domingo, 21 de enero de 2018

el gran silencio

"Sed santos como yo soy santo" (Lv 19:2). Esto no significa envolverte en un manto protector de rituales religioso sino aceptar tu propia expiación: reconciliar quién eres tú con tu pasado, encontrando sanción y amor, y caminando por la verdadera esperanza. La santidad no es tanto "separación" de lo profano cuanto "consagración" a lo sagrado, y en ese sentido, es un tipo de "teshuvah", de conversión, un retornar de corazón a la realidad... Negativamente hablando, "ser santo" es dar la espalda al miedo, a la desesperación, a la ira. Positivamente hablando, es abrazar la valía y el valor de la vida, respetar la Presencia Divina y caminar en el resplandor del Amor de Dios. "Vuélvenos a ti, Señor". (Hashivenu Adonai)
"Sed santos como yo soy santo" (Lv 19:2). Esto no significa envolverte en un manto protector de rituales religioso sino aceptar tu propia expiación: reconciliar quién eres tú con tu pasado, encontrando sanción y amor, y caminando por la verdadera esperanza. La santidad no es tanto "separación" de lo profano cuanto "consagración" a lo sagrado, y en ese sentido, es un tipo de "teshuvah", de conversión, un retornar de corazón a la realidad... Negativamente hablando, "ser santo" es dar la espalda al miedo, a la desesperación, a la ira. Positivamente hablando, es abrazar la valía y el valor de la vida, respetar la Presencia Divina y caminar en el resplandor del Amor de Dios. "Vuélvenos a ti, Señor". (Hashivenu Adonai)

No hay comentarios:

Publicar un comentario