¡Cuánto
he dormido!
Sé
que tengo dos hermanitos.
He dormido largamente no sé cuántas noches, pero el
ángel no ha cesado de hablarme en sueños. Sostiene que los ángeles hablan a los
hombres más fácilmente en sueños.
Me parece que estoy un poquito más grande que ayer,
pero él dice que ningún ojo humano podría verme todavía, tan chiquito sigo
siendo. Me ha revelado tantas cosas. Continúa enseñándome a amar a Dios y
a la Santísima Virgen, que es mi madre en el cielo. Dice que esta es la
mejor lección que puede darme. Quedo muy contento y pienso con todas mis
fuerzas en ello. Además me ha enseñado a amar a mi madre en la tierra y a mis
dos hermanitos, que en comparación mía, son inmensamente grandes. Me parece que
yo me había adelantado a esta otra lección, porque ya amaba a mi madre de un
modo extremado y triste. No sé por qué me entristece este amor, mientras el
amor a la Virgen, mi otra madre, me alegra.
Hoy, cuando me he despertado, se me ha ocurrido
preguntar cómo me llamo yo. He tenido que darme mucho valor para hacer tal
pregunta, empleando palabras que nadie me ha enseñado y que me vienen como los
pensamientos. Pero solamente el oído de un ángel puede entenderlas.
Me pareció que mi ángel me sonreía. ¡Qué oscuridad tan
grande hay aquí en el corazón de mi madre! Yo me animé a preguntárselo porque
él, cuando todavía yo estaba dormido, me dijo que mi hermanito, de cuatro años,
se llama José y que mi hermanita menor, María. Si todos los seres humanos y los
ángeles tienen nombre, yo debo llamarme de algún modo. ¿Cómo me llamo yo?
El ángel me ha contestado que todavía mi nombre está
escrito en el cielo pero no en la tierra, y que él no lo sabe y que yo no me
llamaré de ninguna manera hasta que nazca y me bauticen y sea hermanito de
Jesús, el Hijo de Dios.
No he podido entender todo lo que me dice, pero me he
atrevido a preguntar cuándo voy a nacer y cuándo me bautizarán para ser
hermanito del Hijo de Dios, y me ha contestado que tenga paciencia pues falta
mucho tiempo.
Me he vuelto a dormir. El seno de mi madre es
sumamente oscuro y a veces me da miedo vivir allí.
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