sábado, 23 de abril de 2011

Descendió a los infiernos

En el Credo de los Apóstoles proclamamos que Cristo "descendió a los infiernos". Este Credo, formulado en el siglo V, se refiere al descenso del alma de Cristo, ya separada del cuerpo por la muerte, al lugar que también se llama "sheol" o "hades". El Cuarto Concilio Lateranense, en el 1215, definió esta doctrina de Fe.
En este caso "infierno" no se refiere al lugar de los condenados sino que es "el lugar de espera de las almas de los justos de la era pre-cristiana" (Ott, p. 191). Entre la multitud de justos allí esperando la salvación, estaba San José, los patriarcas y los profetas, como todos aquellos que murieron en paz con Dios. Todos necesitaban, como nosotros, la salvación de Cristo para poder ir al cielo.

Ver en las Sagradas Escrituras: Hehos 2,24; 2,31; Flp 2,10, 1Pedro 3,19-20, Ap 1,18, Ef 4,9.
Padres de la Iglesia que enseñaron esta doctrina incluyen: San Justino, San Ireneo, San Ignacio de Antioquía, Tertuliano, San Hipólito, San Agustín.
Santo Tomas Aquino enseña que el propósito de Cristo en descender a los infiernos fue liberar a los justos aplicándoles los frutos de la Redención (S.Th.III, 52, 5).


ORACIONES DE LA LITURGIA PARA ESTA SANTA NOCHE DE PASCUA*:
-Que te dignes regir y conservar a tu Santa Iglesia, te rogamos, óyenos.
-Que te dignes conservar en la santa religión al Papa y a todos los órdenes de la Iglesia, te rogamos, óyenos.
-Que te dignes humillar a los enemigos de la Santa Iglesia, te rogamos, óyenos.
-Que te dignes dar a los reyes y príncipes cristianos paz y verdadera concordia, te rogamos, óyenos.
-Que a nosotros mismos te dignes confortarnos y conservarnos en tu santo servicio, te rogamos, óyenos.
-Que des los bienes sempiternos a todos nuestros bienhechores, te rogamos, óyenos.
-Que te dignes dar y conservar los frutos de la tierra, te rogamos, óyenos.
-Que te dignes dar el descanso eterno a todos los fieles difuntos, te rogamos, óyenos.
-Que te dignes escucharnos, te rogamos, óyenos.
-Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
-Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
-Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.
-Cristo, óyenos.
-Cristo, escúchanos.

*(Segunda parte de las letanías -fragmento- que se rezan en la liturgia, luego de terminada la renovación de las promesas del bautismo).

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