miércoles, 18 de enero de 2017

el divino impaciente

Cuando San Ignacio de Loyola fundó la Compañía de Jesús, había mucha santidad e incontenible fervor en los primeros jesuitas. Sacerdotes de sotana y cruz en pecho, verdaderos misioneros que llevaban el Evangelio, como fuego abrasador, hasta el último rincón de la tierra. Anunciaban a Cristo con convicción y combatían con firmeza a todos los anticristos y falsas creencias. Todo éste espíritu combativo y estos ardorosos deseos de santidad están perfectamente reflejados en EL DIVINO IMPACIENTE, obra de teatro de José María Pemán. Lamentablemente una obra tan piadosa y brillante, está hoy prácticamente olvidada. Es una reliquia recóndita, un cofre que alberga quilates de espiritualidad. Es una verdadera pena pues narra en verso, de forma incomparablemente bella, la heroica vida de San Francisco Javier desde su conversión hasta su heroica muerte por extenuación en las playas de Sanchón.

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