domingo, 18 de octubre de 2020

Dos investigadoras de la edición genética CRISPR ganan el premio Nobel de Química 2020

Las investigadoras Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier han recibido el premio nobel de química 2020 por el desarrollo de un método de edición genética. Desde que estas investigadoras desarrollaron en 2012 la novedosa técnica de edición genética CRISPR, su uso se ha popularizado en laboratorios de todo el mundo, donde sus aplicaciones incluyen el uso en animales y plantas para mejora genética y erradicación de enfermedades agrícolas y ganaderas, así como la investigación en medicina con el objetivo de poder usar el sistema en terapia génica, campo en el que se tienen puestas grandes esperanzas (ver más) y ya han comenzado los primeros ensayos clínicos en humanos. Además, el pasado mes de septiembre, se publicaba en la revista New England Journal of Medicine una Carta al Editor en la que los autores presentaban un método de detección del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, basado en CRISPR y que permite obtener los resultados diagnósticos en una hora o incluso menos. Aunque este virus se puede diagnosticar con la conocida prueba de la PCR, el acceso inadecuado a los reactivos y al equipo ha ralentizado la detección de la enfermedad, dificultando los esfuerzos para mitigar la propagación viral. El nuevo método basado en CRISPR, al que los investigadores han denominado STOPCovid, es rápido, sencillo y adecuado para uso en el punto de atención. Además, proporciona una sensibilidad comparable a las pruebas SARS-CoV-2 basadas en PCR y tiene un límite de detección de 100 copias de entrada del genoma viral en saliva o hisopos nasofaríngeos por reacción. Los investigadores prevén “que la implementación de STOPCovid ayudará significativamente a los esfuerzos de prueba, rastreo y aislamiento, especialmente en entornos de bajos recursos, que serán críticos para la seguridad de la salud pública a largo plazo y la reapertura efectiva de la sociedad”. Indudablemente, la puesta a punto de CRISPR para modificar el genoma de los organismos ha supuesto un avance revolucionario en multitud de campos, y es muy prometedora en otros tantos. Sin embargo, hay que recordar que esta técnica también permite la modificación genética de embriones humanos y que investigaciones en esta línea se vienen realizando desde 2015 (ver más). Desde el punto de vista ético esto es inaceptable, por lo que queremos aprovechar la ocasión para aplaudir la entrega de este importante reconocimiento a las creadoras de la técnica y, al mismo tiempo, reivindicar la protección de los embriones humanos, rechazando su uso como material de investigación.

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