El lunes 14 de diciembre de 2020, el Comité de Doctrina de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos emitió un comunicado sobre la valoración moral del uso de las vacunas contra la Covid-19, relacionada con el posible uso en su fabricación de células extraídas de abortos provocados.
Es sabido que las vacunas contra la Covid-19 esencialmente pueden producirse por dos medios, por la utilización de virus desactivados y por el uso de mRNA. Las primeras pueden tener dificultades éticas y las segundas al parecer no.
En relación ya con las vacunas actuales, el documento de los obispos norteamericanos indica que las vacunas de Pzifer y Moderna, ya comercializada, pueden utilizarse sin problemas éticos, a pesar de su remota conexión con cepas celulares procedentes remotamente de líneas celulares obtenidas de abortos provocados. En efecto, ambas vacunas utilizan este tipo de células en su fase experimental, pero ya no las han usado para su producción comercial.
Sin embargo, los prelados consideran que la vacuna de AstraZeneca, por haber utilizado para su fabricación líneas celulares de abortos provocados, aunque sean antiguas, presenta objetivas dificultades morales, por lo que no debería ser utilizada, salvo que no exista otra opción para vacunarse, lo que en el momento actual no ocurre pues, como ya se ha comentado, hay dos vacunas, las de Pzifer y Moderna que utilizan para su fabricación mRNA, y ya están disponibles para su uso.
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