domingo, 7 de febrero de 2021

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 ¿La variante inglesa del SARS-CoV-2 es más infectiva que el virus actual?

Un tema frecuentemente debatido en la opinión pública y en los medios de comunicación, es si la “variante inglesa” del SARS-CoV-2 puede ser más infectiva y las consecuencias de la infección de mayor gravedad. Ahora se publica en Science, un artículo en el que se comprueba que la variante D614G, que es la que se da en el “virus inglés”, aumenta la infectividad del virus, es decir, facilita su transmisión a las células humanas y también a los animales que lo reciben. Estos estudios se han realizado tras haber podido valorar experimentalmente el hecho con virus del SARS-CoV-2 conteniendo la variante D614G.

La mayoría de las vacunas contra la Covid-19 no usan células procedentes de abortos provocados

Ahora el Instituto Charlotte Lozier ha publicado un completo informe de en qué medida, las ocho vacunas más próximas a la comercialización o ya comercializadas, utilizan células procedentes de abortos antiguos provocados para su producción o en su fase experimental (ver AQUÍ).

Las dos vacunas hasta ahora comercializadas, Pfizer y Moderna, no utilizan este tipo de células para su producción. Tampoco la utiliza la vacuna de Novavaxab, que aunque no comercializada, está ya en fase III de ensayos clínicos. En cambio, sí que las utilizan las vacunas de Oxford-AstraZeneca y la de Johnson & Johnson.

En cuanto al uso de estas células en la fase experimental, las tres vacunas, Moderna, Pfizer y Novavaxab ofrecen un resultado más incierto, pues en algunos casos las utilizan y en otros no. De todas formas, hay que recordar que los documentos emitidos por la Iglesia Católica para valorar la moralidad del uso de estas vacunas, manifiestan que la posibilidad de que en su fase experimental se hayan podido utilizar células de abortos producidos hace ya mucho tiempo (ver más) no es un obstáculo moral para su uso.

Sin duda, es una muy positiva noticia que las dos vacunas actualmente comercializadas. Pfizer y Moderna, puedan utilizarse sin restricciones éticas, por no haber utilizado en su producción células procedentes de abortos provocados antiguos.

¿Cómo evolucionará la pandemia ocasionada por el SARS-CoV-2 en los próximos años?

Con respecto a ello, el pasado 13 de noviembre de 2020 se publicó un artículo en Science, en el que se aborda este tema, de forma rigurosa.

En él se afirma que, entre otras cosas, en parte ello dependerá de las posibles variaciones de la respuesta inmune tras la infección por el SARS-CoV-2 y la consiguiente vacunación y por las medidas no farmacéuticas que se toman en el mundo, especialmente el cierre de negocios y centros educativos, restricciones de movimientos y encierros perimetrales de las zonas más afectadas.

También en áreas geográficas en las que se pueden esperar cambios bruscos climatológicos, los modelos matemáticos utilizados predicen una reducción de la susceptibilidad a las infecciones secundarias o a una más larga duración de la inmunidad adquirida, lo que puede dificultar un nuevo pico de la epidemia.

Estos efectos se reducirán en las regiones en las que las fluctuaciones climáticas sean menores. Pero en general, el modelo de anales utilizado, indica que el clima puede influir sensiblemente en la prevalencia de las infecciones.

Indudablemente la evolución de la pandemia se verá condicionada también por la cantidad de las vacunaciones, aunque ello estará también condicionado por la eficacia de la vacuna y la naturaleza de la respuesta inmune. Pero el análisis realizado indica que, con independencia de la inmunidad nacional conseguida y aunque los índices de vacunaciones sean moderados, la vacunación puede acelerar el control de la pandemia.

Por otro lado, la inmunidad celular, en paralelo con el número de tests que se hagan, condicionará la inmunidad global que se consiga.

Específicamente el estudio indica que la evolución de la pandemia dependerá: 1) de la duración e intensidad de las medidas que se tomen para bloquear la transmisión, y de la inmunidad clínica que se consiga después de la primera oleada de infecciones y de la vacunación masiva; 2) también influirán las variaciones individuales y poblacionales en diversos parámetros, especialmente la edad de los ciudadanos; 3) e igualmente influirá el impacto de evolución viral, las posibles coinfecciones y otras características de la Covid-19.

Los autores concluyen que una cuidadosa caracterización de las historias individuales del proceso inmunitario y de la inmunización colectiva que se logra, así como las características de las infecciones primarias y secundarias y las tasas de vacunación, serán definitivas para el manejo y control de la evolución de la pandemia.

¿Es posible infectarse dos veces de Covid-19?

Una pregunta que a veces nos hacemos es si después de padecer la Covid-19 y habernos recuperado podemos de nuevo reinfectarnos.

Ahora se publica en Science un ilustrativo artículo en el que se trata el tema al hilo de un caso ocurrido el pasado mes de junio. Sanne de Jong dio positivo para el coronavirus el pasado 17 de abril y tuvo ligeros síntomas clínicos durante dos semanas. El 2 de mayo se repitió la PCR y dio negativo, volviendo a trabajar como enfermera en un hospital de Rotterdam. Pero dos meses después volvió a mostrar signos clínicos de la Covid-19, confirmándose el 3 de julio que era de nuevo positivo para la Covid-19.

El caso comentado, como varios más, plantea la posibilidad de reinfección por la Covid-19, pues aunque parecen raros no son imposibles. Ello puede ser debido, según la opinión de los expertos, a que la inmunidad contra la Covid-19 puede ser débil y desaparecer de una forma relativamente rápida, lo cual no solamente puede afectar a los pacientes en cuanto puedan reinfectarse, sino también en relación a cuánto puede durar la inmunidad después de vacunarse.

Otro aspecto clínico que también se plantean es si la segunda infección puede o no ser más severa que la primera.

El primer caso de reinfección fue descrito el pasado mes de mayo, pero no fue considerado oficialmente hasta el 24 de agosto. Se hablaba de una mujer de 33 años que fue hospitalizada en Hong Kong el 15 de agosto, tras regresar de un viaje a España. Después de ese primer caso, se han confirmado oficialmente 24 reinfecciones más, pero los científicos creen que el número puede ser mucho mayor, pues las posibles reinfecciones, sin confirmar oficialmente, han sido 50 en Holanda, 95 en Brasil, 150 en Suecia, 285 en México y al menos 243 en Qatar.

Esta diferencia de cifras es debida a que para que una reinfección sea confirmada oficialmente, hay que hacer un estudio genético de los virus y contrastar que el ocasionante de la reinfección es genéticamente distinto del que produjo la primera infección. En los otros casos el diagnóstico fue únicamente clínico.

No se sabe con certeza si la reproducción asistida aumenta el riesgo de tumores de ovario

El saber si la reproducción asistida aumenta el riesgo de tumores de ovario es desconocido. Ahora se publica un estudio que incluye a 30.625 mujeres que han recibido estimulación ovárica para ser incluidas en un programa de reproducción asistida y 9.988 mujeres subfértiles, no incluidas en uno de estos programas. Después de un seguimiento de 24 años se han detectado 158 tumores invasores de ovario y 100 tumores en la frontera con los tumores de ovario. El grupo de pacientes incluidas en la reproducción asistida mostró un aumento de riesgo de cáncer de ovario de 1.48, cuando se compararon con la población general, pero no cuando se compararon con el grupo de mujeres subfértiles, no incluidas en la reproducción asistida. Los autores concluyen que el ligero incremento de cáncer de ovario en el grupo de reproducción asistida comparado con el grupo general, puede ser más bien debido a la nuliparidad de este último, que al tratamiento que conlleva la reproducción asistida, por lo que el aumento de los tumores de ovario atribuido a la reproducción asistida debe ser interpretado con precaución.

El estudio del exposoma parece ser más complejo que el del genoma humano

La publicación en 2001 de los resultados del «Proyecto Genoma Humano», marcó un antes y un después en la historia de la Medicina (ver AQUÍ). Sin embargo, está siendo más difícil avanzar en la comprensión de los factores no genéticos de las enfermedades, campo de creciente interés biomédico. A este conjunto de factores no genéticos se le denomina «exposoma», término acuñado en 2005 (ver más). El estudio del exposoma parece ser más complejo que el del genoma, al incluir en él un amplio número de factores humanos y ambientales.

La polaridad apicobasal de las células del embrión temprano es determinante para su desarrollo

Durante el desarrollo del embrión preimplantado la constitución de una polaridad apicobasal es fundamental para la transición en ese embrión de la totipotencialidad de sus células a la pluripotencialidad, la que induce a la diferenciación celular del trofoectodermo. En los ratones esto ocurre en el embrión de ocho células y está regulado por un “relajo molecular”, que es independiente del tamaño del embrión y de su desarrollo. Pero los mecanismos que rigen estos cambios son prácticamente desconocidos. Ahora, el equipo dirigido por Magdalena Zernicka-Goetz, ha identificado algunas moléculas que son necesarias y suficientes para promover la polarización celular en embriones de ratones, al identificar tres factores que son requeridos para el proceso de polarización: el Tfa2c, el Tead4 y el RhoA (ver más AQUÍ).




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