domingo, 25 de octubre de 2020

VARIOS TEMAS DE BIOÉTICA

Recientemente se ha producido un organoide producido con la técnica 3D que remeda a un corazón animal, utilizando células troncales humanas, según se publicó en Circulation Research el pasado 3 de julio de 2020. La circunstancia positiva es que a las seis semanas de producirlos, éste era capaz de latir. En opinión de los autores, la producción de este organoide representa un paso crucial hacia la posibilidad de generar tejidos humanos más complejos que podrán servir para probar corazones artificiales, e incluso como posibilidad terapéutica en la clínica humana. En un reciente estudio se evalúa a 460 mujeres de edades comprendidas entre 18 y 39 años, con un ciclo menstrual regular. Los índices de embarazo fueron muy similares en ambos grupos, 27,8% en el de los embriones congelados y 29,6 en el de los frescos. Tampoco hubo diferencias en los índices de nacimientos, 27,4 en los congelados y 28,7% en los frescos. Igualmente, las complicaciones no variaron entre ambos grupos, por lo que los autores concluyen que en las mujeres con ciclos menstruales regulares se pueden utilizar tanto embriones frescos como congelados pues los índices que se obtienen de embarazos y nacimientos son muy similares. Hasta una docena de acuerdos diferentes ha cerrado AstraZeneca para cumplir con su compromiso de garantizar el acceso global y equitativo a la vacuna frente a la Covid-19 que está desarrollando con la Universidad de Oxford. Los ensayos en marcha con la citada vacuna, la AZD1222, se retomaron hace dos semanas tras una breve interrupción anunciada unos días antes, después de que un voluntario en el Reino Unido sufriera una reacción adversa. Para conseguirlo, la compañía está estableciendo acuerdos con diferentes países, como el Reino Unido, Estados Unidos, Japón, República de Corea, Australia y Brasil, así como con la Comisión Europea (CE).

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