sábado, 20 de enero de 2018

una explicacion piramidal

veritas et vita 19 septiembre, 2017
 El dios hindú con cabeza de elefante en un santuario ceutí, puede servir como reflexión acerca del problema del ecumenismo. ¿Por qué proscribir al dios-elefante, pero permitir el culto judío del entonces cardenal Bergoglio con una kipá y la menoráh? ¿Por qué evitar poner al dios-elefante al mismo nivel del niño Jesús, pero sí a Buda, tal como se refleja en aquel video del Papa donde se juntan figuras de estas representaciones?
 La perspectiva del ecumenismo interreligioso es que, dado que todos creemos en un mismo Dios, ¿por qué no rezarle juntos? En principio parecería algo bueno, pero el problema de aprovechar lo común es que implica apartar lo que no lo es. Partamos de una perspectiva piramidal. Si un cristiano reza, a quien dirige sus oraciones en la cúspide de la pirámide es a Dios Santísima Trinidad, mientras que el cuerpo lo forman la Virgen, la Iglesia, los santos, etc. Sin embargo, si rezamos con los judíos, en la cúspide de la pirámide estará Dios Padre pero excluyendo a Dios Hijo.Ni qué decir tiene, que también se excluye a María, a la Iglesia, etc. Si rezamos con los budistas, ya no nos dirigimos ni siquiera a Dios.
Al final, como en el video del Papa, podemos decir que todos tenemos en común el amor. Y sí, Dios es amor, pero el amor no tiene por qué ser Dios. De ahí que en el video todos rematen con la palabra “amor” evitando la palabra “Dios”. En definitiva, cuando se escenifica que lo importante es lo común, los creyentes entenderán que nuestra Fe es solo una rama sui generis de altruismo religioso. Desde luego, para eso Cristo no hubiera tenido necesidad de enfrentarse a los judíos, ni de fundar Su Iglesia. Tampoco nosotros tendríamos la necesidad de aceptar las leyes de Cristo.
La oferta religiosa es muy amplia, algunas muy laxas, y parece ser que todas están al mismo nivel. Las amistades con los que no creen pueden ser buenas y caritativas. Sin embargo, al crear nuevos ritos interreligiosos, se escenifica que lo importante no es el Evangelio sino los elementos comunes, así que al final acabamos por desechar verdades que dignifican a Cristo, a ver si llegamos a algún tipo de consenso ecuménico, aunque sea por un día. Por supuesto la Iglesia justifica su postura explicando que este no es su propósito, pero no se puede conformar con esto dada la confusión generada y las muchas ofensas reales que se producen, aún sin querer, a Cristo.
El vicario de Ceuta (finalmente no ha sido retirado del cargo), seguro que no cree que un dios-elefante es igual a Jesús, seguro que solo quería un acto de amistad, seguro que pensaba que al fin y al cabo hacía lo mismo que Roma, pero ahí estaba un dios falso a los pies de Nuestro Señor crucificado en el Calvario. Si retiramos a Jesús de la cúspide de nuestras oraciones, Él nos dirá: Yo soy el camino, la verdad, y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14: 6).




DOCTORES TIENE LA IGLESIA.
La expresión se usa cuando no tenemos una opinión formada y nos basamos en otros expertos desconocidos para cuestiones difíciles de explicar.
La frase original es:
«-Además del credo y los Artículos, ¿creéis otras cosas?
-Sí, padre, todo lo que cree y enseña la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
-¿Qué cosas son esas?
-Eso no me lo pregunte a mí que soy ignorante. Doctores tiene la Santa Madre Iglesia que os sabrán responder.»,
y figuraba en el Catecismo de la Doctrina Cristiana, obra del padre Gaspar Astete, de la compañía de Jesús, que se publicó en el siglo XVI y superó las 600 ediciones, traduciéndose a todas las lenguas europeas.
Ya véis.
Lo de la fe del carbonero.
De aquellos polvos, estos lodos.
Hemos sabido evangelizar a ignorantes y analfabetos.
Pero vamos a tener que ponernos las pilas para evangelizar a la gente que tiene acceso a Internet.



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