domingo, 23 de marzo de 2014

parabola y condena

como a veces somos muy tontos, esto nos haga pensar

Parábola de las muchachas buenas y las bobas



Al fin del Discurso Parusíaco de Cristo (o Apocalipsis Sinóptico) hay varias parábolas que encarecen la "vigilancia" y las buenas obras o "creatividad" -casi por demás. Las tres últimas se refieren directamente al Juicio Final; y la primera de ellas es una parábola absurda o por lo menos extraña, llamada comúnmente "de las Vírgenes Locas y las Prudentes", que llamaremos aquí con más exactitud "de las muchachas buenas y las bobas".
Pronunciada ahora en el Occidente, esta parábola no dice nada al vulgo, que no le ve la gracia, y piensa: "serán costumbres orientales"; mas en Oriente hace menos gracia aun; porque contradice de varios modos las costumbres y el ritual nupcial; que (dicen los entendidos) no ha variado mayormente de Cristo acá.
Traduzcamos del original esta parábola, que hace penar a los exégetas; los cuales han penado para mí:
"ENTONCES SERÁ PARECIDO el Reino de los Cielos a diez "bridemaids" o paraninfas que salieron con sus lámparas al encuentro del Novio. Cinco de ellas eran bobas y cinco eran buenas. Las bobas llevando los candiles no llevaron aceite consigo. Mas las buenas trajeron consigo alcuzuelas con aceite. Demorándose mucho el Novio todas ellas dormitaron o durmieron. En medio de la noche se hizo un clamor. He aquí el Novio, salid a su encuentro. Entonces despertaron todas las muchachas y adornaron sus candiles. Mas las Bobas dijeron a las Buenas. Dáme del aceite tuyo que las lámparas se apagan. Mas las Buenas respondieron: -No sea que nos quede corto a todas. Id mejor a los vendedores y comprad para vuestros candiles - Retirándose ellas a comprar sobrevino el Novio - Y las preparadas lo acompañaron a las bodas. Y se cerró la puerta. - Al último llegaron las otras gritando: Señor, Señor, ábrenos - Respondió el Esposo: No os conozco.
Notanda acerca de la traducción: "Al encuentro del Novio y de la Novia" dice la Vulgata; mas el inciso "de la novia" es añadidura de un copista, según la crítica textual: sólo del Novio trata la parábola; la Novia en cuya casa esperan sindudamente las Doncellicas o "Compañeras" (pues no habían de dormirse en camporraso) no aparece. El Novio viene a buscar a la Novia a su casa, cosa contraria a los usos actuales. "Bobas" se puede traducir el "moorai" griego, que significa además de "necio", bobo, memo o casquivano: la traducción "locas" o "fatuas" es exagerada. "Buenas", por aliteración confieso que es un poco forzado, aunque la palabra "fránimoi" (prudentes) la usaban los griegos también por "bueno" o exactamente "honrado". Los finos candiles de barro cocido se usan todavía en Oriente, como las alcuzuelas de alfarería para el aceite. La expresión "mesees de niktós''puede ser "medianoche" o bien "en lo más profundo de la noche, a altas horas".
Un erudito alemán, Jülicher, se ha entretenido en buscarle todos los pelillos a la parábola (me ahorró trabajo) y en negar su belleza literaria, en lo cual yerra: el cuadrito "simbolista" es rápido, balanceado y contenido, lo cual es la belleza formal de este género. Las dificultades son siete: primera, no corresponde bien a los usos nupciales en Israel; 2, candiles para un cortejo, se apagan; antorchas hace falta; 3, la demora del novio es inverosímil: el novio tenía que caer al anochecer ¿a qué hora si no comenzó el banquete?; 4, las "bridemaids" no pueden haberse dormido en un barullo; y una fiesta semita consiste casi todo en barullo; 5, la respuesta de las buenas no es nada buena: egoísmo bárbaro, e ironía de adehala; 6, el que salieran a comprar aceite en plena noche en vez de sumarse simplemente al cortejo sin lámparas, es disparate; 7, el Esposo es inverosímilmente duro; por una leve demora las deja a buenas noches, y no eran tan malas al fin y al cabo. El apóstata Loisy, discípulo de Jülicher, concluye: la que es boba es la parábola; no debe ser de Cristo. Mas cuando uno repara en que el cuentito representa la Parusía y Retorno de Cristo, la luz entra a raudales, para mí al menos. No solamente está ella inserta en el Sermón Parusíaco, sino que Cristo alude a la Parusía al comienzo, y al cabo: es decir, la encuadra.
Al comienzo dice: "Será parecido el Reino... “en futuro, en vez del sólito presente "Semejante es... "; y al fin indica la decisión final, en el "cerrarse la puerta" y en la sentencia "no os conozco" ya usada por Cristo como fórmula de la condenación. "Conocerá el Señor a los tuyos" dice san Pablo (II Tim. II, 19); Y "no todo el que dice ¡Señor, Señor! entrará en el Reino",avisa Cristo (Mt. VII, 21) "pues a muchos les diré: No os conozco".
La dificultad principal para, mí (y para Maldonado) es ésta: el cuentito no añade nada a la moraleja: "vigilad pues", la cual por otra parte había sido ya proferida por el Señor seis o siete veces en el Sermón anterior, una vez explícitamente (Mt.XXIV); en el cual Sermón se hallan no menos que cinco pequeñas semejanzas que todas imperan "vigilancia", a saber: la de la Higuera; la de Noé y el Diluvio; la del Relámpago; la del Patrón que teme al ladrón; la del Siervo que espera al patrón y la Del que no lo espera, y Él llega inesperado. Luego parece que esta Parábola aunque sea linda, es superflua. Pero el caso es que este cuentito y ningún otro, hace un cuadro simbólico y fuerte del "apurón" de la Parusía y todas sus características principales, cifrando plásticamente el Sermón Profético anterior. Esta "cifra" se puede poner así: La Parusía será inopinada y la gente estará dormida, toda ella; pues aparentemente "Cristo no vuelve más" (como dicen hoy justamente no pocos) o se demora mucho -como dicen todos; y entonces se hará un gran clamor y desconcierto, en que las providencias que tomen los "impreparados" fracasarán todas, pues ya no es tiempo de preparaciones. Como decimos a los estudiantes que se precipitan sobre los libros las vísperas de exámenes: "oportet studuisse, non studere": no es tiempo de estudiar sino de haber estudiado. Y así las muchachas desprevenidas hacen cuatro cosas inútiles a toda prisa: ruegan a las otras que las salven, salen de noche a buscar vendedores, llegan a puerta cerrada y gritan: "¡Señor, Señor!" Gaucho prevenido nunca fue vencido.
Pero todas se durmieron al fin y al cabo... -Sí; el dormirse no fue tan culpable, y es posible que las Buenas solamente "dormitaran", signo de negligencia de los cristianos. Entonces ¿las Bobas son los impíos? -No; salieron a buscar a Cristo con lámpara magüer vacías; son también los cristianos de"tibieza", justamente lo se que achaca en el APOCALIPSIS a la última IGLESIA, LA IGLESIA DE LAODICEA. -¿Y por qué diez muchachas, no bastaban dos? -El número diez significa en la Escritura universalidad en lo humano; así como el doce universalidad en lo sacro. -¿Y por qué propiamente "vírgenes"? -No dice "vírgenes" en sentido estricto el texto griego, sino muchachas o doncellas. -¿Y por qué no muchachos? -Ahí me embromó: no lo sé. Bueno, las muchachas solían acompañar a la Novia, los "Amigos" al Novio; y la "Parusía" en los profetas es la venida del Esposo a buscar a la Esposa. -¿Y por qué candiles y no antorchas? -Por el óleo. -"El óleo significa las buenas obras, la lámparas que se extinguen sin óleo, la Fe" -dice san Agustín. "Seguramente el óleo, por cuya falta se incurre en tamaño percance, significa algo muy grande ¿verdad? ¿Qué otra cosa puede ser sino la caridad?" De hecho el óleo en la Escritura significa la misericordia; y en la misericordia cifró Cristo todas las buenas obras en la Parábola siguiente, la del Juicio final. ¿Por qué el Esposo no abre la puerta, qué le cuesta? -No se puede abrir más: con la metáfora de un Banquete de Bodas simboliza Cristo siempre la gloria del Cielo, que es lo final y definitivo.
"Y después no habrán instancias, ni mudanzas ni glosas.
Se enclavará el destino de todo ser creado
Y allí donde han caído y así como han quedado,
quedarán, ineternum, las cosas.
Seguramente la parábola desconcertó a los oyentes como nos desconcierta a nosotros, porque su intento era desconcertar; es decir hacer pensar; como las piezas de un rompe-cabezas desconciertan antes de haberlas ensamblado. -Todas las parábolas de Cristo tienen rasgos desconcertantes, como hemos notado tantas veces (Evang. de Jes., pág. 388); Y así debe ser, porque aluden siempre a cosas divinas, que trascienden lo humano, y son, fuera de la Fe, incomprensibles; mejor dicho, fuera de la Visión Beatífica. Los místicos que han experimentado (un cachito) las cosas divinas, no saben hablar de ellas, quedan tartamudos como Moisés después de ver al Ángel del Sinaí, se gastan repitiendo que "No se pueden decir" ("Que nadie que no las haya experimentado sabrá sentir: y decir, ni siquiera los que las han experimentado" -dice Juan de la Cruz) y cuando lo mismo las dicen, es en forma oscura y desconcertante. Mas Cristo las dijo en forma relativamente clara.
Cuatro escritores conozco que han intentado hacer un cuadro imaginario (novelesco) de la Parusía: nuestro Martínez Zuviría, Robert Hugh Benson, el ruso Solovyefy el suizo Ramuz; y nos han dado cuatro cuadros diferentes de un suceso que es casi totalmente imprevisible; y mucho más para los oyentes de aquel tiempo. Cristo tuvo que desconcertar su parábola; y la verdad es que lo hizo sutilmente. La parábola como narración se tiene tiesa; sólo a la reflexión aparecen los "desconciertos". La parábola responde tan cabalmente al tema, que lejos de ser un tropiezo literario (Loisy) es un acierto poético.
Incluso los rasgos secundarios de la invención poética responden a lo que sabemos por la profecía de aquel temeroso suceso. El hecho de que "tarde el Esposo" y "Estén todos dormidos" lo proclaman para el fin del siglo san Pedro y san Pablo, profetas también; e incluso que los hombres dirán:"No vuelve más". Como he notado en otro libro (Cristo ¿vuelve o no vuelve?, pág. 15), si se considera la Herejía, o las herejías de hoy, se ve que el foco de convergencia de todas ellas se finca en la negación u olvido de la Parusía, o Segunda Venida de Cristo. Por ejemplo, existe hoy un movimiento optimista llamado "democristianismo" que espera la salvación para el amenazado mundo nuestro, de medidas políticas; para lo cual ha insertado la religión en un sistema particular de gobierno (en el mejor de los casos): la "democracia". No digo que ellos sean malos cristianos todos, no lo son todos, ni menos herejes; mas lo cierto es que desconocen la visión pesimista del "Mundo" que siempre tuvo la Iglesia; y la de la "Política", que tienen hoy los cristianos; e incluso los filósofos: el desorden actual es tan vasto y profundo que la "inteligencia política" no solamente es impotente a solucionarlo, más aun a abarcarlo entero -dijo Jácome Maritain el cual sin embargo se volvió después democristiano.
En el fondo, estos son "milenaristas"; es decir, esperan un gran triunfo externo de la Iglesia en el tiempo, no en la eternidad; por medios comunes, no por la Segunda Venida; y para dentro de poco; esperanza que desearía no quitarles.
Ejemplo eximio es el ruso Berdyaef, con su profecía premuras a de la "Tercera Iglesia" o Iglesia de Juan (no menos que Nietzsche con su "superhombre", aunque éste sí que no es democristiano, pero sí a modo de milenario) o Don Sturzo con su unificación del mundo bajo la dirección del Papa y con NORTEAMÉRICA como eje; o el Padre Lombardi; o el Pastor Paúl Tillich; o el judío Martín Buber, etc. La idea de un Estado Democrático Cristiano me aparece como una monstruosa imposibilidad, el sueño de uñir dos cosas inuñibles; por lo menos ésto que aquí entienden (o no entienden) por "Democrassia".
Lo curioso es que estos "Demos" llaman "milenaristas" a los demás, a mí por ejemplo (que estoy aquí tan tranquilo rezando mis devociones, sin tiempo para "políticas"); que si lo fuera no me avergonzaría, pues estaría en buena compañía, con los Padres Apostólicos todos, y quizás con el mismo Apóstol Juan; pero no lo soy, porque no me da el caletre para cosas tan difíciles. Lo único que hay es que creo en la Segunda Venida; y eso para pronto, como dicen no menos de siete veces ("Venio Cito”), san Juan en el Apocalipsis. Si la veré o no la veré, no me interesa; lo que me interesa es estar preparado y "vigilar".
Esposo. -Un amigo me dice bromeando que Cristo nos mandó la monogamia, pero aparentemente practica la poligamia; todas las almas son sus "esposas", como cantan los cantitos, a veces horribles, de mi Pirroquia. Para engendrar en la carne es necesaria la exclusividad; en el espíritu es al contrario: las cinco vírgenes de la parábola entran con el Novio aparentemente a casarse, la Novia no aparece en el cortejo: parece un matrimonio mahometano. Y la razón es que los bienes materiales cuando se participan disminuyen, los espirituales aumentan: el que reparte dinero se queda con menos, el que reparte saber aumenta su saber: hasta Cristo, Dios y todo, aumentó viviendo su saber; y en ese sólo "el que parte y reparte se queda con la mejor parte".
Esta es la razón por qué los hombres se andan peleando hoy día tan fiero, y Alsogaray anda en apuros: han perdido el saber y el sabor de los bienes espirituales. Esta es la razón principal del comunismo, la Gran Repartija hecha por el Dios Estado, o sea (como siempre) por una gavilla de politiqueros.
Y también aquí se verifica lo del que parte y reparte, según dicen: los politiqueros no ayunan.
"Esposo": lo mismo que "Rey" designa una entrega personal total a Cristo. Los Ejercicios de san Ignacio giran todos alrededor de una entrega personal a Cristo; y eso prueba cuán evangélicos son. Cristo dice: "El que ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí": lo mismo que dice el Génesis de los esposos. Ningún hombre puede decir eso que no sea al mismo tiempo Dios: excluir todo otro amor enfrente al suyo.
Una monja me preguntó si en el cielo veríamos al Niño Dios. Respondí sin broma que lo veríamos e incluso lo daríamos a luz. Como se escandalizó fierazo, por no citarle el dicho de Cristo: "EI que hace la voluntad de Mi Padre, ése es mi padre, y mi madre y mis hermanos", -no hay que andar manoseando la escritura como un tendero luterano- le cité el modesto versito de Campoamor:
No lo dudéis señores,
si hay un cielo, hay en él niños y flores.
Cristo invita a las almas primero a su servicio, después a sus desposorios. Primero de tomar esposo hay que salvar la vida (enferma grave), primero de entregarse hay que tener algo que entregar; ("nuestra hermanita no tiene pechos, ¿qué haremos?,dicen los Cantares). Y así cuando se está en una vida que es una lucha, hay que tener primero de todo un "Rey" y no pensar más que en el "servicio"; y entonces el nombre del amor es "obediencia". Cuando hayas besado el suelo muchísimo, te llamarán al "beso de la boca". Después de llamar a Dios veinte años "patrón" comienza uno a llamarlo "tata". Y así, fuera de los placeres carnales que son medios para formar un hogar y una familia temporal (y fuera de eso son ruina) no hay bien que un esposo pueda prestar, que Cristo no pueda dar a un alma generosa y adulta, incluso una familia espiritual. Si uno salva un alma, en el cielo habrá entre esas dos almas un lazo inmensamente más fuerte y dulce que entre madre e hijo.
Adulta. Para darse primero hay que poseerse, nadie puede dar lo que no tiene. Razón del presente fracaso de los matrimonios en Buenos Aires; son matrimonios mahometanos; primero hay que conocerse bien, casarse de ordinario en la propia clase, y sobre todo, con virtudes, es decir con capacidad. El matrimonio es ahora la unión de dos riquezas, o de dos instintos, o de dos personas; y debería ser siempre de dos personas. Como me decía esa señora de la "clase alta": "desde chica no he oído hablar del matrimonio sino como una licencia general para la sensualidad". Un teólogo argentino, Antonio Vallejo, O.F.M., llama al matrimonio usual entre nosotros: "la atracción sexual legalmente sancionada... y decepcionada”. Dijo Cristo a santa Teresa: "Ocúpate de mis asuntos como una esposa".[1] Dice san Pedro: "Entonces es mejor no casarse". Por mí no se casen si pueden. Por lo menos no se casen como unas bebas, es decir, como unas Bobas: aceite para la larga vigilia de las lámparas sagradas del hogar.
(CASTELLANI, L.Las parábolas de Cristo


Condena del Milenismo

Otra cosa que es forzoso aclarar.
Hallamos en muchos autores, incluso “serios”, el aserto d que “el milenismo ha sido condenado”. O “lo será”. O “debe serlo”. Es falso.
El milenismo carnal o “kilialismo” SI: ha sido condenado. ¿Dónde?
No hay ningún decreto Conciliar o Pontifical condenatorio dél, que nosotros sepamos. En la recopilación del Denzinger se nombra ciertamente a Kerinthos, pero no como milenista sino como negador de la divinidad de Cristo -como muchos judíos actuales, Kerinthos parece haber aceptado a Cristo como Mesías o Profeta, pero no como Hijo de Dios- en la condena a los Ebionitas (“Ebionem, Cerinthum, Marcionem, Paulum Samosatenum, Photinum… qui… Jesu Christum Dóminum Nostrum verum Deum ese negaverunt…) en el Decreto para los Jacobitas del Concilio de Florencia, 1483, Denz. 720.
Los que hubieren leído los 12 tomos del Mansi, si acaso han hallado la condena expresa del milenismo carnal, haríanos favor nos la indicando.
Pero el Kilialismo Kerenthiano está seguramente condenado en los escritos de los Santos Padres; en lo que llaman “el magisterio ordinario”. Ni una sola línea de las que escribió Kerinthos nos ha llegado; lo cual puede explicar la ausencia de condena expresa y formal. No conocemos propriis términis la herejía de Kerinthos.
Los santos padres se desencadenan contra ella, algunos con verdadera furia; por su afirmación de que habría bodas después de la resurrección (entre resurgidos); contra la afirmación del Evangelio; Lc. XX, 27.
El milenismo espiritual por el contrario no ha sido condenado, ni jamás lo será: la Iglesia no va a serruchar la rama donde está sentada; es decir, la Tradición.
Hubo hace poco dos decretos disciplinares para la América del Sur de una sacra Congregación Romana en que se prohíbe enseñar como “peligroso” (sin condenarlo como “erróneo”) una especie de milenismo. ¿Qué especie?
Aquel que sostiene que “Cristo reinara corporalmente en la tierra”, dice el primer decreto informativo al arzobispo de Chile; “visiblemente”, corrige el 2° decreto, extendido a toda la América del Sur (11-VII-1940 y 28-VII-1944).
La corrección del adverbio “corporáliter” sustituido por “visibíliter” es fácil de comprender. El alegorista que redactó el primer decreto no advirtió quizá que sin querer se condenaba a sí mismo. En efecto, los alegoristas o antimilenistas sostienen como hemos visto que el profetizado Reino de Cristo en el universo mundo es este de ahora, es la Iglesia actual tal cual. ¿Y cómo reina ahora Cristo en este reino? Reina desde el Santísimo Sacramento. ¿Está allí corporáliter? Sí.
Había que corregir rápidamente eso.
Está pues prohibido enseñar en Sudamérica que Cristo reinarávisiblemente desde un trono en Jerusalén sobre todas las naciones; presumiblemente con su Ministro de Agricultura, de Trabajo y Previsión y hasta de Guerra si se ofrece.
Muy bien prohibido. Teología a la Fulton Sheen. “Teología para negros”, llama a esta fabula Ramón Doll. Con perdón de los negros.
Ningún Santo Padre milenista -y hay muchos, como hemos visto- o quier escritor actual serio, ha descripto así el Reino de Cristo. Simplemente no añaden nada de su cosecha, que sería temeridad, a lo que el Evangelista y los Profetas dicen; y ellos no dicen tal cosa.
Uno es libre de imaginar como quiera o pueda el futuro Reino; pero no de “enseñar” sus propias imaginaciones.
Yo no enseño “ni huno ni hotro, ch’amigo”: ni a Kerinthos ni a San Ireneo: tengo otras cosas que enseñar. (Con pesar me veo obligado a hablar de mí, porque una persona que enseña, y por cierto con (cierta) autoridad, me ha difamado enseñando autoritativamente que soy milenista.)
Quisiera ser San Ireneo de Lyon. No me da el cuero para tanto. No tengo talento suficiente para zanjar un problema tan difícil. Lo que en mi fuero interno para mí tengo, eso es cosa entre Dios y yo; que no le incumbe nada al desaprensivo difamador.
Dije arriba que la Iglesia NUNCA CONDENARA el milenismo espiritual; y he aquí mis razones:
La Iglesia enseña que las dos fuentes de la doctrina revelada son la Escritura y la TRADICION. La tradición de la Iglesia Primitiva (la más importante de todas) durante cuatro siglos por lo menos ha sido milenista. Aunque fuese una tradición “dudosa” (como dicen y no parece) la Iglesia Romana no se arriesgaría a condenarla; incluso por simple “política”; quiero decir, buen gobierno. Condenarla sería como guadañarse los pies queriendo guadañar la cizaña.
Los Protestantes niegan la Tradición como fuente autoritativa. Cuando estallo el gran movimiento de la Reforma, dos doctores protestantes, Dellaeus y Dedóminis, argumentaron contra la Tradición diciendo: la Tradición primitiva se equivocó, pues sostuvo el milenismo, el cual es falso, según la Iglesia romana deste tiempo. Si la Iglesia romana condenara el milenismo espiritual haría bueno el argumento de Dellaeus. Y ya no se podría saber seguro cuál cosa es “tradición” y cuálno era tradición.
Y tampoco se podría saber cierto cómo interpretar la Escritura; porque si todo el Cap. XX del Apokalipsi es “mishdrash”, o sea, puro mito o alegoría ¿por qué no lo será todo el Apokalipsi? ¿Y por qué no toda la Escritura, si vamos a eso? ¿Por qué no la resurrección de Cristo? ¿Por qué no su nacimiento partenogénico? Eso dicen hoy día los “Teólogos” modernistas y protestantes liberales. Dicen que son solamente símbolos o metáforas, no realidades.
Un último punto curioso deseo brevemente relevar: muchos de los actuales alegoristas, si no todos, son en el fondo milenistas carnales. En efecto, negando el postparusáico Reino de Cristo, se ven obligados a reponer el cumplimiento de las profesias en un futuro gran triunfo temporal de la Iglesia antes de la Segunda Venida; o sea, en una “Nueva edad Media” (ver Berdiaeff y también R. H. Benson en “The Dawn of All”) con el Papa como Monarca Temporal Universal, comandando ejércitos de alegres “jocistas” en bicicleta y camiseta sport… Coinciden con el sueño de la Sinagoga antes de la Primera Venida.
Coinciden también helás con la extraña visión de milenismo ateo de Carlos Marx; no menos que con las barrocas promesas de la muy extendida secta protestante judaizante llamada en Norteamérica “la Nueva Dispensación”. Son todos pájaros de la misma pluma.
Lo último de lo último que debieran (o no debieran) hacer, es tacharme a mí de “milenarista” como dicen ellos.

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