CIUDAD DEL VATICANO,
octubre 15, 2012 (Zenit.org) -. El siguiente es el texto de la intervención del arzobispo Ricardo
Blázquez, arzobispo de Valladolid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal
Española, en el Sínodo de los Obispos de la semana pasada.
"Esta
intervención quiere unir la Nueva Evangelización y la iniciación cristiana y el
catecumenado. ¿Puede el método del catecumenado practicado por la iglesia
primitiva, con ciertas modificaciones y variaciones, servir como un método para
la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana en los tiempos
que corren? En cuanto a la actual misión de la Iglesia, el Concilio Vaticano
ordenó que el catecumenado fuera restaurado y, de hecho, en 1972 apareció el
Rito de Iniciación Cristiana para Adultos.
Me limito a una
experiencia de iniciación cristiana que se conoce como el Camino Neocatecumenal,
nacido en el ámbito e impulso del Concilio, y que ha sido ampliamente difundido
y aprobado por el Papa como un método adecuado de formación católica. He
conocido el Camino Neocatecumenal durante muchos años, desde sus inicios, y
durante muchos años, he participado en tres formas. Como un catecúmeno, y no
sólo como alguien que presta un servicio pastoral a la comunidad; como un
sacerdote en busca de nuevos caminos apostólicos en el inmediato post- concilio;
como un experto en teología pues he sido un profesor durante 14 años en una
facultad de teología.
Durante ese tiempo, yo
estaba tratando de establecer una relación entre el lenguaje de la teología y
el lenguaje catequético, carismático y celebrativo del Camino Neocatecumenal.
Voy a destacar algunos aspectos que me parecen relevantes para la Nueva
Evangelización.
1) Los catecúmenos
unen la dimensión personal y eclesial de la fe cristiana en una forma profunda
y clara. Descubren el sentido de la Iglesia en la participación asidua de la
comunidad. Se crea una hermandad profunda que tiene también repercusiones en
las relaciones humanas y sociales. Cada persona siente el apoyo de los otros
hermanos para vivir la vida cristiana en medio de una sociedad que muchas veces
es indiferente e incluso hostil a la fe cristiana y la Iglesia.
2) A través del
catecumenado, los participantes descubren las realidades fundamentales de la fe
cristiana: el credo, los mandamientos de Dios con el espíritu del Sermón de la
Montaña, la oración del Padre
Nuestro y de los Salmos, los sacramentos - especialmente la Eucaristía y la Penitencia
- la dimensión apostólica de la vida cristiana. No se inicia en los aspectos
completentarios o devocionales, sino en las realidades básicas de la fe, que en
la actualidad no podemos dar por sentada. Para la mayoría de los participantes
es un catecumenado post-bautismal a través del cual redescubren el significado
del bautismo ya recibido.
3) La celebración
litúrgica se fortalece en cada uno a través del conocimiento y la lectura
orante de la Sagrada Escritura. A lo largo de muchos años, y singularmente en
América se había escondido el conocimiento de la Sagrada Escritura, pero ahora
se ha manifestado esta insuficiencia. La evangelización requiere que la Biblia,
los sacramentos y la vida cristiana se unan.
4) La Iglesia es la
"patria" de todas las vocaciones. En el Camino Neocatecumenal, a
través de la profundización en la fe y en la conversión, en el cultivo de la
vocación bautismal, se abre un camino para que cada catecúmeno descubra o
redescubra su vocación específica -al matrimonio cristiano, al sacerdocio
ministerial, a la vida consagrada o a la itinerancia misionera. Insistir en la fe
y la conversión a Dios es vocacionalmente fundamental. Sin esta base, los
esfuerzos vocacionales son superficiales y en gran parte estériles.
5) El celo apostólico
que se enciende como el fuego en los catecúmenos y en las comunidades a la
medida que van madurando debe ser subrayado. La renovación del bautismo trae
consigo el redescubrimiento de que «la vocación cristiana, por su misma
naturaleza, es también vocación al apostolado".
6) La forma en que los
padres transmiten la fe a sus hijos es hermosa y eficaz. Los niños, desde temprana
edad, son invitados a participar en una celebración familiar de la Iglesia
doméstica. Yo quería, a la luz de la historia del Camino Neocatecumenal,
presentar no un proyecto sino una realidad concreta de la relación entre la
iniciación cristiana y la nueva evangelización ".
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