Tengo
25 días.
¿Qué
es ser santo?
El
corazón de mi madre resplandece
Debo de ser de enorme tamaño, aunque Absalón se sonríe
cuando se lo digo. Y sin embargo todavía mamá no tiene ninguna noticia de mi
existencia. Pero creo que está sospechándola.
Hoy mi ángel me ha contado algo, que me ha hecho
extraordinariamente feliz. Ha hablado largamente con el arcángel Gabriel. Todas
sus enseñanzas me las ha ido dando mi ángel en los veinticinco días de vida
misteriosa que tengo. Me ha dicho que Dios me ha dotado de una alma
extraordinaria. Que seré, cuando nazca, una maravilla como inteligente y como
bueno. Que cuando sea hombre me haré sacerdote y que moriré mártir en tierra de
infieles y seré santo en la Iglesia. Como no entiendo ninguna de
estas cosas, que oigo por primera vez, me las hago explicar largamente.
Los ángeles de la guarda están para eso.
- ¿Qué es un santo?
- Es una persona que ama a Dios con amor heroico.
Yo que siento un infinito ardor en mi pequeñísimo
corazón, se lo digo en la mejor forma que puedo decírselo. Él me comprende y
agrega, sin miedo de que yo me ponga orgulloso, porque parece que los santos
nunca son orgullosos:
- Los ángeles de tu familia estamos rogando a Dios por
ti, que serás, cuando nazcas, un ser extraordinario.
- ¿Y cuándo voy a nacer?
- Falta mucho todavía, y en todo ese tiempo pueden
sobre venir grandes tristezas en tu casa y terribles iniquidades del doctor
negro, como ya ha ocurrido varias veces antes de ahora.
¡Y se voló! Y yo me dormí, hasta que me despertó un
resplandor intensísimo, que no provenía de las alas de mi ángel, sino de l
corazón de mi mamá.
Llamé a mi ángel con la pequeña voz de mi alma,
infinitamente más grande que mi cuerpo, y le pregunté si pasaba algo nuevo,
porque ya no me sentía en la triste oscuridad de antes.
- Lo que pasa es que tu mamá se ha confesado. Ya su
corazón no está negro, de esa negrura que te asustaba, y ahora mismo va a
comulgar.
No pude contener mi curiosidad y aunque me ha prohibido
ser curioso le pregunté:
- ¿Cuándo se ha confesado? ¿De qué se ha confesado?
¿Qué significa comulgar?
- Aquí en la Iglesia –me contesta- hay uno
de esos hombres que por privilegio de Dios pueden perdonar los pecados que una
persona les confiesa en secreto.
- ¿Un sacerdote?
- Sí, un sacerdote,
como tú serás, si te dejan vivir los malos hombres bastante tiempo para que
llegues a serlo.
- Pero si Dios me tiene destinado a ser sacerdote me
dejarán vivir, aunque no quieran.
Me responde con una voz tristísimo.
- Hay muchos niñitos que Dios tenía destinados para
grandes hazañas, pero que no llegaron a nacer. Sus papás, por consejos de
doctores de alma negra, los hicieron matar por ellos, antes de que nacieran.
Esos padres y esos consejeros cometieron una acción infernal: “hicieron vanos
los planes de Dios”, que siempre ayuda al que quiere ser bueno, pero nunca
jamás se opone al libre albedrío de los que se empecinan en ser malos y matan a
sus hijitos indefensos.
La luz del corazón de mi madre me deslumbra. Parece
ahora mil veces más intensa que hace un rato y yo, pobrecito de mí, que he
recibido ya tantas lecciones de mi ángel, no sé qué es este calor que tanto me
alegra.
- Tu mamá –dice Absalón, que ha plegado sus alas y se
ha puesto de rodillas- acaba de comulgar. Lo que tú estás sintiendo es el amor
a Cristo Jesús, que en este momento está muy cerca de ti.
- ¿Puedo hablar yo con Él?
- Sí. Dile que lo amas. Él te comprenderá.
No me limito a decirle que lo amo, por mi cuenta
agrego otra cosa.
- Señor, te amo… Quiero nacer para ser tu sacerdote y
perdonar los pecados de los hombres. ¡No permitas que me maten, Señor! Aunque
no he oído su divina voz, estoy seguro de que me ha contestado, porque he
sentido un divino hervor en mis venas, pequeñísimas todavía.
Después de haber tenido mucho miedo, por lo que me ha
contado mi ángel de los pecados anteriores de mi madre, estoy lleno de
esperanza, porque su corazón se conserva iluminado gracias a la presencia del
Señor.
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