miércoles, 19 de abril de 2023

«Supervacas»

Recientemente, la Universidad de Ciencias y Tecnologías Agrícolas y Forestales del Noroeste de China ha dado a conocer la clonación con éxito de 3 “supervacas” capaces de producir más cantidad de leche de lo normal.

Como ya hemos publicado anteriormente China es pionera en la investigación en el área de la clonación. En 2017, científicos chinos ya comunicaron que habían producido ganado clonado que presentaba una mayor resistencia a la tuberculosis bovina, y el pasado mes de septiembre clonaron un lobo ártico a través de los ovocitos de un Beagle.

Las vacas, de la raza frisone procedente de los Países Bajos, nacieron y fueron criadas en la región de China de Ningxia, al norte del país asiático. Estas “supervacas” son capaces de producir 18 toneladas de leche, es decir, 100 toneladas al año. Esto supone 1,7 veces más que la que produce una vaca norteamericana, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.

El científico principal del proyecto, Jun Yaping, lo califica como un “avance” que permitirá a China conservar los ejemplares mas productivos de una manera más rentable. Su objetivo es poder crear un gran rebaño de “supervacas” que garanticen la producción de leche para todo el país.

Actualmente, el 70% de las vacas lecherasVista previa de los cambios(abre en una nueva pestaña) de China son importadas; de esta manera, el científico estima un plazo de dos a tres años para construir un rebaño compuesto por más de 1.000 “supervacas”, como una base sólida para abordar la dependencia de China de las vacas lecheras del extranjero.

Valoración bioética

Debe advertirse que la reproducción que recurre a procesos de clonación produce individuos idénticos genéticamente, lo cual puede ofrecer algunas ventajas como en el caso que nos ocupa, pero sin duda, también entraña graves riesgos. El abandono de la reproducción sexual, donde se garantiza la variabilidad genética gracias a la combinación del genoma de los gametos que produce individuos únicos e irrepetibles, supone una reversión en el ciclo de la evolución de las especies, que las ha dotado de complejidad creciente y mejora sus posibilidades de supervivencia. La “copia” de los genomas de unos individuos en otros termina con el proceso natural de la recombinación genética, incrementado el riesgo de una paulatina degradación de los genomas así como el incremento en la prevalencia de defectos genéticos que pueden multiplicarse en los clones obtenidos.

La enorme complejidad de la herencia genética y sus derivadas sobre la evolución de las especies debería inspirar en los científicos actitudes prudentes, en evitación de efectos indeseables de difícil control.

 

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