Los padres han de GUIAR a los hijos. Para ello, recordar que:
- se requiere estar atentos, cercano, disponible, "presente", interesado...
- hay que prevenir, mirar un poco más adelante, detectar obstáculos, poner en guardia.
- hay que tener dominio de sí: ni blandos ni duros, "firmeza en el fondo y suavidad en la formas"
o sea, no dejarse llevar por el enfado, la impaciencia, el orgullo...
pero tampoco buscar la salida "fácil"...
- hay que buscar el momento adecuado, evitar enfrentamientos, pedir respeto respetando...
GUIAR también es fomentar iniciativas.
Algunas cosas a recordar:
- Convivir, estar accesible, atender sin prisa, dedicar tiempo, mostrar interés, compartir éxitos y tristezas.
- No pretender que sea perfecto. Dar tiempo: las transformaciones son lentas, se asimila poco a poco.
- No desesperar: saber aguantar, contar con la ayuda, la gracia y la hora de Dios.
- Actuar con prudencia: reflexión, discernimiento, análisis sereno, saber pedir consejo a quien lo puede dar.
CON VISIÓN DE FE porque:
- Dios está a nuestro lado en la educación y no falla jamás.
- Así comprenderemos sus planes sobre nosotros y nuestros hijos, y recibiremos su ayuda para alcanzar la felicidad que no tendrá fin.
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