viernes, 1 de noviembre de 2013

Reflexiones de una teóloga de 11 años

Marta tenía esa edad, en efecto, cuando en el colegio Guaydil de Las Palmas le encargaron una redacción sobre el infierno y el Purgatorio. Cualquier otro alumno se habría limitado a contar lo que dice el catecismo y poco más (o menos). Marta no. Ella es una gran lectora y tiene una imaginación desbordante. Como además le gusta escribir, prefirió redactar un relato precioso que tengo el honor de publicar ahora. El abuelo de Marta, que se llama Paco y es amigo mío, me dice que todos "se lo tomaron a chufla", incluida la profesora. Me resisto a creerlo. Seguro que ya se han dado cuenta que la "teología-ficción" de esta singular escritora revela un talento fuera de lo común. Cuando me morí vi dos puertas en una había una i de infierno y en otra una p de purgatorio. Me metí por la de la p .Cuando entré había un guardia que me dijo: buenos días querida alma, pase por aquí, Te da un cartelito en el que pone: visitante: tiempo indefinido y te da un mapa turístico de la zona. Luego pasas por una tiendita de regalos en el que te puedes comprar cositas monas luego ya te suben a una de esas cintas como las de las maletas y luego va ahí durante un ratito y si alguien reza por ti una maquina te coge y te mete una moneda dentro y te vuelve a poner en la cinta. Después de un tiempito en la cinta llegas al final de la cinta y te encuentras con dos ángeles vestidos de guardias y también hay una máquina donde metes la tarjetita de visitante y si la lucecita te sale verde te cambian la tarjeta de visitante por una que pone gracias por su visita y te dan una bolsita de regalo y un álbum con las fotos que te han hecho mientras estabas en la cinta. Pero en cambio si la lucecita sale roja otra máquina te transporta a otra cinta en la que unos ángeles con pinta de amables pero que en realidad no lo son, te sientan en una silla la verdad que un poco incómoda (casi tan incómoda como las de las salas de espera del materno) y te empiezan a frotar, y después de cómo dos horas de limpieza del alma vuelves a empezar el recorrido, y así hasta que salga la lucecita verde. Yo el cielo me lo imagino como una gran ciudad. En la que tienes varias casitas como las de Hansel y Gretel pero sin la bruja, bueno varias no muchas hadas madrinas como las de cenicienta. También con varias calles Triana y varias puertas del sol en las que pagan y siempre tengan lo que buscas. Bueno es que el cielo yo me lo imagino en dos partes 1ª parte la gran ciudad y 2ª parte el paraíso. En el paraíso me imagino Dios sentado en la butaca del padre de Brave ( la película) y también me lo imagino con muchos ángeles sentados en los aparatitos que vimos en el video de cono pero un poco más modernos y con fotos de su familia, diplomas etc. ... (de decoración)Y me imagino que puedes comer todas las chuches que quieras sin que tu madre este diciéndote por el otro lado: Fulanita no comas tantas chuches que se te van a picar los dientes y te van a tener que poner empastes, sube ahora mismo y lávatelos. También me lo imagino como un hotel precioso que hay en Madrid que es bonito, bonito, bonito. Y también me lo imagino como el mejor sitio para estar al lado de Dios. Marta Delgado González, De 6ºA del Colegio Guaydil de Las Palmas

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