martes, 17 de enero de 2023

¿En qué semana comienzan los fetos a sentir dolor?

 

Tratar de utilizar el argumento de que el feto no experimenta dolor hasta bien avanzado el embarazo para restar dramatismo a la práctica del aborto, constituye una manipulación intolerable. Hoy hay quien defiende que matar sin dolor es más humano, menos reprobable, más compasivo.

El doctor Carlo Bellieni, pediatra experto, afirma en Bioethics Today que “negar el dolor fetal en la segunda mitad del embarazo puede socavar el derecho a la analgesia de los bebés prematuros”.

Según comenta Bellieni, en los últimos meses hay quien argumenta en contra del aborto diciendo que los fetos pueden sentir dolor en el primer trimestre del embarazo, mientras que otros dicen lo contrario (ver más AQUÍ) .

En un artículo publicado en Nature Neuroscience, los autores señalan que no se puede decir que el feto siente dolor entre las 12 y las 14 semanas de gestación, afirmación con la que Bellieni está de acuerdo, y también que esta sensación no se puede sentir antes de las 24 semanas, lo que, según su criterio es difícil de demostrar.

Según el American College of Obstetricians and Gynecologists, la corteza cerebral, que es esencial para sentir dolor, se desarrolla después de la semana 24 o 25, mientras que en otro artículo argumentan que “es poco probable que la percepción del dolor fetal sea posible antes de las semanas 29 o 30 de embarazo”. Según afirma Bellieni “Este umbral tardío del dolor ha sido muy criticado, por sus frágiles bases fisiológicas, y porque todos los pacientes menores de esa edad, que están siendo atendidos, no recibirían en consecuencia ningún tratamiento analgésico”.

Dado que hay bebés que nacen muy prematuramente y algunos sobreviven con solo 22 semanas de embarazo y que fetos menores de 24 o 30 semanas de gestación pueden someterse a cirugía prenatal para curar algunas anomalías congénitas, estos bebés prematuros y fetos no recibirían analgesia si se aplicara el umbral del dolor tardío.

Merece destacar dos aspectos:

El primero es que según un artículo, la maduración del cerebro humano comienza en la tercera semana de gestación y crece y madura rápidamente durante el embarazo, por lo que sería imposible encontrar un umbral que estableciera los periodos en los que el feto experimenta o no  el dolor. Aunque, según otro artículo las conexiones entre los receptores periféricos y el tálamo en el cerebro fetal humano, que aparecen entre las 19 y las 22 semanas de gestación, permiten la percepción de dolor.

Recientemente Bellieni publicó un artículo en que asevera que el dolor fetal “es un fenómeno neuroadaptativo que surge en la mitad del embarazo, alrededor de las 20 a 22 semanas de gestación, y se vuelve cada vez más evidente para los espectadores y significativo para el feto durante el resto del embarazo“.

El segundo punto a comentar son las consecuencias que pueden derivarse de un umbral de dolor fetal estricto, como que los fetos sometidos a cirugía prenatal y los prematuros no tendrían acceso a los analgésicos durante las intervenciones quirúrgicas.

Actualmente, los neonatólogos y anestesistas administran medicamentos analgésicos a los fetos o recién nacidos durante la cirugía, pero ¿lo seguirán haciendo si se cuestionara la evidencia de la posibilidad de experimentar dolor en sus pacientes? Frente al dolor, siempre debemos usar el principio de precaución, por supuesto respaldado por la evidencia científica.

Valoración bioética

El planteamiento de si el feto puede o no experimentar dolor, que tal como se ha afirmado es muy difícil de resolver, no puede obviar la necesidad de actuar prudentemente en cualquier intervención sobre él que pudiera causarle sufrimiento. No utilizar analgesia ante una intervención que admite su uso, y justificarlo en la creencia de que el paciente no experimenta dolor, constituye una mala praxis y un acto maleficente inaceptable bioéticamente.

Por otro lado, tratar de utilizar el argumento de que el feto no experimenta dolor hasta bien avanzado el embarazo para restar dramatismo a la práctica del aborto, constituye una manipulación intolerable. Hoy hay quien defiende que matar sin dolor es más humano, menos reprobable, más compasivo. Matar sin dolor en la eutanasia, en la pena de muerte o en el aborto provocado. Atentar contra la vida siempre es reprobable, independientemente de que se haga con analgesia o no. En el aborto sufre la madre que aborta, sufre el feto abortado y, si no experimenta dolor, sufre la violencia de quien termina con su vida sin más.

Julio Tudela y Ester Bosch. Observatorio de Bioética

No hay comentarios:

Publicar un comentario