Amor y alegría
“Espíritu Santo, Dios de Amor, que
fortaleces y alegras las almas de tus hijos, en nombre de tu infinita
misericordia, concédenos ser sarmientos desbordantes de savia y cargados de
frutos en la Viña mística, para que después de glorificar al Padre y al Hijo en
este mundo con una vida santa, podamos, por Ti, seguir alabándolos por siempre,
junto con María, los Ángeles y Santos. Amén”.
Paz
“Espíritu Santo, Dios de Amor y Paz, te
adoro presente en mi alma, y te suplico que establezcas tu Paz en
mí; esa Paz que Jesús tan amorosamente deseaba a Sus Apóstoles después de Su
Resurrección; la Paz que es la condición para la vida en intimidad con Cristo y
con el Padre; condición y la culminación de tu acción santificadora en las
almas”.
“Te suplicamos, Espíritu Santo, por
intercesión del Inmaculado Corazón de María, Tu Santísima Esposa y Reina de la
Paz, que nos concedas humildad de corazón, y la
perfecta fidelidad a Tu santas inspiraciones, a fin de que después
de experimentar Tu Divina Paz en este mundo, podamos, por Ti, gozar de ella
plenamente en el cielo por toda la eternidad. Amén.”
Paciencia y longanimidad
“Espíritu Santo, concédenos esa paciencia y esa longanimidad que
son tan necesarias para nosotros durante las pruebas de esta vida. Y después de
habernos hecho la gracia de comprender mejor nuestra pobreza y nuestra nada,
dígnate realizar en nuestras almas los designios de la divina misericordia
sobre nosotros, para gloria de la Santísima Trinidad, por los siglos
de los siglos. Amén.”
Bondad y benignidad
“Espíritu Santo, por Quien nos vienen
todas las gracias, te suplicamos que inflames bondadosamente nuestros corazones
con la caridad divina. Concédenos ser todo para todos, que nos alegremos con
los se alegran, que lloremos con los que lloran, a fin de que seamos fieles en
este mundo al precepto de amor del Divino Maestro, y merezcamos gozar con Él,
del amor del Padre por toda la eternidad. Amén.”
Mansedumbre y fidelidad
“Espíritu Santo, que ordenas todas las
cosas con fortaleza y suavidad, dígnate derramar en nuestras almas Tu Espíritu
de suavidad y caridad, para que muriendo a nosotros mismos y a todo
lo que es pasajero, y deseando solamente la gloria de Dios y la salvación de
nuestros hermanos en Cristo, vivamos en adelante solo de acuerdo a Tus santas
inspiraciones, siguiendo el ejemplo de Jesús y María, para la mayor gloria del
Padre. Amén”
Modestia
“Espíritu Santo, Dios de Verdad y de
Amor, que dispones todas las cosas con la medida apropiada. Y conduces todo con
fortaleza y suavidad hacia el fin que le es propio y hacia el fin
general del universo. Concédenos que en todas las circunstancias podamos actuar
de acuerdo a tus divinas inspiraciones, y evitar así todo
atropellamiento y toda negligencia, a fin de que, después de haber
glorificado al Padre en Cristo durante esta vida, podamos cantar por
toda la eternidad las Divinas alabanzas, inspirados por Ti, Divino Espíritu de
Amor. Amén.”
Continencia y castidad
“Espíritu Santo, Dios de santidad y
pureza, Fuego Divino que inflamas los corazones de los bienaventurados, ven y
consume en nosotros todo lo que desagrade a tu mirada divina. Que seamos
purificados de todo afecto desordenado y liberados de toda atadura al pecado,
para que con Jesús y María, podamos glorificar eternamente al Padre por Ti,
Divino Espíritu, que vives y reinas con Él, y el Hijo, en la felicidad eterna.
Amén.”
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