domingo, 24 de diciembre de 2023
lunes, 10 de abril de 2023
lunes, 18 de julio de 2022
Más transexuales arrepentidos tras sus tratamientos de transición de género
La controversia acerca del abordaje de los casos de disforia de género y las intervenciones de transición de género promovidas desde distintos estamentos, cobra una relevante actualidad tras la aprobación del “Proyecto de Ley Trans” en España, que ha sido evaluado previamente por nuestro Observatorio.
Se han publicado en distintos medios de comunicación dos noticias relevantes y susceptibles de una profunda reflexión acerca de las políticas que se están llevando a cabo por parte de los promotores y defensores de la ley trans, tanto en España como en numerosos países de Europa y América.
Por un lado, el médico psiquiatra Celso Arango, Director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental, y jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital Gregorio Marañón, advierte del riesgo que supone empujar a jóvenes confusos hacia una hormonación “irreversible”. El Dr. Arango expone, basándose en su experiencia clínica, la realidad con la que se encuentran los profesionales, que ven como aumentan de forma alarmante los casos “en los que una persona, por una crisis de personalidad en la adolescencia o por un cuadro de depresión, de autismo, de alto funcionamiento o lo que sea, un día de repente se levanta por la mañana diciendo que es trans, cuando realmente no lo es.”
¿Una moda?
El Dr. Arango establece que entre los que afirman ser trans, la proporción de los que no lo son con respecto a los que sí, es «de 100 a 1», por lo que no duda en cargar contra el reciente aprobado Proyecto de Ley Trans y advierte del riesgo que supone empujar a jóvenes, que se dejan llevar por lo que califica como «una moda, hacia este tipo de tratamientos.
No es esta la primera voz que alerta sobre este grave asunto: desde el Observatorio de Bioética lo venimos haciendo mucho tiempo, exponiendo los dilemas éticos, médicos y psicológicos que conllevan los tratamientos de bloqueo hormonal y transición de género.
Además de las graves consecuencias para las personas que se han sometido a dichos tratamientos, deben añadirse ahora los casos, en número creciente, de arrepentidos que denuncian no haber sido correctamente informados ni tratados durante el proceso, sufriendo sus consecuencias en muchos casos irreversibles. y posteriormente se han arrepentido.
Paralelamente, otros países están revirtiendo la políticas implementadas hasta ahora en el tratamiento de los casos de disforia de género, adoptando posturas más prudentes que incluyen la necesidad de diagnóstico clínico y seguimiento de todos los casos así como el retraso en el comienzo de las intervenciones de transición. Se trata de países como Finlandia, Suecia, Reino Unido o Australia, que ahora ponen el freno a la hora de iniciar la hormonación en menores de edad.
En el caso de Suecia que, siendo el país pionero en las leyes trans y el primero en reconocer la disforia de género en el año 1972, resulta llamativo que ahora se niegue a iniciar tratamientos hormonales en menores, estableciendo, por parte del Ministerio de Sanidad, nuevos protocolos que indican que en el caso de los menores sólo se podrá hacer terapia de hormonación tras la preceptiva revisión por parte del Comité de Bioética Nacional, siempre que el menor no haya tenido una problemática previa de salud mental».
Otro de los países que endurece sus leyes exigiendo una autorización judicial para que los menores de entre 16 y 18 años puedan recibir tratamiento hormonal es Reino Unido, además de Finlandia que cambió sus recomendaciones y dio prioridad a la terapia psicológica para tratar casos de disforia de género. Conviene recordar que la terapia psicológica está prohibida en España, extremo del todo incomprensible. Todo ello, conjugado con un cambio en el modelo clínico, pues, desde hace unos años, no se hormona a un menor hasta que un profesional sanitario constata su madurez emocional.
Estos precedentes deberían bastar para tomar las mismas medidas restrictivas en nuestro país, en el que la ‘ley Trans’ elimina el requisito de contar con informes médicos y psicológicos antes de cambiar el género asignado al nacer, con terapias hormonales, bloqueadores de la pubertad y cirugía genital en su caso, y evitar casos tan dramáticos como el de Ame G una de las pocas jóvenes que ha decidido poner rostro en España a la realidad ‘detrans’, que existe y no es un asunto menor. Otros muchos casos de arrepentidos, víctimas de intervenciones prematuras e imprudentes se han sucedido recientemente en todo el mundo.
Julio Tudela y Nuria Aznar
Observatorio de Bioética. Instituto Ciencias de la Vida. Universidad Católica de Valencia
sábado, 26 de junio de 2021
lunes, 24 de agosto de 2020
IDENTIDAD FEMENINA
sábado, 18 de julio de 2020
lunes, 9 de marzo de 2020
lunes, 30 de septiembre de 2019
domingo, 29 de septiembre de 2019
viernes, 27 de septiembre de 2019
domingo, 19 de mayo de 2019
En la propuesta del feminismo ético, o hay humanismo o apaga y vámonos
¿Es éste un libro solo para mujeres?
¡Claro que no! Este libro es para pensar, por tanto, es para todos, para todas. Es una propuesta ética, una búsqueda de humanizar las relaciones, con una mirada feminista.
En el libro planteas en 7 capítulos propuestas como “empoderamiento y cambio social” o “seres humanos con ideales”… ¿cómo ha sido el proceso de selección, con tantas inquietudes y realidades que poner sobre la mesa?
Algunos de los temas me los ha sugerido la revista Humanizar, al ir investigando sobre ellos. Después he buscado un hilo conductor. Para mí, el tema de los valores es esencial. Por eso, si hay un hilo conductor, ese quiere ser el de los valores: justicia, libertad, amor, verdad, de eso quiero hablar.
“Feminismo e ideología de género no son lo mismo”. Explícanos…
El feminismo es un movimiento que nace de la discriminación de las mujeres. Se enfrenta a la realidad de desigualdades, que son reales, que son sangrantes. Ya son siglos en este bregar. La ideología de género es más reciente, e incluye otro tipo de propuestas, en las que el “género”, abre otro panorama. Digamos que en este otro paraguas se incluyen los planteamientos de los colectivos LGBT, que son dignos de respeto, pero también disquisiciones en torno a si el género es algo que se elige, la identidades y opciones de género. En este punto, no todas las feministas lo tenemos tan claro. La ideología de género es hoy algo difuso, que además levanta ampollas. Por eso, me gustaría hablar de feminismo y no de ideología de género, para empezar por algo más elemental, por un tema de justicia. No me gustan los sacos donde se mete todo, se mezcla y se generan etiquetas que no permiten el diálogo.
El mito del amor romántico, que ha hecho tanto daño, ¿por qué sigue en generaciones jóvenes?
Está en las películas, en la publicidad, en lo que leemos, en lo que hemos visto, en los cuentos que nos contaron, y que hemos contado a nuestros hijos e hijas. Es muy difícil que algo que ha estado en la mente desde la más tierna infancia, cambie. Pero entre los jóvenes hay otras formas de relacionarse, y hay que seguir investigando sobre ello. Con y sin relaciones sexuales, con y sin compromisos. Tengo mucha esperanza en las personas jóvenes, y quiero abrir bien los ojos, porque nos van a enseñar mucho.
Nos cuentas que en la sociedad actual, donde enmarcas el libro, aún persiste la discriminación de las mujeres. ¿Cuáles son los mayores logros? ¿Qué falta?
Cuando leemos los informes de ONUmujeres, o otros estudios similares, vemos que hay un avance lento en los temas de diferencia de trato por ser mujeres. Pero es eso, lento, muy lento. En el último año hemos dado un salto de gigante relativo a la movilización y la alerta frente a la violencia, con las redes sociales alentando a la no tolerancia. Tengo miedo a que no veamos la realidad, también. Las mujeres no somos víctimas, aunque haya víctimas. Hemos de salir de posturas de victimismo. Hemos de ser críticas con nosotras mismas, también. Siempre debemos defender la verdad. Hemos de promover el diálogo. Veo que hay hombres con miedo a hablar y eso me produce espanto. Veo que hay chicos en la cárcel que no se lo merecen por haber sido denunciados. Todo eso ha de tenernos en pie. No vale todo, ni mucho menos, para defender nuestros derechos, los de las mujeres, que han sido pisoteados milenariamente.
¿Qué le podemos decir a esos hombres que también han sufrido o sufren maltrato por parte de su pareja o familiares, y que no se atreven a contarlo –por vergüenza, o porque socialmente no está en el discurso-? ¿Cómo podemos ayudarles?
Si provocamos miedo las mujeres, si ponemos mordazas, estamos en la misma posición que hemos soportado antes. Aunque la rabia nos incita a la venganza, eso no vale. No en el feminismo ético. Es cierto que las estadísticas dicen que cada año, desde que hay datos, 50 mujeres aproximadamente, mueren en España por violencia de género. No hay los mismos fallecimientos de hombres, ¿verdad? Esto es un hecho. Pero sí, hemos de estar atentos al “machaque” al que podemos someter a nuestras parejas masculinas, desde el feminismo ético, esto, si existe, hay que conocerlo y sacarlo a la luz. Es que en esta propuesta feminista, o hay humanismo o “apaga y vámonos”.
Propones en el epílogo una emoción-sentimiento, la ilusión conectada con la esperanza, “para hombres y mujeres que buscan y persiguen la plenitud, sobre todo y también en el amor”…
Creo en el amor, como valor esencial de la vida. Eso me ilusiona también. El amor es muchas cosas… para eso escribí el libro, para estudiarlo, para analizar lo que no es amor, mis trampas emocionales, mis prejuicios, mis engaños en relación al amor. El amor íntimo, el que se teje entre dos personas que se miran desnudos, es profundo, comprometido, un laboratorio donde nos transformamos, nos pulimos, nos amasamos. Es un modo de alcanzar plenitud. Siempre, que sea un lugar seguro, donde no sientes traición, mentira, cuestionamiento permanente, abandono, desigualdad, mal trato, aunque sea sutil… Siempre que esté abierto a “ser más que dos”, es decir, a construir “proyecto”, no necesariamente familia, sino “humanidad”. Ya no me vale decir que el amor íntimo es “todo”, es importante, pero no es esencial. Es maravilloso caminar discerniendo, en apertura, en relación.