viernes, 10 de agosto de 2012

Vivir (Ikiru)

... de Akira Kurosawa, 1952. Kenji Watanabe es un funcionario público en la burocracia japonesa de post-guerra que ha sido consumido por su monótono y vacío trabajo. Día tras día, no hace más que deshacerse de las quejas de los ciudadanos, con excusas que son ya parte de la misma rutina.
Cierto día, este hombre de mediana edad, cuyas personas cercanas lo aprecian únicamente por el dinero o el puesto que algún día les dejará, recibe la noticia de que le queda un año de vida, a causa de un cáncer en su estómago. Kenji comienza de alguna forma a despertar de su largo trance y preguntarse dónde está, qué ha hecho de su vida, pero fundamentalmente qué hacer con ese tiempo, a cada momento más precioso, que le queda. A lo largo de la película la muerte siempre acecha, oscura, impacible, pero sin embargo no es ese el tema del que trata realmente, sino de algo más palpable, acaso lo único palpable, que es Vivir, traducción literal de su título original en japonés, Ikiru.

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