lunes, 8 de febrero de 2021

¿Cuál es el origen de la infección humana por el SARS-CoV-2?

 Con fecha 8 de enero se ha publicado en Science un interesante artículo, en el que se comenta cual puede ser el origen de la infección de los humanos por el SARS-CoV-2, al hilo de otro artículo también publicado en Science, en el que se afirma que dicho origen no está aun totalmente esclarecido. Empieza este segundo artículo descubriendo como se ha transmitido el SARS-CoV-2 a trabajadores de 16 granjas de visones, en Holanda, detectando que 66 de los 97 trabajadores (68%) estaban infectados con virus genotípicamente similares a los de los animales, lo que prueba la transmisión del SARS-CoV-2 de los animales a los trabajadores de dichas granjas. A fecha de hoy, la transmisión del SARS-CoV-2 de los visones a los humanos, además de en Holanda, se ha detectado en: Dinamarca, España, Francia, Suecia, Italia, Estados Unidos y Grecia.

Adicionalmente a los visones, otros animales, salvajes o domésticos como gatos y perros, pueden ser portadores del SARS-CoV-2, o de otros virus relacionados con él, como son especialmente los murciélagos y los pangolines que se comercializan en países del sur de Asia.

Por otro lado, la mayoría de los animales infectados por el SARS no desarrollan un síndrome clínico evidente, por lo que las infecciones no se detectan en un diagnóstico de rutina de estos animales, lo que facilitaría el posible contagio de los humanos relacionados con ellos. Para evitar esta vía de contagio parece que la eliminación masiva de los visones de granja infectados podría ser la medida más efectiva, cosa que ya se ha hecho en algunas ocasiones, sin embargo, dicha medida, como es natural, no puede aplicarse a los animales domésticos, por lo que una posible solución podría ser mantenerlos en cuarentena en las propias granjas, especialmente en las que se dé una gran densidad de población animal. Pero además de ello, dado que el virus es capaz de saltar de los animales a los humanos, también habría que aplicar estas medidas de precaución a las personas que trabajan con estos animales.

En cuanto a la identidad genómica de los virus se refiere, un hecho importante es que cuando se compara la secuencia genómica de los virus animales con los humanos se comprueba que existen diferencias genómicas evidentes, por lo que cabe suponer que dichos animales no son únicamente los transmisores del SARS-CoV-2 a los humanos.

Pero además de los animales infectados, puede haber otras fuentes de contagio, pues en varias ciudades chinas se han producido pequeños brotes de la COVID-19, posiblemente a partir de pescado no cocinado o de carne de cerdo, proveniente de otros países, pues hay evidencia de que el SARS-CoV-2 puede sobrevivir tres semanas en la carne o en los paquetes que envuelven los alimentos, sin perder su infectividad.

Pero al margen de todo lo anterior, es importante remarcar que todavía hay una muy limitada evidencia de la transmisión de animales a humanos del SARS-CoV-2, excepto en relación con los visones, por lo que se requieren estudios más amplios para tratar de delimitar finalmente esta vía de contagio.

Por otro lado, las mutaciones del SARS-CoV-2 que se dan en los animales pueden incrementar su patogenicidad o su capacidad para infectar a los humanos. En relación con ello, en los visones se han encontrado 5 cepas de líneas de SARS-CoV-2, cada una de las cuales tiene una variante genómica propia. La variante 5 es la menos contagiosa. Este tipo de variante, la 5, ya ha infectado a 12 personas, habiéndose comprobado que su patogenicidad y su capacidad de infectar es muy similar a la cepa del SARS-CoV-2 habitual.

Una nueva incógnita derivada de estos posibles cambios en el genoma de las distintas cepas de SARS-CoV-2 es si las actuales vacunas podrían proteger contra las infecciones de estas nuevas cepas, cosa que aún está por determinar.

En relación con la prevención de transmisión animal-hombre de SARS-CoV-2, otra medida a tomar para evitarla podría ser la vacunación de los animales, para tratar de reducir los contagios y evitar pérdidas económicas, pero ello desde un punto de vista logístico es muy complicado.

También se ha debatido ampliamente si los murciélagos o los pangolines, que son portadores de virus con genomas entre 90% y 96% similares a los genomas del SARS-CoV-2 encontrados en los humanos, sería la fuente de los primeros contagios. En relación con ello, un análisis evolutivo de los genomas de murciélagos y pangolines, indica que las variantes genómicas encontradas, tanto en animales como en humanos, ocurrieron antes de que este virus diese origen a la pandemia causante de la COVID-19, lo que ha dado pie a pensar que la causa del inicio de dicha pandemia a finales de diciembre de 2019 en Wuhan, tuvo un origen distinto al que hasta ahora generalmente era aceptado, pues datos recientes sugieren la posibilidad de otro origen. En efecto, como ya se ha comentado, también se ha identificado el virus SARS-CoV-2 en la superficie de paquetes que contienen alimentos no cocinados, por lo que se piensa que ésta podría ser una posible fuente de infecciones por dicho virus. Por otro lado, también se han encontrado, en personas residiendo fuera de China analizadas antes de que la pandemia de la COVID-19 fuera detectada en Wuhan, anticuerpos específicos contra el SARS-CoV-2, lo que sin duda apoya la hipótesis de que la infección ya se había iniciado con anterioridad a que se detectaran los primeros casos de la COVID-19 en China, lo que añade nuevos interrogantes al verdadero origen de la COVID-19.

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