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domingo, 17 de febrero de 2013
Quijote
Con este sonoro poema de Félix Rubén García Sarmiento, mundialmente conocido como Rubén Darío, nicaragüense universal, aplaudo a todos los que rezamos por y desde la otra orilla en esa cadena por la misión... Aja, todos los 17 se respira esa locura del amor.
Letanía de nuestro señor Don Quijote
Rey de los hidalgos, señor de los tristes,
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión;
que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón.
Noble peregrino de los peregrinos,
que santificaste todos los caminos
con el paso augusto de tu heroicidad,
contra las certezas, contra las conciencias
y contra las leyes y contra las ciencias,
contra la mentira, contra la verdad...
¡Caballero errante de los caballeros,
varón de varones, príncipe de fieros,
par entre los pares, maestro, salud!
¡Salud, porque juzgo que hoy muy poca tienes,
entre los aplausos o entre los desdenes,
y entre las coronas y los parabienes
y las tonterías de la multitud!
¡Tú, para quien pocas fueron las victorias
antiguas y para quien clásicas glorias
serían apenas de ley y razón,
soportas elogios, memorias, discursos,
resistes certámenes, tarjetas, concursos,
y, teniendo a Orfeo, tienes a orfeón!
Escucha, divino Rolando del sueño,
a un enamorado de tu Clavileño,
y cuyo Pegaso relincha hacia ti;
escucha los versos de estas letanías,
hechas con las cosas de todos los días
y con otras que en lo misterioso vi.
¡Ruega por nosotros, hambrientos de vida,
con el alma a tientas, con la fe perdida,
llenos de congojas y faltos de sol,
por advenedizas almas de manga ancha,
que ridiculizan el ser de la Mancha,
el ser generoso y el ser español!
¡Ruega por nosotros, que necesitamos
las mágicas rosas, los sublimes ramos
de laurel Pro nobis ora, gran señor.
¡Tiembla la floresta de laurel del mundo,
y antes que tu hermano vago, Segismundo,
el pálido Hamlet te ofrece una flor!
Ruega generoso, piadoso, orgulloso;
ruega casto, puro, celeste, animoso;
por nos intercede, suplica por nos,
pues casi ya estamos sin savia, sin brote,
sin alma, sin vida, sin luz, sin Quijote,
sin piel y sin alas, sin Sancho y sin Dios.
De tantas tristezas, de dolores tantos
de los superhombres de Nietzsche, de cantos
áfonos, recetas que firma un doctor,
de las epidemias, de horribles blasfemias
de las Academias,
¡líbranos, Señor!
De rudos malsines,
falsos paladines,
y espíritus finos y blandos y ruines,
del hampa que sacia
su canallocracia
con burlar la gloria, la vida, el honor,
del puñal con gracia,
¡líbranos, Señor!
Noble peregrino de los peregrinos,
que santificaste todos los caminos,
con el paso augusto de tu heroicidad,
contra las certezas, contra las conciencias
y contra las leyes y contra las ciencias,
contra la mentira, contra la verdad...
¡Ora por nosotros, señor de los tristes
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión!
¡que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón!
lunes, 3 de diciembre de 2012
LA FE – PELÍCULA
En este día de San Francisco Javier, patrono de las misiones (¿cómo creerán si nadie les anuncia?) una película del año 47. El padre Luís Lastra es un joven cura que cumple con su oficio en el pueblo de Peñascosa. Allí conoce a Marta, una bella feligresa muy interesada en cuestiones religiosas, tanto es así que convence al cura para que la acompañe al convento para ingresar como monja de clausura. En el camino, tienen que parar en una posada para pasar la noche y allí es donde el padre Luís deberá poner a prueba su fe..
lunes, 14 de mayo de 2012
modicum... preparando la Ascension
La Iglesia dirige nuestra mirada a los misterios de la Ascensión de Cristo y de Pentecostés. Con el dramatismo que le es tan propio, presenta en este tiempo pascual disfrutando a los Apóstoles en compañía de Jesús; pero previendo la separación impuesta por la Providencia, procura prepararnos poco a poco a ese penoso trance, a fin de que, al quedar solos y sin la asistencia del Maestro, no echemos de menos su consejo y aliento. Así, nos da a rumiar la Iglesia, en las semanas que preceden a la Ascensión, el sentidísimo discurso de despedida del Salvador. Discurso pronunciado con miras a la separación del Calvario; pero, puesto en boca del Divino Maestro en estos Domingos, mira a la despedida que realizará místicamente el día de su subida a los cielos. Oigámosle atentos. Jesús mira el futuro envuelto en negros nubarrones para los suyos. No quisiera amargarnos la dulzura del momento presente; pero cree necesario prevenirnos, y lo hace, aunque a su pesar. Sin embargo, al entreabrirnos el cuadro de tristezas que nos esperan, deja también caer una gota de bálsamo en nuestro pecho asustadizo, gota que suavizará las asperezas de nuestra triste situación. En verdad, en verdad os digo, que vosotros lloraréis y plañiréis; os contristaréis, pero... no temáis, vuestra tristeza se convertirá en alegría. Padeceréis tristeza; pero... Yo volveré a visitaros, y vuestro corazón se bañará en gozo. Modicum; Un poquito nada más...; luego me volveréis a ver...¡Gloria sea dada a Cristo, que así cuida de los suyos!
Modicum. Un poquito. He aquí el consuelo que nos brinda el Señor este Domingo. Fuertes serán las luchas de la vida del cristiano; duras las pruebas; amargo el vivir... Pero no importa; no se trata más que de un corto intervalo de separación. Modicum... Luego vendrá a visitarnos Jesús, para triunfar, instalar su Reino y llevarnos a gozar eternamente consigo. Pero..., seamos sinceros...; ¿no nos avergonzamos al escuchar la palabra de consuelo que hoy nos dirige el Señor? ¿No es verdad que preferiríamos que Jesús hubiese substituido ese modicum por un larguísimo plazo...? ¿Que en vez del poquito de tiempo en el destierro nos hubiese prometido un largo período en este mundo, aunque fuese de llanto, y tanto mejor si fuese de gozo? Sabemos y confesamos que este mundo es un valle de lágrimas; y, no obstante, cometemos la locura de aclimatarnos a él; y tanto, que nos resultan dulces y agradables esas lágrimas. No se nos oculta que la vida mortal es un destierro, que nuestra Patria está más arriba de este velo inmenso que cubre la tierra; y sin embargo, amamos tanto el destierro, que nos asustamos de pensar en el momento de trasladarnos a la Patria. Estamos convencidos de que el alma se halla aquí como encerrada en una cárcel; y, a pesar de ello, pretendemos que se retarde la hora en que se rompan las prisiones y las ligaduras que la esclavizan, y pueda volar libre a las alturas... ¡Pobres de nosotros! ¡Qué inconsecuentes somos!
De otra manera pensaban los primitivos cristianos. La vida de persecución continua les obligaba a mirar con ansias al Cielo, les hacía repetir continuamente el Maranatha, Veni, Domine Jesu, ¡Ven, Señor Jesús! Lo peor es que ni siquiera basta la crisis más espantosa de toda la historia de la sociedad y de la Iglesia...; no son suficientes las persecuciones morales más crueles...; no alcanza el estado servil al que nos ha reducido la revolución para desapegarnos del amor de la tierra e inspirarnos ansias del Cielo. Por ventura, ¿no vivimos el preludio de lo que será el dominio de las dos bestias del Apocalipsis? ¿Era acaso más tranquila la vida de los primitivos cristianos de lo que es la nuestra? ¿Y qué? ¿Produce la tribulación en nosotros lo que obraba en los fieles de las catacumbas? ¿Nos hallamos ahora más desasidos de las cosas de este mundo, de esta inconstante vida, que los mártires que iban cantando al circo romano para ser destrozados por las fieras? Lo que sucedía es que aquellos católicos practicaban la virtud de Esperanza.
La Esperanza es la virtud que encuadra al cristiano en su verdadero marco, que le da el sentido propio de su profesión de Fe. Esa virtud es la que nos presenta hoy la Liturgia. La Iglesia quiere que nos sintamos en la tierra como extranjeros y peregrinos, fijando nuestras ansias en la otra vida, y no en deseos mundanos y carnales. Recordemos aquellas frases tan consoladoras como apremiantes del Apocalipsis y que se refieren a las grandes promesas hechas a los que guardan la Palabra de Dios en medio del olvido general de ella: El vencedor será así revestido de blancas vestiduras y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que confesaré su nombre delante de mi Padre y de sus Ángeles... Pronto vengo; guarda firmemente lo que tienes para que nadie te arrebate la corona... Vengo pronto, la palabra que abre y cierra el Apocalipsis. Guarda firmemente lo que tienes, otra vez la consigna del Tradicionalismo. No es tiempo ya de progreso, cambio o evolución. Y cuando el mundo pretenda oprimir nuestro corazón, el Ángel del consuelo, enviado del Cielo, nos recordará la palabra del Señor: Modicum... ¡Sólo un poquito de tiempo! Así vive el verdadero cristiano. Por eso los santos podían decir: ¡Oh, qué larga es esta vida! ¡Qué duro este destierro! (Santa Teresa).Trabajemos para que sean tales nuestros sentimientos, y conformes a ellos nuestras obras.
La Santa Liturgia nos recuerda en el Aleluya que Convenía que Cristo padeciese y resucitase de entre los muertos, y así entrase en su gloria. La Iglesia nos presenta el ejemplo de Jesucristo. También Él lloró y gimió, mientras el mundo gozaba; sufrió hambre y sed, mientras el mundo se hartaba; murió pobre y desnudo, mientras los grandes de este mundo se mofaban de Él. Pero a las lágrimas siguió el gozo inefable. Al levantarse victorioso del sepulcro, hiriendo de terror a los guardias, los días de luto se convirtieron en una eternidad de dicha. A sus enemigos, en cambio, quedaba el eco de aquellos anatemas: Ay de vosotros los ricos, porque ya tenéis vuestro consuelo en el mundo. Ay de vosotros, los que andáis hartos, porque sufriréis hambre. Ay de vosotros los que reís, día vendrá en que os lamentaréis y plañiréis. Líbrenos Dios de pertenecer al número de estos desgraciados. Queremos correr la suerte de Cristo..., que su ejemplo sea luz que nos guíe por las sendas de esta vida.
Con una frase gráfica descubre el porvenir amargo que se reserva para el que le sigue, al mismo tiempo que no oculta el camino de rosas que espera a los mundanos: Vosotros lloraréis y plañiréis, mientras el mundo se regocijará. Pero añade: Yo volveré a visitaros, y vuestro corazón se llenará de gozo. Quedan bien descriptas dos concepciones muy distintas de la vida: la del cristiano, para quien la existencia terrena es lucha severa; y la del mundano, que concibe los cortos años de su paso por este mundo como una orgía continua. Así se han formado esas dos entidades morales que llamamos: Cristianismo y mundo. El mundo goza; el hijo de Dios lucha con valor y gime. Esa lucha se aumenta, además, por la guerra que el mundo, animado por el averno, ha declarado a los portavoces del nombre de Cristo, como queriendo contribuir por su parte a dar realidad al anuncio del Salvador: Vosotros lloraréis y plañiréis. Sin embargo, las lágrimas de los cristianos encubren el gozo verdadero, y las destempladas risas de los mundanos abrigan la tristeza más profunda. Acerquémonos, si no, al interior de los mundanos, y examinemos lo que les queda de positivo de todas sus festicholas, y no hallaremos otra cosa que tristeza y aflicción de espíritu. Es condición del apetito el no saciarse, el desear siempre más. Por eso sucede al mundano que aunque se zambulla en un mar de goces, sale cada vez más sediento.
El avaro, no llega nunca a adquirir su última moneda. El que busca honores, ansía siempre subir más alto. El lujurioso, ni siquiera en lo más abyecto de su postración dice basta. La mujer que alimenta pensamientos de vanidad, no descansa en su afán de pasar por ídolo y dejarse adorar. Todos se mueven en el torbellino del desasosiego, al propio tiempo que oyen allá en lo íntimo de su corazón la voz fatídica que les avisa de cuan efímero es aquello que ambicionan; voz que les sumerge en la desazón más inquietante. Eso son los goces del mundo. Cambiemos la hoja; dirijamos nuestra mirada a los que viven en medio de cruces, y la estampa se transformará por completo. Los encontramos rebosando de paz y tranquilidad; participando ya del gozo indecible del Espíritu Santo. Preguntémosles, no si quieren cambiar su vida por la del mundano que prospera, ya que tal pensamiento les horrorizará, sino simplemente si desean mitigar sus penas, y oiremos cómo contestan a coro: ¡Lejos de mí gloriarme en otra cosa que en la Cruz de Cristo! Y es que en la Cruz del cristiano hay infinitamente más goce que en el febril regocijo del mundano, aunque parezca paradoja. El justo posee la paz que engendra la virtud; el malvado se deshace en la inquietud que traen consigo su agitada vida, sus locas pretensiones, sus ansias nunca cumplidas.
Por último, reflexionemos en una verdad contenida en las palabras de Nuestro Señor. Las alegrías de los mundanos incuban una tristeza mortal, que saldrá a luz el día de su muerte, para durar por toda una eternidad. Las lágrimas de los justos, en cambio, encierran en germen un goce sempiterno, que amanecerá, asimismo, el día en que termine la farsa de este mundo. Muy plásticamente nos lo ha enseñado el Salvador al comparar a los suyos con la mujer que da a luz en medio de dolores de parto; dolores que olvida con la vista del infante recién nacido. Si pensáramos de este modo, no se escaparía de nuestros labios aquella queja que repiten con tanta frecuencia los cristianos tibios, cuando envidian la prosperidad de los mundanos, parangonándola con los sucesos adversos que suelen ser el pan cotidiano de los justos. Desengañémonos. Hasta el fin de los tiempos ha de ser una realidad aquel anuncio del Salvador: Vosotros lloraréis... el mundo reirá. Tratemos de robustecer nuestra fe y nuestra esperanza; de convencernos de que en este mundo no nos esperan dichas, sino penas; pero que en esas cruces se halla la verdadera alegría; y que ellas engendrarán un goce sempiterno. Mientras nos acercamos hoy a comulgar, volvamos a recrear nuestros oídos con el armonioso son del Modicum. Un poquito y me veréis. La visita que nos hace hoy el Señor es como un anticipo de la que nos hará después del poquito de tiempo de nuestra vida; y el gozo que con la presente visita percibimos, es como un preludio del gozo eterno que recibiremos en la gloria. Pidamos a Jesús Sacramentado que nos aficione a aquellos goces y nos infunda la dulce nostalgia de la Patria. Haz, Señor, que estos misterios mitiguen en nosotros los deseos terrenos, y nos enseñen a amar los celestiales (Secreta).
Modicum. Un poquito. He aquí el consuelo que nos brinda el Señor este Domingo. Fuertes serán las luchas de la vida del cristiano; duras las pruebas; amargo el vivir... Pero no importa; no se trata más que de un corto intervalo de separación. Modicum... Luego vendrá a visitarnos Jesús, para triunfar, instalar su Reino y llevarnos a gozar eternamente consigo. Pero..., seamos sinceros...; ¿no nos avergonzamos al escuchar la palabra de consuelo que hoy nos dirige el Señor? ¿No es verdad que preferiríamos que Jesús hubiese substituido ese modicum por un larguísimo plazo...? ¿Que en vez del poquito de tiempo en el destierro nos hubiese prometido un largo período en este mundo, aunque fuese de llanto, y tanto mejor si fuese de gozo? Sabemos y confesamos que este mundo es un valle de lágrimas; y, no obstante, cometemos la locura de aclimatarnos a él; y tanto, que nos resultan dulces y agradables esas lágrimas. No se nos oculta que la vida mortal es un destierro, que nuestra Patria está más arriba de este velo inmenso que cubre la tierra; y sin embargo, amamos tanto el destierro, que nos asustamos de pensar en el momento de trasladarnos a la Patria. Estamos convencidos de que el alma se halla aquí como encerrada en una cárcel; y, a pesar de ello, pretendemos que se retarde la hora en que se rompan las prisiones y las ligaduras que la esclavizan, y pueda volar libre a las alturas... ¡Pobres de nosotros! ¡Qué inconsecuentes somos!
De otra manera pensaban los primitivos cristianos. La vida de persecución continua les obligaba a mirar con ansias al Cielo, les hacía repetir continuamente el Maranatha, Veni, Domine Jesu, ¡Ven, Señor Jesús! Lo peor es que ni siquiera basta la crisis más espantosa de toda la historia de la sociedad y de la Iglesia...; no son suficientes las persecuciones morales más crueles...; no alcanza el estado servil al que nos ha reducido la revolución para desapegarnos del amor de la tierra e inspirarnos ansias del Cielo. Por ventura, ¿no vivimos el preludio de lo que será el dominio de las dos bestias del Apocalipsis? ¿Era acaso más tranquila la vida de los primitivos cristianos de lo que es la nuestra? ¿Y qué? ¿Produce la tribulación en nosotros lo que obraba en los fieles de las catacumbas? ¿Nos hallamos ahora más desasidos de las cosas de este mundo, de esta inconstante vida, que los mártires que iban cantando al circo romano para ser destrozados por las fieras? Lo que sucedía es que aquellos católicos practicaban la virtud de Esperanza.
La Esperanza es la virtud que encuadra al cristiano en su verdadero marco, que le da el sentido propio de su profesión de Fe. Esa virtud es la que nos presenta hoy la Liturgia. La Iglesia quiere que nos sintamos en la tierra como extranjeros y peregrinos, fijando nuestras ansias en la otra vida, y no en deseos mundanos y carnales. Recordemos aquellas frases tan consoladoras como apremiantes del Apocalipsis y que se refieren a las grandes promesas hechas a los que guardan la Palabra de Dios en medio del olvido general de ella: El vencedor será así revestido de blancas vestiduras y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que confesaré su nombre delante de mi Padre y de sus Ángeles... Pronto vengo; guarda firmemente lo que tienes para que nadie te arrebate la corona... Vengo pronto, la palabra que abre y cierra el Apocalipsis. Guarda firmemente lo que tienes, otra vez la consigna del Tradicionalismo. No es tiempo ya de progreso, cambio o evolución. Y cuando el mundo pretenda oprimir nuestro corazón, el Ángel del consuelo, enviado del Cielo, nos recordará la palabra del Señor: Modicum... ¡Sólo un poquito de tiempo! Así vive el verdadero cristiano. Por eso los santos podían decir: ¡Oh, qué larga es esta vida! ¡Qué duro este destierro! (Santa Teresa).Trabajemos para que sean tales nuestros sentimientos, y conformes a ellos nuestras obras.
La Santa Liturgia nos recuerda en el Aleluya que Convenía que Cristo padeciese y resucitase de entre los muertos, y así entrase en su gloria. La Iglesia nos presenta el ejemplo de Jesucristo. También Él lloró y gimió, mientras el mundo gozaba; sufrió hambre y sed, mientras el mundo se hartaba; murió pobre y desnudo, mientras los grandes de este mundo se mofaban de Él. Pero a las lágrimas siguió el gozo inefable. Al levantarse victorioso del sepulcro, hiriendo de terror a los guardias, los días de luto se convirtieron en una eternidad de dicha. A sus enemigos, en cambio, quedaba el eco de aquellos anatemas: Ay de vosotros los ricos, porque ya tenéis vuestro consuelo en el mundo. Ay de vosotros, los que andáis hartos, porque sufriréis hambre. Ay de vosotros los que reís, día vendrá en que os lamentaréis y plañiréis. Líbrenos Dios de pertenecer al número de estos desgraciados. Queremos correr la suerte de Cristo..., que su ejemplo sea luz que nos guíe por las sendas de esta vida.
Con una frase gráfica descubre el porvenir amargo que se reserva para el que le sigue, al mismo tiempo que no oculta el camino de rosas que espera a los mundanos: Vosotros lloraréis y plañiréis, mientras el mundo se regocijará. Pero añade: Yo volveré a visitaros, y vuestro corazón se llenará de gozo. Quedan bien descriptas dos concepciones muy distintas de la vida: la del cristiano, para quien la existencia terrena es lucha severa; y la del mundano, que concibe los cortos años de su paso por este mundo como una orgía continua. Así se han formado esas dos entidades morales que llamamos: Cristianismo y mundo. El mundo goza; el hijo de Dios lucha con valor y gime. Esa lucha se aumenta, además, por la guerra que el mundo, animado por el averno, ha declarado a los portavoces del nombre de Cristo, como queriendo contribuir por su parte a dar realidad al anuncio del Salvador: Vosotros lloraréis y plañiréis. Sin embargo, las lágrimas de los cristianos encubren el gozo verdadero, y las destempladas risas de los mundanos abrigan la tristeza más profunda. Acerquémonos, si no, al interior de los mundanos, y examinemos lo que les queda de positivo de todas sus festicholas, y no hallaremos otra cosa que tristeza y aflicción de espíritu. Es condición del apetito el no saciarse, el desear siempre más. Por eso sucede al mundano que aunque se zambulla en un mar de goces, sale cada vez más sediento.
El avaro, no llega nunca a adquirir su última moneda. El que busca honores, ansía siempre subir más alto. El lujurioso, ni siquiera en lo más abyecto de su postración dice basta. La mujer que alimenta pensamientos de vanidad, no descansa en su afán de pasar por ídolo y dejarse adorar. Todos se mueven en el torbellino del desasosiego, al propio tiempo que oyen allá en lo íntimo de su corazón la voz fatídica que les avisa de cuan efímero es aquello que ambicionan; voz que les sumerge en la desazón más inquietante. Eso son los goces del mundo. Cambiemos la hoja; dirijamos nuestra mirada a los que viven en medio de cruces, y la estampa se transformará por completo. Los encontramos rebosando de paz y tranquilidad; participando ya del gozo indecible del Espíritu Santo. Preguntémosles, no si quieren cambiar su vida por la del mundano que prospera, ya que tal pensamiento les horrorizará, sino simplemente si desean mitigar sus penas, y oiremos cómo contestan a coro: ¡Lejos de mí gloriarme en otra cosa que en la Cruz de Cristo! Y es que en la Cruz del cristiano hay infinitamente más goce que en el febril regocijo del mundano, aunque parezca paradoja. El justo posee la paz que engendra la virtud; el malvado se deshace en la inquietud que traen consigo su agitada vida, sus locas pretensiones, sus ansias nunca cumplidas.
Por último, reflexionemos en una verdad contenida en las palabras de Nuestro Señor. Las alegrías de los mundanos incuban una tristeza mortal, que saldrá a luz el día de su muerte, para durar por toda una eternidad. Las lágrimas de los justos, en cambio, encierran en germen un goce sempiterno, que amanecerá, asimismo, el día en que termine la farsa de este mundo. Muy plásticamente nos lo ha enseñado el Salvador al comparar a los suyos con la mujer que da a luz en medio de dolores de parto; dolores que olvida con la vista del infante recién nacido. Si pensáramos de este modo, no se escaparía de nuestros labios aquella queja que repiten con tanta frecuencia los cristianos tibios, cuando envidian la prosperidad de los mundanos, parangonándola con los sucesos adversos que suelen ser el pan cotidiano de los justos. Desengañémonos. Hasta el fin de los tiempos ha de ser una realidad aquel anuncio del Salvador: Vosotros lloraréis... el mundo reirá. Tratemos de robustecer nuestra fe y nuestra esperanza; de convencernos de que en este mundo no nos esperan dichas, sino penas; pero que en esas cruces se halla la verdadera alegría; y que ellas engendrarán un goce sempiterno. Mientras nos acercamos hoy a comulgar, volvamos a recrear nuestros oídos con el armonioso son del Modicum. Un poquito y me veréis. La visita que nos hace hoy el Señor es como un anticipo de la que nos hará después del poquito de tiempo de nuestra vida; y el gozo que con la presente visita percibimos, es como un preludio del gozo eterno que recibiremos en la gloria. Pidamos a Jesús Sacramentado que nos aficione a aquellos goces y nos infunda la dulce nostalgia de la Patria. Haz, Señor, que estos misterios mitiguen en nosotros los deseos terrenos, y nos enseñen a amar los celestiales (Secreta).
martes, 24 de enero de 2012
LAS LLAVES DEL REINO
La ig catolica es la unica fundada por Cristo
Sectas
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martes, 29 de noviembre de 2011
un mundo mejor para Joana

ANTES DEL 2015 LOS POLITICOS DEL MUNDO HAN DE CUMPLIR SUS PROMESAS
ESTOS LODOS VIENEN DE LEJOS: YA ALGUIEN LO APUNTABA, POR AQUEL LEJANO 1998
Los amos del mundo
Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del ordenador, su futuro y el de sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro. Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo. Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.
No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro. Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia. Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, y meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados. Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.
Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, oh prodigio, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no. Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recae directamente sobre las espaldas de todos nosotros. Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia, con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros y a veces con su puesto de trabajo Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.
Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena. Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.
Arturo Pérez-Reverte
lunes, 21 de noviembre de 2011
LA CONVERSIÓN ES "SINFÓNICA"
Ayer diste tu voto pero no te lo dejes secuestrar por los políticos...
En democracia lo mejor es que no sólo puedes puedes ELEGIR sino que también
debes y puedes HACER POSIBLE el bien... Se abre una etapa para que sea haga
realidad que lo que soñamos y queremos. Toca ponerse en MOVIMIENTO hacia la
meta que -ya está más cerca- llama a merecerla... El MOTOR DE ARRANQUE es el
AMOR.LA FE del VENGA TU REINO que reza el Pueblo cristiano. Sí, MARAN_ATHÁ...
Para expresar esta metanoia: la poesía de Loidi y una escena de pelicula(15')
Y acabo: la vida es sinfónica cuando VAMOS A UNA, EN COMUNIÓN, EN EL ESPÍRITU
Tu puedes empezar de cero,
en cualquier momento
!de cero!
Puedes dejar atràs el pasado,
todo el pasado. Y nacer de nuevo.
Te lo dice Jesùs.
Te lo manda
!Hay que nacer d nuevo!
Muriò lo viejo.
Quedò atràs para siempre
Todo es nuevo.
Todo es gracia.
Tu puedes empezar de cero.
El Espìritu sopla donde quiere.
Y cuando quiere.
Està soplando ya.
Sal del escondite.
Ponte en pie en la llanura.
Y dèjate derribar.
!Dèjate!
Tù puedes empezar de cero.
Dios es esto:
El que pone el reloj en nuestras vidas
en la hora cero
En cualquier momento!
!Cuando tù lo quieras!
Tù puedes empezar d cero
ahora mismo
No lloras de alegria??
Francisco Loidi, MAR ROJO
*** *** ***
Escena final del Concierto, donde los ex-músicos del Bolshoi tocan en el Teatro Chatelet de París el Concierto para Violín y Orquesta de Tschaikovsky. Fue verdad que el maestro Andrei Filipov y algunos músicos fueron despedidos por motivos políticos -para sobrevivir financieramente- trabajó de fajinero en el teatro. Pero un día interceptó un fax y surge la de reunir a los musicos despedidos y presentarse en París... En este final de la película los nervios hacen que primero desafinen... Pero el buen hacer, inspira y devuelve la fe. Y acaba siendo una impresionante actuación.
En democracia lo mejor es que no sólo puedes puedes ELEGIR sino que también
debes y puedes HACER POSIBLE el bien... Se abre una etapa para que sea haga
realidad que lo que soñamos y queremos. Toca ponerse en MOVIMIENTO hacia la
meta que -ya está más cerca- llama a merecerla... El MOTOR DE ARRANQUE es el
AMOR.LA FE del VENGA TU REINO que reza el Pueblo cristiano. Sí, MARAN_ATHÁ...
Para expresar esta metanoia: la poesía de Loidi y una escena de pelicula(15')
Y acabo: la vida es sinfónica cuando VAMOS A UNA, EN COMUNIÓN, EN EL ESPÍRITU
Tu puedes empezar de cero,
en cualquier momento
!de cero!
Puedes dejar atràs el pasado,
todo el pasado. Y nacer de nuevo.
Te lo dice Jesùs.
Te lo manda
!Hay que nacer d nuevo!
Muriò lo viejo.
Quedò atràs para siempre
Todo es nuevo.
Todo es gracia.
Tu puedes empezar de cero.
El Espìritu sopla donde quiere.
Y cuando quiere.
Està soplando ya.
Sal del escondite.
Ponte en pie en la llanura.
Y dèjate derribar.
!Dèjate!
Tù puedes empezar de cero.
Dios es esto:
El que pone el reloj en nuestras vidas
en la hora cero
En cualquier momento!
!Cuando tù lo quieras!
Tù puedes empezar d cero
ahora mismo
No lloras de alegria??
Francisco Loidi, MAR ROJO
*** *** ***
Escena final del Concierto, donde los ex-músicos del Bolshoi tocan en el Teatro Chatelet de París el Concierto para Violín y Orquesta de Tschaikovsky. Fue verdad que el maestro Andrei Filipov y algunos músicos fueron despedidos por motivos políticos -para sobrevivir financieramente- trabajó de fajinero en el teatro. Pero un día interceptó un fax y surge la de reunir a los musicos despedidos y presentarse en París... En este final de la película los nervios hacen que primero desafinen... Pero el buen hacer, inspira y devuelve la fe. Y acaba siendo una impresionante actuación.
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domingo, 23 de octubre de 2011
cancionero misionero...
hoy que es el DOMUND en la parroquia cantamos
el ADIOS MISIONERO con la música de Clavelitos
1.- los gorriones del alero
preguntan a dónde vas,
no lo digas misionero
que se irán todos detrás.
Y si te descuidas más
verás misionero amigo
que de tu vuelo al compás
¡¡nos vamos todos contigo!!
MISIONERO, MISIONERO,
MISIONERO QUE CRUZAS EL MAR
YO ALGÚN DÍA TAMBIÉN QUIERO
MISIONERO CONTIGO MARCHAR
QUE SI LUEGO LA TRISTEZA
NUBLA UN DIA TUS OJOS ALLÍ
MISIONERO TÚ TEN LA CERTEZA
QUE ALGUIEN REZA EN ESPAÑA POR TI
2.- Yo he visto a tu madrecita
llorar bajo su capuz
debió de ser muy bonita
yo loa vi sólo al trasluz
una lagrima en la Cruz
diera yo al mundo por verla
ni en el país de la luz
se vio tan hermosa perla.
3.-No ocultes ese sollozo
fingiendo un golpe de tos
que hay que sentir y ser mozo
para ir a anunciar a Dios.
Pues muchos se irán en pos
a Indias o Tierra de Fuego
no te decimos adiós
te decimos ¡hasta luego!
Y ahora, una carta... fescrita por el misionero uruguayo P. Martín Lasarte, SDB, al periódico New York Times:
Querido hermano y hermana periodista:
Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte ańos que vivo en Angola como misionero.
Me da un gran dolor por el profundo mal que personas que deberían de ser seńales del amor de Dios, sean un puńal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la Iglesia no puede estar, sino del lado de los débiles, de los más indefensos. Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección, prevención de la dignidad de los nińos será siempre una prioridad absoluta.
Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los ańos 80 y así de frente, otros casos recientes… Ciertamente todo condenable! Se ven algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas de preconceptos y hasta odio.
ˇEs curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de nińos, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo! Pienso que a vuestro medio de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el ańo 2002, a muchos nińos desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas; que haya tenido que enterrar decenas de pequeńos fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en México mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 ańos y escuelas a más de 110.000 nińos...
No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU. No es noticia que un sacerdote de 75 ańos, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina, que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio.
Tampoco que Fray Maiato con sus 80 ańos, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados. No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para nińos acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a cero positivos… o sobretodo, en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.
No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano Francisco, con cinco seńoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región…Ninguno pasa los 40 ańos.
No es noticia acompańar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.
La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.
No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos. Hay miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada criatura…
Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.
Sólo le pido amigo periodista, busque la Verdad, el Bien y la Belleza. Eso lo hará noble en su profesión.
En Cristo.
el ADIOS MISIONERO con la música de Clavelitos
1.- los gorriones del alero
preguntan a dónde vas,
no lo digas misionero
que se irán todos detrás.
Y si te descuidas más
verás misionero amigo
que de tu vuelo al compás
¡¡nos vamos todos contigo!!
MISIONERO, MISIONERO,
MISIONERO QUE CRUZAS EL MAR
YO ALGÚN DÍA TAMBIÉN QUIERO
MISIONERO CONTIGO MARCHAR
QUE SI LUEGO LA TRISTEZA
NUBLA UN DIA TUS OJOS ALLÍ
MISIONERO TÚ TEN LA CERTEZA
QUE ALGUIEN REZA EN ESPAÑA POR TI
2.- Yo he visto a tu madrecita
llorar bajo su capuz
debió de ser muy bonita
yo loa vi sólo al trasluz
una lagrima en la Cruz
diera yo al mundo por verla
ni en el país de la luz
se vio tan hermosa perla.
3.-No ocultes ese sollozo
fingiendo un golpe de tos
que hay que sentir y ser mozo
para ir a anunciar a Dios.
Pues muchos se irán en pos
a Indias o Tierra de Fuego
no te decimos adiós
te decimos ¡hasta luego!
Y ahora, una carta... fescrita por el misionero uruguayo P. Martín Lasarte, SDB, al periódico New York Times:
Querido hermano y hermana periodista:
Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte ańos que vivo en Angola como misionero.
Me da un gran dolor por el profundo mal que personas que deberían de ser seńales del amor de Dios, sean un puńal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la Iglesia no puede estar, sino del lado de los débiles, de los más indefensos. Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección, prevención de la dignidad de los nińos será siempre una prioridad absoluta.
Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los ańos 80 y así de frente, otros casos recientes… Ciertamente todo condenable! Se ven algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas de preconceptos y hasta odio.
ˇEs curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de nińos, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo! Pienso que a vuestro medio de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el ańo 2002, a muchos nińos desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas; que haya tenido que enterrar decenas de pequeńos fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en México mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 ańos y escuelas a más de 110.000 nińos...
No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU. No es noticia que un sacerdote de 75 ańos, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina, que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio.
Tampoco que Fray Maiato con sus 80 ańos, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados. No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para nińos acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a cero positivos… o sobretodo, en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.
No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano Francisco, con cinco seńoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región…Ninguno pasa los 40 ańos.
No es noticia acompańar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.
La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.
No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos. Hay miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada criatura…
Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.
Sólo le pido amigo periodista, busque la Verdad, el Bien y la Belleza. Eso lo hará noble en su profesión.
En Cristo.
sábado, 22 de octubre de 2011
este domingo es el DOMUND
Spot del año pasado
El de este año
Cancion de este año
Y7 la canción, muy chula
El de este año
Cancion de este año
Y7 la canción, muy chula
sábado, 8 de octubre de 2011
sábado, 17 de septiembre de 2011
domingo, 29 de mayo de 2011
HOY LO MISMO QUE ENTONCES - 1
Nos acercamos a Pentecostes... la misión nos urge. Los cristianos no estamos de bulto en el mundo. Ni siquiera se puede decir que somos "voluntarios". Somos del todo necesarios, como la sal, como el sol...
En el canal trece han salido estos capitulos tan interesantes
que nos dicen de un continuo Pentecostes.Misión en la Iglesia
Albania
Rumania
Ucrania
Rusia
Perú
Ecuador
ANNO FOMINE... la serie
7/12
En el canal trece han salido estos capitulos tan interesantes
que nos dicen de un continuo Pentecostes.Misión en la Iglesia
Albania
Rumania
Ucrania
Rusia
Perú
Ecuador
ANNO FOMINE... la serie
7/12
sábado, 2 de octubre de 2010
miércoles, 29 de septiembre de 2010
amar a 45º
Los malagueños -Pachi Fano y su gran amigo Poe- de la Delegacion Diocesana de Medios de Comunicación Social nos ofrecen esta deliciosa historia
martes, 28 de septiembre de 2010
paidocracia y otras violencias
estrados, sedes, pulpitos... ahora todos
estamos a la misma altuta; no hay autoridad
unas notas sobre el bullying
estamos a la misma altuta; no hay autoridad
unas notas sobre el bullying
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