martes, 30 de octubre de 2012

noticias del Sinodo


CIUDAD DEL VATICANO, octubre 15, 2012 (Zenit.org) -. El siguiente es el texto de la intervención del arzobispo Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, en el Sínodo de los Obispos de la semana pasada.
"Esta intervención quiere unir la Nueva Evangelización y la iniciación cristiana y el catecumenado. ¿Puede el método del catecumenado practicado por la iglesia primitiva, con ciertas modificaciones y variaciones, servir como un método para la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana en los tiempos que corren? En cuanto a la actual misión de la Iglesia, el Concilio Vaticano ordenó que el catecumenado fuera restaurado y, de hecho, en 1972 apareció el Rito de Iniciación Cristiana para Adultos.
Me limito a una experiencia de iniciación cristiana que se conoce como el Camino Neocatecumenal, nacido en el ámbito e impulso del Concilio, y que ha sido ampliamente difundido y aprobado por el Papa como un método adecuado de formación católica. He conocido el Camino Neocatecumenal durante muchos años, desde sus inicios, y durante muchos años, he participado en tres formas. Como un catecúmeno, y no sólo como alguien que presta un servicio pastoral a la comunidad; como un sacerdote en busca de nuevos caminos apostólicos en el inmediato post- concilio; como un experto en teología pues he sido un profesor durante 14 años en una facultad de teología.
Durante ese tiempo, yo estaba tratando de establecer una relación entre el lenguaje de la teología y el lenguaje catequético, carismático y celebrativo del Camino Neocatecumenal. Voy a destacar algunos aspectos que me parecen relevantes para la Nueva Evangelización.
1) Los catecúmenos unen la dimensión personal y eclesial de la fe cristiana en una forma profunda y clara. Descubren el sentido de la Iglesia en la participación asidua de la comunidad. Se crea una hermandad profunda que tiene también repercusiones en las relaciones humanas y sociales. Cada persona siente el apoyo de los otros hermanos para vivir la vida cristiana en medio de una sociedad que muchas veces es indiferente e incluso hostil a la fe cristiana y la Iglesia.
2) A través del catecumenado, los participantes descubren las realidades fundamentales de la fe cristiana: el credo, los mandamientos de Dios con el espíritu del Sermón de la Montaña, la oración del Padre Nuestro y de los Salmos, los sacramentos - especialmente la Eucaristía y la Penitencia - la dimensión apostólica de la vida cristiana. No se inicia en los aspectos completentarios o devocionales, sino en las realidades básicas de la fe, que en la actualidad no podemos dar por sentada. Para la mayoría de los participantes es un catecumenado post-bautismal a través del cual redescubren el significado del bautismo ya recibido.
3) La celebración litúrgica se fortalece en cada uno a través del conocimiento y la lectura orante de la Sagrada Escritura. A lo largo de muchos años, y singularmente en América se había escondido el conocimiento de la Sagrada Escritura, pero ahora se ha manifestado esta insuficiencia. La evangelización requiere que la Biblia, los sacramentos y la vida cristiana se unan.
4) La Iglesia es la "patria" de todas las vocaciones. En el Camino Neocatecumenal, a través de la profundización en la fe y en la conversión, en el cultivo de la vocación bautismal, se abre un camino para que cada catecúmeno descubra o redescubra su vocación específica -al matrimonio cristiano, al sacerdocio ministerial, a la vida consagrada o a la itinerancia misionera. Insistir en la fe y la conversión a Dios es vocacionalmente fundamental. Sin esta base, los esfuerzos vocacionales son superficiales y en gran parte estériles.
5) El celo apostólico que se enciende como el fuego en los catecúmenos y en las comunidades a la medida que van madurando debe ser subrayado. La renovación del bautismo trae consigo el redescubrimiento de que «la vocación cristiana, por su misma naturaleza, es también vocación al apostolado".
6) La forma en que los padres transmiten la fe a sus hijos es hermosa y eficaz. Los niños, desde temprana edad, son invitados a participar en una celebración familiar de la Iglesia doméstica. Yo quería, a la luz de la historia del Camino Neocatecumenal, presentar no un proyecto sino una realidad concreta de la relación entre la iniciación cristiana y la nueva evangelización ".

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