miércoles, 12 de abril de 2017

sentido de la vida

Los siguientes textos revelan, cada uno a su manera, la necesidad profunda de la persona de encontrar el sentido de su vida en medio del mundo y dentro del proyecto de civilización en el que está implicado. Marianella García Villas, de El Salvador, abogada, parlamentaria y más tarde presidenta de la Comisión para los Derechos Humanos de El Salvador, asesinada el 13 de marzo de 1983 en la guerra civil de su país: ➘ El sentido de mi vida es ser un pequeño elemento en la vida de mi pueblo; mi historia no es más que una parte de la historia de todo el pueblo, soy una mujer común y corriente. Pero, en El Salvador, las personas comunes y corrientes mueren, a menudo son encarceladas, se las hace desaparecer, se las asesina. En El Salvador, al igual que en el resto del mundo, los pobres, que son las personas más comunes y corrientes, no mueren de vejez sino de pobreza. Luigi Pintor, político italiano laico que se dice no creyente: No existe nada más importante para hacer en toda una vida que inclinarse para que otro, cogiéndote por el cuello, pueda levantarse Don Carlo Molari, teólogo, consejero espiritual de uno de los Equipos: Hay muchos signos que muestran que es posible orientar positivamente el itinerario de la humanidad. Hay que reconocerlos, cultivarlos y difundirlos, para que la esperanza pueda tener fundamento. El primer signo de esperanza es la sed de interioridad y la búsqueda de espiritualidad. Esta búsqueda espiritual, que se hace hoy en día más intensa y apasionada, viene del hecho que el hombre está llamado a la felicidad, al bienestar y al dominio de las cosas. Y esta llamada, necesariamente, tiene efectos sobre la esperanza instintiva que lleva al hombre a encontrar en la vida la mayor alegría posible. Pero también exige […] dejar definitivamente la lógica de la acumulación. Es una etapa que no se puede superar sin redescubrir la riqueza interior de las personas. De ahí la necesidad de una nuevo y vigoroso impulso de la interioridad. […] Sólo una fuerte interioridad podrá ayudar a perseverar en la lucha contra la corriente. Para el hombre de hoy, el problema crucial es saber si existe una respuesta absoluta y definitiva a las expectativas históricas del ser humano o si, por el contrario, es posible vivir contentándose con respuestas parciales, provisorias, en tensión. Algunos no llegan a soportar esta situación y se derrumban. Otros se refugian en el fundamentalismo, que es la nostalgia de los momentos importantes de su historia. Otros avanzan porque siguen guardando motivaciones ilusorias; y otros más porque han encontrado a Dios y viven la esperanza teologal. Son maneras diferentes de practicar la esperanza, viviendo la dinámica de la vida espiritual con mayor o menor perfección. Un joven de 18 años A la imagen de Cristo que estoy mirando. Me gustaría conocerte. Me gustaría tanto ver tus ojos cuando Magdalena lloraba a tus pies. Quisiera ver tus manos que los discípulos reconocieron de inmediato por la forma como partías el pan. Me gustaría escuchar tu voz, cuando las multitudes fascinadas, venidas expresamente de muy lejos, la escuchaban. Era sublime sin duda. Me gustaría ver tu rostro que perdonaba los golpes recibidos. Pero por encima de todo, quisiera hablarte, aunque sólo fuera una hora, presionarte con preguntas sobre todo lo que no sé, todo lo que me provoca dudas, quisiera saber lo que piensas de Brahms, de Guccini, de D’Annunzio o de Marx… y de mí. Padre Henri Caffarel ➘ No dudo que el gusto de lo absoluto sea un hambre de Dios inscrita en todo hombre. Esta hambre es la definición misma del hombre: es la sustancia humana la que está hambrienta, y su hambre es de Dios. Es por eso que te decía y te repito: el verdadero problema no está entre tu marido y tú, sino entre Dios y tú. Encuentra a Dios, entrégate a Él y tu vida cambiará…

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