martes, 2 de mayo de 2023

¿Sufre el ser humano antes de nacer?

El planteamiento de si el feto puede o no experimentar dolor, que es muy difícil de resolver, no puede obviar la necesidad de actuar prudentemente en cualquier intervención sobre él que pudiera causarle sufrimiento.

El sufrimiento fetal y los cuidados paliativos son los dos grandes temas que se debatieron en la 12ª Conversación de Bioética que organizó la Cátedra Internacional de Bioética Jérôme Lejeune el pasado 24 de marzo. Dicho evento tuvo lugar en el Instituto de Formación de la Fundación Jérôme Lejeune que se acaba de inaugurar. Este fue moderado por la Dra. Elena Postigo, Directora Académica de dicha cátedra.

Negado hasta hace apenas unos años

El debate sobre si el feto sufre en el vientre de su madre antes de nacer fue abordado por el Dr. Carlo Bellieni, pediatra, neonatólogo experto en dolor fetal y neonatal.

Según Bellieni, «aunque parezca increíble todavía hay expertos que en los arranques de este siglo XXI negaban el sufrimiento fetal por varias razones, como que la corteza cerebral no estaba formada, que no había movimientos faciales o que siempre estaban dormidos. La corteza cerebral no se desarrolla por completo hasta la adolescencia, por lo tanto, sería como decir que no existe dolor hasta ese momento”, explicaba el Dr. Bellieni. “En los fetos se ha demostrado que, por ejemplo, hay estados de vigilia, y en momentos de estrés se disparan ciertos niveles de hormonas”. Así, el profesor de la Universidad de Siena abogó por el uso de fármacos para evitar el sufrimiento fetal en el caso de que fuera necesario intervenir dentro del útero materno. Determinadas sustancias, transferidas por la madre al feto a través de la placenta que ayudarían a reducir el dolor no serían suficientes para suprimirlo.

Además, en el caso de neonatos, la evidencia acumulada apunta a la necesidad de sedar al recién nacido al que haya que intervenir quirúrgicamente por diferentes razones médicas. Sorprendentemente, es algo que no se realizaba, aunque nos resulte increíble, hace apenas algunas décadas.

Bellieni afirmó que “la medicina occidental está basada en el lenguaje, en el consentimiento informado. Tratar con quién no se puede expresar es el terror de nuestra medicina. Así, hablar del dolor fetal es hablar en favor de todos los que se no pueden expresar”.

Los cuidados paliativos perinatales: ayudar cuando se espera la vida y llega la muerte

Conversaciones de Bioética en la Cátedra Jérôme Lejeune

El Dr. Felipe Garrido, médico pediatra, neonatólogo del Departamento de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid, fue el encargado de ahondar en los cuidados paliativos aplicados en el periodo perinatal, que constituyen una prioridad, ya que en este periodo se da el 34 % de la mortalidad durante todo el periodo de la infancia. Destacó que, en casos de enfermedad grave del feto, a veces a los padres solo se les ofrece una opción, el aborto, pero deben saber que no es la única. Para ello ofreció el testimonio de unos padres, los de Elena, a la que en la semana 20 se le diagnosticó que no había desarrollado todo el cerebro (anencefalia) y moriría tras su nacimiento. Sus padres buscaron ayuda y decidieron seguir adelante. Elena vivió 2 horas y 11 minutos pero “fue una vida plena de amor. Murió no a manos de una madre, sino en brazos de una madre”.

El Dr. Garrido citó la definición que la Dra. Ana Martín-Ancel, del Hospital Sant Joan de Déu, hace de estos cuidados: “son cuidados diseñados para mejorar la calidad de vida de los recién nacidos gravemente enfermos, sin posibilidad de curación, para ayudar a sus familias a establecer un vínculo real con el niño, proporcionándoles el máximo confort posible, intentando posibilitar una vivencia de amor. Los cuidados paliativos tienen, como objetivo, no ayudar a morir al recién nacido, sino ayudar a vivir el final de su vida, optimizando la calidad de vida del bebé y de sus familias. Humanizar, acompañar y tranquilizar a los padres, con una atención personalizada y centrada en la familia es la clave. En las visitas previas es fundamental resolver sus dudas, que normalmente están centradas en si el bebé va a sentir dolor o insistir en los aspectos positivos. Todo el equipo presente durante el momento del parto tenemos que estar alineados con el plan decidido por los padres. A veces, incluso han estado presentes los hermanos porque así lo han querido vivir”, explicó.

¿Cuándo empieza el feto a sentir dolor según la ciencia?

Como ya recogimos en nuestro Observatorio recientemente, hay quien argumenta en contra del aborto diciendo que los fetos pueden sentir dolor en el primer trimestre del embarazo, mientras que otros dicen lo contrario. En un artículo publicado en Nature Neuroscience, los autores señalan que no se puede decir que el feto sienta dolor entre las 12 y las 14 semanas de gestación, pero otros investigadores afirman que   las conexiones entre los receptores periféricos y el tálamo en el cerebro fetal humano, que aparecen entre las 19 y las 22 semanas de gestación, permiten la percepción de dolor.

En este sentido, el doctor Carlo Bellieni afirma en Bioethics Today que “negar el dolor fetal en la segunda mitad del embarazo puede socavar el derecho a la analgesia de los bebés prematuros”.

Valoración bioética

Para el Dr. Julio Tudela, Director del Observatorio de Bioética, “el planteamiento de si el feto puede o no experimentar dolor, que es muy difícil de resolver, no puede obviar la necesidad de actuar prudentemente en cualquier intervención sobre él que pudiera causarle sufrimiento. No utilizar analgesia ante una intervención que admite su uso, y justificarlo en la creencia de que el paciente no experimenta dolor, constituye una mala praxis y un acto maleficente inaceptable bioéticamente. Por otro lado, tratar de utilizar el argumento de que el feto no experimenta dolor hasta bien avanzado el embarazo para restar dramatismo a la práctica del aborto, constituye una manipulación intolerable. Hoy hay quien defiende que matar sin dolor es más humano, menos reprobable, más compasivo. Matar sin dolor en la eutanasia, en la pena de muerte o en el aborto provocado. Atentar contra la vida siempre es reprobable, independientemente de que se haga con analgesia o no. En el aborto sufre la madre que aborta, sufre el feto abortado y, si no experimenta dolor, sufre la violencia de quien termina con su vida sin más”.

 Ver Jornada completa de la Cátedra de Bióetica de Jérôme Lejeune AQUÍ.

 

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