miércoles, 8 de noviembre de 2023

Una tercera vía para la investigación con embrioides

La Agencia de Biomedicina (ABM) francesa ha publicado un dictamen adoptado por su Consejo de Orientación político que plantea diversas cuestiones sobre la investigación con embrioides, un asunto que plantea muchas objeciones éticas, tanto si se producen a partir de células madre embrionarias o de células pluripotentes inducidas (iPS).

Actualmente se han investigado las primeras etapas del desarrollo embrionario utilizando tanto embriones sobrantes de las técnicas de reproducción asistida como partiendo de células troncales pluripotentes, obtenidas a su vez de embriones (ESC) o recurriendo a la reprogramación de células adultas (iPS).

Se propone ahora una tercera vía entre la relativa a la utilización de células pluripotentes -tanto de procedencia embrionaria (ESC) como aquellas en la que se parte de células adultas reprogramadas (iPS)-, que sería demasiado permisiva, y la relativa a los embriones, que sería demasiado restrictiva.

Este concepto de permisividad o restricción se refiere fundamentalmente al grado de desarrollo que debe permitirse a estos modelos, es decir, durante cuánto tiempo pueden mantenerse su desarrollo evolutivo.


Desde la ABM francesa se recomienda autorizar el cultivo de «embrioides integrados», resultantes de agregar células pluripotentes en condiciones específicas, hasta 28 días, al tiempo que se pronuncia en contra de la extensión del cultivo de embriones más allá de 14 días. El Consejo Directivo justifica este límite por el desarrollo de la línea primitiva que dará lugar al sistema nervioso central y “el período de aparición de la sensación de dolor, o incluso de la conciencia, del cual los datos actuales lo sitúan más allá de la semana 20, más bien hacia la 24”. Sobre este asunto hemos publicado informes recientemente que pueden consultarse aquí.

Más allá de los 14 días, la Agencia señala “la necesidad de una vigilancia proporcionalmente mayor de los protocolos para la investigación sobre «embriones sintéticos». Sin embargo, recuerda al mismo tiempo, que el desarrollo del embrión, «desde el cigoto hasta el nacimiento», es un verdadero continuo cuya segmentación es de carácter artificial”.

Considera, además, que «los embrioides humanos deben utilizarse exclusivamente para objetivos de investigación científica”, y su implantación en el útero para proseguir el embarazo debe seguir prohibida.

El Consejo de Orientación también pide que se actualicen los formularios de información y consentimiento, en particular para las personas que aceptan donar células somáticas con el fin de generar células iPS, ya que éstas podrían utilizarse para producir células embrionarias.

Modelos embrionarios

“Dado que los modelos embrionarios se forman a partir de células troncales pluripotentes y no requieren la destrucción recurrente de embriones, a menudo se presentan como una alternativa ética al uso de embriones para la investigación”, afirma el dictamen.

Mientras la ABM francesa reconoce la destrucción recurrente de embriones como un problema ético, sin embargo sigue promocionando la investigación con embriones que, al igual que la investigación con ESC humanas, implican la destrucción de embriones.

Por otro lado, el perfeccionamiento de las técnicas que permiten la producción de embrioides a partir de agregados de células pluripotentes, podría llegar a proporcionarles la capacidad de formar un feto que progresara en su desarrollo incluso hasta el nacimiento. Así, desde la ABM se afirma que “podemos suponer que, en vista de los rápidos avances científicos observados en este campo, los embrioides animales habrán adquirido en un futuro próximo propiedades que ya no permitirán distinguirlos de los embriones concebidos naturalmente”.

Desde la Agencia se señala igualmente que con estos modelos embrionarios pueden desarrollarse investigaciones con numerosas aplicaciones biomédicas, como técnicas más eficaces de procreación médicamente asistida, pruebas farmacológicas y toxicológicas, una mejor comprensión de las anomalías del desarrollo y los abortos precoces, con posibilidad de tratamiento preventivo o el desarrollo de terapias celulares, etc”.

El Consejo de Orientación insiste en que las reflexiones y opiniones que se pueden dar hoy sólo son válidas si se considera el estado actual de los conocimientos y probablemente ya no lo serán mañana, debiendo irse adaptando a la evolución de las técnicas.

Caminar hacia una liberalización cada vez mayor

Jacob Hanna, investigador que ha logrado los modelos de embriones más avanzados, opina que el plazo de investigación con estos modelos debe ampliarse, pues, según él, “es muy limitante llegar sólo a los veintiocho días. Creo que necesitamos llegar al final de las etapas de organogénesis, hasta los cincuenta días”, afirma. “Esto nos dará información infinitamente más crítica”.

Según Nicolas Rivron, del Instituto de Biotecnología Molecular de la Academia Austriaca de Ciencias, (uno de los pioneros en el estudio de los embriones, a quien la Agencia de Biomedicina ha pedido que actúe como asesor científico), este punto de vista es bastante aislado.

La Comisión Europea está trabajando en una guía de mejores prácticas para investigadores de la UE. La iniciativa Hybrida pretende ofrecerla a principios de 2024.

Valoración bioética

Asistimos a un dilema complejo que plantea la necesidad de proteger tanto a los verdaderos embriones humanos en cualquiera de sus etapas de desarrollo como a aquellos agregados de células pluripotentes convenientemente modificados que comienzan a comportarse cada vez más como verdaderos embriones.

Al igual que ocurrió en los años ochenta del pasado siglo a raíz de la puesta en marcha de las técnicas de reproducción asistida, la posibilidad de investigar con embriones enfrenta a científicos utilitaristas -valoran más los resultados que los costes en vidas humanas del proceso- con aquellos otros que reconocen sin paliativos la existencia de una vida humana desde el comienzo de la concepción. Pero dado que esta concepción post fecundación ya no está en el origen de la existencia de estos nuevos modelos embrionarios, se intensifican las demandas de aquellos investigadores que reclaman menos restricciones en su manejo. La evidencia creciente de que estos modelos son cada vez más parecidos a verdaderos embriones humanos y la firme sospecha de que llegarán a poder evolucionar exitosamente hasta el nacimiento en un plazo de tiempo relativamente corto, exige la adopción de medidas que salvaguarden su dignidad y limiten su producción y evolución hacia modelos más perfectos.

Algunos científicos han sugerido restringir estos modelos embrionarios de modo que solo produzcan algunas estructuras que deban ser estudiadas, alejándose de aquellos más completos que pudieran derivar en embriones capaces de proseguir su desarrollo.

No obstante, la investigación con embriones humanos para la que se siguen aceptando plazos en los que no existe limitación alguna, supone un atentado contra la vida humana que debe seguir siendo denunciado, independientemente del estado madurativo de estos embriones, dado que, como acepta la comunidad científica de modo unánime, la vida humana ya puede reconocerse en el estado de cigoto unicelular. Modificar el estado de protección del embrión humano en función de su estado madurativo responde a planteamientos utilitaristas, que siguen siendo inaceptables éticamente.

Debería promoverse la regulación legal de estas investigaciones de modo que se promueva la protección de los individuos de la especie humana que, aunque muy inmaduros, son humanos como nosotros, y hacerlo en toda circunstancia.

Julio Tudela. Instituto Ciencias de la Vida. Observatorio de Bioética. Universidad Católica de Valencia 

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