jueves, 10 de mayo de 2012

Via Crucis con Maria y otros

VIACRUCIS CON MARIA
Ven alma mía, ven a mi lado sé mi consuelo en esta hora de prueba. Sígueme y te llevaré por la senda de la perfección, que es la del Calvario. Atiende a mis palabras y aprenderás a amar y a su sufrir a ejemplo de mi Divino Hijo, que tanto sufrió por tu amor, y sufriendo, quiso redimirte, para que aprendas tú a santificarte padeciendo por su amor.

Estación I. Jesús condenado a muerte
Si quieres consolarme no lograrás disminuir mi dolor, si no veo en ti un eficaz ánimo para seguirme en el doloroso camino que voy a comenzar siguiendo los pasos de mi amado Hijo y Señor, Jesús; para esto necesitas en primer lugar, renunciar a todo cuanto pueda impedir en ti el cumplimiento de los designios de la Divina Providencia. Mira cómo Jesús y yo, hemos renunciado ya a todo, ni Él usa de su Poder contra el malvado e injusto juez, o hacer inútil su injusta sentencia, pues no hay nada imposible para El que es Dios; ni yo empleo mi eficaz intercesión para impedir esta injusticia, porque vemos en ella la Voluntad del Padre Celestial, por eso Jesús renuncia todo lo terreno, incluyendo su propia vida, y yo uno mi sacrificio al suyo, y me resigno también a la privación de mi Hijo, mediante una muerte deshonrosa... Si quieres consolarme, tienes primero que seguir nuestro ejemplo, y desligar tu alma de todo lo que te impida cumplir fielmente la Divina Voluntad. Por la sentencia de muerte, que para redimirte escuchó y aceptó mi Divino Hijo, yo te pido que dictes tu propia sentencia de muerte contra todo lo que a ti te aparte del amor de Jesús. ¿Darás este consuelo a mi doloroso Corazón?

Estación II. Jesús cargado con la Cruz
Contempla ahora cómo cargan sobre los lastimadísimos hombres de Jesús, la misma Cruz en que va a ser atormentado. Si pudieras conocer los sentimientos íntimos de su Alma, verías con qué ansias la esperaba y con qué alegría la recibe; pero mira al manos, ¡con cuánto amor la abraza!, antes de cargarla sobre sus destrozados hombros... ¿No te conmueve este ejemplo de Jesús, que sin merecerlo, sin necesidad de padecer, abraza con verdadera alegría al madero en el que iba a morir para salvarte? Alma querida, no te contentes con vaciarte de ti misma; es preciso que te asemejes en todo a Jesús, El sea tu Modelo, ahora que lo ves abrazando la Cruz; pero para que te sea más fácil conseguirlo, acércate más a mí, y te enseñaré a abrazarla, como yo también lo hago, porque tengo mi ser y mi querer totalmente identificados y fundidos con los de mi Divino Hijo.

Estación III. Jesús cae por primera vez
No te desanime el temor de que caerás; ¿No vez el ejemplo de mi Divino Hijo? Él también cayó, no porque le faltara Poder para evitar el golpe, sin porque preveía que tú habías de caer; y como en todo quiere servirte de modelo, necesitaba enseñarte a caer y a levantarte. Las piedras del suelo y lo accidentado del camino, junto con los empujones de la gente, le hicieron perder el equilibrio, y cayó..., pero se levanta tan pronto su llagado cuerpo se lo permite, y cargando de nuevo su amada cruz, prosigue su doloroso camino... regándolo con la Sangre de sus múltiples heridas, que se renovaron en su caída... También en tu camino encontrarás dificultades, pruebas y contradicciones, pero no sueltes por eso la Cruz, y si caes, acude enseguida a mí, que te ayudaré a levantarte con más ternura que la que tuvieron los soldados que, a golpes, levantaron a mi Hijo, y pondré de nuevo la cruz sobre tus hombros, para que en nada te diferencies del único Modelo, que sabe señalar con su Divina Sangre el camino estrecho que conduce al Cielo.

Estación IV. Jesús se encuentra con María
No puedes conocer el afecto que iba envuelto en mi mirada, hacia Aquél que es mi Hijo, mi Dios, mi vida, mi respiración, nadie más que El mismo , pudo explorar el amarguísimo mar de mi Corazón. Mi vista se encontró con la de mi Hijo, y en aquella mirada que compartimos, nos compartimos todos nuestros dolores, pues los límites del dolor, por el amor se igualan... A la vista de nuestros dolores, nuestro sufrir se incrementó, y nos dimos un martirio mutuo, a pesar de la ternura con la que nos amábamos; ahí tienes una nueva lección, para que aprendas a sufrir las cruces que te ocasionan los que te aman. ¡Cuántas cruces te esperan por todas partes!... Pero tú, ten la vista siempre fija en Jesús. También Jesús y yo sabíamos que íbamos a sufrir y nos miramos para unir nuestro dolor... ¡en sufrir por amor, gozan los que se aman!

Estación V. Jesús es ayudado a llevar la Cruz
Ten ánimo, alma muy amada, y agranda tu corazón, viendo el ejemplo de mi Divino Hijo, que también sintió el peso de su Cruz, y también se vio abrumado por su desproporcionada carga y necesitó ser ayudado a llevarla para poder llegar al monte del sacrificio. ¡Cuánto sufrió entonces mi Corazón de Madre al no poder ayudar con mis propios brazos al Hijo de mis entrañas! Pero ahora contigo es muy distinta mi situación; cuando sufras y te sientas agobiada por el peso de tu cruz, cuando te parezca que no puedes continuar, acude a mí, llámame, y yo acudiré inmediatamente, te ayudaré a llevarla: ¡haré contigo el oficio que Simón de Cirene realizó con mi querido Hijo! ¡Teniendo mi ayuda, aceptarás soportar la cruz, que el Señor, por tu bien, te envía! ¿Por qué no acudes a mi con mayor frecuencia y confianza, cuando te sientas agobiada por su peso? ¿Olvidas que más que tu Reina, soy tu Madre?

Estación VI. Jesús y la Verónica
Mira, ahí tienes a Verónica, ve cómo se abre paso entre los soldados y limpia con su velo el sudor, la Sangre, el polvo y demás suciedades que afeaban aquel Rostro sin par, en que los Ángeles se miraban con respeto y admiración... De modo semejante haré que se compadezca de ti algún alma sencilla y buena, procurando mediante ella, limpiarte de esas imperfecciones y pecados que afean más a tu alma, por esos pecados estaba desfigurado el bellísimo Rostro de mi Ho, tu Salvador... Ocasionaré a tu lado un director espiritual, que con el lienzo tosco de la mortificación te limpie de todos esos defectos, que le ennegrecen y desfiguran... ¿te dejarás limpiar? ¿Impedirás que la dolorida Faz
de mi amado Jesús quede impresa en tu alma?

Estación VII. Jesús cae por segunda vez
Contempla cómo se portan con mi Divino Hijo y Redentor del mundo... le llevan atado cruelmente, a empujones le impiden avanzar y entre todos le hacen caer por segunda vez... Pero no se detiene ahí su crueldad inhumana, fíjate bien cómo le obligan sin compasión alguna a levantarse, renovando con nuevos golpes todas sus heridas... ¡heridas que se abrieron para lavar sus culpas! Así son los hombres mundanos, malos y perversos, ¡ayudan a caer! Y ni siquiera tienen compasión de los caídos... Huye del mundo, y no consientas nunca que tu corazón esté atado a lo mundano. Pero si, a pesar de tus preocupaciones y esfuerzos, caes, acude a Mí, que yo te levantaré con tiernos y maternales cuidados, como las madres levantan a sus pequeños.

Estación VIII. Jesús encuentra a las mujeres
Tal vez encuentres en tu camino, algún alma, que sinceramente llore tus contrariedades, pero ¡cuán pocas serán estas! En tal caso agradece sus consuelos, procurando no dejarte vencer en generosidad, pero no pongas en ello tu felicidad, pues es cosa pequeña el humano consuelo. Ya vez lo que hizo el Dulcísimo Jesús con aquellas hijas de Jerusalén, a quienes vio derramar lágrimas de compasión; les dijo que no lloraran por El, sino por ellas mismas y por sus hijos, por las desgracias que les iba a suceder; porque si veían tratar de aquel modo al Árbol lleno de frutos, ¿cómo sería con l árbol seco y sin frutos? Los consuelos exteriores, a veces impiden el propósito final de nuestro fin sobrenatural. El alma que quiere ir adelante por el camino que marca la Preciosísima Sangre de mi Jesús, solamente debe desear junto conmigo, lo que desea Jesús...

Estación IX. Jesús cae por tercera vez
Es verdad, hija mía, que el sufrimiento obstruye nuestros gustos, y aún entonces el dolor fatiga y debilita nuestro cuerpo... pero mira, para servirte de consuelo y ejemplo ahí tienes a mi amadísimo Hijo, caído por tercera vez en tierra a causa de su debilidad. Pero como en el alma no le faltaban fuerzas para amar la Cruz, observa cómo suplen las fuerzas espirituales a las que naturalmente debían faltar a su Cuerpo herido y desangrado, y se levanta para proseguir con buen ánimo hasta la cina del Calvario... Aprovéchate de esta preciosísima lección y sustituye con los grandes anhelos de tu corazón las fuerzas corporales, cuando veas que te faltan para continuar el camino de la virtud. Dios no quiere almas caídas y que quieran permanecer así; ¡ánimo! Yo te daré mi mano para que te levantes y continúes por el camino que te diseñará mi bendito Hijo, marcándolo con sus ensangrentadas huellas.

Estación X. Jesús es despojado de sus vestiduras
¡Ah! Si tú pudieras conocer los misterios, que se desarrollaron en estos momentos sobre el Calvario, que se convirtió en el altar del sacrificio sangriento del mismo Dios. Ya que el entendimiento nunca logrará comprender los íntimos sentimientos del alma de mi Hijo, mira, al menos sus acciones exteriores que bastante podrás aprender considerándolas... ¿Ves cómo le quitan sus vestiduras? ¿Cómo se reparten su ropa y sortean su túnica que con tanto amor yo le tejiera? Una lección de esto es que, para disponerte al sacrificio, necesitas primero despojarte de todo, al menos con el afecto... Quien se haya apegado a las cosas de la tierra, no puede estar dispuesto a entregarse totalmente a Dios, si no tiene voluntad para desligarse de ellas, aunque esto le cueste mucho y deba derramar sangre, como la vertió mi amadísimo Hijo por las heridas que le renovaron al quitarle su ropa.

Estación XI. Jesús es clavado en la Cruz
Contempla cómo clavan en el santo madero de la Cruz a un Cuerpo delicadísimo, fruto de mis virginales entrañas, que si no fuera por la certeza de que es mi Hijo, apenas podría reconocerlo por causa de las heridas que le han convertido en una dolorosísima Llaga... Míralo bien levantado sobre la tierra, regándola con su Preciosísima Sangre que brota de los hoyos que le han hecho los duros clavos... Ahí tienes cómo trata el Cordero Inocente a su propio Cuerpo, tan sólo por haber cargado con los pecados ajenos. ¿y tú, estás esclavizada a tu cuerpo, a tus gustos de comida, bebida, vestido, o tienes crucificado tus sentidos, para dar con ellos solamente Gloria a Dios y servicio útil a los demás para su salvación? Dios se deja crucificar por redimirte... ¿y tú me preguntas qué debes hacer viendo tal ejemplo?...

Estación XII. Jesús muere en la Cruz
Aún te falta, alma mía, el último sacrificio, que es el resumen de todos; es preciso, que a ejemplo de mi Jesús, mueras simbólicamente y entregues tu espíritu en manos de tu Creador, para que renazcas a nueva vida. Debes de morir y sacrificarlo todo, para poder decir después que ya no eres tú quien vive, sino mi Jesús el que vive en ti, porque tu voluntad, es una sola cosa con el Querer Divino... Para este cambio de vida, yo puedo encargarme de ayudarte a ejecutarlo, si te pones totalmente en mis maternales manos, siguiendo el encargo que me hizo mi Divino Hijo desde este mismo árbol de la Cruz antes de expirar, cuando me constituyó como Madre tuya. Por los dolores que yo sufrí entonces al pie de la Santa Cruz, te pido, que escuches a mi moribundo Hijo, y sacrificándolo todo, muriendo a todo, te entregues a mí, para que yo te enseñe a vivir en, con, para y por Cristo.

Estación XIII. Jesús es bajado de la Cruz y puesto en los brazos de la María
Ahora que has muerto a todo lo mundano, y voluntariamente sacrificada en la Cruz por amor, ven, ven hija a mis brazos, en estos brazos en los que también descansó el Cuerpo sin vida de mi Jesús... Los dolores que sufrí al estrechar contra mi pecho aquellos miembros Divinos cubiertos de heridas y helados por el frío de la muerte, los veo ahora consolados, al poder recibir entre mis brazos a tu ser muerto para todo lo que es el mundo, pero viviendo la verdadera Vida, que sabe comunicar la Gracia a las almas crucificadas con Cristo...

Estación XIV. Jesús es sepultado
Ven conmigo al Sagrado entierro del venerado cadáver de mi divino Hijo... Acompáñame en este último paso de mi vía dolorosa, y aprenderás a sufrir hasta el fin. Pero lo que más quiero que medites es sobre el misterio que encierra el hecho de haber sido sepultado Aquél que siendo Resurrección y Vida había de salir triunfante en breve tiempo, de entre los muertos. Entre otros fines, Dios lo dispuso así, para que tú aprendieras también a sepultarte en vida, y ya que estás muerta a los sentidos y sólo para El vives, te contentes con la vida interior de Fe y Amor, que reflejarás en tu diario vivir, contagiando a los demás de la alegría del Resucitado, mientras que todo tu consuelo y tu corazón, estén encerradas con El, en la espera de reunirte a Jesús, en la Verdadera Vida, donde la felicidad no tiene fin, y se incrementa momento a momento. Sigue, con el ejemplo de mi Santísimo Hijo, el camino de la humildad, y comparte con El la soledad del sepulcro, manteniendo siempre viva la esperanza en sus Palabras, que prometen al que le es fiel, la recompensa eterna.




Via Crucis Jasna Gora
Jerzy Duda Graz ( 1941 -2004 ) pintor polaco sibtio nen su alma el desgarro, Pintor polaco. Sintió en su alma el desgarro, las desavenencias, las masacres... y el perdón, la resistencia, la lucha por un mundo mejor. Se pregunta continuamente por la influencia de Jesús en la Historia de la Humanidad, en los acontecimientos de la vida de cada uno. En medio de una enfermedad encontró el camino, descubrió a Jesús como Salvador suyo y del mundo. Durante dos años plasmó su encuentro con Cristo en este Vía Crucis para ayudarnos a recorrer el nuestro, junto con tantos que buscan. Son unas imágenes llenas de fuerza y de fe.

1ª ESTACIÓN: CRISTO CONDENADO A MUERTE.
¿Quién condena a Cristo en nuestros días?
*Jueces ciegos que se lavan las manos, que condenan al pobre...
*Micrófonos (prensa, radio, TV...) que difunden falsas ideologías manipulando a la gente, engañándolos:"Dios no existe", "Los niños no nacidos, los ancianos, no tienen valor", "tanto tienes, tanto vales" "vótennos"... Y tanta mentira... La verborrea vacía ocupa el lugar de la voz de Dios. Se condena la verdad y la justicia. ¡Cuanta gente injustamente condenada!
MIRAMOS, ORAMOS.

2ª ESTACIÓN: CRISTO ABRAZA LA CRUZ
+Creados a imagen de Dios, hechos hijos de Dios por el bautismo, el mal que hago destruye mi persona, me debilita, me conduce al error sobre la vida. Hay tanto enfermo del cuerpo y del alma...
+Cristo nos cura, toma en su cruz el mal del mundo, el mío y me devuelve la vida de hijos de Dios. ¿A quién estoy yo pidiendo luz y fuerza?

3ª Estación: Cristo cae por primera vez, bajo el peso de la Cruz.
No es fácil entender a Dios, ni aceptar sus caminos. ¿Cómo comprenderlos?
Si es Todopoderoso ¿Cómo es que cae en tierra? ¿Cómo sufre tanta humillación?
¿Por qué no acaba con tanta perversidad, corrupción, mentira...? ¿Cómo no destruye a esa gentuza?
Cristo no aniquila, ama.
Ama a cada uno, lleva nuestras maldades en la Cruz para darnos vida. Sufre mi maldad. ¿Comprendo su dolor y su amor?
OREMOS.

4º Estación: Cristo se encuentra con su Madre
¿Dónde se encuentra a su Madre?
*En cada santuario mariano donde Ella atrae a sus hijos para conducirlos a El.
*En las madres con sus hijos recién nacidos, en las que sufren por ellos, en las que lo serán en el futuro...
*En cada mujer que ha dado y sigue dando vida.
*En la mujer que ora a Dios con confianza.
OREMOS A MARÍA PARA QUE NOS AYUDE A
ENCONTRAR A SU HIJO.

5ª Estación: El Cireneo ayuda a Cristo a llevar la Cruz.

6ª Estación: Verónica limpia el rostro de Cristo.
¿QUIÉNES SON LAS VERONICAS DE HOY?
*Tant@s que pasan su vida al lado del enfermo.
*Todo el que pasa su vida ayudando al otro.
*La enfermera. Podemos ser cada uno de nosotr@s.
*Cuando compartimos un plato de comida, cuando nos solidarizamos con el Tercer mundo, cuando Caritas no encuentra generosos...
"Todo lo que hiciste a uno de mis pequeños hermanos, a Mí me lo hiciste", dice Jesús.
CONTEMPLAMOS Y ORAMOS.

7ª Estación: Cristo cae en tierra por segunda vez
En medio de una multitud que camina con prisa y agobio, quizá preparando las fiestas de Semana Santa... Cristo cae, pero lucha todavía, está vivo... Nosotros pensamos en nuestras cosas, en nuestros ritos y costumbres.
Sólo un perrito y una niña le reconocen, se fijan y se solidarizan con El.
¿DÓNDE ME PONGO? ¿A QUÉ O A QUIÉN ATIENDO MÁS?
PENSEMOS, OREMOS.

8ª Estación: Cristo consuela a unas mujeres.
TODOS BUSCAMOS CONSUELO
*La religiosa en su convento, la madre atareada con sus hijos, la prostituta tratada como mercancía, grandes y chicos todos buscamos ser consolados, acogidos...
*Cristo, que va a ser crucificado, sí puede consolarnos.
Al fondo, los confesionarios tienen luz verde como signo de reconciliación y perdón: "Vengan a Mi todos los cansados y agobiados y yo les consolaré". "Y te devolveré la amistad con Dios y con los hermanos".
OREMOS.

9ª Estación: Cristo cae a tierra por tercera vez.
Cristo está agonizando
¿Qué cosas le causan hoy tanto sufrimiento?
El cuadro aporta algunos, sobre todo de los niños:
+El sufrimiento de niños inocentes. +La prostitución infantil.
+La inmensidad de los abortos provocados.
+Los niños forzados a ir a la guerra.
. +Los niños desnudos de cariño, no deseados, los de la calle, los que viven sin
amor...
Pero al fondo está la Escalera de Jacob que sugiere el ascenso a Dios:"De los
que se hacen como niños es el Reino de Dios".
¿MORTIFICO A ALGUIEN? ¿QUÉ HAGO PARA ALIVIAR EL
SUFRIMIENTO A MI ALREDEDOR?

10ª Estación: Cristo despojado de sus vestidos.
Contraste entre Cristo desnudo y la Fiesta de Corpus con sus adornos, flores, vestidos, compras... Preparamos bien la fachada. Olvidamos que El está desnudo de todo. En El sólo queda su Cuerpo que expresa el amor total del Padre por nosotros. Honrar a Cristo en la Eucaristía y en el hermano.
CONTEMPLAMOS Y ORAMOS

11ª Estación: Cristo es crucificado

•12ª Estación: Cristo muere en la Cruz
Elevado en la Cruz, entregada la vida hasta la última gota de sangre, Jesús suscita una multitud de hombres y mujeres que "cargan con su cruz y le siguen". El grano de trigo muerto en la cruz ha dado el fruto más abundante: una multitud de mujeres y hombres que
siguen el camino del Evangelio.
Unos conocidos: los santos canonizados. Al frente.
Otros: una inmensa multitud, anónimos, cercanos, vecinos nuestros, generosos, consuelo de los que sufren, esperanzados, luchadores, testigos de Jesús. Sus cruces y su presencia son incontables.
ADORAR A CRISTO, SEGUIRLE.
¿DÓNDE ME COLOCO YO?

13ª Estación: El Cuerpo de Cristo en brazos de su Madre: La Piedad.
Cristo que muere por el pueblo, en brazos de María. Evoca a Polonia y su martirio... pero están todos pueblos del mundo. Detrás de la Cruz los martirizadores del mundo, los mortificadores de la gente de ahora y de todos los tiempos (se ve a Hitler, entre otros). Pero la muerte del Hijo de Dios servirá para hacer de todos los pueblos una Familia unida por el signo salvador de la Cruz.
PRESENTARÉ EL CRUCIFICADO AL MUNDO, PARA QUE SEA AMADO.

14ª Estación: Cristo depositado en el sepulcro.
¿Dónde lo sepultaron? El cuadro evoca los campos de exterminio nazis: Cristo sepultado junto a cientos de miles allí asesinados y quemados... Los libros, que pretenden cubrir a Cristo, sugieren las ideologías destructoras que intentan ocultar su voz y su presencia: racismos, imperialismos, comunismos, liberalismos depredadores, corruptores de mentes, explotadores de los pobres... Y tantos otros que pretenden avasallar la dignidad humana. Pero nadie podrá acabar con la presencia de Jesús y su amor: es el Camino, la Verdad y la Vida. Tiene la última palabra sobre el hombre y la historia.
"SEÑOR, TU TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA".

15ª Estación: La Resurrección.

16ª Estación: El Apóstol Tomás
Nos cuesta creen en aquello que está más allá de nuestros ojos y dedos. Pero lo fundamental lo conocemos con el corazón, con el amor y la fe. Tomás pasa de lo primero a lo segundo: Después de dudar, afirma: "Señor mío y Dios mío" y comienza a ver claro quien es Jesús y a cambiar su vida: se hace discípulo y misionero. ¿Y en esta Babel del mundo, yo donde me coloco?
OREMOS

17ª Estación: Galilea y nuestro hoy.
Cristo da disposiciones a Pedro, a los Apóstoles, a sus sucesores y a todos sus discípulos:
+"Apacienta mis ovejas..."
+"Echen las redes..."
+"Serán mis testigos..."
+"Remen mar adentro..."
+"Primero el Reinado de Dios y su justicia..."
+"Sean uno ... para que el mundo crea..."
+"En mi nombre se anunciará la conversión y el perdón de los pecados..."
+Y, en la Eucaristía, nos dice "Este soy Yo"
OREMOS

18ª Estación: La Ascensión.
Cristo concluye su camino, su Vía Crucis y Vía Lucis, ascendiendo hasta el Padre: "sentado a su derecha". El es ahora el Centro del Cielo y de la Humanidad.
Es el imán, la fuerza, que nos atrae hacia lo alto, hasta la plenitud de la Vida eterna, que es la Patria Última de todos los pueblos del mundo. "Ustedes recibirán el Espíritu Santo para que sean mis testigos".
OREMOS Y DEMOS GRACIAS.
CAMINARÉ EN PRESENCIA DEL SEÑOR.

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