miércoles, 3 de mayo de 2017

PAYADA DEL PARANGÓN ENTRE LA MALICIA DEL HOMBRE Y LA MUJER

De los bichos del Señor, de pezuña, garra o ala, el macho es el peliador, pero la hembra es la mala. El criollo que caza tigre en el Chaco o en Formosa, un poncho envolviendo un puño, y al otro la refalosa, cuando sale tras un rastro, sabe que arriesgó la vida, pero sabe que la juega si es una tigra parida; porque en los bichos que alientan, de pezuña, garra o ala, el macho es el peliador, pero la hembra es la mala. El cuyano que buscando nido de cóndor, se encumbra, sabe que habrá fiesta y cueca si el macho cóndor lo adumbra: mas si no hay pichón y hay huevos, y la señora empollando, ya no supo lo que viene, ni si volverá, ni cuándo: pues todo bicho que alienta, de pezuña, garra o ala, el macho es corajudo, pero la hembra es más mala. El toro es cosa de empuje, sobre todo cuando tória; cuando están embrama y topan, no hay cosa pior en la historia; con todo y eso los tórian en la tierra de los godos, pero toriar una vaca no es asunto para todos; porque los seres que nadan o reman a pata o ala, el macho será violento, pero Doña Ella es mala. ¿Quién dirá la tijereta, con ser un rétil de nada, lo saca huyendo al chimango si le roza la nidada, y es la madre la que pega siempre el primer grito y saque, revoliando como chispas contra el otro badulaque; porque de todos los bichos que el mar y la tierra encierra, la mujer es la venganza, y el hombre es sólo la guerra. ¿Qué varón clavara un clavo en la sien de un enemigo, o le trozara el pescuezo cuando el otro está bebido? Ustedes no irán a creerlo, mas la Biblia, libro santo, de dos mujeres lo cuenta que lo han hecho, y otro tanto; pues de todo par que existe defendiendo nido y cuero, él es el más peliador de los dos, y no es más fiero. El caballo sólo cócia; patea y muerde la yegua. El hombre es guerrero y transa, da condición, firma tregua, y en las luchas más fatales, guarda honor y acepta ley. La mujer tiene sus hijos, tiene un solo Dios y un Rey; porque desde el rétil que anda hasta el ave que navega, la ira del hombre es bruta, pero la mujer es ciega. El hombre junta consejos y para sus parlamentos, mira pa'todos los lados de la rosa de los vientos; pero la mujer furiosa no la para ni el Eterno. Por eso, pues, las mujeres, no las ponen de gobierno; porque si se enoja y manda justicia seca hora mismo, ella agarra un país entero, capaz que l'hunda al abismo. Y es que debe ser que el hombre tiene oficios mil diversos, y ella no tiene más que una quehacer única y debida. El hombre afuera agenciando mil tesoros y universos, y ella guarda dentro della lo más caro, que es la vida. Y por eso, de los bichos de todo pelaje y suerte, el varón es más robusto, pero la madre es más fuerte. Padre Leonardo Castellani, S.J.

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