sábado, 31 de diciembre de 2022
viernes, 30 de diciembre de 2022
Reino Unido confirma la legalidad de abortar fetos con síndrome de Down hasta el momento del parto
Podemos leer estos días en varios medios de comunicación la noticia sobre la decisión del Tribunal británico de Apelación que confirma la legislación que permite el aborto de fetos con síndrome de Down hasta el momento del nacimiento, tras rechazar un recurso presentado por una mujer que sufre ese trastorno genético y una madre de un niño que también lo padece.
Heidi Crowter, una mujer de 27 años natural de Coventry (Inglaterra) con síndrome de Down y Marie Lea-Wilson, madre de un niño, Aidan, que también padece esa afección, presentaron la demanda contra el Ministerio de Sanidad y Cuidado Social con la esperanza de que se elimine una sección contemplada en la Ley del Aborto al entender que se trata de un ejemplo de “desigualdad”.
Al rechazar el recurso de Crowter, los jueces admitieron que “esta corte reconoce que mucha gente con síndrome de Down y otras discapacidades se sentirán disgustadas y ofendidas por el hecho de que este diagnóstico de discapacidad grave durante el embarazo se contemple por la ley como justificación para el aborto, y que podrían considerarlo como que implica que sus propias vidas valen menos”, y así lo ha manifestado Heidi Crowter al conocer el veredicto, que afirmaba: “estoy muy disgustada por el hecho de que los fetos que tienen síndrome de Down puedan ser abortados hasta el momento de nacer. Esto me dice que no se me valora y que valgo mucho menos que una persona que no tenga síndrome de Down” por lo que no descarta elevar su caso hasta el Tribunal Supremo -máxima instancia judicial del país.
En Inglaterra, Gales y Escocia la actual legislación permite abortar siempre que se haga dentro de las primeras 24 semanas del periodo de gestación, además de permitir el aborto hasta el momento del nacimiento cuando existe un “riesgo sustancial”, “si el niño que naciera sufriese anomalías físicas o mentales o tuviera minusvalías graves”, que incluyen el síndrome de Down.
El pasado septiembre, jueces británicos se comprometieron a hallar un equilibrio entre los derechos del nonato y los de la mujer, y este caso en concreto se contempló en una audiencia judicial celebrada el pasado julio.
Valoración Bioética del caso referido
La reivindicación de personas afectadas por el síndrome de Down que piden que sus vidas sean protegidas y valoradas por las leyes es sistemáticamente desatendida cuando la tragedia del aborto, que lo es para cualquier embrión o feto independientemente de su estado de salud, se amplía en el caso de los afectados por este síndrome. El aborto libre está permitido en muchos países hasta un momento determinado del embarazo, que es diferente según la legislación de cada país. Este límite, arbitrario e injustificable, establece que a partir de ese momento la madre deberá aportar alguna justificación para terminar con la vida de su hijo, no siendo suficiente su mera voluntad de terminar con su embarazo.
Enfermedades más o menos graves o riesgo para la gestante justifican legalmente ampliar el plazo de aborto. En España la ley que regula el aborto afirma en su artículo 15 lo siguiente:
Artículo 15. Interrupción por causas médicas.
Excepcionalmente, podrá interrumpirse el embarazo por causas médicas cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes:
- a) Que no se superen las veintidós semanas de gestación y siempre que exista grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada y así conste en un dictamen emitido con anterioridad a la intervención por un médico o médica especialista distinto del que la practique o dirija. En caso de urgencia por riesgo vital para la gestante podrá prescindirse del dictamen.
- b) Que no se superen las veintidós semanas de gestación y siempre que exista riesgo de graves anomalías en el feto y así conste en un dictamen emitido con anterioridad a la intervención por dos médicos especialistas distintos del que la practique o dirija.
- c) Cuando se detecten anomalías fetales incompatibles con la vida y así conste en un dictamen emitido con anterioridad por un médico o médica especialista, distinto del que practique la intervención, o cuando se detecte en el feto una enfermedad extremadamente grave e incurable en el momento del diagnóstico y así lo confirme un comité clínico.
Es decir, que la vida de los afectados por la Trisomía 21 no vale lo mismo que la del resto de los fetos a partir de la semana 14, periodo en el que solo podrán ser eliminados los fetos enfermos, y no los sanos, a menos que pongan en riesgo la salud de sus madres.
En principio, y siempre según la norma española, los fetos con trisomía 21 no podrán ser eliminados en gestaciones más allá de la semana 22. No obstante, ello será legalmente posible cuando se considere que existen anomalías extremadamente graves e incurables, lo que implica abortar hasta el término del embarazo. La definición de “extrema gravedad” podría aplicarse bajo el criterio del comité clínico responsable a situaciones diversas y no bien definidas. Algunos afectados por síndrome de Down padecen complicaciones muy graves que obligan a someterlos a intervenciones quirúrgicas muy importantes tras el nacimiento. ¿Podrán en estos casos ser incluidos, como han hecho ahora en Reino Unido, en el grupo de los que pueden ser eliminados en cualquier momento del embarazo, sin límites?
El rostro siniestro del aborto, condenable por igual en todos los casos, con o sin discapacidad, es especialmente patente cuando se escucha de labios de personas con síndrome de Down preguntar por qué a ellos se les puede matar y a otros no. No hay respuesta que ofrecerles más allá de denunciar la violación de los derechos humanos que se esconde tras toda forma de aborto y práctica eugenésica.
Julio Tudela Cuenca. Instituto Ciencias de la Vida. Observatorio de Bioética. Universidad Católica de Valencia
Y PARA NO QUEDARNOS CON EL SABOR AMARGO DE LA NOTICIA ANTERIOR...
La Fundación Jérôme Lejeune lanza su primera plataforma de formación e información en línea sobre síndrome de Down
A principios del mes de diciembre nació la plataforma virtual T21Learning, una iniciativa de la Fundación Jérôme Lejeune que pretende ser una vía formativa digital sobre el mundo de la trisomía 21 (síndrome de Down) y la discapacidad intelectual de origen genético. La iniciativa trabaja sobre tres apartados: módulos de formación, video-guías y fichas prácticas y consejos. Médicos expertos en el síndrome de Down explican de una manera sencilla temas como por qué el crecimiento se para 2 años antes de lo habitual o por qué existe una mayor incidencia en hipotiroidismo (1 niño de cada 4 o un adulto de cada 2).
“Desde la creación del Instituto Jérôme Lejeune de París, en 1998, muchas familias acudían allí en busca de respuestas, apoyo y experiencia. Además, también los profesionales médicos y sanitarios se ponían en contacto con nosotros buscando información y formación para tratar a unos pacientes, desgraciadamente cada vez menos numerosos, y que suelen quedar fuera de los avances al no estar incluidos en ensayos clínicos. Con esta idea nace t21 learning, impulsados por el deseo de proporcionar ayuda a los profesionales de la salud, los cuidadores, las familias y, también, a las propias personas con discapacidad”, explica Pablo Siegrist, Director General de la Fundación Jérôme Lejeune en España.
Su contenido
El material cuenta con vídeos tutoriales, artículos de asesoramiento, información práctica y formación profesional. Cada uno de los contenidos se basa en los conocimientos médicos y científicos y en la experiencia del equipo médico y paramédico del Instituto Jérôme Lejeune. Está organizado por temas: vida cotidiana, temas médicos y paramédicos, y consultas, y está clasificado según el perfil del visitante: médicos, personal sanitario, cuidadores, familiares o personas con discapacidad. Estas se irán ampliando y se publicarán nuevos artículos con regularidad. Por último, hay un FAQ (preguntas frecuentes) que se completará con las preguntas que se reciban a través del formulario de contacto.
Nuestra valoración
La actual iniciativa responde a la intención original de Jérôme Lejeune, eminente médico y genetista francés que, además de identificar la causa genética del síndrome de Down, la trisomía del cromosoma 21, dedicó sus esfuerzos a mejorar la salud de los afectados por este síndrome, defendiéndoles, aún a costa de su propia carrera profesional, frente a los que utilizaron sus hallazgos genéticos para diagnosticar antes del nacimiento la trisomía con fines eugenésicos, es decir, para terminar con sus vidas. Esta labor, que le supuso un gran coste humano y profesional, alentó a muchos discípulos y seguidores que han tomado el relevo de la defensa de la vida humana en todo caso, combatiendo los argumentos que promueven la eliminación de los afectados por cualquier discapacidad antes del nacimiento.
Esta nueva plataforma realiza el deseo que Lejeune expresó tantas veces: “la calidad de una civilización se mide por el respeto que profesa al más débil de sus miembros”, entre los que se encuentran las personas afectadas por síndrome de Down. Promover su atención específica especializada es contribuir a mejorar su desarrollo y su capacidad, tratándolos como su dignidad exige, máxime por su situación de vulnerabilidad, en contra de los que, promoviendo el aborto, lo único que pueden ofrecerles es terminar con sus vidas.
El Congreso da vía libre al aborto de menores de 16 años sin consentimiento paterno
El Congreso aprobó ayer la reforma de la ley del aborto que permite a las menores de 16 y 17 años abortar en España sin consentimiento paterno. Además regula la objeción de conciencia, contempla bajas menstruales y obliga a los colegios a impartir educación sexual. La votación se ha saldado con 190 diputados a favor. Los del PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, EH Bildu, Más País, o Compromís, entre otros. En contra han votado 154. Los del PP, Vox, Ciudadanos y Navarra Suma. Ha habido cinco abstenciones.
La hasta ahora ley vigente, modificada por el Partido Popular en 2015, restringía el derecho al aborto en las menores de edad mayores de 16 años, que debían contar para practicarlo con el permiso de sus padres o tutores. La actual ley suprime esta restricción. Pero no solo esta: elimina el periodo de reflexión necesario de 3 días que debe transcurrir entre la petición de la mujer y la práctica del aborto. Elimina también la obligatoriedad de facilitar a la mujer información sobre los recursos y ayudas disponibles en caso de querer continuar con su embarazo y no existe tampoco ninguna obligatoriedad de mostrar imágenes de su hijo o informarle de las posibles secuelas futuras que conlleva la práctica del aborto. La nueva ley establece garantías para que los abortos se puedan practicar en la sanidad pública en toda España y obliga que haya personal disponible para hacerlo en todos los hospitales.
El aborto no beneficia a nadie
Además de provocar la muerte de cientos de miles de seres humanos, las secuelas del aborto sobre las mujeres que abortan han sido evidenciadas en estudios relacionados. Los más robustos científicamente y que se ha realizado con muestras mayores afirman que la práctica del aborto voluntario provoca secuelas de orden psicológico durante el resto de su vida, más evidentes si el aborto se repite.
Por ello, “las mujeres que han repetido abortos tienen mayores riesgos de sufrir trastornos, y, cuanto antes se practique el aborto, el riesgo es mayor.
Como hemos informado previamente desde nuestro Observatorio, una revisión sistemática, muy robusta estadísticamente, ha tratado de aglutinar estos estudios con el fin de extraer conclusiones representativas sobre la incidencia de los abortos, tanto espontáneos (“miscarriage”) como provocados (“terminations of pregnancy” (TOP))- en la frecuencia de aparición de determinados problemas de salud y tasas de mortalidad subsiguiente en las mujeres que han experimentado un embarazo, así como la posible relación entre el número de embarazos no finalizados y el incremento de estos riesgos en una misma mujer.
El estudio seleccionó un total de 68 trabajos que han relacionado la tasa de embarazos que acaban en nacimientos y los que terminan en aborto, con la prevalencia de trastornos y mortalidad en las mujeres afectadas.
Del análisis de los datos los autores extraen la conclusión de que puede establecerse una correlación entre abortos, tanto espontáneos como provocados, e incremento en el riesgo de muerte o la aparición de determinados trastornos en las mujeres analizadas. Además, este riesgo parece ser dosis-dependiente, siendo significativamente mayor en aquellas mujeres que han tenido dos o más pérdidas en embarazos previos.
El riesgo de muerte durante el embarazo y en el año posterior al aborto se compara con el de aquellas mujeres que han dado a luz a un hijo vivo. En las mujeres que han sufrido un aborto provocado (TOP) este riesgo es un 170 % mayor respecto de las que han dado a luz a un hijo vivo. El riesgo es un 84 % mayor respecto de los partos a término en el caso de abortos espontáneos. Es decir, la pérdida de un hijo tras un aborto provocado presenta el doble de riesgo de muerte en el año posterior al mismo respecto del de un aborto espontáneo.
Paralelamente, un estudio publicado en 2017 asegura que “continuar el embarazo en adolescentes es un factor protector que reduce el riesgo de suicidio en un 50% y la muerte por otras causas en un 40% con respecto a las adolescentes que finalmente abortan.”
A la luz de la evidencia científica acumulada, facilitar y extender el aborto, como ahora se promueve desde el Parlamento español, constituye no solo un atentado contra la vida de más seres humanos en estado embrionario o fetal sino, también, contra la salud de las mujeres -adolescentes en este caso- que finalmente abortan.
Julio Tudela. Observatorio de Bioética. Instituto Ciencias de la Vida. Universidad Católica de Valencia
jueves, 29 de diciembre de 2022
miércoles, 28 de diciembre de 2022
martes, 27 de diciembre de 2022
lunes, 26 de diciembre de 2022
domingo, 25 de diciembre de 2022
MENSAJE DE NAVIDAD
sábado, 24 de diciembre de 2022
viernes, 23 de diciembre de 2022
jueves, 22 de diciembre de 2022
miércoles, 21 de diciembre de 2022
martes, 20 de diciembre de 2022
EFECTO AVESTRUZ: LA ESCUELA MANIPULADA
¿Por qué hoy crecer como niños y niñas parece más difícil que nunca?
En el ambiente actual de confusión, ¿es posible acompañar adecuadamente la maduración de la masculinidad y feminidad como eje del ser de los niños?
¿Por qué son claves los primeros años de vida?
¿Cómo se deben afrontar por parte de padres y educadores?
Este texto pone de manifiesto que la persona es espíritu encarnado, como varones o como mujeres, y eso la identifica, la hace única e irrepetible.
Mons. José Ignacio Munilla (Octubre 2022)
“… no puedo más que bendecir iniciativas como esta: un libro a contracorriente que pide la honesta revisión de los planteamientos admitidos acríticamente por la sociedad. Corren nuevos tiempos y no se puede dar nada por supuesto”
Aquilino Polaino (Octubre 2022)
“Quien no tiene en sí la razón de su origen, tampoco tiene en sí una razón para el cambalache de su naturaleza. La persona no se da a sí misma el ser. El hombre no se crea a sí mismo ni crea su libertad… La persona es, pero no está hecha. En ese hacerse (vital y cultural) consiste su realización personal para lo que dispone de muchos grados de libertad. Pero ha de hacerse en y desde el ser (natural) que es”.
María Calvo (Octubre 2022)
“Frente a las insolentes pretensiones de aquellos que desean rediseñar al ser humano sobre fundamentos irracionales, una investigación seria y rigurosa, como la que lleva a cabo en esta obra Oscar García Mulet nos recuerda la necesidad de abrirnos a la amplitud de la razón y adoptar una conciencia no culposa de nuestra naturaleza, femenina y masculina, para asumir con orgullo el valor de nuestra singularidad”
Sobre el autor:
Óscar García Mulet es sacerdote y religioso Cooperador de la Verdad de la Madre de Dios, licenciado en Teología del Matrimonio y la Familia por el Pontifico Instituto Teológico Juan Pablo II (2021), en Filología Catalana y diplomado en Magisterio. Actualmente es profesor a jornada completa de Educación Secundaria (desde 2005) en el Colegio Santiago Apóstol de Valencia y colaborador del Centro de Orientación Familiar Mater Misericordiae. En los últimos años ha colaborado en sesiones de formación con entidades como la Universidad Católica de Valencia, la Asociación Católica de Maestros o la asociación Spei Mater en temas de antropología y educación afectivo-sexual. Realiza acompañamiento personal a niños, jóvenes y familias.
Autor: Oscar García Mulet Editorial: Campomanes Editores olección: Persona y Familia
Número de páginas: 300 ISBN: 978 – 84 – 125224 – 5 – 7
Comprar AQUÍ.
lunes, 19 de diciembre de 2022
domingo, 18 de diciembre de 2022
EFECTO AVESTRUZ: LA FIGURA PATERNA EN CRISIS
Macron anuncia preservativos gratis para los jóvenes de entre 18 y 25 años a partir de 2023
MADRID, 8 Dic. (EUROPA PRESS) - El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha anunciado este jueves que las farmacias francesas repartirán gratis los preservativos a los jóvenes de entre 18 y 25 años a partir de enero de 2023. El presidente, desde un foro en Fontaine-le-Comte, ha anunciado esta "pequeña revolución de la prevención", sin dar por el momento más detalles, recoge 'Le Parisien'. El pasado 1 de diciembre, Día Mundial de lucha contra el VIH, las autoridades sanitarias franc ...
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sábado, 17 de diciembre de 2022
viernes, 16 de diciembre de 2022
jueves, 15 de diciembre de 2022
La infancia de Jesús en los Evangelios Apócrifos
El niño, fruto primero de un hogar recién creado, es siempre fuente de alegrías y de ilusiones. Los primeros días son los progresos fisiológicos, lo que el niño gana, lo que el niño gana peso, el objeto todas las preocupaciones y satisfacciones. Más tarde, son los progresos psicológicos de los que se imponen en la conversación.
Cuando el Verbo se hizo carne, quiso pasar por esta edad encantadora, pero los Evangelios canónicos apenas nos dicen nada de todo ello. Son escenas que quedaron reservadas a la intimidad de María y José para consuelo y premio de su gran santidad, y a los demás solamente se nos ha transmitido un par de frases profundas y llenas de contenido: “estaba sujeto a sus padres”, y “crecía en sabiduría, edad y gracia delante de Dios y de los hombres”.
No es extraño que a la segunda generación cristiana apareciese en estas palabras demasiado lacónicas. ¿Cómo se habría manifestado aquel crecimiento en saldría y gracia?… La imaginación oriental se echó a volar y, como todas las obras de la fantasía, y a la suya resultó a veces ingenua, otras veces te proporcionada y en ocasiones irreverente.
Entre las escenas ingenuas todos conocen la del Niño haciendo con barro unos pajaritos y dando después una palmada al mismo tiempo que les decía: “id y volar por el mundo y por todo el universo y vivid”.
En otro apócrifo más reciente ya no eran sólo pajaritos los que hacía, sino también asnos, caballos, bueyes y otros animales. Y como El los hacían también los niños se con El jugaban. Todos porfiaban porque sus figuras eran las mejores y Jesús les dijo: “mis figuras andarán si Yo se lo ordeno”. Y les mando que anduviesen, y se pusieron a dar saltos; y las llamó, y volvieron. Y a los pajaritos les mandó volar, y volaron; y posarse, y se posaron en sus manos. Y ante unos jumentos que hiciera, puso paja, cebada y agua; y ellos comieron y bebieron, y los niños fueron a contar a sus padres lo que había hecho Jesús.
Otro día, cuando tenía seis años, le mandó su madre a la fuente con un cantarillo. Con él fueron otros niños, y uno de ellos le empujó cuando tenía cantarillo en el caño, y se le rompió. Entonces Jesús se extendió el manto que llevaba y cogió en el tanta agua como en la vasija hubiera cabido y se la llevo a su madre. María le vio venir y se quedó admirada y pensativa.
El Evangelio armenio de la Infancia cree saber algo de los juegos de Jesús. Un día estando jugando con otros niños al pie de un árbol muy alto, mando al árbol que bajarse una de sus ramas y se sentó en ella; luego le mandó que de nuevo se alzase y la rama recobró su posición natural quedando Jesús en lo alto de la copa del árbol con la consiguiente estupefacción de sus amiguitos. Todos sintieron envidia y quisieron subir a donde Él estaba, y Jesús mandó de nuevo a la rama doblegarse para recoger aquella banda de jilgueros, que gozaron lo indecible viéndose elevados aquella altura junto al niño.
Entretanto, los milagros se le escapaban a borbotones por entre los dedos de las manos.
Ya en su viaje Egipto, varios posesos y leprosos se vieron curados por el efluvio que despedía su tierno cuerpecito, o al contacto de sus pañales o por la ablución del agua que en que había sido bañado. Uno de los más pintorescos es el que es el del muslo. A la entrada de una aldea la Sagrada Familia se encontró con unas mujeres que volvían del cementerio deshechas en llanto. Tras de las primeras palabras de saludo, las mujeres les invitaron a pasar la noche en su casa, y cuál no sería la sorpresa de todos al ver que seguían llorando junto con el mulo cubierto de brocado.
Una mujer que se había curado de la lepra con el agua del niño, y que desde entonces le seguía a todas partes, preguntó el misterio que se encerraba, y se enteró de que el mulo había sido un apuesto joven, hermano de aquellas mujeres, a las que las malas artes de unas hechiceras habían convertido en mulo. Ella las consoló, y les dijo que recurriese la María.
María, al saber el caso, puso al niño sobre el lomo del animal y le dijo: “Jesús como Hijo mío, haz que la poderosa virtud oculta en ti pobre sobre este mulo y lo devuelva la naturaleza humana que antes tenía”. Y en el mismo instante el mulo se transformó y apareció de nuevo el apuesto joven. La alegría fue inmensa y termino en boda, porque la joven leprosa se casó con el joven y fueron felices.
Al mismo tiempo se van cruzando en la vida del Niño algunas figuras que más adelante habían de aparecer junto a él en su vida pública.
Caminando una noche por el país despoblado, se encontraron con dos ladrones apostados junto al camino, mientras sus compañeros de fechorías dormían algo más allá. Tito, que así se llamaba uno de ellos, dijo su compañero Dumaco: “déjales que pasen sin que lo noten nuestros compañeros. Pero Dumaco se resistió. Solamente calló ante la promesa de una gran de una cantidad de dinero que le hizo Tito.
Entonces María, viendo la noble conducta de aquel bandido, le dijo: “el Señor Dios te protegerá con su diestra y te concederá el perdón de tus pecados”. Más Jesús tomó la palabra y dijo a María: “oh Madre mía, dentro de 30 años los judíos me crucificaran en la ciudad de Jerusalén, y conmigo crucificaran a estos dos bandidos: Tito a mi derecha y Dumaco a mí izquierda. Y en aquel día Tito me acompañara en el Paraíso”.
En otra ocasión, una madre que había tenido dos hijos gemelos, llorando pidiendo a Dios que le conservase el único de ellos que le quedaba vivo, pero que estaba a punto de morir. María le dijo que pusiese al niño en el lecho de Jesús y le cubriese con los vestidos de éste. Y al instante el niño mejoró y pidió el pecho. Con el tiempo se llamaría Tomás Dídimo y sería Apóstol de Jesús.
También Judas, siendo niño, se encontró con Jesús. Estaba poseído del demonio, y su madre, noticiosa de los milagros que Jesús realizaba, lo llevó a donde esté se encontraba jugando con otros niños. Judas fue a sentarse a la derecha del Señor y, presa de su arrebato, quiso morderle; pero no pudo hacer más que darle un golpe en el costado derecho. Jesús se echó a llorar y el demonio abandonó a Judas en forma de un perro rabioso. Este había de ser discípulo traidor, y en aquel costado derecho había de recibir Jesús la herida de la Lanza.
Si los apócrifos creen que Jesús debió de manifestar así su poder desde la infancia, también le hacen reivindicar su dignidad con no pocas intemperancias, que nunca tuvo el Maestro y que harían de él un niño terrible.
Cuando tenía cuatro años, estaba un día en la orilla del Jordán jugando con los niños, y con una azada hizo siete pequeñas lagunas, a las que venía el agua del río por unos surcos y salía por otros. Uno de los niños, lleno de envidia, obstruyó la salida y deshizo las lagunas. Jesús, irritado, le dijo: “sea la desgracia sobre ti, hijo de la muerte, hijo de Satán. ¿Cómo te atreves a destruir las obras que yo hago?”.
Y el que aquello había hecho murió, y sus padres alzaron la voz contra José y María. Estos se quedaron consternados y José dijo a su mujer: “yo no me atrevo a hablarle, pero tú adviértele y dile porque has provocado contra nosotros el odio del pueblo y nos has abrumado con la cólera de los hombres”.
María buscó a Jesús y le dijo: “Señor, ¿qué ha hecho este niño para morir?”. Y Jesús respondió: “merecía la muerte porque ha destruido las obras que yo hice”.
Mas su madre le insistía: “no permitas, Señor, que todos se levanten contra nosotros”. Y El, no queriendo afligir a su madre, tocó con el pie derecho la pierna del muerto y dijo: “levántate, hijo de la iniquidad, que no eres digno de entrar en el reposo de mi padre, porque has destruido las obras que yo he hecho”. Y el que estaba muerto se levantó y se fue.
Con la misma facilidad y por motivos aún menores habría hecho morir a otros niños y aún a personas mayores. Su mismo maestro, a quien no quiso contestar cuando le preguntaba la lección, y que por ese motivo le pegó con una vara, cayó muerto delante de El.
Indudablemente, esta figura de Jesús está muy lejos de la del Niño manso y humilde, que vive sometido a sus padres, creciendo en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres. Entre la narración de los apócrifos y la de los evangelios canónicos media un abismo. Es el abismo que separa la verdad inefable ideada por Dios de la ficción inventada por los hombres.
miércoles, 14 de diciembre de 2022
La estrella de Jesús
“Nacido pues Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron de Oriente a Jerusalén unos Magos diciendo: ¿dónde está el Rey de los judíos se acaba de nacer?. Porque hemos visto su estrella en oriente y venimos a adorarle”. (Mt 2,1s.) Así refiere San Mateo la llegada de los Magos.
Del relato evangélico no parece deducirse que extraña mucho la noticia. Herodes se turbó porque temió tener un rival cuyos planes eran preciso atajar y frustrar. Y con Herodes se turbó toda la ciudad porque sabía que la menor sospecha de atentado contra el trono de aquel tirano era ocasión de detenciones y penas capitales de las que nadie podía considerarse libre con demasiada seguridad. Pero que el nacimiento del Rey de los Judíos estuviese relacionado con la aparición de una estrella, no parece haber sorprendido a nadie. El lector queda con la impresión de que los judíos o pensaban que todo hombre tiene una estrella que acompaña a su nacimiento, o por lo menos, creían saber que Dios tenía una estrella destinada a aparecer en los cielos cuándo naciese el rey de los judíos.
Sabido es que los judíos esperaban un Mesías ungido, un rey que sería el rey por antonomasia. Los profetas lo había anunciado en todos los tronos y habían cantado las excelencias de su reinado. Y precisamente en él. De arranque de estas que podríamos llamar profecía regias, se halla una que habla de un rey y de una estrella. La pronuncio Balaam, un adivino de venido “de las montañas de Oriente”, que bien podría tener algo de astrólogo.
Era la época en que el pueblo de Israel salido de Egipto terminaba de peregrinar por el desierto llamando a las puertas de Canaan por Transjordania. El rey de Moab trató de conjurar su fuerza con una maldición eficaz, y para que la pronunciase hizo venir a Balaán de los montes de Oriente. El adivino llegó montando en su borrica, pero algo había en su espíritu que se resistía enormemente a la maldición. ¿Cómo podía él maldecir a un pueblo que Dios había bendecido? “No es Dios un hombre para que mienta, ni hijo de hombre para arrepentirse. ¿Lo ha dicho El y no lo hará? ¿Lo ha prometido no lo mantendrá?. De bendecir he recibido yo la orden; bendición ha dado El, yo no puedo revocarla (Núm 23,19). Y en lugar de maldecir pronunció cuatro bendiciones. En la última de ellas se encuentra la profecía de la estrella.
Al leer que no puede él maldecir al pueblo de Dios que había bendecido, ocurre preguntar cómo se sabría Balam que Dios había bendecido a Israel. Pudo saberlo porque Dios se lo había revelado en un momento antes, cuando levantó siete altares y ofreció en cada uno de ellos un novillo y un carnero. Sin embargo, cuando se leen con detenimiento las cuatro bendiciones es imposible no recordar la bendición que cuatro siglos antes había pronunciado en Egipto el anciano Jacob estando en trance de muerte.
No hay que olvidar que Jacob había pasado los mejores años de su vida en la tierra de los hijos de Oriente. Allí, en Arán -alta Mesopotamia- pudo muy bien familiarizarse con el lenguaje de los augurios que corrientemente hacían alusión al mundo astral. Y, por lo mismo, no es extraño que si existía un género literario augural, Jacob lo conociese y lo emplease al hacer el augurio de sus hijos. La visión del futuro de las doce tribus fue comunicada al Jacob por revelación divina pero esta revelación revistió figuras astrológicas o por lo menos de ellas se sirvió el patriarca para comunicarla sus hijos.
El hecho es que la bendición de Jacob va refiriéndose a las doce tribus y en lo que a propósito de cada uno dice, no es difícil hallar alusiones a algunas constelaciones zodiacales o próximas al zodiaco, si bien en aquel tiempo los signos del zodiaco no se habían reducido aún a 12 sino que eran más numerosos. La bendición de Rubén está relacionada con Aquarius y la de Simeón y Levi con Géminis.
En la de Judá hay alusiones a Leo y Virgo; en la de Zabulón, a Piscis; en la de Isacar, a Aries y Cetus; en la de Dan, a Escorpio, y en la de Gat, a Sagittarius. La de Aser hace pensar en el Cáncer y la de Neftalí en Capricornio. En la de José se habla expresamente de Taurus y las Pléyades y en la de Benjamín de Lupus, al sur de Libra.
En la sinagoga de Beth Alfa hay un mosaico que representa el zodiaco, y en él el signo de Acuario lleva el nombre “Deli”. Un midrash judío sobre la bendición de Jacob hace decir al patriarca refiriéndose a Rubén: “tú eres un deli”.
Existía, por tanto, una tradición judía que relacionaba el augurio de Rubén con Aquarius. El augurio era este: “Rubén, tú eres mi primogénito, mi fuerza y el fruto de mi primer vigor cumbre de dignidad y cumbre de fuerza. Herviste como el agua. No tendrás la primacía, porque subiste al lecho de tu padre. Cometiste entonces una profanación. Subió a mi lecho. (Gn 49,3s).
Hay en esta maldición del primogénito, que en su incontinencia había profanado el lecho paterno, una insistencia en la fortaleza de aquel, que se dice haber hervido como el agua. Y esto viene a dar a Rubén una figura parecida a la de Aquarius cuyo nombre babilónico era “gu-la” algo así como “gigante”, y que llevaba una vasija de la que salía en dos grandes chorros la modo de surtidores de agua fecundante. El sentido del augurio vendría a ser de has portado como Aquarius. Por eso perderás los derechos de primogénito.
Muy distinto es el augurio de Judá: “cachorro de león, Judá, de la presa subes, hijo mío. Posando te agachas como un león y como leona. ¿Quién le hostigará para que se levante? No faltará de Judár el cetro, ni de entre sus pies el báculo, hasta que venga Aquel cuyo es, y a él darán obediencia los pueblos. Atará a la vid su pollino, a la vid generosa el hijo de la asna; lavará en vino sus vestidos y en la sangre de las uvas su ropa.
Son más negros que el vino sus ojos, y más que la leche blanquean sus dientes” (Gn 49 9- 12). No cabe la menor duda de que en estas palabras se promete a la descendencia de Judá la dignidad real. Para ello se le describe bajo la figura de la constelación de Leo. La uranografía Asiria conoce este signo con el nombre de “Úr-gu-la” qué significa “leona”; y al norte de ella hay otro signo que se ha llamado Leo Minor, y que en el sitio se le llamaba “Ur- mah”, o sea “león”. La postura en qué el animal aparece en la constelación ha inspirado la frase “posando te agachas como un león y como “leona”. Y acaso la posición más alta de Leo Minor ha dado lugar al pensamiento “cachorro de león, Judá, de la presa subes, hijo mío”. En el pecho de Leo hay una estrella, Regulus, que ya los antiguos llamaron el rey. A esta puede hacer alusión el centro o báculo regio que Judá, sentado, tendría entre sus piernas.
Al norte de la constelación Virgo, que inmediatamente si a Leo, está la hermosa estrella Arturo, que aparece al mismo tiempo que Virgo y preside el mes de la vendimia. Junto a ella, un pequeño grupo de estrellas recibía en la lengua babilónica el nombre de “yugo de asno”. Todo esto recuerda el lenguaje de la última parte del augurio, en qué se habla de la abundancia que habría en el reino futuro. También es venturoso el augurio de José: “José es un novillo hacia la fuente, a la fuente se encamina. Los arqueros le hostigan, los tiradores de saetas le atacan. Pero su arco permanece estable y la fuerza de su brazo se consolida; por el poderío del Fuerte de Jacob, por el nombre del pastor de Israel. En el Dios de tu padre hallarás tu socorro, en El-Shaddai que te bendecirá con bendiciones del cielo arriba, bendiciones del abismo abajo… Que caigan sobre la cabeza de José, sobre la frente del príncipe de sus hermanos” (Gn 49, 22-26)
No hace falta explicación alguna para ver en estas palabras un augurio de bienestar en favor de José, a quien habían perseguido sus hermanos. Sólo el lenguaje astal necesita alguna aclaración. José está representado por el signo de Tauro. Las Pléyades se llamaban en la lengua babilónica los “siete grandes dioses” y como los siete eran siete hermanos, hijos de Enmesharra, y a Enmesharra lo identificaban con Perseo, que está junto a las Pléyades, éstas estrellas representaban a las mil maravillas a los hermanos que habían perseguido a José; tanto más cuanto un texto de Asaradón describe a “los siete” como portadores de arcos y flechas.
En contraposición a estos perseguidores de Taurus y de José, habla el patriarca de otro arco que Dios hizo fuerte, haciendo pensar en la constelación del Arco, llamado hoy Canis Major, cuya flecha es la brillante Sirio, tan apreciada en Egipto, donde tuvo lugar el encumbramiento de José. Debajo de Taurus está Orión, que los textos babilónicos llaman “el pastor fiel del cielo” o también “il-abrat”, y que sirvió al patriarca para simbolizar al pastor de Israel y al fuerte (abir) de Jacob. Finalmente, las bendiciones de fertilidad en las que tanto insiste el profeta, enlazan perfectamente con el signo de Taurus y las Pléyades que son tradicionalmente signos de primavera.
Algo de todo esto debía conocer Balaam cuando cuatro siglos antes aseguraba que no podía el maldecir al pueblo que Dios había bendecido. Las bendiciones de Jacob debían constituir una pieza literaria muy apreciada del pueblo israelita que, por otra parte, no estaría sin relacionarse con la que había sido la patria de sus antepasados. Así puedo llegar al conocimiento de un astrólogo profesional cómo Balaán.
El hecho es que el rey de Moab llevó a Balaám a un monte desde el cual había de maldecir a Israel. Balaam solo veía una parte de que el pueblo, y, a pesar de ello, se deshizo en alabanzas de él. Sucesivamente fue trasladado a otras tres alturas desde dónde lo viera mejor, y desde cada una de ellas pronuncio una nueva bendición.
En la primera emplea la figura del rey, el toro, la leona y el león. “Yahveh, su Dios, está con él; rey aclamado es el medio de él. El Dios que, de Egipto le ha sacado, es para él como los cuernos del toro salvaje … He aquí un pueblo que se alza como leona y que se llegue como león; no se acostará sin haber devorado su presa sin haber bebido la sangre de sus víctimas”. Son las bendiciones combinadas de Judá y de José, que ahora se aplican al pueblo entero.
En la segunda se alude a Acuario, el toro, las flechas, la leona y el león. A las bendiciones de Judá y José se ha añadido la de Rubén, convertida de malo en bueno augurio: desbórdanse de sus cubos las aguas; sus ramas crecen como en aguas abundantes.
Álzate rugiente. Su rey, exaltaráse su reino. El Dios que de Egipto le has sacado, es para él como los cuernos del toro salvaje. Devorará las naciones enemigas, triturará sus huesos; Lastras pasará con su saetas. Se agacha se posa como un león y como una leona. ¿Quién lo concitará? el que te bendiga, será bendecido; el que te maldiga, maldito será. (Núm 24, 7-9).
¿Quién puede negar que hay en todo esto mucho más que un recuerdo de las bendiciones de Jacob?. En la que pronunció sobre Judá se hablaba de un centro, que hemos dicho coincide con la estrella Leonis o Regulus.
La cuarta bendición de Balaam está consagrada por completo a desarrollar la idea representada por estos símbolos regios: “la veo, pero no es ahora; la contemplo, pero no de cerca. Alzase de Jacob como una estrella, surge de Israel un centro que quebranta las dos sienes de Moab …” (Núm 24,17). Y el vaticinio continúa desarrollando el tema del dominio universal de aquel rey. El cetro y la estrella son un mismo signo sideral de la constelación Leo, en la que dos profetas muy distanciados por el tiempo - Jacob y Balaam- vieron prefigurado un extraordinario monarca dominador del mundo entero que había de salir de la tribu de Judá.
Balaán no precisó tanto esto último. Pero la estrella pertenecía al signo del León, que en la bendición de Jacob correspondía Judá. ¿Por qué de todas las bendiciones de Jacob no utilizó Balaán más que las de Rubén, Judá y José? Hay que tener en cuenta que los israelitas estaban acampados al pie del monte, y si observaban lo que está mandado en Núm 2, sus campamentos estaban agrupados en torno a cuatro tribus: la de Dan al norte; la de Judá al este; la de Rubén al mediodía, y la de Efraín, hijo de José, al occidente. Balaán usó del augurio de las cuatro caras de los cuatro tribus cardinales excluyendo la de Dan, acaso porque está tribu estaría demasiado lejana para que pudiese de divisarla.
Balaán no sabía bien todo lo que anunciaba cuando decía: “Yahvé su Dios está con él”. Al cumplirse su profecía del advenimiento del rey, este gran rey se llamó Enmanuel, “Dios con nosotros”, como había anunciado más tarde otro profeta, y lo fue por la realización del misterio más insospechado, el de la Encarnación.
Diversos profetas enunciaron que esté rey nacería de la tribu de Judá y más en concreto de David. Cuando ya Jesús estaba en la gloria, el último de los profetas, San Juan Bautista, escribía de el en él en su Apocalipsis: “venció el león de Judá, la raíz de David.( Ap 5,5).
Cuando esté león nació en Belén, pudo decirse con toda verdad que había descendido la realeza del cielo a la tierra. De Jacob había surgido un centro, una estrella. En el mundo de los astrólogos, que lo habían anunciado con tantos siglos de anticipación, quiso Dios que surgiese una estrella nueva, nunca conocida. Era la estrella de Jesús: “hemos visto su estrella en Oriente”(Mt 2,2). Para ellos y para toda la humanidad había aparecido la estrella de Jesús era llegado el tiempo de la vendimia espiritual.
Un cetro y una estrella habían descendido a la tierra con el Hijo de Dios. Un cetro y una estrella estaba está prometido desde entonces a los que vencieren en la lucha contra el mal: “al que venciere y al que conservare mis obras, Yo le daré poder sobre las naciones, y las apacentará con vara de hierro y serán quebradas como vasos de barro, como Yo le recibía de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana” (Ap 2,26 28). Son el cetro y la estrella de Jesús, que el Hijo de Dios comunica a aquellos a quienes dio potestad para hacerse hijos de Dios (Jn 1,12).
martes, 13 de diciembre de 2022
Un grupo de profesionales pone en marcha los “Espacios libres de eutanasia”
Luis Zayas, consultor, profesor universitario y secretario del Grupo de Trabajo de Amenazas Globales, fue entrevistado en Omnes a principios de mes, al ser uno de los impulsores de “Espacios libres de eutanasia», una iniciativa que nace para promover la cultura del cuidado ante la grave amenaza para la convivencia en España que supone la legalización de la posibilidad de matar a personas que lo soliciten.
Los promotores de esta iniciativa se definen como “un grupo de personas conscientes de la terrible experiencia vivida en naciones que ya han legalizado la eutanasia”. Luis Zayas afirmó que “en esas naciones se ha roto la confianza en la relación médico-paciente… en muchos casos se ha matado a personas sin su consentimiento y se ha evidenciado una renuncia al esfuerzo que exige cuidar y atender a personas enfermas”. “Todo ello contribuye a configurar una sociedad desvinculada, individualista, donde el que no puede valerse por sí mismo acaba siendo visto como un problema y se descarta, la sociedad se olvida de él y busca un atajo, una “solución” rápida que es la muerte”, explicó Zayas.
A lo largo de la entrevista, el consultor insiste en la importancia de “mantener vivo el debate” sobre una ley que fue tramitada “con nocturnidad y alevosía”, en un contexto en que España estaba “ocupada en salvar vidas”. La manera “buenista” de exponer este “derecho” junto con la falsa creencia de que pocas personas solicitarán la muerte si se les ofrece está haciendo que “poco a poco se vaya introduciendo en la sociedad y la vaya gangrenando”, tal como lo demuestra la experiencia de otros países en los que se legalizó la eutanasia, donde se reafirma la llamada “pendiente resbaladiza”, que encamina hacia una “deshumanización de las sociedades”.
lunes, 12 de diciembre de 2022
Nacimientos literarios
Al aproximarse la fiesta de Navidad, todos los años florece en los
escaparates y los puestos callejeros un mundo de fantasía y de ilusión que en
pocos días se infiltra en los hogares provocando sueños encantadores en los dormitorios
infantiles y queda al fin plasmado en un Nacimiento ideal. Podrá éste no ser
muy verídico en sus detalles, pero tiene el acierto de presentar el gran
misterio envuelto en una poesía ingenua que, por lo menos, resulta un homenaje
de la sencillez infantil al Dios hecho Niño.
Todos los años los Nacimientos me hacen pensar en los evangelios apócrifos.
¿No son también éstos, por lo que a las escenas de Belén se refiere, unos Nacimientos
literarios? El mismo misterio central, profundo, trascendente, enternecedor. La
misma poesía ingenua con sus ribetes inverosímiles, con su cristiano candor de
homenaje al Niño Dios..
Hasta aquella mula y el buey que rodean la cuna del Niño han saltado al musgo
del Nacimiento desde las páginas de los apócrifos. Los pobres animalillos bajo
la pluma del pseudo-Mateo creían estar cumpliendo unas palabras de Isaías y
otras de Habacuc que ellos, en su falta de inteligencia, interpretaban
torcidamente. Pero al entrar en nuestro portal de Belén han dejado sus pujos
intelectuales y, aunque siguen postrados en actitud de adorar a su Señor, ya no
se preocupan de interpretar profecías sino de calentar con su aliento aquel Niño
que en el pesebre tirita de frío. Sin embargo, por encima de ellos todavía
permanecen parecen resonar aquellas palabras de Habacuc: “en medio de dos
animales te manifestarás”. Y aquellas otras de Isaías: “el buey ha conocido a
su dueño y el asno el pesebre de su señor”. Si con el tiempo el asno se ha
convertido en mula, debe ser por la diferencia del ambiente que se respira en
Occidente.
Otros muchos rasgos, teñidos de ingenuidad y salpicados de anacronismos,
rodean en los Apócrifos la cuna de Jesús. Cuando San José y la Virgen venían de
Belén, José miraba de cuando en cuando a su mujer y la encontraba con cara
triste. Otras veces, en cambio, la veía con cara alegre. Aquellas alternativas
no dejaron de intrigar al santo Patriarca, que terminó por preguntar su causa a
María.
- Veo –le dijo Ella- ante
mí dos pueblos, uno que llora y otro que se regocija.
Mas José le respondió:
- Estate sentada y
sostente sobre tu montura, y no digas palabras inútiles.
Entonces un hermoso Niño, vestido con un traje magnífico, apareció ante
ellos y dijo a José:
- ¿Por qué has llamado
inútiles las palabras que María ha dicho de estos dos pueblos? Ella ha visto al
pueblo de los gentiles alegrarse por haberse aproximado al Señor, según la
promesa hecha a nuestros padres, puesto que ha llegado el tiempo en que todas
las naciones deben ser benditas en la posteridad de Abrahán.
Con esto hizo el ángel parar la bestia, porque se acercaba el momento del
alumbramiento, y dijo a María que se apease y que entrase en una gruta
subterránea, en la que no había luz alguna, porque la claridad del día no penetraba nunca en ella. Al entrar María,
toda la gruta se iluminó, como si le diera el sol del mediodía, e iluminada
quedó día y noche todo el tiempo que en ella permaneció María.
Entonces José marchó en busca de una
mujer que asistiese a su esposa, y en el camino observó que toda la naturaleza
se había paralizado.
“Yo, José -dice el llamado Protoevangelio de Santiago andaba y no avanzaba.
Y lanzaba mis miradas al aire y veía el aire lleno de terror. Y las elevaba
hacia el cielo y no veía y móvil y los pájaros detenidos. Y las bajé hacia la
tierra y vi una artesa y obreros con las manos en ella y los que estaban
amasando no amasaban, y los que llevaban la masa a su boca no se la llevaban
sino que tenían los ojos puestos en la altura. Y unos carneros conducidos a
pastar no avanzaban sino que permanecían quietos y el pastor levantaba la mano
para pegarles con su vara y la mano quedaba suspensa en el vacío y contemplaba
la corriente del río, y las bocas de los cabritos se mantenían a ras de agua y
sin beber”.
Si no supiésemos que este párrafo se escribió en el siglo segundo diríamos
que su autor lo había compuesto mirando a uno de nuestros Nacimientos, con sus
ovejitas siempre caminando y siempre quietas; y sus pastores con el brazo siempre
tendido y su lavandera con el trapo que nunca acaba de escurrir.
Según otro apócrifo mucho más moderno, el Evangelio Armenio de la Infancia,
no terminaron ahí los prodigios. Cuando la naturaleza volvió a ponerse en
marcha, vio José a una mujer que bajaba de la montaña cubierta con un largo
manto y acercándose a ella le contó lo que en la caverna estaba ocurriendo. Los
dos se dirigieron hacia allí y cuando iban por el camino dijo José a la mujer:
- Te agradeceré que me des tu nombre.
Y la mujer respondió:
- ¿Por qué quieres saber
mi nombre? Yo soy Eva, la primera madre de todos los nacidos, y he venido a ver
con mis propios ojos mi redención, y acaba de realizarse.
José estaba asombrado. En la bóveda del cielo ocurrió en fenómenos extraños
y se oían los cánticos de los ángeles. De la caverna se desprendía una nube,
que subía al cielo y en el pesebre del establo había una luz centelleante. El
Niño tomó el pecho de su Madre y después volvió a su sitio y se sentó. Eva al
verlo estaba en la gloria. Lo tomó en sus brazos y le acarició con ternura
bendiciendo a Dios porque el Niño tenía un semblante resplandeciente, hermoso y
de rasgos muy abiertos.
Ningún nacimiento qué precio de algo, puede prescindir de exhibir su fantasía
en la presentación de los Magos y en la del castillo de Herodes, el enemigo del
Niño Jesús. También los apócrifos se ocupan del tema. El primero en sufrir los
efectos de la persecución es Juan. Su madre, Isabel, lo toma en sus brazos y
escapa con él a la montaña. Pero no encuentra lugar donde esconderse. Entonces
comienza a gemir:
- Montaña de Dios, recibe
una madre con su hijo.
Y la montaña se abrió y la recibió. Y había allí una gran luz que les
alumbraba y un ángel del Señor que estaba con ellos y les guardaba.
Quién lo pagó fue el anciano Zacarías. Herodes intentó arrancar el secreto
del paradero de su hijo; el anciano se negó a descubrirlo, y la espada del
asesino le hizo caer en el vestíbulo del templo.
Entretanto, la Sagrada Familia caminaba en dirección Egipto. Tres muchachos
acompañaban a José y una joven a María. Bueyes, asnos y otras bestias de carga
completaban la caravana llevando los equipajes y a su lado caminaban los
corderos y las ovejas reunidos en Judea que formaban un rebaño. Al llegar junto
a la gruta, María quiso apearse y descansar. Apenas se había sentado, poniendo
a Jesús sobre sus rodillas, cuando los gritos de los muchachos les hicieron
reparar en una multitud de dragones que habían salido de la cueva. Jesús se
bajó de las rodillas de su madre y fue a ponerse delante de los dragones. Éstos
le adoraron en cumplimiento de las palabras de David: “alabad al Señor sobre la
tierra los dragones y todos los abismos”, y el Niño les ordenó que no hiciesen
mal a los hombres.
Otro día volvió a estremecerse María, al ver venir hacia Ella a unos leones, leopardos y otras fieras pero el Niño
Jesús le tranquilizó asegurándole que venían para su servicio. Efectivamente,
las fieras fueron abriéndose camino a través del desierto y acompañando a sus
rebaños y animales. Es que Isaías había preconizado está familiaridad de los
animales mansos y fieros.
Al tercer día de camino, María quiso descansar al pie de una palmera, y una
vez allí deseó probar los frutos del árbol. A José pareció esto un despropósito,
dada la altura a que el fruto se encontraba, y a su vez suspiraba por encontrar
agua. Entonces Jesús mandó a la palmera que bajarse su copa para que María
cogiese el fruto y que con sus raíces descubriese el manantial subterráneo que
por allí pasaba. Y se inclinó el árbol y brotó el agua y todos dieron gracias
gracias a Dios.
Por último, al llegar Egipto entraron en un templo donde había 365 ídolos y
los 365 cayeron a tierra hechos pedazos, cumpliendo otra profecía de Isaías.
Los Apócrifos más recientes dan un desarrollo mucho mayor a algunos de estos
sucesos.