente con los hindúes, los
budistas y los paganos en General, no pueden decir: Padre nuestro … Porque Dios
no es Padre sino tiene un hijo. Pero sin embargo pueden decir “Ave María”,
porque creen en una mujer ideal. En esos países, aún no se le ha concedido
asilo a Jesús, del mismo modo que se le negó un albergue en Belén, pero ésta
varía entre ellos preparándonos para la gracia. La virgen es gracia donde no
hay gracia; es el adviento o donde no existe la vida.
En todas las tierras donde no hay una mujer ideal o donde
son veneradas las vírgenes, o donde una Sr. Es colocada por encima de todas las
demás Señoras, la tierra es fértil porque aceptaba a la mujer por excelencia
como preludio del abrazo de Cristo. Dónde está presente Jesús, lo está también
su Madre, como ocurre entre nosotros, que tenemos fe; pero donde esté ausente
Jesús, bien por la ignorancia o por la maldad de los hombres, está sin embargo,
presente Maria. Así como María llenó el intervalo entre las tensión y
Pentecostés, llena también el intervalo entre los sistemas eléctricos del
oriente y se incorporación al cuerpo místico de su divino hijo. María es la
tierra fértil en la que, al tiempo designado por Dios, florecerá de la fe y se
abrirá en el oriente. Aunque estén ocultos aun los iconos, de o escritas en las
fronteras de todas las naciones las palabras consignadas por el evangelio al
principio de la vida pública de nuestro Salvador: y allí estaba María, la Madre
de Jesús …
Veo también en nuestras tierras, entre millones de personas, todos los que
sienten temor y están tristes y desilusionados, y les digo: rezar: jamás he
oído decir que ninguno de los que se han puesto bajo su protección e imploran
dos intercesión se haya visto abandonado …
Aunque María sea la Madre del mundo, es también mi Sra., mi
mujer. ¡la mujer-Señora! ¡oh Dios! Sí viene la guerra, será porque no nos
encomendamos a esta Sra., a la que Dios concedió el poder de aplastar la cabeza
de la serpiente. ¡María! ¡Madre de la paz! ¡Sra. Del mundo, ruega por nosotros!
¡por el amor de Jesús!
Radiomensaje del 4 de febrero de 1951
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